Fuji pospuso su regreso a Tokio más de dos semanas de lo previsto en un principio, ya que le había surgido otra oferta de trabajo para el lanzamiento de un nuevo perfume, por lo que después de haber terminado en Londres antes de lo contemplado tuvo que volar ese mismo día a Paris y de ahí a Roma donde realizo un artículo para una revista y otra sesión para una casa de moda, luego un grupo que estaba por lanzar su nuevo disco requirió de los servicios del fotógrafo y de Roma se traslado a New York, estaba completamente exhausto, pero lo habían encantado con el concepto de la publicidad, los modelos y escenarios que pondrían. Había estado trabajando más en ese mes de lo que trabajaría en medio año, solo se le comparaba a la semana de la moda en Paris donde en verdad quedaba exhausto, llegando al punto de pasarse tres días sin dormir, por lo que debido a sus viajes por diferentes continentes sus horarios estaban totalmente descontrolados. Tezuka no recibió la noticia con total agrado pero no tuvo otra opción más que respetar su decisión, sabía que era por trabajo y además estaba seguro que el tensai se daría prisa por volver, ya ansiaba verlo para tener entre sus brazos al pequeño tensai que adoraba y pondría a prueba sus resistencia en lo que sería una bienvenida memorable.
-Al fin en casa –murmuro Fuji abriendo la puerta.
Al entrar en la casa no se sorprendió de que todas las luces estuvieran apagadas y que todo estuviera en absoluto silencio, ya era de madrugada pero a veces Tezuka acostumbraba escuchar su música a altas horas de la noche y tenía la esperanza de encontrarlo despierto, dejo las maletas en la entrada pensando que ya obligaría a Kunimitsu a moverlas de ahí en la mañana; se dirigió a las escaleras para ir rumbo a la alcoba que compartía con el tenista, ansiaba que le dedicaran un poco de tiempo y atención, había estado más de un mes sin verlo lo cual era demasiado tiempo. Abrió la puerta de la habitación y con la luz que entraba desde el pasillo contemplo la visión que tenía delante de él, Kunimitsu dormía plácidamente mientras abrazaba una almohada; abrió el bolso que colgaba de su hombro y tomo la cámara, tras ajustarla para las condiciones comenzó a sacarle fotos.
-Eres adorable –dijo Fuji en un susurro.
Ajusto el zoom para que la expresión inocente que Kunimitsu mostraba en ese instante ocupara toda la foto y capturo la belleza y la apariencia sedosa del cabello despeinado del tenista. Esbozo una sonrisa traviesa mientras se acercaba a la cama y tiro hacia abajo el edredón dejándolo cubierto solamente por una fina y delgada sábana blanca, era una verdadera delicia ver a Tezuka dormir con su camisa abierta. Después cuando estuvo satisfecho con lo que había capturado, fue directo al cuarto oscuro de la casa para empezar a trabajar en las fotografías, tal vez revelarlas y tenerlas listas le llevaría toda la noche pero aun así no dejo que sus ojos se cerraran por todo el cansancio de días anteriores, aunque le doliera la espalda terriblemente.
Tezuka se movió en la cama un poco inquieto, trato de acomodarse de nuevo y volver a dormir pero no hallaba la posición mas cómoda, aunque ya estaba despierto no había abierto los ojos, no tenía idea de que hora seria pero no quería levantarse aun; quería volver a verlo, quería tenerlo con él, tenerlo entre sus brazos y no dejarlo ir, la verdad era que extrañaba a Syusuke. Abrió los ojos lentamente con algo de pereza, parpadeo un poco antes de sentarse en la cama y ponerse los lentes, se trono el cuello y salió de la habitación para ir a la cocina por un poco de agua o leche, avanzaba con paso lento casi arrastrando los pies pues todavía se encontraba medio dormido, pero cuando paso delante del cuarto oscuro del fotógrafo alcanzo a escuchar ruidos dentro de este, se detuvo frente al cuarto y pego la oreja a la puerta para escuchar mejor y efectivamente alguien estaba dentro, no podía arriesgarse a abrir la puerta y arruinar el trabajo de Fuji si es que se encontraba trabajando, por lo cual lo mataría, así que la mejor opción era muy simple en su naturaleza, solo tenía que tocar la puerta y esperar a que el tensai le abriera antes de que sus instintos hicieran presa de él, para hacerlo suyo en ese instante.
-Syusuke… –llamo la voz adormilada de Tezuka –¿estás trabajando?
Antes de abrir la puerta Fuji guardo algunas de las fotos que eran exclusivamente para él y las demás las dejo sobre su mesa de trabajo, ya que aun tenía que seleccionar cuales eran las que iba a aumentar, incluyendo las que serían parte de su nueva colección para su próxima exposición.
-Buenos días –saludo Fuji abriendo y estirándose a la vez –recién despierto luces como un niño adorable.
