********************INICIANDO TRANSMISIÓN*********************
Contaban los sabios ancianos que a parte de nuestro mundo, en una ubicación paralela se encuentra el mundo humano, un mundo de seres simples y sin gracia, sin nada especial que los identifique, según sus historias podemos contactar con esa extraña dimensión a través de un espejo de cristal, el cual es pasado de generación a generación por la familia real pura sangre; algo difícil de creer para nosotros los “vampiros”. A través de los años descubrí que sus historias eran ciertas y que también somos totalmente opuestos a esas raras criaturas llamadas “humanos”, ellos duermen de noche, nosotros de día; no cambian de forma ni se transforman, mientras que mi pueblo y yo cuando llegamos a la madurez tenemos la facultad de tener alas negras y nuestros ojos toman su verdadero color, no beben sangre, aunque es una mala creencia que tienen de pensar que nuestra raza necesita de la sangre para vivir, nosotros sólo tomamos la sangre de la persona que amamos, para explicarme mejor, vendría siendo lo que para ellos es el matrimonio, el que tomen nuestra sangre es extremadamente placentero y excitante, nos enciende y queremos ser poseídos completamente. Lo que a continuación voy a contarles fue real, es una historia breve que les dará a entender que para el amor no hay barrera.
En el interior del castillo, el miembro más joven de la realeza con apenas 6 años, buscaba con gran ansiedad a su hermano.
-Onii-san,… Onii-san,… ¿Dónde estás Onii-san?...- Buscaba caminando apresuradamente en toda la extensión de aquel, su enorme hogar -…ya terminé mis deberes… Onii-san…-
-Señorito cuidado se cae… no vaya tan rápido- Se oían las voces de los sirvientes a los cueles el pequeño príncipe les pasaba por el lado, pero los ignoraba, lo único que quería era encontrar a su hermano pronto para así poder jugar.
Buscó y buscó incesantemente hasta que por fin lo encontró, su querido hermano, mayor que él por 10 años, estaba en el jardín leyendo en uno de los bancos.
-¡¡Onii-san!!- Corrió y lo abrazó de las caderas debido a su altura pegando su pequeño rostro del pecho, logrando que el mayor apartara el libro a un lado y de forma cariñosa le acarició el cabello.
-Itsuki…- Dijo suavemente -…cuantas veces te he dicho que no corras por los pasillos…- El hermano mayor levantó la cara del menor por la barbilla y acercó su cara a pocos centímetros de su pequeño aniki -…si te caes no sé lo que haría-
El niño se ruborizó al ver la cercanía con su hermano y su corazón aumentó su ritmo –De…demo… no esta corriendo…- Hizo puchero -…estaba caminando rápido-
-De igual forma… no quiero que te lastimes- Sonrió y tocó levemente la boca inocente de su hermanito con el dedo índice, para quitarle el puchero que había hecho. Inconscientemente el adorable Itsuki lamió lascivamente el dedo provocativo de su Onii-san, al darse cuenta dejó de hacerlo muy avergonzado
-Go…gommen… fue un impulso… no quise hacerlo- Dijo el pequeño con la mirada hacia el suelo.
-No te preocupes…- Lo abrazó gentilmente y le susurró al infante -…Puedes hacerme lo que quieras… soy tuyo-
-Onii…- Antes de poder decir nada llegó al lugar uno de sirvientes buscando a su Onii-san.
-Yuuze-Sama, es hora de sus lecciones- El chico se apartó de su hermano y se levantó del asiento
-Ais- Suspiró –Rayos… esta bien, ya voy, pórtate bien Itsuki ¿de acuerdo?- Sonrió y le dio una palmadita en la cabeza.
-Hai Onii-san- Asintió cabizbajo el menor y su Onii-san se retiró.
Para aquel pequeño ver a su Onii-san el cual era un vampiro en pleno desarrollo, sus colmillos comenzaban a notarse, su anterior cabello dorado estaba pasando a un tono negro azulado, sus alas de murciélago ya se podían ver en su espalda y sus ojos, sus ojos era lo que mas amaba ver, ya no eran color ámbar, estaban tomando su verdadero color, blanco, un precioso y puro color blanco. Al pequeño, su hermano le parecía algo hermoso e inalcanzable, ya que él era pequeño obviamente, cabello amarillo y ojos cafés, su cuerpo se veía débil y sumiso; siempre pensó que todo lo que su hermano le decía era por un simple cariño fraternal pero, tal vez se equivocaba.
