El heredero nunca creyó que fuera tan difícil demostrar una infidelidad que para él era segura, ya que no había podido sorprender a Tezuka y Fuji en alguna situación comprometedora a pesar de que Oshitari y el daban las oportunidades para que se diera el engaño, incluso cuando Tezuka había tenido un torneo fuera dejo que ellos fueran solos y mando gente a seguirlos pero cada uno había dormido en su habitación y el investigador no pudo asegurarle a Atobe que el chico de lentes lo engañaba lo cual frustro al heredero, reacción que confundió al investigador, pero el heredero nunca se detuvo a pensar que tal vez Tezuka y Fuji no tenían nada más que una amistad, nadie le quitaba de la cabeza que se tenía que desquitar de Tezuka y para hacer eso necesitaba que Oshitari estuviera seguro que Fuji lo engañaba pero desde la propuesta que le había hecho a Oshitari ya habían pasado meses y tal parecía que no iban a cumplirla.
-Yuushi tengo que ir con Tezuka para un asunto de las regalías del libro –informo Fuji tomando su chaqueta.
-Bien te espero para comer –contesto Oshitari que tocaba el violín.
-Claro –dijo Fuji tomando sus llaves.
Cuando el castaño salió de su apartamento, Oshitari dejo el violín y fue con rapidez a la puerta para asegurarse que Fuji ya se había marchado por lo que saco su celular y llamo a cierto chico que esperaba su llamada.
-Syusuke ya salió para la editorial –informo Oshitari tomando también sus llaves –¿Tezuka ya salió?..... entonces te veré ahí.
Oshitari tomo su abrigo y salió del apartamento para dirigirse al mismo lugar al que Fuji se dirigía sin embargo no iban a la misma oficina, tenía que admitir que la propuesta de Atobe lo estaba obsesionando a pesar de que los planes fallidos del heredero demostraban que sus parejas merecían confianza, pero ahora el también había colaborado con los planes de sorprenderlos en una situación comprometedora, como en esa ocasión pues la mayor parte la había planeado Yuushi y con los recursos de Atobe era posible llevar a cabo.
-Qué bueno que llegas –dijo Atobe cuando entro Oshitari.
-¿Dónde están? –pregunto Oshitari mirando los monitores.
-En el despacho del editor –respondió Atobe señalando una de las pantallas.
Estaban en el puesto de seguridad del edificio, donde estaban rodeados de monitores mostrando las imágenes de las cámaras que estaban por todo el edificio, también estaban los interruptores que controlaban los ascensores, Atobe había conseguido por una cantidad que les permitieran estar en ese cuarto y controlar algunas cosas para propiciar que Tezuka y Fuji tuvieran un momento absolutamente solos y que ellos pudieran observar lo que hacían.
Finalmente salieron del despacho satisfechos pues la venta del libro iba muy bien por lo que la cuenta bancaria de Fuji recibiría un buen aumento, lo cual también le convino a Tezuka pues Fuji se empeño en que este recibiera un porcentaje ya que lo había nombrado su agente, se dirigieron a los ascensores para bajar e ir a tomar algo, que seguramente era un helado, entraron en este con otras personas que iban a distintos pisos, Tezuka se trono el cuello para liberar algo de tensión. Mientras los chicos del Hyotei los observaban a través de las cámaras del ascensor y esperaban que toda esa gente saliera de este para poder llevar a cabo el plan de Oshitari, finalmente cuando ya faltaban seis pisos para que llegaran a la planta baja los castaños se quedaron solos, fue entonces que el heredero espero a que quedaran entre dos pisos y pulso un botón.
-¿Qué rayos fue eso? –pregunto Tezuka cuando el ascensor se detuvo de golpe.
-Tranquilo solo se detuvo –dijo Fuji despreocupadamente.
El ascensor bajo un poco más y se detuvo otra vez de golpe provocando que el chico de lentes que se encontraba en una esquina se aferrara con fuerza a los barandales que habían, respiro profundamente tratando de calmarse mientras que Fuji que como siempre lucia muy tranquilo pulsaba el botón de ayuda.
