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Horror por mustard

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Notas del capitulo: hola! agradezco a las personas que han leído esto y que amablemente me han dejado algún comentario.

se sospecha que Yagami Souchiro puede ser Kira ¿qué pasará?

sé que el título no encaja mucho con el fic, pero metí a mi primeo personaje totalmente inventado xD ¿a que es sexy? xDDD
el nombre me lo fusilé de un fic intrigante hecho por una gran autora y amiga DarkLeiko, a la cual yo con afecto le llamo androide x)
Leiko espero le avances pronto y que las cosas vayan bien ¡gracias por ser mi amiga! :)
ahora sí, comenzamos!!!

Si Yagami Souchiro era Kira debía capturarlo y llevarlo a su ejecución cuanto antes.



Kheel salió de el cuartel de investigación, recientemente había dicho que acudiría a la tienda a comprar un paquete de cigarrillos y algo de chocolate. Anteriormente no fumaba, pero ahora se había hecho un vicio. El joven rubio y de esbelta silueta caminó por las calles japonesas, contemplando a las multitudes que acababan de salir de la escuela, o del trabajo y atiborraban los puentes peatonales. cualquiera hubiera pensado que él era uno de esos jóvenes más, un estudiante de Shibuya o algo por el estilo, ya que su apariencia no parecía la de un agente de la INTERPOL y mucho menos a un miembro del cuartel de investigación destinado a la captura del asesino que causaba conmoción en las masas. Lo único que llamaba la atención en él, era su aspecto extranjero, ya que su estatura era superior al promedio japonés, su piel , tersa y clara difería a la pálida tez japonesa y sus cabellos rubios que resaltaban azules y penetrantes ojos. su complexión esbelta era similar a la de cualquier nipón. Y si su aspecto físico no llamaba la atención de alguna colegiala o alguna otra persona, probablemente pasaría desapercibido por la obscuridad de sus ropas; o al menos, eso esperaba



Reflexionaba a la par que daba grandes zancadas con aquellas botas de cuero hasta que se sintió aburrido de lo atiborrado de la ciudad fue que se dirigió a la austeridad de los suburbios, al menos ahí no tendría que escuchar las intrascendentes charlas de jóvenes que habían terminado con su novio o comadres planeando la comida del día, mucho menos a aburridos ejecutivos que tenían menos sentido común que un niño de preescolar.


Divisó a una cuadra una tienda de esas que permanecen abiertas las 24 horas del día, el ocaso se hacía inminente y entonces, realmente se preguntó cuanto tiempo había estado caminando y cuantas tiendas había ignorado para perderse precisamente en esa mitad de la nada. Seguramente también tendría que comprar una recarga para su teléfono, porque, con el saldo actual no le alcanzaría para hacer una llamada. Los pies ya comenzaban a dolerle y la idea de regresar caminando o gastar su salario en el transporte público no eran una posibilidad. Maldijo el momento en el que no consideró buena idea llevar consigo su motocicleta, pero dando un vistazo alrededor había sido lo más apropiado en ese lugar.



Caminó con paso decidido hasta la tienda, pero entonces, una sombra apareció en aquél denigrante callejón. Seguramente un criminal adolescente que querría robarle el celular para comprar drogas o alguna mujer que quisiera ofrecerle sus servicios. Sintiendo un profundo desprecio por el lugar donde se encontraba no se detuvo, fuera quien fuere no era algo que le concerniera, sólo estaba ahí para comprar unas cosas y se largaría de ahí tan pronto como tuviera lo que buscaba. Y si algún bastardo se entrometía en su camino, él sabría como quitárselo de encima.



Aquella sombra que vislumbró, resultó ser un vagabundo que le pidió unas monedas, las cuales, seguramente gastaría en una botella de licor barato. ”no es muy diferente de Los Ángeles” pensó irónicamente, mientras hacía caso omiso del hombre con ropas rasgadas y un hedor amargo, el cual, seguía insistiendo en recibir alguna limosna.



