La Hokage miraba la pila de papeles sobre su escritorio; esa mañana estaba especialmente ocupada y por más que sabía que debía avanzar aunque fuese solo un poco para poder estirar las piernas en la terraza mientras tomaba un poco de sake, aun no podía siquiera comenzar.
Desde hacia tiempo Tsunade se enfrentaba a un problema que no podía resolver, y a pesar de que este se debía a razones que no competían para nada a un Hokage; ella se veía impedida a abandonar a uno de sus subordinados más queridos en la misma búsqueda infructuosa en la que había dejado caer a su compañero de misiones Jiraya.
Si lo pensaba con detenimiento Naruto y Jiraya compartían ese deje de similitud que más que causarle ternura y alegría, la agobiaba.
El expediente de Naruto que llevaba a su derecha más de 2 meses la atormentaba ese día con muchísima más fuerza que semanas anteriores, hoy el rubio favorito de Konoha estuvo apunto de morir.
Sakura y Sai se habían negado a pasar algún tipo de reporte, eso sin importar el griterío de sermón que les dio, pero ella lo sabía, incluso antes de revisar sus conductos de chackra; Sasuke Uchiha se estaba cansando de que el rubio lo persiguiera cada vez que tenia oportunidad y cada vez se ponía más serio con sus ataques que aunque todavía no tiraban a matar poco les faltaba.
Ya estaba harta de prohibirle a Naruto ir tras Uchiha, cansada de que la desobedeciera y que sus compañeros lo cubrieran… pero sobre todo cansada de ver a Naruto en una cama de la enfermería lastimarse a si mismo por que el zorro de las nueve colas lo llevaba al limite.
*Susupiró*
Como Hokage lo único que quedaba era imponerle un severo castigo por desobedecer ordenes, como su Obaa-san lo que debía hacer era buscar una verdadera solución al problema.
Lo que la llevaba a otro problema, que aunque en un principio no parecía meritorio de atención debía atender si no quería perder a todo ninja competente que se parara a menos de 2 metros de Rock Lee.
De Lee no tenia ni la más mínima idea de que era lo que le ocurría. Solo que tras la misión diplomática más corta de la historia el pelinegro había regresado más distraído que de costumbre y eso, claro, para un Ninja era una petición de muerte.
En este momento, todo el equipo de Gai estaba internado en el hospital. De no haber sido por los oportunos movimientos de Neji los tres hubieran muerto debido a los errores de Lee. Cuando los visitó en su habitación el chico se veía sumamente perturbado por ese hecho.
Gai se lo pidió con lagrimas en los ojos y ella contrariada había aceptado, sabían que era duro pero no habría más misiones para Lee hasta que él se concentrara en lo que resultaba verdaderamente importante.
Ella no precisamente era alguien con corazón de pollo, pero debía aceptar que sintió una terrible punzada en el pecho al ver la resignación del muchacho cuando se le avisó que estaba suspendido como ninja hasta nuevo aviso.
Tsunade dejó caer la cabeza sobre el escritorio y volvió a toparse con la imagen de Naruto y fue cuando se le ocurrió.
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Lee se presentó en el despacho de la Hokage solo. No había querido que sus compañeros lo acompañaran por que ya se temía las próximas órdenes. Le dolía saber que pronto la baja temporal a la que había sido sometido sería indefinida y todo debido a su torpeza.
Intentó mostrar una alegría que no sentía, tenia un pequeño discurso de agradecimiento por haberle permitido ser ninja todo ese tiempo pero mientras más avanzaba más se daba cuenta de que se atragantaría con sus palabras.
Abrió la puerta con las manos temblorosas, era la segunda vez que su camino Ninja estaba en riesgo y curiosamente el inmediato responsable era la misma persona, Gaara... Sacudió la cabeza y giró la perilla al tiempo que pedía permiso para pasar, no era verdad, el único culpable volvía a ser él.
-Hokage-sama me mandó a llamar-
-Así es Lee- La rubia hizo un gesto con la mano para que se acercara – Tengo una misión para ti-
Los ojos de Lee se abrieron a más no poder -¡¿Enserio?!-
Tsunade asintió y le tendió el expediente de Naruto
-Es sobre Naruto-kun- no se molestó en abrir el expediente -¿Le ocurre algo?-
-Últimamente ha estado más concentrado en traer a Uchiha de vuelta a Konoha que lo a priorizado sobre las misiones- Lee asintió – El consejo teme que él también deserte en su búsqueda-
-Pero Sakura- san y Sai-kun no lo permitirían – objetó el pelinegro
-Eso Rock Lee es algo que se ha puesto mucho en duda, así que tu misión será vigilar que Naruto no haga ningún movimiento extraño o intente irse de la aldea-
-Claro Tsunade-sama-
Lee estaba dispuesto a irse cuando la hokage lo detuvo –Si fallas esta misión- miraba hacia otro lado concentrada en sus papeles –tu baja será definitiva-
Se permitió tensarse ligeramente pero luego sonrío y elevó un pulgar – No le fallaré Hokage-sama, no lo haré- y tras eso desapareció.