-¿Por qué no me despertaste? –pregunto Tezuka adormilado, con el cabello alborotado.
-Te hacía falta dormir y te veías sumamente tierno –explico Fuji cerrando la puerta.
Tezuka tiro del tensai y lo abrazo con intensidad para después besarlo apasionadamente pues al fin tenia al fotógrafo que tanto había anhelado, Fuji pensaba que todo empezaba a estar en su lugar mientras Kunimitsu no dejaba de besarlo, con una sonrisa traviesa el fotógrafo tomo la mano del chico de lentes en dirección a la alcoba que compartían.
-Te extrañe –dijo Tezuka abrazando por la espalda a su amante, mientras desabrochaba el pantalón del más bajo y daba delicados besos en su cuello.
-Creo que estoy de humor para ser el activo –amenazo Fuji dejándose hacer.
-Eso si yo te dejo –advirtió Tezuka tras meter una de sus manos al pantalón del tensai.
Syusuke iba a contestar pero justo en ese instante Tezuka eligió para morder en uno de esos lugares en los que sabía que tenía un nudo, gimió audiblemente mezclando placer y dolor y dejó que el hombre a su espalda lo guiase hacia la cama. Fuji sintió que por fin estaba en casa y todo estaba en su lugar, se sentía bien, descansado, feliz pero sobre todo amado; cuando Kunimitsu lo recostó en la cama y dejo sus labios para atender el resto de su cuerpo, cerró los ojos por un momento, decidido a concentrarse en todo lo que estaba sintiendo; pero la noche en vela y el cansancio acumulado le ganaron la partida a sus ganas de tener su bienvenida con Kunimitsu, y el fotógrafo se quedo profundamente dormido, el chico de lentes lo acomodo en la cama y lo cubrió con el edredón, mientras él también se dormía ahora abrazado al tensai.
Escasos dos días tuvo Fuji para descansar ya que tuvieron que partir para Madrid, este era el motivo por el que había vuelto a Japón y por la que tuvo que rechazar otra sesión en Estados Unidos, ya que Tezuka participaría en el torneo de esa ciudad y el nunca dejaba solo al tenista en sus torneos para mostrarle su apoyo. Kunimitsu paso casi toda la noche, de la cena para los jugadores, tratando de evitar que el fotógrafo se quedara dormido y se precipitara contra la escultura de hielo, pues paso gran parte de la velada cabeceando debido al cansancio; pero dejo que el tensai durmiera todo lo que quería mientras el entrenaba con Hannah para prepararse para la primera ronda, la cual paso sin mayor complicación.
-Syusuke un placer verte otra vez –saludo Adler tomando su asiento en las tribunas.
-Adler, hace tiempo que no te veía –dijo Fuji contento de verlo.
-Lamentablemente no habíamos podido coincidir –comento Adler sonriente –no podía perderme como Kunimitsu patea el trasero de ese estadounidense.
-El pateo el tuyo primero en los cuartos de final, ¿no? –pregunto Fuji reprimiendo un bostezo.
-Luces cansado –opino Adler tras ver las ojeras del castaño.
-Tanto cambio de horario hace estragos en mi –explico Fuji tallándose los ojos –apenas me estoy acostumbrando a uno cuando tengo que viajar a un lugar donde es ayer.
-¿Por qué no te quedaste en Japón?
-Siempre acompaño a Kunimitsu a los torneos, no iba a faltar a este, además fue mi culpa mis viajes se alargaron más de lo previsto –aclaro Fuji tras un bostezo.
-Deberías de cuidarte mas –recomendó Adler algo preocupado –el debería cuidarte más.
-Ya le he dado demasiadas molestias.
Concentraron su atención al partido que acababa de comenzar; incluso para un jugador de la talla de Tezuka le exigía mucho debido al nivel de sus adversarios, el alemán que estaba con Fuji en las tribunas se la paso muriéndose cada vez que el estadounidense lograba marcarle un punto al japonés, pero este no iba a dejarse vencer tan fácilmente, estaba dispuesto a todo, siempre era así desde que era un adolescente, logro remontar y hacerse con la victoria mientras que Adler no dejaba de vitorear al chico de lentes, por haber pasado a la final.
Cuando regresaron a Japón tras la victoria de Tezuka este solo se tomo un par de días de descanso ya que debía empezar a prepararse para el Roland Garros ya que la cancha de arcilla era para él la más difícil, resultaba muy cansado jugar en ese tipo de superficie; en el Open de Australia se había hecho con la victoria a diferencia del torneo anterior donde había sido eliminado en semifinales, ahora tenía por delante el Rolland Garros y aun recordaba que le había sido muy difícil ganar el torneo, ganando el tercer set en tie break; no iba a permitir que eso pasara de nuevo ya que le había prometido a su abuelo hace casi un año que se convertiría en un ganador del Grand Slam y tenía que cumplir esa promesa. Por otro lado cuando Fuji hubo recupera su sueño habitual después de estar durmiendo prácticamente una semana, se la pasaba en la galería de Yukimura haciendo los preparativos para su nueva exposición, ya había seleccionado las fotos que presentaría y en una buena parte de ellas el objeto central de esta era el tenista mientras estaba dormido.
