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What's Left of Me por UmixTenshi

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Notas del fanfic:

Holis! Bueno, esta vez vengo con un Drarry *-* que surgió de un día que estaba aburrida (cuando no XD) y estaba escuchando una canción de Nick Lachey "What's left of me" (Una parte de mi), cuando leí la letra se me vino toda la inspiración y empecé a escribir este fic :) ojalá que les guste, espero sus reviews n.n

Notas del capitulo: Este capítulo tiene una parte del sexto libro de HP, que seburo conocen, ibual está algo modificada por mi. Espero que les buste :) ¡A leer! ^-^
Sé que será difícil dejar todo atrás, abandonar todo lo que vivimos juntos.
Pero se tiene que terminar… es por tu bien, algún día vas a entenderme.

Perdóname Dragón…

H.J.P





-¿Harry? –un chico de 16 años abre de a poco sus ojos, busca a su lado un cuerpo. El cuerpo de un chico que cinco minutos antes había salido de aquel lugar.

Resopló y se colocó boca abajo en la cama tapándose la cabeza con la almohada. ¿Por qué siempre es lo mismo? Se preguntó. Me haces el amor y al despertar ya no estás aquí. Sin querer una lágrima escapó, era tan vulnerable frente a esto que le pasaba, tan vulnerable frente a él, no quería admitirlo, no lo haría, le dolía el orgullo Malfoy al hacerlo mentalmente, pero era cierto.

Se sentía frustrado, se volteó mirando al techo, giro su mirada y pudo ver el sol entrando por las enormes ventanas, adornadas con unas cortinas color violeta oscuro, pero aún así, los rayos del sol lograban colarse… apenas. Miró la chimenea, el fuego se había consumido y se encontraba solo el carbón.
Dirigió su mirada hacia donde su amante había dormido la noche anterior, cerró los ojos y aspiró su olor, mezclado con el olor a sexo que las sábanas emanaban, se sonrojó al recordar como se había dejado hacer el amor por el de ojos verdes.
Al abrir los ojos noto un pergamino sobre la pequeña mesa de noche que reposaba al lado de la cama matrimonial.

Al terminar de leer la nota, se le resbaló de las manos junto a las lágrimas que volvieron a escapar de sus ojos sin su consentimiento.

Se levantó de la cama, se vistió y salió del lugar.

Debía encontrarlo y obligarlo a que le explicara todo eso. Caminó sin rumbo, sin saber a donde iba, sin pensar. Llegó al Gran Salón y lo buscó con la respiración agitada. No lo encontró, caminó por los pasillos, sin importarle que los alumnos lo miraran atónitos por sus ojos hinchados y rojos, tratando de ser fuerte y contener las lágrimas que esta vez luchaba por no dejarlas salir.

-¡Draco! –notó que alguien caminaba hacia él.

-No me jodas ahora Zabini… -le dijo mientras seguía su camino.

-¿Estás bien? –preguntó el Slytherin, siguiéndole.

-¿Viste a Potter? –le preguntó el rubio evadiendo la pregunta que su amigo le acababa de hacer.

-Si…

-¿Dónde está? –preguntó parando la caminata, casi eufórico. Logrando que el otro lo mirara extraño.

-En el lago… ¿pasa algo? –pero Malfoy había salido corriendo sin terminar de oír al chico.

Draco llegó al lago corriendo, agitado, al llegar apoyó la palma de sus manos sobre sus rodillas tratando de aliviar su respiración. Y divisó a Harry sentado en el borde del lago tirándole piedras.

Miro a su alrededor comprobando que no haya nadie por ahí, y camino hasta él y lo abrazó por la espalda, poniéndose en cuclillas detrás de él.

-¿Que…? –pero Harry se quedó con las palabras en la boca al ver a Draco.

-¡Explícame esa maldita nota! Por favor dime que es una broma…

Harry no respondió y soltó los brazos de Draco de alrededor de su cuello, cosa que hirió al rubio.

-¿Qué te pasa? ¿Vas a dejarme sin explicarme nada? –volvió a hablar el rubio aguantándose las ganas de lagrimear al ver a Harry ignorándolo.

-No me hagas esto más difícil, Draco… no quiero lastimarte –habló Harry.

-¡Dices que no me quieres lastimar y me dejas! –gritó el rubio acercándose al moreno obligándolo a que lo mirara.

-Es lo que debí hacer hace mucho… -le dijo mirando a los ojos grises directamente, que ya comenzaban a derramar lágrimas.