Tsunade solo esperaba haber hecho lo correcto.
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Lee suspiró, a pesar de que se había mostrado bastante confiado con respecto a eso de vigilar a Naruto 24x7, la verdad es que se le estaba haciendo algo bastante complicado.
Al rubio lo acompañaba la fuerza de la juventud y siempre andaba de un lado para otro.
Sai lo había descubierto el primer día y aunque prometió no revelar que seguía a Naruto ni preguntar por que lo hacia, era evidente que no estaba haciendo bien su trabajo pues le costaba mucho trabajo concentrarse.
Kakashi-sensei lo miraba de reojo de vez en cuando y si Sakura-san no lo había descubierto era solo por que Sai la distraía cada vez que estaba a punto de hacerlo.
Hinata, Kiba, Shikamaru, Shino, incluido Akamaru sabían que seguía a Naruto y si la Hokage se hacia de oídos sordos era solo por que Naruto aún no lo descubría y el rubio era su misión.
-¿cómo vas con tu misión ultra secreta?- se burlo Tenten apareciendo a un lado haciendo que Lee casi cayera del árbol donde melancólicamente soñaba despierto
-Pues…- ambos miraron como a través de la ventana Naruto devoraba su ramen instantáneo.
-¿Nos dirás por que lo sigues?- Tenten se refería a ella y a todos que impulsados por Kiba comenzaban a creer que Lee estaba enamorado de Naruto o algo similar y solo por eso no le habían dicho nada al rubio como si esperaran en que momento Lee se atrevería a declarársele. La chica sonrío de solo pensarlo.
Lee negó
-Bueno, entonces supongo que no nos acompañaras a Neji y a mí en el entrenamiento-
Lee se mordió el labio tentado a dejar su puesto –No puedo-
La chica suspiro –Esta bien, pero comenzaré a creer la versión de Kiba-kun si sigues así-
Lee arrugó el ceño sin comprender -¿cuál?-
-¡Que estas perdidamente enamorado de Naruto!- Le dijo con burla antes de desaparecer
¿…l enamorado de Naruto?, miró hacia la ventana, el rubio no era desagradable pero definitivamente solo era su amigo y era la única manera en la que podía mirarlo. A él le gustaba otra persona y desgraciadamente él solo había sabido usarlo.
Se aguantó las ganas de llorar, ya había derramado muchas lágrimas y sobre todo ya había perdido mucho como para seguir permitiéndose perder más.
Gaara nunca lo había querido.
Se secó las lágrimas y miró una vez más por la ventana, Naruto ya no estaba.
-¡Cejotas!- la alegre exclamación del rubio casi lo mata del susto cuando lo encontró a su lado
-Na…Naruto-
-¡Hola! ¿Sorprendido?-
Lee definitivamente ya no sabia que hacer
-Supongo que si, pero puedo preguntarte algo- aquel Naruto era algo un tanto serio y tétrico -¿Por qué me has estado siguiendo?-
Bueno, parecía que el chico también se había dado cuenta
-Yo… Yo… Esto…-
-Fue Tsunade oba-cha- parecía pregunta pero era más una afirmación -verdad- y sin dejar que Lee pudiese siquiera articular una palabra Naruto apretó los puños, esa mujer tenia muchas cosas que explicarle y desapareció.
Lee se quedó ahí, estático como una piedra ¡Naruto lo había descubierto!, La misión había terminado y él falló.
No…
Eso solo significaba una cosa…
Ya nunca más podría ser Ninja.
Pero eso era lo que él era, que se suponía que haría ahora, si ya no era Ninja ya no habría razón de nada.
Era una sensación indescriptible ver tus seños esfumarse tan rápido como la nube de humo que Naruto dejó al desaparecer.
…
…
…
Se paró decidido, él tenia que explicarle a Naruto… ¿pero que?, Tsunade lo dijo, él era un peligro para sus compañeros. Lo mejor era ya no ser Ninja.
Recordó las muchas cosas buenas que le trajo ser Ninja, sus amigos, su misión en la vida y sus desgracias…
Gai sensei siempre había creído en él y ahora lo iba a defraudar.
No
…l era Lee, Rock Lee, el mejor Ninja taijutsu de konoha. No podía dejarse vencer, no de nuevo.
Debía de encontrar la manera…
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-¡¿Por que mandaste al cejotas a espiarme?!- replicó airado Naruto tan pronto entró a su despacho sin tocar
Tsunade se mordió el labio, era cuestión de tiempo que Naruto lo descubriera… aunque de verdad le hubiese gustado que tardara solo un poco más para poder aprobar a Lee.
