Capítulo III: Cambiando el destino… Dejaré de huir.
Hacía una semana Asazuki había aparecido por aquella puerta que hacía rato observaba para irse nuevamente así como había llegado…
Quería verle, pero no sabía dónde encontrarle… Quería sentir otra vez aquel cuerpo junto al suyo… deseaba tanto que Asazuki le hiciera suyo nuevamente…
Durante esos días sólo desesperación había sentido… y también había pensado en algo que ahora creía firmemente: el pelirrojo sólo había jugado con él… pero se había comportado tan dulce, tan tierno, le había dicho cosas tan bonitas, que su corazón aún quería creer que aquel chico le amaba…
El sonido del timbre lo sacó de sus cavilaciones, se levantó del suelo donde hacía rato se había sentado y se dirigió hacia la puerta… Al abrirla, un enorme ramo de flores le sorprendió, quedando su rostro cubierto por las mismas.
- ¡Sorpresa!- gritó una muchachita cayendo sobre el muchacho y tirándole al suelo.
- ¡Rio-chan, no hagas eso!!- le retó un joven levantando el ramo de flores y liberando el rostro del dueño de casa.
Observó enojado a Asazuki girando a su vez su rostro despectivamente hacia el otro lado, ahora era el chico de lentes amarillos quien observaba atónito a aquel.
Ryoko saludó levantando a Rio-chan mientras Yuizaki le ayudaba a Ayumu a levantarse del suelo… Cuando hubo estado de pie, el pelirrojo le extendió el ramo de flores, el cual fue tomado fríamente por el joven…
Kosuke ya se había dado cuenta de la razón, igual no era que se necesitare pensar mucho para adivinarlo: el haberse ausentado durante una semana y aparecer de la nada con todas esas muchachas… Mas sabía que ni bien estuviesen solos, su chico le perdonaría luego de un fogoso juego en la cama.
El joven Narumi preparó el té mientras Rio-chan le comentaba lo contenta que se encontraba de verles nuevamente y les relataba cuánto lo había extrañado y qué era lo que habían estado haciendo hasta ahora.
- Y lo más importante- decía con una amplia sonrisa en su rostro- ¡Nos vamos a quedar acá!! Podremos asistir al mismo colegio que ustedes y Eyes ya debe de llegar mañana con Kanone… ¡Me siento tan contenta!!-
Ayumu se sentía feliz y tranquilo al verle así a aquella jovencita… Recordaba cuando les había conocido… todos chicos solitarios y fríos, sin esperanzas, llenos de maldad, capaces de matar a las personas sin una pizca de remordimiento…
Ahora parecían tan distintos, capaces de sonreír, de divertirse, de llorar y de querer… Sin embargo, no conocía la razón de ese cambio, pero se alegraba de que las cosas hubiesen terminado de esa manera…
- Eyes …- interrumpió Ryoko- Eyes dijo que Kyotaka se comunicó con él y le dijo que iba a regresar… No sé regresar a dónde, ni cuando, ni por qué… pero Eyes dijo que tu hermano también era libre… que todos lo somos hasta que llegue el momento en que debamos retornar…-
Narumi y Yuizaki le observaron tratando de comprender sus palabras… la muchacha había bajado la cabeza y hablado nerviosa.
- Es por ello que tomamos la decisión de disfrutar el tiempo que se nos obsequió como chicos normales hasta que ello ocurra- dijo Asazuki tratando de disolver el tenso silencio que se había apoderado de la sala.
Era verdad… si lo pensaban detenidamente, no podían huir para siempre de su destino final… debían juntar fuerzas y sentimientos para que cuando llegase ese día finalmente pudiesen enfrentarlo con intensidad, con garras…
El destino lleno de dolor, soledad y desgracias sí podían modificarlo construyendo un castillo de sueños y hermosos recuerdos… pero su destino final, el de enfrentar ser un Blade Children, eso era algo imposible de evitar… llegaría de una u otra manera…
- Tú estarás con nosotros cuando eso pase ¿cierto? ¿Lo prometes?- preguntó temblorosa la pequeña sujetándole de los brazos a Ayumu casi con desesperación.
- ¡Rio-chan!!- le retó el pelirrojo empleando fuerza para que la muchacha soltase a Narumi.
El pelimarrón le observó… era como aquella vez, sus ojos llenos de lágrimas, su voz entrecortada, su corazón acelerado… su alma pendiendo de un hilo esperando una respuesta que le salvase por parte del menor de los Narumi…
Aquella vez… ¿cómo olvidarla? …l le había cortado el teléfono cuando la muchachita le rogaba casi sin aliento… les había abandonado aquella vez… sin embargo, ella aún seguía creyendo en él… y no solamente era ella, también los otros Blade Children, que aunque no lo demostrasen se podía sentir…
Le miró, se encontraba llorando tratando de sujetarle nuevamente mientras Kosuke le retenía, se dirigió hacia ella y le abrazó fuertemente… aquel mismo abrazo lleno de amor fraternal, desesperación, tristeza y esperanza con el que se habían despedido los dos Narumi en esa misma habitación tres años atrás…
- No les abandonaré. Lo prometo, Rio-chan-
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El viaje había sido terriblemente cansador… había deseado llorar, pero no se dio ese lujo… en cambio, decidió reprimir sus lágrimas hasta el momento en que su corazón no aguantase más y rompiese a llorar…
En el aeropuerto le esperaba un grupo de jóvenes que fueron caminando tranquilamente hacia él, salvo una de las muchachas que corrió hacia él y luego de abrazarle observaba casi con desesperación y ansias hacia la entrada en busca de alguien más.
- Lo siento, no pude cumplir la promesa- le dijo cortante Eyes comenzando a caminar hacia la salida.
Ryoko sujetó a la pequeña y siguieron a su amigo mientras Rio-chan continuamente se daba vueltas hacia atrás implorando desde lo más profundo de su alma por un milagro…
Un milagro… un deseo… un sueño… Dicen que lo último que se pierde es la esperanza, sin ella no hay visión de futuro, no hay ilusiones, no hay nada… Los Blade Children la pierden siendo muy pequeños y luego no pueden recuperarla…
Sin embargo, ellos encontraron una especie de “ángel”, por así decirlo, un ser capaz de reparar en ellos, de preocuparse y de prometerles no abandonarles nuevamente…
- ¡¡Kanone!!- gritó con todas sus fuerzas Rio-chan soltándose de su amiga y corriendo al encuentro de aquel sujeto…
Los tres (Eyes, Kosuke y Ryoko) se dieron vuelta sorprendidos… Kanone les sonreía desde la entrada y sujetó a la muchacha que se le acababa de abalanzar encima, siendo sujetado por atrás por un hombre que ellos conocían muy bien, Kyotaka Narumi…
Kanone y Kyotaka también habían decidido creer en Ayumu como su esperanza…
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