-¡Déjame en paz!- ordenó con esa voz cortante y metió las manos en los bolsillos de su abrigo- no tengo dinero para ti, así que lárgate-


El hombre se quedó estupefacto y en pocos segundos parecía que no había escuchado realmente ninguna palabra del muchacho.


-una caridad- pidió nuevamente , empujando su cuerpo hacía adelante y tirando un pedazo de pan que cargaba en su abrigo maloliente.


Mihael Kheel miró nuevamente a aquél individuo, su edad rondaba en los 40 a 50 años, unos cuarenta y siete si se analizaban las expresiones faciales en las que destacaban unas imponentes arrugas y manchas hepáticas, los cabellos grasosos le caían a la altura de los hombros donde se perdían con una densa barba, en la que parecía haber quedado presa un poco de la cena de la semana pasada.


Kheel sintió que el peculiar aroma de ese individuo era más nauseabundo de lo que podía soportar. Ya lo había intentado de buena manera, pero al parecer el tipo no cedía y ahora se aferraba con fuerza al abrigo repitiendo la misma letanía

“una caridad”


Con un movimiento rápido el investigador logró zafarse del agarre de su prenda, pero entonces notó algo con profundo terror, al tratar de agarrar la mano del individuo, este se había escabullido impecablemente y ahora envolvía su cuello con uno de sus brazos.


Me dirás quién es Kira- ordenó el hombre


“ya decía yo que este no era un tipo normal”- pensó Kheel para sí. Le parecía increíble que un agente capacitado como él estuviera a merced de un vagabundo.¡ Por Dios! ¡Había sobrevivido en Los Ángeles! Ningún indigente japonés podría acabar con su vida estrangulándolo. No mientras tuviera la mágnum en el bolsillo de su abrigo.


¿Por qué quieres saberlo?- preguntó, esperando ganar algo de tiempo


Yo haré las preguntas aquí- sentenció el hombre, el cual no iba a ceder ante el agente


-¡bien, hijo de perra!¡lo entiendo!- respondió Kheel inmutable- enseguida te diré la información que sé-


Y con un rápido movimiento tanteó el arma, tomándola con la mano izquierda y sacándola antes de que su captor se diera cuenta, contrajo el cuello e hizo presión en la mandíbula para liberarse, empujó su cuerpo hacía abajo y elevó el brazo derecho esperando golpear la mandíbula y detener el brazo que lo oprimía. Como ya lo había dicho con anterioridad, ningún maldito vagabundo lo detendría. Se dio la vuelta y apuntó el arma a la cabeza del hombre. Pero él ya no estaba ahí; se había desvanecido dejándolo completamente sólo en aquél mugriento callejón


Light se recostó en la cama , tratando de asimilar lo ocurrido en el día. Por alguna extraña razón sintió un dolor en los músculos cercanos a su cuello. Su padre lo había traído a la casa familiar. Yagami contempló lo que anteriormente solía ser su habitación. Su madre le había dejado una cesta de manzanas como solía hacer cuando su hijo era estudiante de universidad. Su hermana, probablemente estaría en casa de alguna de sus amigas. La habitación , por lo tanto, se encontraba vacía y sin alguna presencia ajena a la de él … exceptuando al espíritu que no le quitaba la vista de encima


-¿por qué no me dijiste Ryuk? Protestó el humano al Dios inmortal,


-¿decirte qué?-el Dios tomó una manzana que devoró ávidamente- si no me dices yo no sé de qué me hablas


-¿cómo que no sabes? Me dijiste que los seres humanos que usaban una death note no tenían mayor pago que el sufrimiento por usar el instrumento maldito- vociferó , azotando la cesta que su madre cuidadosamente había dejado en el buró


-Mmm ¿instrumento maldito? - murmuró con la boca abierta y los pedazos de manzana amenazando escaparse- Nunca te escuché llamarle así antes a la libreta, seguramente algo pasó


Lo he visto- gritó Yagami abriendo los brazos y separándolos ufóricamente del cuerpo- he visto al maldito detective ¡Debería estar muerto!¿sabes?¡muerto! pero lo he visto esta tarde. Dime maldito shinigami ¿a dónde van las personas que mueren por la Death note?