Transcurridos ya dos años, el pequeño aniki aun admiraba la belleza de su hermano mayor, el cual ya estaba en su madurez con 18 años cumplidos, era el día de su última lección; Itsuki siempre quiso saber que hacía su Onii-san en aquellas dichosas lecciones así fue a ver -¿Qué estaría haciendo Onii-san todos estos años en sus lecciones?- Se preguntaba, ya casi era la hora en que Yuuze terminaba y salía, eso quiere decir que estaba en su especie de graduación. Ya estando frente a la habitación medio abrió la puerta y para su sorpresa, no pudo creer lo que encontró.
Su querido Onii-san estaba muy cerca al cuello de una hermosa chica, su lengua rozaba sutilmente aquella delicada área mientras la joven se estremecía por el contacto. El pequeño no podía creerlo o aún peor, no quería aceptarlo; ver a su Onii-san tocar y saborear de esa manera a alguien ~ Onii-san, ¡NO!... no puede ser, ~ se repetía mentalmente mientras aparecían lágrimas en sus ojos su cuerpecito comenzaba a temblar de la ira, trataba de aceptarlo, ya que era muy normal que su Onii-san tuviera una prometida porque pronto sería el rey de su mundo y necesitaba una reina, pero su corazón le dolía, en cuestión de segundos todas la cosas que le había dicho su hermano le pasaron por la cabeza ~ Te quiero… Itsuki…. Soy tuyo… No te dejaré nunca… Itsuki… estaremos juntos por siempre…. Itsuki…. Itsuki… ~ La voz de su querido hermano resonaba incesantemente en su cabecita; ya su rostro estaba todo mojado por sus lágrimas, en ese instante Yuuze notó su presencia y dirigió su mirada a la puerta, al ver a su hermanito en tal estado su mirada era de preocupación.
-¡Itsuki!- Gritó y seguidamente el pequeño corrió y corrió para alejarse lo mas rápido posible del lugar; logró salir al jardín trasero el cual siempre se mantenía solo con la idea de haber logrado escapar pero no fue así.
-Aquí estas- Se oyó la voz del mayor, el pequeño fatigado de tanto correr volteó esperando ver donde se encontraba Yuuze pero no lo encontró.
-Acá arriba- Le dijo, e Itsuki levantó la cabeza; efectivamente su hermano se encontraba sobre él, con sus alas extendidas, suspendido en el aire, era algo cautivante ver la forma de su hermano que se delineaba sobre la forma de la luna; el pequeño niño trató de huir nuevamente pero su Onii-san le detuvo sosteniéndolo fuertemente entre sus brazos en el aire, aquel abrazo se sentía de maravilla.
-O…Onii-san… lo siento… no quería interrumpir- (sniff, sniff)
-No es por interrumpir que estas así ¿cierto?- El mayor bajó al suelo y se sentó en el aún acurrucando a su aniki entre sus brazos.
El pequeño Itsuki ante aquella pregunta sólo agachó la cabeza; no podía mentirle a su hermano, era como si leyera su mente.
-No debes sentirte así, aunque…no te culpo-
-Onii…-
-¡Te quiero!- Interrumpió Yuuze –Todos estos años he tratado de transmitírtelo….- Abrazó al pequeño –Te quiero Itsuki… sólo a ti-
-Pero Onii-san ¿y tu prometida?-
-¿Quién?-
-La hermosa chica de la habitación, estabas pronto a morderla ¿cierto?-
-Ah…. Si, pero no significa nada, es parte de las lecciones…allí te enseñan a controlar tus poderes, a poder usar tus alas a la perfección, y a saber como morder adecuadamente para evitar lastimar a tu elegida, pronto a ti también te corresponderá hacerlas, debes formarte para ser un príncipe ejemplar-
-Onii-san… también te quiero, pero…. tu querer no es el mismo que el mío- Acabando de decir eso el aniki se abalanzó sobre Yuuze y lo besó torpemente por aproximadamente tres segundos.
Al separarse aún mantuvieron sus caras a poca distancia, Yuuze sonrió y le dijo suavemente antes de responderle en beso –No sabes que tan semejantes son-
-Onii… nnn… ah….nnn….- Los besos eran desesperados y torpes debido a la poca experiencia del chiquito, pero lamentablemente tuvieron que parar porque Itsuki necesitaba aire, en ese momento Yuuze aprovecho de abrazarlo fuertemente contra su pecho –Itsuki… no tenía planeado decírtelo aún, quería esperar a que fueras mayor pero te lo diré…desde hace ya tiempo lo decidí… quiero que mi sangre sea tuya… que sólo tú la tomes-
Luego de oír esto el niño abrazó a Yuuze –Onii-san… yo también… yo también quiero que tomes mi sangre…. Soy muy feliz…- Por un momento pensó –Demo… Onii-san…mañana serás el rey y… pronto deberás casarte para así poder tener hijos… esto es imposible- Anexó en infante muy desanimado
-Por eso,… mi primer informe como “soberano” será que, “no me voy a casar”, serás mi pareja-
-Demo…Onii-san- Volvió Yuuze a interrumpir al niño.
