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GRAVITY por Foxlady

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GRAVITY

GRAVITY

A SABER RIDER/FIREBALL NC-17 SONGFIC

FOR DALIA.

 

Coming up beyond belief on this coronary thief

More than just a leitmotif more chaotic, no relief

I'll describe the way I feel weeping wounds that never heal

Can the savior be for real or are you just my seventh seal?

 

El exclusivo club en la sección más cara de Fantasy estaba abarrotado, sombreado por el humo y las luces de neones relucientes que interrumpían la oscuridad sin realmente iluminar a la multitud que bailaba, bebía y se divertía del modo más hastiado y decadente posible, como estaba de moda en la alta sociedad sofisticada. Después de todo, estaban en medio de una feroz guerra interestelar: si el mundo podía acabarse en cualquier momento, había que disfrutarlo. Y por ello la música sonaba rápido y enloquecedora como pulsos, las luces palpitaban y los bailarines se agitaban dentro de sus jaulas semidesnudos y brillantes como gemas.

La juventud que podía pagar estos excesos bebían en vasos fluorescentes mezclas opacas o fumaban con las largas boquillas de moda, recostados en sillones o apoyados en columnas metálicas: y todos ellos miraron con ojos entrecerrados, delineados profusamente y cargados de pestañas negras o plateadas, tupidas y retorcidas a la moda unisex al extraño visitante que cruzaba los salones VIP con un paso rápido y seguro que tenía poco de ver con el sensual y ondulante arrastrar de pies que era la regla.

El visitante no llevaba ninguna de las ajustadas túnicas o trajes negros o metalizados que dictaba la moda, ni el maquillaje de rigor, ni labios plateados o dorados, ni el corte de moda que pegaba el cabello a la cabeza y cortaba asimétricamente con láser las puntas, fijándolas con gel. No sólo ignoraba la música, o las mujeres que intentaron detenerlo, sus formas voluptuosas aumentadas por los vestidos aglobados traslúcidos o metalizados que llevaban, sino que parecía ignorar la misma fiesta, mientras buscaba con ojos sorprendentemente claros entre la multitud, algo o alguien.

- Una copa, señor?- le dijo un camarero durlano, inclinándose: el visitante se giró, ignorando la copa, pero clavándole al camarero una mirada que lo hizo enderezarse. Era obvio que el visitante estaba acostumbrado a mandar, y que no estaba acostumbrado a tener demasiada paciencia, o al menos esta noche estaba muy cerca de acabársele. El camarero se irguió, y a pesar de las modestas ropas civiles del visitante – jeans, chaqueta de mezclilla azul, un camisa blanca sin corbata- aguardó con deferencia, aún antes de notar la discreta estrella de oro de los Star Sheriffs en el bolsillo de la camisa.- Señor?-

- Busco a Ariyama Kenji, el hijo menor del holding Ariyama-Hikari.-

- El joven Kenji está en el salón bermellón, al fondo. Desea que le entregue un mensaje, señor?- dijo el camarero obsequiosamente.

- Muéstreme el camino.- dijo secamente el Star Sheriff, y tomando la bandeja del camarero, la dejó en una mesa con una mirada que admitía réplica, a la que el camarero se encontró avanzando por los pasillos del club como si hubiera dejado de tener dominio sobre su cuerpo y la voz del desconocido le diera órdenes ahora a su espina dorsal.

O por lo menos, había encogido sus triples gónadas durlanas.

 

No hesitation, no delay you come on just like special K

Just like I swallowed half my stash  I never ever want to crash

No hesitation, no delay you come on just like special K

Now you're back with dope demand I'm on sinking sand

 

- El salón bermellón… es más bien exclusivo… y la gente paga mucho por su privacidad.- dijo el camarero desesperadamente, aunque sin dejar de avanzar mientras el sheriff desconocido avanzaba detrás suyo por los pasillos ricamente alfombrados y tapizados.

