Vestidores/Callejón (I).
-¡KRUM!
El enorme cuerpo del capitán caía desde una altura considerable, la bludger que le había pasado rozando la oreja había dado una brusca vuelta y se había impactado en su cabeza. Solo pude ver como sus manos se separaban de la escoba y su cuerpo inconciente se perfilaba al vacío.
Me dirigí a él lo más rápido que mi escoba podía dar; con una caída de esa altura, se mataba o acabaría varios días en la enfermería; me preocupaba que el equipo pierda, y aunque no debiera, me preocupaba Krum, inclusive si fuese un patán, un malhumorado o un simio odioso.
Si tuviese mi varita… Estiré los brazos,… no llegaría a tiempo, a menos que salte de la escoba… ¿Cuántos metros habrá de aquí al piso?... ¿10?, no moriré pero si tendré lesiones…
Me paré sobre el mango de mi vehiculo, flexioné las piernas y enseguida tuve a Krum entre mis brazos pegado al pecho, giré en el aire esperando el impacto sobre mi hombro.
-¡¡Aresto Momentum!!
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-¡Vik, Vik, ¿Me ves?, ¿Puedes verme?, Tiene abierto los ojos¡
No podía ver bien, se vía algo borroso… Mi cabeza…
-¡Capitán, capitán! ¿Se encuentra bien?, ¡Enserio, disculpe, sentimos no haber llegado a tiempo!
-¿Qué… qué sucedió?
-Una bludger te golpeó la cabeza. ¿Me podrías devolver mi brazo?, si sigues así podrás dejarme sin el.
Enseguida me di cuenta, estaba apretando el brazo de Wood, quien me tenía recostado sobre su pecho. Me aparté bruscamente de él, con el rostro completamente sonrojado, al ver esto, el novato sonrió y me sonrojé más… ¿Por qué me estaba sonrojando?, Llevé una mano a la zona adolorida.
-¡Vaya capi, si que es un cabeza dura!
-¡Calla Andy! ¿Cómo es que no me golpeé con el suelo?
-Wood brincó de su escoba en un acto valiente pero estúpido y el entrenador usó un hechizo para que no cayeran al suelo.
De nuevo he sido salvado por un Gryffindor…
-¡Vik, me alegro que te encuentres bien, por las barbas de Merlín y no llegaba a conjurar el hechizo! Oliver ganó un poco de tiempo al intentar detener la caída.
Wood…
-Bien, daremos por terminada la práctica hoy, vayan a las duchas.
Me levanté y caminé hacia las duchas con una sola cosa en mente… Oliver Wood…
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Krum pasó junto a mí con una mirada inexpresiva, algo pensativa… ¿Por qué me preocupaba tanto?
Me desvestí junto a los demás jugadores y abrí la llave de agua; una cálida sensación chorreaba desde mi cabello, escurriéndose por mi cuerpo y anegándose en mis pies. Volteé a la dirección donde Krum se bañaba, el agua caía por su cuerpo muscular, pero estaba inmóvil como una enorme piedra.
-Vik… ¿Será que puedas cerrar?
Ya me encontraba colocándome los pantalones cuando el entrenador se acercó a Krum, este había asentido sin mucho ánimo.
Todos se habían ido, solo el capitán y yo nos encontrábamos en los vestidores. Me senté en un banquillo con el torso descubierto y esperaría hasta que Viktor Krum apareciera.
El ruido del agua cesó y los pasos húmedos se acercaron a donde yo estaba.
El capitán Krum había terminado de bañarse, de su corto y negro cabello caían algunas gotas de líquido, que resbalaban por sus enormes músculos, en su cintura una pequeña toalla se había enrollado dejando ver sus bien labradas piernas. Una mirada perdida se topó con la mía.
-¿Te encuentras bien?
No me contestó y se limitó a caminar hasta su casillero. Más ya no podía hacer, me levanté para irme y fue cuando escuché un golpe metálico y una réplica.
-¡¿Por qué lo hiciste?!
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Estaba furioso y confuso, más confuso que furioso, un remolino de sentimientos se hacía presente en mi interior.
Encogió los hombros, me dio la espalda y se comenzó a meter los zapatos.
-¡Contéstame, ¿Por qué lo hiciste Wood?!
-No lo se, supongo que no podía ver como morías, es cierto, fue algo estúpido, pero fue lo que me instinto me obligó a hacer, tenía que salvarte.
Salvarme… ¡¿Salvarme?! No necesitaba su compasión.
