El primer beso que nos dimos fue… extraño. Oh, claro que lo fue…
Light Yagami, un joven de cabello castaño al igual que sus ojos, se encontraba mirando con leve molestia al chico que se encontraba sentado al lado de él. Era… irritante. Claro que lo era. No solo te acusan de ser Kira, si no que te obligan a estar esposado con L, un detective privado que es muy extraño, que utiliza la misma ropa todos los días, su dieta solo basa en dulces y… bueno, la lista sigue; gracias a dios el pelinegro tenía la misma capacidad para pensar que él mismo, así que no tendría el problema de estar con un completo idiota que se hace pasar por detective.
-- Yagami-kun. -- Lo llama sorpresivamente, haciendo que éste se de vuelta al instante. Raito asiente con la cabeza en señal de aprobación. -- Alguna vez… ¿Has besado a alguien?-- Light arquea una ceja ¿Acaso era una broma? ¿Esa pregunta ayudaría a saber si era, o no, Kira? No… no podía ayudar (aunque estaba claro que el NO era Kira, obviamente).
-- Claro que si, ¿Por qué preguntas eso?-- L se encogió de hombros y siguió con su vista puesta en los televisores. -- ¿Y tú?-- Talvez la pregunta no era necesaria, pero estaba cansado de hablar sobre Kira y quienes había asesinado éste.
-- No, nunca. -- Respondió mirándolo con aquella mirada perdida. Apoyó un dedo en sus labios y lo siguió mirando… como si lo estuviera investigando. -- Yagami-kun… bésame. --
¿¡Qué!? ¿Acaso Ryuuzaki se había vuelto loco? Pensó Raito, abriendo los ojos como platos.
-- ¿Q…qué?--
-- Que me beses. -- Dejó de apoyar un dedo en sus labios y agarró uno de los tantos dulces que se encontraban delante de él, saboreándolo lentamente con su lengua.
Hipnotizado con la imagen, Light no dijo nada y un leve –muy leve- sonrojo apareció en ambas mejillas. Apartó la vista del detective y fingió estar muy atento en lo que leía. -- Bésame. -- Repitió. -- Solo es un beso… ¿No? Quiero saber que se sien…-- Ahora el sorprendido era el pelinegro al ver como su boca mantenía contacto con el de cabello castaño.
El ojimarrón pensó que si alguna vez en su vida hacía algo como eso, iba a separarse de inmediato, pero no lo hizo… había pensado mal. La boca de Ryuuzaki era adictiva, con aquel toque dulce que lo caracterizaba. Era… una adicción. Agarró del cuello al detective incitándolo más y éste se dejó mientras su mano se abría paso entre los cabellos del menor.
El de ojos negros fue cerrando, por instinto, sus ojos dejando que Light hiciera lo que tuviera que hacer; ya que él no tenía saber en aquella zona… jamás había besado a nadie (y ni hablar del contacto físico). Poco después sintió como Light mordía suavemente su labio superior; L reprimió un leve gemido de molestia.
-- ¡Ryuuzaki! Ya hemos llegado. -- Al oír la voz de Matsuda detrás de ambos, se separaron al instante.
-- Delicioso. -- Escuchó murmurar Light al ojinegro. Sonrió para sus adentros, cayendo en cuenta que el primer beso del pelinegro había sido con él. Pudo ver como Ryuuzaki volvía a apoyar su dedo índice en sus labios. ¡Kami! Que sexy lo hacía ver ese gesto…
-- Bueno, ¿Se divirtieron mientras no estábamos? -- Bromeó uno de los policías.
Ambos jóvenes no dijeron nada, sólo se limitaron a mirarse entre sí y sonreír lentamente. Oh, por supuesto que se diviertieron.
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