- Tendrán que devolverle el importe de su reserva, entonces.- comentó con acidez el visitante, cuyo cabello rubio corto y perfecta afeitada proclamaban a kilómetros su pertenecía a las fuerzas regulares del Comando. El camarero eligió callarse sabiamente, pero entonces oyeron una debacle en el final del pasillo, en donde frente a una puerta encarpetada en rojo anaranjado discutían dos mujeres y un muchacho, tironeándose el pelo y arañándose con las largas uñas rojas de moda.

- Señoritas!- exclamó el camarero, intentando encontrar un espacio por donde avanzar- Por favor, qué…-

- …l me llamó a mí primero!- gritó la primera, una pelirroja rapada cuya única vestimenta era un corsé de cuero rojo, un látigo y un vibrador.

- No, a mí!- gritó la siguiente, una rubia de pelo corto con uniforme SS.

- No, están locas, él me mandó llamar a mí!- gritó el muchacho, que llevaba unos calzoncillos imitación piel de conejo y orejas peludas colocadas en lo alto de la cabeza, con una cola de conejo desprendible pegada a la cabeza de un dildo.

- No estén peleando… puedes entrar todos a la fiesta…- dijo una voz sedosa y sensual, y la puerta se abrió para revelar a un hombre muy joven, casi un muchacho, con el cabello negro peinado y fijado a la moda cubriéndole un lado de la cara, el ojo visible ferozmente maquillado en negro y plata, y los labios plateados. Llevaba el torso desnudo excepto por un signo masculino colgando de una cadena y piercings negros en pezones y ombligo: la larga bata de satén que le colgaba de los brazos no disimulaba la esclava en su brazo delgado pero musculoso, y el pantalón de satén color rojo vino que proclamaba a gritos la inexistencia de nada entre él y la piel le colgaba de los huesos de las caderas, brillantes por bronceado láser.

- Ariyama-sama!- corearon los tres acompañantes escasamente vestidos, y entraron a la habitación con pasitos ansiosos. El camarero intentó abrir la boca, pero el ocupante del cuarto bermellón ya había reparado en el visitante vestido de mezclilla, y si bien un rubor cubrió sus mejillas maquilladas y hubo un leve parpadeo de vergüenza de sus párpados pesadamente maquillados y decorados con pestañas postizas, se recompuso, colocando las manos con uñas largas en las caderas.

- Vaya, vaya. Bienvenido,  Mr Greystwalthry, puede sumarse a la fiesta si lo desea.-

El visitante así llamado dio un paso y el camarero se salió del camino sabiamente: un momento después, había aferrado al muchacho del brazo, entrado con él al cuarto y cerrado la puerta de un portazo.

El camarero, que tenía experiencia en estas cosas, se felicitó de haber escapado sin daño ni cargo de lo que parecía iba a ser un incidente interestelar dado que por lo que sabía, y había reconocido el momento en el que el muchacho habló, el Jinete Sable no iba a estar peinando Fantasy, el asteroide de la diversión, por tonterías.

 

Gravity

No escaping gravity

Gravity

No escaping... not for free

 

- Pero qué demonios has estado haciendo? April está medio enferma de la preocupación, Colt hasta ha ido a Kathay a buscarte a tu casa, y el Comando mandó una alerta uno a media galaxia para encontrarte!- susurró Sable urgente, secamente, sin soltar el brazo enjoyado del que hacía tres meses había sido su piloto y amigo, el Star Sheriff ( honorario) Ariyama Kenji, nombre código Fireball.

El muchacho se soltó, con un esfuerzo brusco, y dándole la espalda al que había sido su oficial superior, se recostó en uno de los sibaritas sillones de látex que decoraban la habitación. Entre el humo de espeso incienso y la sluces rojas y anaranjadas, Sable pudo ver abundantes grabados chinos que eran brillantes obras maestras de lo obsceno: en una alfombra roja, dos muchachos tan andróginos que era difícil sabes su sexo durmiendo abrazados, desnudos excepto por pintura dorada en figuras caprichosas sobre sus cuerpos y grandes y colgantes aretes de oro: una joven sólo cubierta con un velo rojo de tul descansando en unos cojines, y un hombre alto y musculoso, de color, con el cabello decolorado blanco, que fumaba un narguile con éxtasis, enseñando una espléndida desnudez.