-¿Ya… tienes alguien… mejor?

Harry no respondió.

-¿Alguien que te de lo que yo no puedo? –las manos de Draco temblaban sobre las muñecas de Harry, por donde lo tenia sujetado con fuerza.

Silencio.


-¿Ya no me… quieres? -preguntó Draco temiendo la respuesta que el otro pudiera darle.

-No, ya no te quiero –Harry respondió firme y sin tomar aire.

Sintió como las manos de Draco aflojaban el agarre y sentía su mirada fría sobre su rostro, no se atrevía a mirarlo a los ojos, no ahora.

Draco soltó las muñecas de Harry lentamente y Harry podía sentir como seguía temblando.

Levantó la vista para ver como se secaba las lágrimas con la palma de las manos.

-Yo… podríamos… -Harry no dejó que Malfoy terminara de hablar.

-Yo no puedo ser tu amigo –dijo anticipándose a lo que el otro diría. –Mantente lejos de mi, lo más que puedas Malfoy… -remarcó con exageración el apellido del rubio, que hacia tanto tiempo no utilizaba para llamarlo.

Draco había sentido esas últimas palabras como un puñal. Se había partido en mil pedazos, pero no lo demostraría, le echó una mirada al lago mientras cerraba los ojos y aspiraba ese aire fresco y dijo:

-Entonces es un adiós.

-Exacto… -Harry también miró hacia el lago y luego observó la figura de Draco alejándose de él.

Cuando el otro se encontraba lo suficientemente lejos (solo notaba su cabello rubio entre los demás) se permitió caer boca arriba sobre la hierva y cerrar los ojos mientras todas esas lágrimas salieran por fin de sus ojos.

Sabía perfectamente que Draco era un Mortífago, que planeaba algo cuando no estaba junto a él, sabía el riesgo que corría, que Voldemort lo estaba utilizando por culpa de su padre. No era más que un muñequito para el Señor Tenebroso y sería mucho peor si este se llegara a enterar que tenían una relación, podría correr peligro la vida de Draco, ahora solo le quedaba vigilarlo sin que él lo notara, y protegerlo disimuladamente.

En esos momentos Draco debía estar destrozado, le había roto el corazón y el lo tenía bien claro. Pero era la única forma de alejarse de él, mintiéndole. Draco era testarudo (aún más que él mismo) y sabia que si le decía el riesgo que corría su vida al lado del objetivo de Voldemort, no le importaría o diría cosas como “Yo puedo cuidarme solo” quitándole importancia al asunto, asunto que tenía preocupado día y noche a Harry.

Es por eso que la noche anterior había decidido organizar algo que no olvidara jamás, para a la mañana siguiente poder irse de ahí dejando esa nota.

Y casi todo había salido perfecto.


~ 3 meses después ~


Harry y Draco ya no se hablaban, ni siquiera se insultaban, cosa que extrañó a muchos de los alumnos de ambas casas rivales, pero nadie se atrevía a preguntar que pasaba, Ron y Hermione se habían cansado de intentar sacarle algo a Harry, pero sin resultados creíbles.
En cuanto a él, le iba muy bien en Pociones, había tenido muy buena suerte en encontrar un libro usado, guardado en uno de los armarios del salón, lleno de anotaciones de su anterior propietario, que le fueron de muy buena ayuda.
Aunque Hermione viviera diciéndole que no era buena idea probar las anotaciones de alguien al que se hacia llamar “Príncipe Mestizo” ya que, solo no tenía acotaciones sobre pociones, sino que también tenía hechizos que al parecer el mismo Príncipe inventaba, aunque los que había probado eran indefensos, la última semana había encontrado uno llamado “Sectumsempra” que llevaba la advertencia PARA ENEMIGOS.
No se atrevía a probar con nadie el hechizo, porque no sabía lo que éste provocaba.

Y aunque estaba casi obsesionado con aquel artefacto no sacaba de su cabeza a Draco y los planes que éste seguramente tenía, no se había presentado en el partido de Quidditch y casi ni se lo veía en el Gran Salón.
Una parte de Harry estaba preocupado por él, y la otra estaba intrigado por saber que era lo que hacía encerrado en la Sala de Menesteres. Bueno, el creía que se encerraba allí cuando no lo encontraba en el Mapa del Merodeador. Lo cual era la mayor parte del día.

