Al otro día yo me acababa despertar, cuando abrí los ojos me lleve una gran sorpresa ya que yo me había quedado dormido sobre la cama, sin acostarme en ella y estaba con mi ropa, pero estaba con mi pijama y estaba metido en mi cama. ¿Cómo me era posible?, me preguntaba a mismo, en ese minuto me acorde que en la habitación estaba el rey vampiros y pensé quizás el me puso la pijama y tenia que verficarlo.
Así que me saque la pijama y me puse otra ropa, la cual consistió en una polera azul, unos jeans claror, al estar listo salí de mi habitación y fui a la otra y toque la puerta, espere que me dijeran el pase y yo entre en la habitación de Tezuka.
- Buenos días, su alteza
- Buenos días, Fuji
- ¿Cómo pasaste la noche?
- Bien y ¿tu?
- Bien
- Fuji, no me digas su alteza solo dime Tezuka – me dice seriamente
- De acuerdo, oye Tezuka ¿te puedo hacer una pregunta?- le dije con una sonrisa y le pregunte con curiosidad
- Si
- Ayer en la noche, ¿tú me pusiste el pijama y me acostaste en mi cama?- le pregunte algo sonrojado
- Si ¿Por qué?- me pregunto aun con seriedad
- Curiosidad nada mas que eso – le dije mientras me caía una gotita en la cien
- Ya veo y ¿ya pensaste a quien quieres que elimine?- me pregunto viéndome a los ojos
- No aun no – le dije con nerviosismo
- Valla que eres lento – me dice con ironía
- ¿Por qué lo dices?- le pregunte curioso
- Por que otros humanos ya me lo hubiesen dicho, a mi párese que no odias a ese humano que quieres que elimine – me dijo cursándose de brazos
- Si lo odio – le digo algo molesto
- No lo odias – me dice serio
- Si
- No
- Si
- No
- Si
- No
- Si
- Si lo odió y se llama Atobe Keigo – le digo gritando
- Valla así que así llama ese humano – me dice con una sonrisa sádica
- Si ese el nombre del tipo que quiero matar-le digo algo molesto
- ¿Por qué te costaba tanto decírmelo?- me pregunto con una mirada burlesca
- Por que no pensé que lo quisieras matar tan pronto – le digo mirando para otro lado
- Ya veo, pero ya obtuve el nombre, fui me cenicillo sacártelo de la boca – me dice sonriendo
- Si, ¿acaso provocaste esta discusión apropósito?- le pregunte sorprendido
- Si
- ¿Por qué?- le pregunte con curiosidad
- Por que si nunca me lo dirías- me dice seriamente
- Entiendo, ¿Cuándo lo vas a matar?- le pregunto con seriedad
- Hoy en la noche – me dice como si nada
- De acuerdo
- ¿Tienes algo más que me quieras decir?- me pegunta viéndome a los ojos
- No nada, mas en la casa hay de todo para que puedas comer yo me tengo que ir hacer unas tareas a la biblioteca de la cuidad – le digo tomando la manilla de la puerta
- Y ¿Por qué no las haces aquí?- me pregunta curioso
- Por que aquí no tengo el material – le digo con falsedad
- Ya veo, nos vemos – me dice y se voltea
- Nos vemos – le digo y salgo de la habitación
Después de eso salí del departamento, la verdad es que no tenía tareas, si no que necesitaba a estar solo para poder pensar en como fui tan estupido en caer en esa trampa tan tonta caí como un niño en la trampa de Tezuka y además esa noche mi enemigo toda la vida moriría a merced de este vampiro.
En ese minuto me acorde de toda las fechorías de que ese engendro me había echo, entonces si se merece la muerte, aunque se que después de esto mi alama se ira al infierno pero no importa con tal de que ese imbecil se muera y no vuelva a apacer nunca mas.
Me dije a mi mismo mientras sonría con una sonrisa muy sádica, luego de pensar en las miles de maneras en que Tezuka mataría a mi enemigo. Me volví al departamento ya que me moría de hambre y tenia la curiosidad de que Tezuka me dijera como mataría a ese desgraciado.
Pero no tuve suerte ya que cuando llegue Tezuka no estaba, así que me hice algo de comer y luego me senté a leer un libro, para pasar las horas y llegara la hora de la muerte de ese rufián
Aclaración: en los primeros tres capítulos Tezuka flota, no camina pero del cuarto en adelante si lo hace, hasta el penúltimo capitulo.
Continuara
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