Las tres adiciones a ese extraño harén ya estaban desnudos también, y jugando: el muchacho con orejas de conejo se había recostado junto al dios de ébano, y las dos mujeres habían apoyado sus pechos desnudos en los muslos de su antiguo colega, besándole la piernas y los brazos.

 

Sable cruzó la habitación a trancos y se quedó de pie frente a Fireball, que lo miraba con los ojos entrecerrados mientras la mujer vestida de SS metía una mano en su pantalón.

- Me escuchaste? Contéstame! Qué demonios crees que estás haciendo? Pensamos que te había ocurrido algo, estábamos preocupados!-

- La vida de soldado… no es para mí.- dijo al fin Kenji sonriendo.- Lo siento, Sable, tendrás que irte solo. Pero si quieres puedes quedarte y pasártela bien un rato…-

- Vas a desertar?- dijo Sable, su voz medianamente desolada, mitad decepcionada. Kenji apartó la mirada, negándose a ver el desprecio en los ojos de su antiguo jefe.

- Nada personal, Sable, es sólo que… para qué? Igual vamos a perder, yo estuve allí y sabes perfectamente que Nemesis y los outlanders son demasiado para nosotros… además, soy muy joven para matarme por nada, y no sirvo para levantarme temprano.- agregó con una risa floja.- Me gustan las fiestas… a ti te hace falta divertirte… vamos, chicas, anímenlo.- dijo con un gesto, y de inmediato ambas mujeres dejaron a Fireball para aferrar las piernas de Sable y pasar la lengua por las costuras de sus jeans, hasta llegar al cierre.

Sable se echó atrás y las apartó tan bruscamente que casi se golpearon contra la alfombra. Su rostro estaba pálido de rabia.

- Fuera. Todos ustedes. LARGO!- exclamó.

- Cómo te atreves…- empezó Kenji Ariyama, levantándose, pero Sable lo empujó de vuelta a su sillón de látex rojo, se volteó, y echó una mirada circular con sus ojos como plata líquida.

Hubo un susurro, un jadeo, e incluso aquello completamente drogados por el narguile huyeron de la habitación sin decir una palabra ni molestarse en cubrirse. Hubo un momento de batahola en la puerta en que todos intentaron huir a la vez de esos ojos de nitrógeno líquido, y luego la puerta de cerró de golpe, dejando al hijo menor del holding Ariyama- Hikari solo con el soldado más laureado de la galaxia.

- Bueno.- dijo el joven millonario de Kathay, estirándose para tomar el narguile descartado.- Tú sí que sabes cómo arruinar una fiesta…-

La modesta bota castaña, usada y gastada del soldado pisó el narguile, lo rompió, y lo arrojó de una patada al fondo de la habitación.

- Oye! La hierba es cara!- exclamó indignado el joven Ariyama.- Cómo te atreves? No voy a dejar que me faltes el respeto, por muy Jinete Sable que seas, no te voy a admitir que… quieres que llame a seguridad? Ya no tengo nada que ver contigo!- agregó rencorosamente.  Pero no había acabado de hablar cuando el soldado lo aferró de la bata de satén, lo sentó en la alfombra, y le vació el contenido de un florero encima.

* SPLASH*

- OYE! PERO QU… TE HAS CREÍDO?-

- Estás despierto o sigo?!-

- Estoy despierto!-

- No. Estás muy drogado.- * SPLASH!*

- YA BASTA!- gritó el joven poniéndose de pie de un salto y tratando de quitarle el florero. Sable dejó que se lo quitara, pero tan pronto Kenji lo hubo dejado caer, se tambaleó bajo sus pies y cayó de rodillas, sólo los reflejos de Sable para sostenerlo evitando que cayera de bruces en la alfombra.

- Dame… el narguile.-

- No. Se acabó. Te vuelves a casa conmigo.-

- No puedes ordenármelo… soy un civil…- protestó Fireball, tratando de alcanzar el narguile roto.