-Si no tropezó conmigo fue por que me hice a un lado- No recordaba que su amigo fuera tan malo espiando, pero sin duda si habían elegido a Lee era por que subestimaban sus habilidades –Además no se que pretende Tsunade oba-chan, pero yo no voy a hacer nada malo-
-¡Naruto!- lo reprendió la hokage por irrumpir en su oficina así
-No voy a ir tras Sasuke a mitad de la noche- reclamó cruzando los brazos, bien sabía que lo espiaban por el último encuentro con su amigo y es que desde ese momento no le habían dado misiones.
Al menos el chico negaba uno de los grandes temores que ella y los ancianos miembros del consejo tenían. Suspiro.
-No sé si estas informado pero Lee fue suspendido-
Naruto abrió la boca y se crispó, no quería pensar que Lee lo espiaba por voluntad propia –Entonces…-
-Aún así, yo le dí la misión de vigilarte solo para ponerlo a prueba. No eres precisamente el mejor Ninja rastreador, así que supuse que eso le otorgaría algo de ventaja y dado que siempre estas en movimiento pero que no tendrás misiones por un tiempo eras el candidato perfecto-
-Estas diciendo que vas a seguir sin darme misiones-
Tsunade sintió una gotita resbalar por su sien –No Naruto-
-Pero…-
-Nada de peros Naruto, dejaste la última misión inconclusa por ir tras Sasuke y no es necesario que te repita que debes ser castigado por eso-
El rubio hizo un gesto de desagrado – Pues ya descubrí al Cejotas, si fuese un Ninja enemigo ya me hubiera encargado de él- hizo un ademán de practicar sellos
-Lo sé- Tsunade negó y se sintió decaída. Lo correcto sería ordenar a Lee abandonar su camino Ninja, pero eso definitivamente sería como matarlo.
Naruto entrecerró los ojos –El cejotas estaba a prueba ¿no es así?-
Tsunade movió la cabeza de arriba abajo
-Y ¿Qué pasa si no aprueba?-
Ambos rubios cruzaron la mirada – Dejará de ser ninja-
-¡¿QUE?!- Naruto se precipitó al escritorio de la Hokage –¡No pueden hacerle eso!-
-Mira Naruto sé que es difícil, pero ha cometido errores de principiante en cada misión y en la última casi mata a todo su equipo, no podemos arriesgarnos. Lo mejor es causarle una baja definitiva ya que ni siquiera puede cumplir con una misión rango D. Tal vez en un futuro si…-
-Sabes que no es cierto, si lo dan de baja ¡nunca volverá a ser Ninja!-
Tsunade miró hacia otro lado ¿Qué más podía hacer?
-Yo, yo… - se sintió culpable, si no se hubiera ido tan molesto a reclamarle a la hokage y hubiese escuchado a Lee, entonces tal vez…- ¿podrías darle otra oportunidad?-
-Naruto…-
La puerta se abrió de improviso
-¡NARUTO!- Lee entró a la habitación casi como un rayo, temiendo haber llegado demasiado tarde y casi lo creyó por los rostros acongojados que le dirigían ambos presentes –Yo, No culpes a Hokage-sama, la decisión de seguirte fue mía-
El rubio lo miró con cara de circunstancias al igual que Tsunade quien alzó una ceja curiosa sobre lo que pretendía decir Lee ahora que había sido descubierto
-Yo Naruto- Lee se acerco a él, sus mejillas se coloraron levemente y Naruto tuvo una especie de deja vú –Yo… quiero que seas mi novio-
La cara del rubio era todo un poema, eso contrastada con la expresión de seguridad de Lee. Tsunade se permitió esbozar una sonrisa por que si Naruto respondía correctamente Lee tendría una prorroga.
La rubia carraspeo y Lee la miró solo de reojo mientras que Naruto se giró levemente como si de un robot se tratase –Creo que esa es una discusión que no deberían tener en mi despacho- sonrío casi malévolamente –Naruto ¿qué era lo que venias a decirme?-
Lee abrió los ojos más si se podía ¿acaso eso significaba que había llegado a tiempo y Naruto-kun no había reclamado nada?. Miró al rubio con muchísimo mayor insistencia.
Y entonces como un balde de agua fría para el rubio todas las piezas cayeron en su lugar. Todo dependía de su respuesta.
Si se negaba a salir con él eso significaría que la misión de Lee estaba dada por terminada, lo darían de baja y jamás volvería a ser Ninja. Por otro lado, si aceptaba eso solo significaría un cambió de enfoque en la misión pero aún no la había fallado pues podía seguir cerca de él vigilándolo.
Maldición, maldición, maldición… ¿qué se supone que iba a hacer?
-Naruto- Le presionó la Hokage llamándolo suavemente
Maldición…
…
-Yo… Si- su voz absolutamente mecánica fue como una bendición a los oídos de Lee mientras que Naruto lo sentía como aceptar su sentencia de muerte.
Tsunade sonrío, definitivamente y aunque las cosas no marcharon como esperaba que lo hicieran por fin podría tener a Naruto alejado del problema Uchiha y a Lee pegado del niño milagroso de konoha.
Por fin podría tomarse ese vaso de sake que tanto deseaba.