-Creo que nos atoramos, seria genial que solo estuviéramos pendiendo de un cable y este se rompiera –comento Fuji suspirando –y comprobaría si lo de las caricaturas es cierto, eso de que si saltas antes de caer te salvas.
-No… digas esas… cosas –dijo Tezuka entrecortadamente.
-¿Tezuka, estas bien? –pregunto Fuji preocupado –lo siento olvide que no te gustan los lugares cerrados.
Tezuka respiraba agitadamente y comenzaba a sudar frio ya los lugares cerrados lo ponían nervioso, pues de pequeño había caído en un pozo y su abuelo había logrado sacarlo después de varias horas, donde había estado muerto de miedo; podía soportar los ascensores porque sabía que saldría de ellos en poco tiempo pero el hecho de estar atrapado en uno no le gustaba y lo alteraba, cerró los ojos con fuerza mientras sentía como su corazón se aceleraba, y a su mente regresaron las imágenes de aquel pozo oscuro donde había estado sintiendo que las paredes eran cada vez más estrechas, se deslizo por las paredes del ascensor quedando sentado sujetando sus piernas.
-Tenemos que sacarlos de ahí –dijo Oshitari viendo la reacción de Tezuka –no me dijiste que fuera claustrofóbico.
-No lo sabía –contesto Atobe algo sorprendido –pero todavía no los sacaremos.
-Le está por dar un ataque de ansiedad –insistió Oshitari.
-Espera un poco –negó Atobe señalando el monitor –mira Fuji se está acercando.
Tezuka aun se encontraba en el suelo del ascensor respirando agitadamente y su ritmo cardiaco subiendo peligrosamente, en su mente empezaba a oír sus propios gritos pidiendo ayuda de cuando era pequeño, tenía que salir de ahí ya no lo soportaba pues la habitación se hacía más estrecha y le estaba empezando a faltar el aire; entonces sintió que una manos tomaban su rostro y lo acariciaba con ternura.
-Tranquilo y respira –dijo Fuji suavemente.
Tezuka negó con la cabeza seguro de que nada lo podía calmar y hacerlo sentir mejor pues le faltaba el aire y le costaba respirar.
-Mírame –pidió Fuji con tranquilidad –mírame por favor.
Tezuka miro al tensai como se lo había pedido y concentro su mirada en la de Fuji que tenía sus ojos azules fijos en los de él y no aparto su mirada de ellos.
-Tengo… que salir –dijo Tezuka con esfuerzo.
-Nos van a sacar, respira profundamente debes tranquilizarte –calmo Fuji.
-No puedo… tengo que salir –negó Tezuka cerrando los ojos.
-Mírame, no estás solo estoy a tu lado y no voy a dejar que te pase nada –dijo Fuji obligando a Tezuka a verlo.
-Fuji…
-Piensa en otra cosa, en un lugar abierto donde hay mucho viento, piensa, ¿en cuál lugar estas? –dijo Fuji tratando de que Tezuka se distrajera.
-El océano –contesto Tezuka al ver los ojos azules de Fuji.
-Bien, el océano muy bien, el sol está en lo alto bañando con sus rayos toda la playa, ¿estás en la playa?, ¿qué estás haciendo?
-Estoy atrapado en un ascensor contigo –respondió Tezuka entre dientes sintiendo un calor insoportable.
-No, no lo estas –dijo Fuji tomando su mano con firmeza –estás viendo el océano, escuchando como las olas rompen contra la playa, concéntrate, ¿puedes escucharlo?, ¿dónde estás?
-Escucho las olas, estoy sentado en la arena –contesto Tezuka aun respirando con agitación.
-Lo haces muy bien, estas sentado sobre la arena caliente, la brisa te llega y sientes lo salado del viento en tus labios también, ¿también puedes olerlo?, respira profundamente y que tus pulmones se llenen con la brisa, ¿puedes oler la brisa?