- No presentaste tu renuncia: sólo te largaste tras unas vacaciones que se suponían eran de dos semanas.- dijo Sable con frialdad.- Eres un desertor. Y a los desertores tengo licencia para matarlos donde los encuentre.- acabó, arrojándolo sobre el sofá de látex con un envión de sus brazos fuertes.

 

I fall down... hit the ground

Make a heavy sound

Every time you seem to come around

 

- No… por favor…- Kenji manoteó vagamente mareado, apenas consciente.- No puedes matarme… o si me vas a matar dame el narguile una vez más… por favor, te lo suplico…-

- Qué demonios te poseyó, Fire?- preguntó Sable sin esperar contestación, inclinándose para mirar a su antiguo colega, observando los iris completamente negros.- No puedes estar diez minutos sin aspirar azurita special? Qué más te has estado metiendo en el cuerpo?-

Kenji intentó esquivar su mirada, agitando los brazos, pero Sable se los sujetó, y tomando los extremos de la bata, los inmovilizó.- Te pregunté qué mas te has estado metiendo!-

El catayano se hizo una bola en el sofá, y empezó a gemir y jadear, ignorándolo. Sable lo dejó y dio una vuelta por la habitación, recogiendo unas pastillas verdes, otras blancas, un polvo dorado. Al fin, con un paroxismo de rabia, las arrojó contra la pared, y se volvió al jadeante joven, que había resbalado del sofá al suelo.

- Debería preguntar que no te metiste! Esto parece el maldito mostrador de la maldita SDEA! Eres un imbécil! Gracias a Dios que April y Colt no han tenido que ver esto, se habrían muerto de la pena!- gritó, volteándolo en la alfombra de una patada.- April ha llorado por ti, Colt ha llorado por ti, yo he llorado por ti, y tú estabas aquí escondiéndote, follándote prostitutas y metiéndote droga? Me das asco!-

- No quiero… volver… no quiero volver…-

 

I'll describe the way I feel you're my new Achilles heel

Can this savior be for real or are you just my seventh seal?

 

- No te dejaría volver! Eres una vergüenza… un fracaso!- gritó Sable, arrojándolo una vez más al sillón.- Mírate al espejo! Mira lo que eras, y mírate al espejo! Te acuerdas? Te acuerdas de April y de Colt? Quieres que te vean así?!- agregó, enfrentándolo a uno de los lujosos, dorados espejos. Kensji intentó apartar el rostro sudoroso y temblequeante, pero Sable lo obligó a aguantar la mirada, y al fin empezó a sollozar.

- No… no quería seguir… me iba a equivocar y los iba a matar a todos… no podía seguir, no quería… seguir peleando… nos iban a matar… no quería morir… no quiero morirme…-

- Cobarde, traidor… desertor.- dijo Sable con frialdad mientras Kenji sollozaba  a sus pies.- Me da vergüenza haberte escogido, Fireball.-

- No… lo siento… no le digas a April…-

- Por supuesto que le voy a decir. Con todo detalle!-

- No! Sólo diles que me fui…- gimió Kenji.- Dame el narguile… dile a uno de los chicos que venga…-

- Te tomaste un Oxygen. Estás incómodo, verdad?- dijo Sable con más desprecio si cabía. Una erección incontrolable abultaba el pantalón de seda de Fireball, palpitando, sonrojándolo. …l se sentó, intentando disimular patéticamente, pero la cabeza le colgaba sobre los hombros por la necesidad de la droga que aspiraba.

- Sable… por favor! Lo necesito!-

- No.-

- Por favor! Sable,  Por favor, por favor… te pagaré!- gimió.- Lo que quieras! Mil créditos, dos mil…-

Sable se volteó y le dio un puñetazo, tan fuerte como para lanzarlo casi al centro de la alfombra. Cuando Kenji alzó la cabeza temblorosa, Sable ya estaba encima suyo, alzándolo para golpearlo una, dos, tres veces, hasta que Fireball rodó y se protegió lo mejor que pudo, gritando y quejándose.