Harry se encontraba sentado en la puerta de la Sala de Menesteres, donde creía que Malfoy estaría en esos momentos, hasta que se percató de la marca del nombre “Draco Malfoy”.
Siguió el rastro de Draco, y grande fue su sorpresa cuando lo encontró en el baño de chicas del sexto piso, acompañado, no por Crabble o Goyle, sino por Myrtle la llorona.

Harry se quedó observando esta inusual pareja que no se percató de que iba derecho hacia una armadura. El tremendo ruido que hizo ésta al caerse lo hizo volver a la realidad; huyó de la escena a toda prisa antes de que Filch hiciera su aparición, bajó las escaleras de mármol a toda carrera y siguió por el pasillo que se abría ahí. Fuera del baño, puso su oreja contra la puerta esperando oír algo. Completo silencio. Abrió la puerta con sumo cuidado, tratando de no hacer ruido.

Draco Malfoy estaba parado de espaladas a la puerta, con sus manos se apoyaba en un lavabo y tenía su rubia cabeza inclinada.

-Ya, ya…cuéntame… ¿qué te pasa?...Quizá pueda ayudarte- canturreaba la voz de Myrtle la llorona desde uno de los cubículos

-Nadie puede ayudarme -dijo Malfoy. Estaba temblando de pies a cabeza. -No puedo hacerlo… no puedo… no sirvo para eso… y si no lo hago pronto… dijo que me mataría…

Y entonces Harry se dio cuenta, con una impresión tan grande que parecía haberse quedado pegado al suelo, que Malfoy estaba llorando… Las lágrimas recorrían su pálido rostro y caían en el mugriento lavamanos.

Malfoy jadeó y tosió, y entonces, con un gran estremecimiento, levantó la cabeza y a través del espejo resquebrajado, miró a Harry observándolo sobre su hombro.

Malfoy se dio la vuelta con rapidez, levantando su varita. Instintivamente Harry sacó la suya. El embrujo que Malfoy arrojó a Harry falló por centímetros, haciendo añicos la lámpara que estaba en el muro junto a él. Arrojándose al suelo, Harry pensó ¡Levicorpus!’ y agitó su varita, pero Malfoy logró esquivarlo y levantó su propia varita para arrojarle otro maleficio…

-¡No! ¡No! ¡Deténganse!- chilló Myrtle la Llorona, su voz hacia eco en el cuarto de baño. -¡Alto! ¡PAREN YA!

Se escuchó un terrible estruendo y la cabina que estaba junto a Harry explotó; intentó hacer el hechizo de las piernas pegadas pero éste rozó la oreja de Malfoy y golpeó el muro detrás de él, destrozando el tanque de agua sobre el que estaba Myrtle, quien gritó fuertemente; el agua se empezó a derramar por todos lados y Harry se resbaló al mismo tiempo que Malfoy, con el rostro contorsionado, gritaba:

-Cruci…

-¡SECTUMSEMPRA! -gritó Harry con todas sus fuerzas desde el piso, al mismo tiempo que agitaba salvajemente la varita.

La sangre empezó a salir a chorros del rostro y pecho de Malfoy como si éste hubiera sido golpeado con una espada invisible. Se tambaleó hacia atrás y cayó en el suelo encharcado haciendo un gran ruido en el agua. Su varita cayó de su mano derecha, que se había quedado sin fuerza.

-No… -jadeó Harry.

Deslizándose y tambaleándose, Harry se puso de pie y se precipitó hacia dónde yacía Malfoy, cuyo rostro se había puesto de un rojo brillante. Tenía sus manos contraídas sobre su pecho bañado en sangre.

-No… no quise…

Harry no sabía lo que había echo, cayó de rodillas a un lado de Malfoy, quien temblaba incontroladamente en el charco de su propia sangre. Myrtle la Llorona dejó salir un ensordecedor grito:

-¡ASESINATO! ¡ASESINATO EN EL BA—O! –y desapareció por una tubería.

-Draco… lo siento… yo soy un… idiota –Harry no sabía que hacer con él, lo alzó en brazos y corrió a la enfermería, los estudiantes lo miraban horrorizados al pasar, pero él no les prestaba la más mínima atención.

-Ha…rry –habló Draco, sus temblores no cesaban.
Notas finales: ¿Qué les pareció? Espero que les haya gustado T_T dejenme sus reviews comentandome si les gustó o no, o lo que quieran :) es mi primer Drarry -para tener en cuenta- XD

¡Hasta el próximo capítulo!

Chuu :*

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