-Fujiko, ¿acaso Tezuka sabe que le tomaste esas fotografías? –pregunto Eiji que acompañaba al tensai.
-Aun no, pero no tiene por qué molestarse, no hice nada indebido –contesto Fuji mientras paseaban por los pasillos.
-Es cierto, esperaba algo más atrevido y fogoso –comento Yukimura mientras revisaba una lista –me siento un tanto decepcionado.
-Si es que existen esas fotografías son solo para mí –dijo Fuji deteniéndose a observar una del rostro del tenista.
-Hoi, hoi, ¿y ya está todo listo? –pregunto Eiji mientras observaba la misma fotografía –es raro, luce lindo y para nada amargado, serio o aterrador.
-Solo faltan mínimos detalles –contesto Yukimura apartando su miraba de la lista –tienes razón, luce tranquilo y con un aire inocente.
-Es el Mitsu que yo veo –dijo Fuji suspirando.
Desafortunadamente el chico de lentes tuvo que adelantar su viaje a Francia, ya que Hannah quería que tuviera unos partidos amistosos con unos amigos tenistas que lo ayudarían a prepararse; pero este viaje se cruzaba con la inauguración de la exposición del fotógrafo, lo que hacía imposible para Tezuka acudir a esta ya que no le era posible ir y venir desde Francia en un día, ya que su cuerpo podría resentirlo; y también era imposible para Fuji acompañarlo ya que no podía faltar a su exposición, por lo que acordaron que el tensai se reuniría con el chico de lentes en Francia en cuanto le fuera posible. Fue el turno de Syusuke de acompañar a su pareja al aeropuerto para despedirse.
-Que buena toma, es la obra de un genio –comento Fuji señalando un anuncio.
-La tomaste tu –dijo Tezuka mientras jalaba su maleta.
-Ya lo sé, por eso lo digo –dijo Fuji riendo –pero no te puedes quejar, luces muy bien en toda esa publicidad.
-El favor me lo hizo el fotógrafo –agrego Tezuka, revisando la salida de vuelos.
-Gracias, por cierto te puse en la maleta algunas cosas para que me extrañes.
-¿Cómo qué?
-Algunas fotos y unos juguetes –explico Fuji traviesamente.
-No tienes remedio.
-Por eso me quieres –contesto Fuji tomando la mano de su pareja.
-No entiendo porque –dijo Tezuka suspirando.
-Por qué la vida sin mí resultaría todavía más intolerable.
Fuji estuvo con Tezuka y Hannah todo el tiempo hasta que abordaron el avión, pero antes el tensai había lo arrastrado a uno de los armarios de limpieza para poder despedirse apropiadamente de su pareja, sin que las miradas indiscretas de los demás, cuando ambos hubieron satisfecho sus instintos, salieron a reunirse con la chica alemana, que había optado por ir a comprarse un café en lugar de estar buscando a su pupilo, pues sabía muy bien que no debía entrometerse en las despedidas del par de castaños. Fuji volvió a la galería después de que el avión hubo salido, aun tenía que ayudar a Yukimura con algunos preparativos.
La inauguración de la exposición fue el gran evento social de la ciudad y resulto ser todo un éxito, el fotógrafo había hecho gala de sus encantos y todos los presentes pronto estuvieron bajo el cautivante hechizo del tensai, sobre todo a un grupo de italianos al cual Yukimura había invitado, pues estaban muy interesados en que el artista trabajara con ellos, solo cruzar un par de palabras con el castaño, después de haber visto las fotografías, bastaron para convencerse.
Se reunió con el chico de lentes en Francia, días después ya que primero debió atender a la prensa, pues galerista le había arreglado un par de entrevistas para revistas de arte, cuando todos sus compromisos fueron atendidos partió hacia el continente europeo para reunirse con Tezuka, que ya había pasado las primeras rondas del Rolland Garros y ya se hallaba en cuartos de final. En el día que el tenista pudo descansar se lo dedico enteramente al fotógrafo y pasaron la tarde caminando por los Campos Elíseos, donde pasearon por los jardines para después ir a los museos y terminar el día en la afamada Torre Eiffel.
Sin embargo no todo pudo ser felicidad ya en la final donde se había enfrentado una vez más al ruso que venció en Monte Carlo, le había vencido en tie break, dejándole claro que la superficie de arcilla era la que más se le dificultaba al chico de lentes, felicito a su adversario por su victoria y después de la premiación fue directo a los vestidores, donde cuando estuvo solo golpeo con frustración la pared, había fallado y eso no era fácil de perdonar.