-Sólo tú serás mi compañero,…-
-Mamá y papá no estarán de acuerdo con eso Onii-san-
-Lo sé, pero lo tendrán que aceptar-
-Onii-san… ¿puedo pedir algo? –
-Claro mi pequeño Itsuki dime-
-Quiero…quiero…. Pues…- El aniki estaba nervioso –… si tarde o temprano yo te daré mi sangre y tú la tuya puedes… tomar mi sangre… ¿ahora?-
-¿Estas seguro Itsuki?... porque tú aún no puedes tomar la mía… no te han salido los colmillos-
-Hai… Onii-san… quiero que lo hagas- Dijo el pequeño mientras apartaba un poco de cabello que le cubría el área.
-Está bien…- Yuuze sin hacerse rogar mordió el delicado cuello de su hermanito, succionaba su sangre sin mucha prisa para poder saborearla a gusto.
-Ah…Onii-san… se… se siente bien….- El pequeño temblaba y su respiración aumentaba debido al placer que le estaba causando el ser mordido por su hermano mayor. En pocos segundos Yuuze entrometió una de sus manos bajo el pantalón de su aniki ya que se le notaba una pequeña erección.
-Ah… Onii-san… mmm… Onii...nnn…- El próximo Rey subía y bajaba por toda la corta extensión de su hermanito y en poco tiempo el pequeño se vino por primera vez en su vida, quedó abrazado a su Onii-san hasta que se reguló su respiración, le dijo muy suavemente antes de caer dormido –Onii-san… eso… fue genial… te… te amo… quiero estar contigo… por… siempre-
Yuuze estaba feliz de haber logrado hablar con su aniki sobre ese tema y mejor se sentía por saber que iba a ser posible todo lo que había soñado; llevó a Itsuki a su cuarto para que descansara y se dispuso él también a dormir porque ya iba a amanecer.
En un par de años más los padres de los príncipes fallecieron, quedando Yuuze como supremo líder de nuestro mundo y Itsuki quien tenía para ese entonces 10 años comenzó con las “lecciones” para ser un buen príncipe.
Actualmente Itsuki ya cumplió 18 años, es un vampiro mayor, su cuerpo ya está bien formado, su cabello ya no es rubio, pasó a ser blanco, sus alas son negras, semejantes a las de su hermano, y sus ojos ya no son cafés ahora son rojo carmesí. Ayer cumplió su mayoría de edad y ya puede contactar con el mundo humano al igual que yo lo estoy haciendo en este momento al hablar con ustedes mis queridos amigos, que cómo sé esto, pues bien, la verdad es que… yo soy aquel pequeño niño, si, soy Itsuki. Estoy feliz de poder compartir mi historia con ustedes, soy feliz junto a Onii-san quien aún sigue siendo nuestro Rey; como lo dijo en aquel entonces informó que no se casaría, todas las chicas del pueblo están desilusionadas y nadie más que yo sabe la razón de esa decisión. Onii-san me ama, y yo lo amo… estaremos juntos por siempre. Ahora estoy seguro de eso… ayer, como regalo por alcanzar mi madurez tomé su sangre y pasamos una muy placentera y erótica noche (no pienso contarles ¬¬), el néctar de mi Onii-san es realmente delicioso, (para los mal pensados, me refiero a su “sangre” ^^U). Onii-san tiene 28 años pero siempre conserva esa belleza en él.
-Itsuki… ¿con quien hablas?- (Interrumpió entrando en la habitación un chico)
-OH… Onii-san, les estoy contando nuestra historia a los humanos… ¿Sabías que en su mundo tampoco aceptan relaciones como la nuestra?... No somos los únicos… pero hay un grupo numeroso el cual si podemos compartir nuestro amor… porque…. De verdad quería compartirlo con alguien OwO.
(Yuuze se acerca y lo abraza por el cuello, ya que Itsuki está sentado)
-Lo siento… ya nos vamos…. otro día seguimos- (Dice el mayor mientras cerraba la transmisión)
(Antes de cerrarse por completo se logró ver a Yuuze susurrándole lascivamente al oído a Itsuki)
-Itsuki… tengamos una noche como la de ayer-
-…nnnn…Onii-san… Ahha… no…para… nos puedes ver-
-Tranquilo…ya lo cerré… vamos… dame de comer…mmmm
*********************FIN DE LA TRANSMISIÓN**************************