- No! Me duele! No me pegues, me duele!- gimió.- Dame el narguile… me duele! PARA!-

- Defiéndete!- gritó Sable, obligándolo a levantarse.- Sabes judo, aikido, tempo… defiéndete, maldita sea!-

- No puedo! Me duele! Sable, para, me duele….!- sollozó Kenji, resbalando hasta quedar tendido de espaldas en la alfombra, jadeando, su cuerpo desparramado, sudando hasta empaparse, el pantalón grotescamente abultado por el efecto de las drogas. Sable lo miró, su propio aliento agitado por la violencia y la rabia, y siguió mirándolo al ver cómo el joven drogadicto empezaba a masturbarse furiosamente ante sus ojos, su jadeo casi llanto, mientras intentaba frotarse contra la alfombra desesperadamente, arrastrándose hacia el narguile roto.

- Maldita sea. Maldita sea, Fire.- susurró Sable, dejándose caer de rodillas a su lado y sujetándolo.- Es eso lo que quieres? Es eso lo que necesitas?-

- Dame el narguile…-

 

No hesitation, no delay you come on just like special K

 

- No.- dijo Sable bruscamente, y lo estampó de bruces contra la alfombra, antes de atarle las manos a la espalda con la bata de seda y con un solo movimiento áspero quitarle los pantalones. – Dime que al menos usaste protección.- agregó con frialdad, observando sus puntos más íntimos, dándose cuenta que estaban enrojecidos y dilatados, pero sin manchas de semen aparentes.

 

Just like I swallowed half my stash  I never ever want to crash

 

Fireball jadeó como si la exhibición de su intimidad lo excitara, sus muslos temblando espasmódicamente.- Son… reglas de la casa… Ah! Sable, no pares!- gimió enloquecido al sentir a su capitán tocando su carne inflamada e hipersensible por la droga. – Por favor… por favor…- repitió, arrastrándose y moviéndose como un gato en celo.- Sable…-

 

No hesitation, no delay you come on just like special K

 

 

- Si eso es lo que quieres, lo tendrás.- dijo Sable con la voz ronca, frotándose los ojos húmedos, la voz tensa de rabia.- Fire, cómo has…?- susurró, y por un momento pareció a punto de echarse a llorar.- Cómo has podido caer tan bajo? Qué te hicimos? Porqué no nos dijiste nada, cómo pudiste abandonarnos así?-

 

Now you're back with dope demand I'm on sinking sand

 

Fireball apretó los puños y los dientes, pero no dijo nada, excepto arqueando más su espalda temblorosa. Sable lo atrajo contra él con brusquedad, y le robó el aliento al apretarse contra él, al hacerle sentir la evidencia de su rabia y su excitación, y él lo miró por sobre el hombro, el maquillaje corrido por el sudor.

- Por favor! Oh, por favor!- gimió el catayano, para emitir un largo grito de alivio y terror cuando el soldado lo fijó contra el suelo y sin ninguna ceremonia lo sintió penetrarlo con un miembro duro y poderoso, dilatándolo con un solo violento empuje hasta adentro. – Sí! No pares… más duro… aaah! Sí, sí, adentro… -

 

Gravity No escaping gravity

 

- Cállate.- dijo Sable con la voz ahogada.- Cállate!- repitió, sujetándole las nalgas que exhibían las marcas de otras manos, moretones de otros que habían montado su carne tibia. Cuántos? Sable hubiera temido preguntar.

