Antes de contar mí historia… Quiero presentarme, así sabréis quien cuenta esta historia. Pues bien, me llamo Yagami Sakura y tengo 20 años y estoy estudiando en la Universidad de farmacia. ¿Mi carácter? Pues soy algo bastante animada, aunque me deprima con demasiada facilidad… Pero tengo el apoyo de mi novia Shinomori Subaru, que aunque esté muy lejos de mí, yo se que me ama mucho… Simplemente porque me lo demuestra cada día. ¿Qué como es ella? Pues si empiezo a decir no callaría… solo puedo decir que tiene 17 años y está estudiando en la INEF –estudios de educación física-, y pues de todo ella me encanta, hasta de sus pequeños defectos me vuelven loca de amor… ¿Nuestros aspectos? Pues eso os iré explicando al largo de esta historia…
Y aquí empezamos con la historia…
Pues no me acuerdo de gran cosa, pero era de noche y yo estaba caminando en dirección a mi casa. Estaba saltando de alegría porqué había estado hablando con mi Subaru por móvil, tiene una voz tan dulce… Que incluso pensar me hacía feliz. Las calles estaban verdaderamente oscuras y era difícil de ver, ya que las luces comenzaban a apagarse; no debería estar tan tarde en la calle, pero mi mejor amiga me obliga a quedarme con ella hasta que salga de su trabajo… La verdad es que me quita tiempo para hablar con mi amor, pero que se le va a hacer, tengo el consuelo de que me llama cuando puede.
Llevaba rato caminando, no se cuanto rato… Pero tengo la sensación de que mi casa cada vez estaba más lejos y que nunca llegaría… Empecé a sentirme extraña, a sentir mareos y ver como todo daba vueltas a mí alrededor. Me costaba caminar, cada vez más que sentí como mis piernas fallaban… Cayendo sobre mis rodillas y después sin sentido en el suelo, viendo unos zapatos negros delante de mí. Quise levantar la vista para verle el rostro, pero no pude… Mi vista se nubló completamente negro.
Me sentía muy mal y sentía que nunca iba a abrir los ojos, pero notaba como pequeñas gotas de agua fría y constante rozaban mi rostro… Conseguí abrir los ojos y lo único que pude ver es que era de noche, una noche de lluvia constante y el lugar… No lo conocía… Adolorida, me fui sentando con la cabeza dando vuelta y sintiendo como me iba a explotar, pero noté una cosa extraña… Y es que mis manos eran más pequeñas de lo costumbre… No entendía nada, pero empecé a ver a mí alrededor…
-Pequeña –Escuché como una voz lejana, que aturdida solo pude fijar mis ojos miel sobre esa persona que me había llamado así, y entonces mis ojos se abrieron de par en par.
Vi a una chica de cabello melena negro y de unos preciosos ojos azules. Era ella, mi Subaru. Sonreí como niña y quise abrazarla, pero n pude, mi cuerpo no se movía y mi voz no salía de mis labios.
-Pequeña, ¿Y tus padres? –Al hacerme esa pregunta solo pude mirarla extrañada, porqué no entendí porque me trataba como si no me conociera.- Te estás mojando… -Al decirme eso pude ver como me cogía en brazos y me tapaba con su paraguas, cosa que hizo que me ruborizara bastante.- Esa ropa te va demasiado grande… -Dicho eso es cuando me miré y vi que la ropa me iba inmensa.
La miré con cara de pena automáticamente, como solía hacer en el msn con un emoticono… Ella solo me sonrió para empezar a caminar.
-Vendrás a mi casa hoy… Después mañana te llevaré a algún lugar para que busquen a tus padres… -Me dice con esa voz tan amable que me hipnotizaba siempre.
Yo solo pude asentir levemente, solo estando atenta a esos hermosos ojos que siempre me ha gustado. Me abracé a ella tímidamente para quedarme dormida entre sus brazos.
Y así empieza esta historia, hoy y ahora, dándome cuenta los pequeños cambios que voy a tener a partir de ahora.
Continuará……………
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