Los chicos acababán de terminar la entrevista, era ya relativamente tarde por lo que no tenían ningún compromiso más en el día.
- ¡Hey!, ¿porqué no vamos por unas copas?, propuso Reita, pegándose al costado de Ruki, que sólo iva concentrado fumando y mirando por la ventana.
- Mh, podría ser, dijo Aoi, ¿qué opinas Ruki, te unes?
- Sí, ¿porqué no?, dijo con indiferencia mientras veía las calles pasar por la ventana.
- ¡Hey! chicos y ustedes dos, ¿no vienen?
Los aludidos fijaron sus miradas en Aoi quien era el que había preguntado.
- La verdad no, estamos cansados y preferimos irnos a nuestra casa a dormir.
- Digan la verdad, les dijo Aoi con una sonrisita maliciosa, lo último que harán será dormir.
Uruha se sonrojó levemente y Kai miró a Aoi con rostro de desaprobación.
- ¿Podrías dejar de hacer esos comentarios de mal gusto?, no queremos que nadie note lo nuestro.
- Entonces, si no quieren que nadie lo note, ¿porqué ahora van tomados de la mano?, dijo Ruki alzando la mirada.
- Amh… etto, esto es porque…, Kai no supo dar ninguna explicación convincente y sólo miró molesto hacia otro lado.
Aoi, Reita y Ruki, sólo rieron un poco y siguieron en sus planes.
- Vamos, no te pongas así, sabes que sólo lo hacen para molestar, no tienen malas intenciones, Uruha siempre intentaba conciliar las discusiones que tenían.
Mientras le hablaba posó su cabeza en el hombro del batero, quien giró la de él para dar un pequeño beso en la frente del otro. Tomó firme su mano y la acarició levemente con su pulgar.
- Sé lo que hace, pero no quiero que por esos comentarios, se corra un rumor que alerte a los ejecutivos de la compañía, no podría alejarme de ti… no ahora.
Y era cierto, ambos chicos estaban ahora más unidos que nunca, ambos habían decidido irse a vivir juntos, pasaban la mayor parte del día juntos y las noches, bueno… también, ya no se sentían bien lejos el uno del otro por lo que decidieron irse a vivir juntos al departamento de Uruha, que era más grande y que quedaba más cerca del estudio.
Vivian tranquilos, sólo los más cercanos sabían de su relación y mientras los ejecutivos de la PSC, ni los fans se enteraran todo estaría bien. Ambos sabían perfectamente lo que podía pasar si su relación salía a luz pública, ellos mismos habían firmado ese contrato cuando decidieron unirse a la PSC, clausula n° 12,3: Cualquier tipo de relación que se haga pública tendrá que acabarse o de lo contrario significara la salida de la persona de la compañía.
Ambos amaban demasiado la música y a The Gazette por lo que no pondrían en peligro aquel sueño, pero también se amaban más que a cualquier persona y decidieron por eso llevar aquello en secreto.
Llegaron rápidamente al departamento de ambos, Reita que era quien conducía [iban en el auto del bajista] y después de estacionarse, se giró.
- ¡chicos, último llamado! En verdad ¿no quieren ir con nosotros?
- En verdad no Reita, respondió seguro Uruha, preferimos quedarnos y descansar.
- Cosa que también deberían hacer ustedes, les dijo serio Kai, mañana habrá ensayo y los quiero en el estudio a la hora señalada, ¿comprenden?
- Sí, sí, sí Kai, ya entendimos, respondió Aoi, que estaba más que impaciente por irse ya al bar de turno.
- Bien, chicos, entonces hasta mañana y por favor beban con moderación ¿si?, pidió Kai una vez que ya había bajado y se asomaba por la ventana del copiloto.
- Siempre lo hacemos Kai, respondió Ruki con voz aburrida, buenas noches.
Y así partieron, guitarrista, vocalista y bajista rumbo a algún bar, mientras que el guitarrista principal y el batero, tomados de la mano, caminaron calmadamente hasta entrar en el edificio, sin saber, ni sospechar que alguien los observaba y fotografiaba desde hace varios días.