- No pares! Ah… tan duro… tan fuerte… sabía que eras así…- gimió Fire, aferrándose a la alfombra. Sable lo empujó al suelo y allí cambió su posición, colocando el muslo de Fire en su hombro, para dejarse llevar por embestidas más lentas y crueles- Ah… Sable…-

- Te gustaría que April o Colt te vieran así? Qué crees que dirían?- dijo Sable con crueldad, acelerando el paso. Fire cerró los ojos e intentó aferrar su propio miembro con las manos y hundirse en el placer, pero Sable le sujetó las muñecas.- Contesta! Qué crees que dirían? Crees que ella se reiría si te viera arrastrándote y babeando por un poco de droga? Crees que a Colt le gustaría verte ofreciéndole tu ano al primero que quiera metértelo?-

- No… cállate… ah!- Fireball gimió cuando Sable aferró ambas piernas y las empujó contra su pecho, estrechando el pasaje al punto del dolor sin detener su movimiento rápido y brutal.

- Ella lloraría si te viera así. Sé que lloraría. Intentaría limpiarte el vómito y curarte el trasero, trataría de quitarte la adicción pero lloraría tanto… y si supiera que le echas la culpa a la guerra de todo esto, se sentiría tan culpable! Ella suplicó para que te dieran tu puesto, respondió por ti, y así le pagas?!-

- Ah… AHHH! Me estás… me duele!- jadeó Fire manoteando.- Déjame! CÁLLATE!-

- Y te imaginas la reacción de Colt, verdad? Te imaginas la rabia… te imaginas la paliza que te daría? El asco que le darías? Quizá te matara para evitar que te degrades más…-

- No… no! Ya basta! Déjame, hijo de puta… suéltame! Me duele!-

 

 Gravity

 

- Te acuerdas cuando charlábamos los cuatro en la cocina, Colt cocinando ramen para ti, te acuerdas cuando tomábamos misiones y estabas tan orgulloso de completarlas? Recuerdas tus medallas, recuerdas cómo los niños te pedían autógrafos…? Quieres que te tome una foto ahora y la publique?-

- No… no… Sable… déjame en paz…!- Fire emitió un largo gemido, un largo sollozo, cuando Sable lo aferró del pelo y lo sujetó en la alfombra en posición fetal. Estaba a punto de gemir por el narguile cuando el fuerte miembro de Sable encontró un punto dentro suyo que lo hizo ver estrellas, y gimió estremeciéndose mientras Sable mezclaba ese placer con dolor al aferrarle las sienes y acercar su rostro al suyo para seguir hablando, aún sin detener el salvaje ritmo de sus caderas.

- Te acuerdas cuando dormías en la cama de April, en su regazo, cuando tenías pesadillas? Te acuerdas cuando tú y Colt lavaban el Bronco y el Fury a mano, y se empapaban con las mangueras, y jugaban? Te acuerdas cuando llegábamos agotados de una misión, y dejábamos Ramrod en algún lugar tranquilo, para que pudieras dormitar al sol, en el césped, apoyado en alguno de nosotros, como te gustaba?-

- Sable…- gimió el muchacho, cerrando los ojos, el deseo por el narguile reemplazado por el fuego, el placer y la agonía en su interior. Se volteó a la alfombra, emitió un sollozo avergonzado, desesperado, cuando una mano fuerte y firme tomó su miembro y empezó a acariciarlo en sincronía con los brutales empujes: pero Sable no se detuvo, y siguió hablando en su oído, con tanta crueldad como la de su cuerpo.

- Arruinaste todo por ser tan cobarde!- gritó Sable con ira salvaje.- Arruinaste todo, y éramos tan felices! Cómo pudiste abandonarnos? Cómo pudiste dejarnos así?!-

- Perdón! Sable, me duele, perdóname… tenía miedo! Perdón! Para! Perdóname…lo siento! Te lo ruego, para, lo siento, no lo haré más…! Sable, por favor, no puedo más!-

- No te permitiré dejarnos! Eres nuestro, y maldita sea, no te dejaré escapar! Eres mío!- gritó Sable, sujetándolo contra él. Fire emitió un grito de agonía mezclado con su desesperado orgasmo, y se enderezó empalándose lo mejor posible en la verga que apenas lograba caber en su carne, aún usada y dilatada. Sable lo aferró, y Kenji gritó su placer y su brutal orgasmo mientras el soldado lo penetraba una y otra vez con una violencia que parecía homicida, una rabia a la que no le importó sentir sangre, o sollozos, o súplicas, para forzar el tibio esfínter a la más abyecta rendición. Cuando al fin su antiguo jefe se dejó estallar en el interior de su carne, Kenji gritó sintiendo el líquido como lava inundarlo por dentro, marcando su absoluta derrota, el absoluto dominio del otro: y acurrucado en posición fetal, sangre y semen corriéndole por los muslos, temblando en el comienzo del síndrome de abstinencia, miró a dos ojos de plata salvajes y heridos sobre él, y susurró:

 

No escaping... not for free

 

- Te amo…-

 

 

I fall down... hit the ground make a heavy sound

Every time you seem to come around

 

 

Fireball despertó en la enfermería de Ramrod, suero en el brazo, envuelto en uno de sus queridos pijamas de franela roja: el dolor de cabeza y el de los moretones se había ido, pero sus músculos tiesos y flojos le dijeron que al menos llevaba cinco días inconsciente.

Con el temor con que palpas un hueso roto inspiró, intentando encontrar el dolor de la abstinencia: pero no era más un clamor vago, supuso que difuminado por analgésicos poderosos y ansiolíticos escogidos.

Ni siquiera le temblaban las manos, hasta que recordó parte de los ocurrido y se llevó las manos a la cabeza, estremeciéndose. Qué había hecho? Qué diablos había hecho?

Lágrimas ardientes de vergüenza y de dolor empezaban a empaparle las pestañas, cuando levantó el rostro y vio dos botas blancas de armadura entrar, seguidas por calzas negras de kevlar, un sable dorado, pechera blanca y dos ojos serenos y color cielo de invierno.

- Hola.- dijo Sable con suavidad, un dejo extraño en su voz.- Cómo te sientes?-

Fireball asintió vagamente, un nudo en la garganta, incapaz de mirarlo a la cara. Luego oprimió las manos contra las mantas, y se inclinó tanto como pudo, su frente casi tocando sus rodillas, sintiendo una lágrima caer caliente en la colcha blanca de la enfermería.-  Su… suminasen!- gimió.

- Fire…- la voz de Sable era tensa, nerviosa.- Enderézate, te marearás… no tienes que disculparte. Yo… no supe enfrentar la situación y perdí el control, tanto como tú.- dijo en voz baja.- Debía haber sabido que te estábamos presionando demasiado, debí haber visto…-

- No! Todo fue culpa mía, me porté como un imbécil… perdóname, estaba drogado y loco y yo…-

- Shh.- Sable le puso una mano en el hombro, pero luego la retiró.- No… no te preocupes. Te traje…- dijo inspirando, poniéndole una carpeta en las manos.

- Colt y April… lo saben? April me vio…?-

- No.- dijo Sable en voz baja.- No, no les dije nada.-

- Gracias.- dijo Fire sin voz.- Qué… qué es esto…?-

- Tu petición de baja, por… problemas de salud.- dijo Sable suavemente.

Una lágrima resbaló por la pequeña nariz de Fireball y cayó en la hoja. Lo miró, los ojos inundados, y apretó las manos.

- Quieres que la firme?- susurró.- Me estás… me estás echando?-

- Dijiste que era mucha presión, que no podías soportarlo más.- dijo Sable sin mirarlo.- Nunca fue mi intención pedirte más de lo que podías dar, Fire. Tú y Colt son… civiles: no tienen nuestro entrenamiento, ni nuestra experiencia… Fue injusto que les pidiera ustedes lo mismo que a April.-

- Pero… no quiero irme.- susurró Fire, a punto de echarse a llorar.- Me porté como un pendejo malcriado… un idiota… pero Ssable, Ramrod es lo único que he hecho en mi vida! Lo único bueno que tengo…el único sitio donde he sido feliz!-

- Es mejor que te vayas.-

- No! Sable… castígame si quieres, mándame a la corte marcial, pero no me eches! Por favor!-