-¡Yo no te pedí que me ayudes!
-Aún así decidiste dejarte guiar por mí cuando te indiqué donde estaba la snitch. Y cuando caías estabas inconsciente así que no pudiste decir nada, y aunque lo hubieras hecho, no te hubiera hecho caso.
Ya me había colmado la poca paciencia que tenía; me acerqué hacía a él como un bólido, lo giré de frente a mi y lo empujé contra los casilleros.
De nuevo me retaba con esa mirada propia de los Gryffindors.
-¡La próxima lo haré, aunque me supliques que no lo haga, Krum!
-¿Quién dijo que habrá una próxima vez?
Mi pecho se agitaba con fuerza, mis piernas empezaban a temblar; veía su rostro desafiante, sus castaños ojos que penetraban a los míos; ahora estaba seguro, confusión era lo que dominaba mi cuerpo, ¿Por qué mi corazón comenzaba a latir con mas fuerza?, ¿Era odio, resentimiento? ¿Qué era este sentimiento que se extendía por mi cuerpo? Era algo nuevo para mi; Alcé el brazo y cerré el puño; ¡Viktor contrólate, contrólate, no le dejes un ojo morado!; mi puño se aproximó a su rostro.
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Me va a golpear… No importa Oliver, sabes que no le tienes miedo; ¿Pero por qué no te mueves, por qué no te estas defendiendo?, ¿Acaso es capaz de hacer algún tipo de magia con sus ojos por lo que no puedes moverte?, ¿Por qué sigo clavando mis ojos en los suyos?, ¡Aparta la mirada Oliver!
Lo siguiente que sentí fue algo cálido, casi inexplicable, no me dolía. Sus labios se habían pegado a los míos con fuerza, la mano con la que había pensado golpearme ahora me acariciaba la mejilla. Fue un momento tan brusco como suave, su boca se movía muy lentamente al compás de la mía, su rasurado bigote me raspaba deliciosamente, podía sentir la aspereza de sus manos, una en mi cara y la otra colocada ahora en mi pecho.
¡Oliver, líbrate de su boca antes de que te pierdas más!, no caigas Oliver…
Creo que es imposible librarme de esto ya… Levanté los brazos para rodearlo y en ese momento mis ojos que se habían cerrado al iniciar el beso, se abrieron; ¡Mierda, me he puesto duro!
Le aparté de un empujón, enseguida sus ojos se hicieron tan grandes como platos, cayó de sentón sobre una de las bancas; miré hacia abajo y observé su toalla corrida; ¡También él se había puesto duro!
-Viktor…
No hallaba las palabras para expresarme, algo se había apoderado de los dos. Tomé mis cosas con una mano, y con el pecho todavía expuesto, salí con prisa de los vestidores.
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-Viktor…
Fue lo último que pronunció antes de irse a toda prisa y de que yo pudiese darme cuenta de lo que había ocurrido.
Caminé por el pasillo con mi escoba a cuestas, los pies me pesaban bastante y el cuerpo no me respondía tan bien después de una no muy reparadora noche.
-¡Eeeh Capi!, ha llegado tarde, usualmente es el primero en llegar.
-Andy…
Le saludé con pesadumbre, alcé la mano con la palma al frente y saludé al resto del equipo con un silencioso asentimiento, enseguida mi perdida mirada voló a un costado de los vestidores donde me había encarado con Wood la noche anterior; para mi sorpresa ahí estaba él, sentado con la vista perdida en el suelo.
-Vale chicos, hoy no habrá entrenamiento.
Todas las cabezas se giraron hacia a mi, unas con curiosidad y otras con preocupación.
-Nos tomamos el día libre, el entrenador ha accedido, por lo que iremos a tomar UNA cerveza a la taberna.
-Capi… ¿Seguro que no le afectó el golpe de ayer; quiere que lo lleve a la enfermería?
-No me ha pasado nada Andy.
Quizá mentía…
-Lo se… estamos a un par de días del juego, pero eso no significa que no podamos estar relajados para el gran partido contra los irlandeses. Así que todos encaminados hacia la salida, nos vamos a la taberna.
Varias sonrisas aparecieron a mí alrededor mientras caminaban a empujones hacia la puerta. Wood salió de último junto conmigo.
-Wood… Yo…
-¿Si capitán Krum?
¡¿Capitán Krum?!...
-No… nada… apresúrate con los demás.
-Enseguida capitán.
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