-Mitsu, ¿te encuentras bien?
Tezuka volvió su mirada a la puerta del vestidor, donde se encontraba el tensai de ojos azules, los cuales lo miraban con preocupación, asintió y se dejo caer en uno de los banquillos empezando a guardar sus cosas; Fuji se acerco hasta el tenista y se detuvo enfrente suyo, el chico de lentes solo lo miro fugazmente antes de centrar su atención en las cosas que estaba guardando, Syusuke se puso de rodillas y detuvo los movimientos del tenista y lo obligo a verlo, aquella mirada en sus ojos era tan extraña de ver, parecida a la que tenía cuando su abuelo estuvo en el hospital, sin necesidad de decir una palabra Kunimitsu abrazo con fuerza al tensai frente a él, este también lo abrazo y se quedaron así hasta que el más alto hubo recupera su semblante inflexible, así en absoluto silencio salieron de los vestidores y se dirigieron a su hotel para preparar el regreso a casa.
Desde que habían regresado de Paris el tensai noto, a lo largo de esas semanas, ciertos cambios en el tenista, aunque en apariencia se mostraba como siempre, era evidente que el haber perdido el Rolland Garros le había afectado, no era como si hubiera perdido su confianza, es mas en los entrenamientos se le veía más decidido que nunca, pero al mismo tiempo parecía ausente, sobre todo con él, algo le sucedía pero no estaba completamente seguro por lo que estaba pasando el chico de lentes. El tono de su teléfono saco al fotógrafo de sus pensamientos, contesto la llamada de Yukimura, que le pedía que se reuniera con él en la galería, ya que al parecer le tenía una pequeña sorpresa.
-Fuji Syusuke, mucho gusto.
-Syusuke te vuelvo a presentar a los señores Fabio Rossi, Luca Torrebruno y Alessandro Pirlo, quedaron encantados con tu talento –presento Yukimura al grupo de hombres.
Fuji había sido citado por Yukimura en la galería y se encontraban en la oficina del galerista, pues el grupo de apuestos hombres italianos tenían mucho interés en hablar con el artista, todos saludaron con entusiasmo al fotógrafo y cada uno le hizo saber que habían sido fascinados por la obra del castaño.
-Tienen una propuesta que hacerte, que podría resultarte interesante –dijo Yukimura dándole una palmada en la espalda.
Syusuke llego un tanto aturdido a su casa, apenas se había fijado por donde conducía, estaciono la moto y entro a la casa todavía sin creer lo que le habían dicho, sabía bien donde se encontraría el chico de lentes, definitivamente le tenía que comunicar lo que había sucedido, salió al jardín donde se encontraba Tezuka sentado en la banca que había hecho junto al estanque leyendo un libro tranquilamente mientras los peces chapoteaban en el agua, este solo lo miro interrogativamente sin comprender del todo la actitud del tensai que al parecer no podía articular palabra.
-Kunimitsu… tengo grandiosas noticias.
-¿Si? –pregunto Tezuka cerrando su libro.
-Es terrorífico, pero son noticias fantásticas –dijo Fuji pensativo.
-En serio que me gustaría ser participe en la conversación –intervino Tezuka al ver que el tensai no se explicaba –pero ya que carezco de dotes de adivinación tendrás que integrarme para que pueda darte mi opinión.
-Es que es genial –dijo Fuji que aun no podía creer la propuesta –significaría mucho para mí y por supuesto para nosotros.
-¿Nosotros?
-Me han ofrecido que haga un libro como el que hice en la universidad, pero esta vez de otras ciudades –explico Fuji emocionado –tendremos que mudarnos a Italia un año tal vez dos, pero será una experiencia magnifica.
-¿Italia? –pregunto Tezuka sorprendido.
-Sí, Italia, comenzando en Venecia y luego en Roma, Milán, Florencia, Positano y otras ciudades –continúo Fuji con su explicación –será maravilloso.
-¿Aceptaste? –cuestiono Tezuka mas serio de lo habitual.
-Dije que lo pensaría y que les daría mi respuesta en unos días, pero no hay que pensar es una oportunidad única, le diré a Seiichi que arregle otra junta para firmar el contrato.
-¿No crees que te estás apresurando?, no es una decisión que deba tomarse a la ligera.
-Mitsu, ¿qué sucede?, ¿acaso no te alegra esto? –pregunto Fuji algo dolido por ver la reacción del tenista.
El chico de lentes solo se quedo en silencio sin responder el cuestionamiento del fotógrafo, que lo miraba con expectación a la espera de que le contestara, pero las palabras se rehusaban a salir ya que Kunimitsu temía a las palabras que pudieran salir de su boca si le hacía saber lo que en verdad pensaba.
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