-Si –dijo Tezuka inhalando profundamente.
-¿Cómo te sientes en esa playa?
-Tranquilo –dijo Tezuka normalizando su respiración y sintiéndose más calmado.
-Muy bien, recuéstate en la arena y duerme un rato, yo estaré a tu lado todo el tiempo –dijo Fuji aun con la mirada fija en Tezuka.
El chico de lentes se recostó como Fuji le había pedido, utilizando de almohada las piernas del tensai que no había dejado de estrechar su mano, no importando que por la ansiedad de Tezuka la apretara lastimándolo un poco, el chico de lentes poco a poco cerró los ojos pero sin despegar la vista de los hermosos zafiros que no se apartaban de su rostro, Fuji acaricio su cabello para calmarlo un poco mas y ayudarlo a relajarse así en poco tiempo el castaño escucho la tranquila respiración del mayor sin haber soltado sus manos.
-¿Ya podemos dejarlos salir? –pregunto Oshitari después de ver aquella escena.
-Viste esos dos…
-Lo que vi es que Syusuke ayudo a Tezuka, manejo la situación extraordinariamente para que a Tezuka no le diera un ataque de pánico lo cual a ti te importa un rábano –dijo Oshitari mirando al heredero con enfado.
-Yo no sabía que reaccionaria así –trato Atobe de excusarse.
-Déjalos salir, esto no demostró nada mas aparte de que la confianza que Tezuka le tiene a Syusuke –dijo Oshitari tomando a Atobe del brazo.
Atobe de mala gana pulso el botón que pondría en marcha el ascensor donde se encontraban Tezuka y Fuji, el heredero se encontraba molesto pues no había podido demostrar de nueva cuenta que ellos dos tenían algo mas aparte de una amistad, estaba concentrado solo en su molestia que no se preocupo por el estado de Tezuka.
Un movimiento brusco les indico que el ascensor se había puesto en marcha otra vez, el chico de lentes abrió los ojos de golpe encontrándose con los iris azules de Fuji, este no le permitió levantarse rápidamente y lo dejo acostado un momento más, cuando vio que estaban por llegar a la planta baja ayudo a Tezuka a incorporarse con total tranquilidad, una tranquilidad que compartía con Tezuka pues este dejo que el tensai controlara la situación, en pocos momentos el ascensor volvió a detenerse y abrió sus puertas, Tezuka salió con rapidez del interior del ascensor seguido de Fuji, el chico de lentes fue hasta la ventana más próxima recargándose en esta, se quito los lentes y masajeo el puente de la nariz.
-¿Estas mejor? –pregunto Fuji poniendo su mano sobre el hombro de Tezuka.
-Si… gracias por lo de hace un momento –dijo Tezuka poniéndose los lentes.
-Descuida, ¿quieres que le llame a Atobe?, ¿o que Yuushi te examine? –dijo Fuji con su celular en la mano.
-¿Keigo?... no, no, estoy bien no hay necesidad –negó Tezuka recuperando su porte.
-Bien, dame las llaves de tu auto entonces para que te lleve a tu apartamento.
-¿Qué?
-No voy a dejar que conduzcas en este estado, si no quieres que te lleve a rastras a que Yuushi te revise, dame las llaves –dijo Fuji con la mano extendida.
-¿Y tu auto? –pregunto Tezuka sacando sus llaves.
-Pasare por el mas tarde, no te preocupes por eso –contesto Fuji tomando las llaves.
-Gracias por todo esto –dijo Tezuka tomando la mano de Fuji.
Recibió una sonrisa de parte del castaño por respuesta, se dirigieron al auto de Tezuka para llevarlo a su apartamento, no hablaron durante el trayecto pero no era necesario pues el chico de lentes podía contar con que Fuji no le contaría a nadie sobre su episodio y además estaba muy agradecido con este por haberlo ayudado, solo el tensai sabia de sus temores confiando en que sabría cómo manejarlo.