El shinigami pasó bocado y su semblante azul se puso aún más pálido, persianas cerradas bloqueaban cualquier vestigio de luz y la poca que se filtraba le daban al Dios una apariencia aún más macabra y demoniaca de lo que ya era ; y, a su vez creaba un halo de misterio que envolvía esa habitación y cada una de las palabras que en ella se decían.


¿A dónde van? Buena pregunta. A ti te he dicho que los humanos que usan la libreta no pueden ir ni al cielo ni al infierno, pero nunca me había preguntado a dónde van los que mueren por el cuaderno…supongo que adonde quieran


Los ojos de Yagami se cubrieron de un fulgor rojizo, y en un precipitado movimiento se aventó al shinigami que estaba de pie junto a la cama y lo tomó de los oscuros ropajes


¿Y hasta ahora me lo dices?-gritó furioso, su voz se había intensificado aún más y su cara había tomado una tonalidad rojiza. a lo cual el shinigami volvió a hacer su cuerpo etéreo para librarse del, de por sí incómodo agarre


No me hagas adelantar la hora de tu muerte, Light- fueron sus palabras, antes de desvanecerse en el aire


Seguramente ahora tendría más cosas de qué preocuparse aparte de las amenazas del shinigami. Lo había visto esa tarde, y probablemente no sería la única sorpresa que recibiría


La puerta se abrió y entró una mujer preocupada


¿Estás bien, hijo?- escuché como se caía algo y luego te escuché gritar


-si, madre- respondió el primogénito- estoy bien. Y recuerda llamar a la puerta antes de entrar.


-oh, cariño. Pensé que te había pasado algo y estaba preocupada por ti


Y Sachiko abrazó a su hijo, como no lo hacía desde el preescolar (N.A/ pobre niño sin amor xD) -tranquilo Light , y ya sabes, cualquier cosa, avísame que tu padre me ha dicho que has tenido un mal día…. –recogió la cesta y las manzanas caídas limpiándolas con su delantal --Y sabes que siempre es agradable tenerte en casa. Ya sé que tienes un departamento y trabajas en la policía como tu padre, pero estaría muy feliz si olvidaras de ves en cuando todo eso y visitaras tu antiguo hogar.


Light asintió y Sachiko salió de la habitación. Dentro de sí, el castaño ardía en ira y deseos de aniquilar lo primero que se pusiera en su camino. No le importaba la preocupación de su madre o las amenazas del shinigami. Lo que no podía sacarse de la cabeza era que había visto a L en el cuartel esa misma tarde, y tampoco aquella penetrante mirada, que le indicaba que lo mejor estaba a punto de iniciar.


Sachiko bajó las escaleras y miró a su esposo con devoción y melancolía


-realmente se encuentra mal ¿por qué le permitiste entrar a la policía ese caso tan peligroso?¿por eso le ayudaste a financiar la renta del departamento?¿verdad? para que yo no me enterara de lo que estaba pasando. Pero es tu hijo, y debes saber que la presión de que siga tus pasos lo está matando.


Souchiro se quedó sin palabras. Era la primera vez en mucho tiempo en el que su esposa le recriminaba algo, y lo peor de todo , es que tenía toda la maldita razón. Si él no hubiera presionado a Light, él sería otro estudiante normal y no habría colapsado como lo había hecho el día de hoy.


Por que se estaba comportando muy extraño, llamaba a un Dios de la muerte mientras dormía


¿será que mi hijo se está volviendo loco? Se preguntó el jefe Yagami mientras miraba las gotas de lluvia que comenzaban a caer
Notas finales: siempre he creído que el cielo o el infierno lo encontramos en la tierra y que no hay que esperar a la hora de la muerte ¿alguien más comparte la misma idea?
cuídense un montón
¿reviews?

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