- Fire, maldita sea…- dijo Sable moviendo la cabeza, los ojos húmedos.- Te estabas destruyendo, estabas deshecho y todo fue por mi culpa, por no verlo a tiempo… si estabas tan desesperado debiste habernos dicho! Haberme dicho a mí!-

- Tenía miedo…- la voz de Fire se estranguló.- Tenía tanto miedo de fallarles… de que me odiaran… o de que acabaran muertos por mi culpa! Sable, si algo les pasa, me moriré!-

- No puedo soportar verte así otra vez. No quiero volver a verte perder el control.- dijo Sable, acariciándole la sien. – Porqué tuviste que recurrir a algo así?-

- Era… lo que hacía antes.- dijo Fireball, cerrando los ojos.- No lo entiendes? En ese mundo mando yo… todo lo que sea dolor, o placer, o peligro, lo ordeno yo, y allí… nadie me importa, no tengo miedo de lo que me pase a mí, pero como allí no hay nadie que me importe, nada… nada puede lastimarme!- Fire hundió el rostro en las manos, y luego aferró puñados del kevlar negro del uniforme de Sable.- No lo entiendes? Si te veo morir a ti, o a mi April, o a Colt, enloqueceré! Yo soy el piloto, si algo ocurre, será mi culpa! Yo los amo demasiado… no soporto verlos sangrar! No lo soporto!-

- Estamos en guerra.- dijo Sable, tratando de controlarse.- Sólo podemos hacer… lo mejor que podamos, pero no voy a destruirte por… no me importa que seas el mejor piloto que he conocido, no te forzaré a quedarte si… si no puedes más- agregó sentándose en la cama, tocándole la cara. Fire sepultó la cabeza en su hombro y lloró, mientras Sable lo acariciaba, y cuando fin se calmó, pegó su mejilla húmeda y afiebrada contra la de su superior.

- Perdóname… te quiero… no me eches.-

- Sólo si puedes perdonarme a mí. Perdí el control. Cuando te vi así, yo…-

- No digas nada. Estaba loco…- Fireball se secó los ojos patéticamente con los dedos.- No sabía lo que hacía… estoy tan avergonzado…-

- No sabías… lo que hacías?- susurró Sable, una terrible desesperanza en su voz.- Pues dijiste… me dijiste…- Sable inspiró.- Que me amabas.-

Fire levantó la vista como cogido en una trampa. Sable lo miró, y se pasó una mano por la cara antes de volverse para salir.- Comprendo. No… no te preocupes…-

- Sable.- dijo Fireball, intentando levantarse.

- Quédate ahí, estás con sonda!-

- Sable, yo… lo dije porque estaba drogado.- dijo Fireball, mirándolo a la cara, viendo esos ojos grises llenarse de dolor.- Lo dije drogado porque nunca me hubiera atrevido a decirte lo que de verdad siento sobrio! Yo no te merezco!- agregó atropelladamente, luchando con los cables y cánulas que lo sujetaba, enredándose y perdiendo el equilibrio. Sable lo atrapó antes de que cayera, acomodándolo en su regazo, aún con los pies enredados en la colcha, y Fireball se quedó mirándolo desconcertado, porque Sable estaba riendo, aunque tenía los ojos entrecerrados, y llenos de lágrimas.

- Sable…-

- No, no te mereces a un reglamentista bastardo y puritano santurrón como yo.- dijo Sable riendo, apoyando su frente en la suya.- Ay, Fire… pero me temo que tendrás que soportarme, porque yo también te amo.-

 

No escaping gravity

 

- … lo soportaré…-

- Aunque te prohíba narguiles, jovencitos vestidos de conejo y demás?-

 

No escaping gravity

 

-… cuenta si te pones tú las orejas?-

- Espera sentado.-

 

No escaping gravity

 

- Eres un puritano santurrón.-

- Gracias. Ahora métete a la cama, que cuando te recuperes tengo planes.-

 

No escaping gravity

 

- Planes?-

- E involucran batas de seda y otras cosas…- Sable lo arropó.- Pero como soy un puritano santurrón, no diré nada.-

 

Gravity

 

 

- ¡!-

 

OWARI!

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