Parecía que por fin habían olvidado el absurdo plan de demostrar que Tezuka y Fuji los engañaban, pues en los siguientes días los chicos de Hyotei no hicieron nada más, ninguno de los dos había dicho palabra alguna de lo que había pasado en el ascensor por que se suponía que ellos no estaban enterados de nada pero aun así Oshitari trato sutilmente de indagar un poco en el estado de salud de Tezuka, pues como médico le preocupaba que este estuviera mal sin embargo no consiguió información alguna de su pareja, Atobe le había asegurado que Tezuka se encontraba perfectamente.
Fuji se encontraba en su apartamento esperando a que llegara su compañero, se encontraba tocando el piano ya que era la mejor manera de descargar su frustración de manera segura y no lastimar a nadie aunque no podía prometerlo si Oshitari cruzaba la puerta, pues ya iban retrasados y todavía el otro tensai no daba señales de vida; pero justo cuando pensaba en como castigar al chico de la voz sexy cuando escucho que abrían la puerta.
-Hola –saludo Oshitari con desgano desplomándose en el sillón.
-¿Te vas a cambiar o te vas a ir así? –cuestiono Fuji que continuaba tocando.
-¿Cambiarme? –pregunto Oshitari confundido.
-Lo olvidaste, ¿verdad?, ¿tú crees que estoy vestido así solo para ver televisión?
Fue entonces que se fijo que Fuji se había vestido más elegante que de costumbre, llevaba un elegante traje negro y su camisa de lino color vino con los primeros botones desabrochados, además sobre su pecho se dejaba ver una fina cadena de plata con un dije de un dragón; la verdad era que Oshitari no recordaba haber quedado de que saldrían a cenar y no estaba con ánimos de salir.
-Lo siento lo olvide por completo, te prometo que te compensare pero no salgamos hoy estoy agotado –dijo Oshitari quitándose los lentes –podemos pedir algo de cenar.
-No tienes idea de lo que estoy hablando –espeto Fuji dejando de tocar.
-Syusuke, podemos ir a cenar en otra ocasión –dijo Oshitari tratando de calmar al castaño.
-No te estoy hablando de una tonta cena –reclamo Fuji levantándose molesto –hoy es la inauguración de mi exposición.
-¿Hoy es tu exposición? –pregunto Oshitari pues lo había olvidado por completo.
-Te he estado hablando de ello toda la semana –contesto Fuji con la mirada fija en Oshitari.
-Yo…yo lo olvide.
-Ya lo note –dijo Fuji tratando de calmarse –¿y bien?
-¿Tienes que ir? –se atrevió a preguntar Oshitari.
-Sería muy profesional que el artista falte a su exposición –comento Fuji con sarcasmo.
-Iré a cambiarme –dijo Oshitari levantándose.
Oshitari entro con rapidez a su alcoba para buscar algo que ponerse ante la mirada asesina del castaño, este se quedo en la sala esperando a que su pareja estuviera lista, aquello que sugirió de faltar a su exposición estaba por colmarle la paciencia, pues a veces le daba la impresión de que Yuushi daba todo por sentado en lo que se refería a él.
-Syusuke, ¿fuiste a la tintorería por mi traje? –pregunto Oshitari saliendo con unos jeans puestos.
-¿Qué?, ¿crees que con todo lo de esta semana fui por tu traje el cual no sabía que habías mandado a la tintorería? –cuestiono Fuji echando fuego por los ojos.
-Creo que también olvide decírtelo –comento Oshitari algo apenado.
-Y aunque me lo hubieras dicho no hubiera ido –dijo Fuji tomando sus llaves –ya voy muy retrasado, no sé a qué hora voy a volver.
Fuji salió del apartamento dando un portazo pues se encontraba furioso con Oshitari, quien se quedo a medio vestir, volvió a echarse al sillón maldiciéndose por dentro por haber olvidado la nueva exposición de su pareja, entonces su celular sonó.
-Atobe… otro plan tuyo… voy enseguida –dijo Oshitari desganado.
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