Subieron en el ascensor hasta el piso en que vivían. Kai no lo soportó y cuando apenas se habían cerrado las puertas, acorraló a Uruha contra una de las paredes y lo besó, cuidadosamente, demostrando cuanto lo amaba, mientras que Uruha, rodeó su cuello y acarició con cuidado su nuca.
Se besaron suavemente, con un ligero toque de pasión, pero que aún así mostraban los sentimientos que ambos tenían hacia el otro, Kai invadió la boca del otro con su lengua y Uruha no le negó la entrada, es más la recibió gustoso acariciando con su lengua la de Kai.
Kai, tampoco tenía quietas las manos, sino que las paseaba por los costados del cuerpo de Uruha, generando en este ultimo una serie de sensaciones que le encantaban y que no deseaba que se acabaran.
Lamentablemente, tuvieron que alejarse, el sonido molesto del ascensor llegando a su piso, los interrumpió.
A regañadientes, dejaron de besarse y caminaron hacia la puerta, entraron y Kai se fue directo a la cocina, mientras que Uruha se fue al cuarto de ambos para cambiarse de ropa.
- Amor, gritó Kai, ¿qué quieres comer?
- Mh, me gustaría ese arroz con curry que hiciste el lunes, ¿puede ser?, respondió entrando a la cocina, mientras se ponía una polera más cómoda.
- ¡Claro!, para ti, lo que quieras, dijo mientras sonreía y comenzaba a sacar los ingredientes.
- Por eso te amo, le dijo el guitarrista, mientras rodeaba su cintura desde atrás y le dejaba un suave beso en el cuello.
- Mh, así que ¿sólo me quieres porque cumplo tus caprichos?, dijo Kai haciendo un puchero adorable.
- Claro que no, le dijo Uruha poniéndose serio y girándolo para que quedasen de frente, te amo por como eres, por tu espíritu de superación, por tu amabilidad, tu sentido de responsabilidad, por esa sonrisa que me derrite cuando ríes, por todo, te amo por ser tú.
Kai se sonrojo, - ¿en verdad me ves así?
- Por supuesto que sí, jamás lo dudes ¿si? y depocitó un beso en los labios del batero.
Kai sonrojado le sonrió y le acaricio el rostro con cariño - te amo - dijo suave mirándolo a los ojos.
Uruha le abrazo y le dijo al oído… -¡yo también!.
Terminaron cenando lo que quería Uruha, al terminar lavaron la loza y se dispusieron a dormir.
Uruha salió del baño, después de haberse puesto la camiseta que usaba como pijama y se apoyó en el umbral de la puerta mirando hacia la enorme cama de dos plazas, en donde se encontraba Kai, semi-sentado, con unos papeles en las manos, leyendo muy concentrado y usando esos anteojos que lo volvían loco… se veía tan guapo e intelectual.
- No sabes lo que me generas viéndote así, dijo mientras se acercaba al batero que ya había alejado su vista de los papeles y le observaba acercarse.
- No, no sé, dime tú… ¿qué te genero?, sabía perfectamente hacia donde iban las cosas y le encantaba esa forma sutil que tenia Uruha para llamar su atención y provocarlo.
- Mh, me generas un cosquilleo extraño en el estómago, haces que no pueda pensar en otras cosas, iba enumerando cada una de las sensaciones que le generaba, mientras se acercaba lentamente a la cama, hasta subirse a ella y quedar arrodillado junto al batero que ya había dejado a un lado los papeles y le prestaba el 100% de su atención.
Kai no decía nada, se limitaba a observarlo… no sabía como ese sentimiento había nacido en él y para cuando se había dado cuenta el amor era tanto que no tuvo más opción que declararse, siendo correspondido por el guitarrista de piernas bonitas. Cuando Uruha le había besado de improviso después de que él se declarase fue un shock, siempre espero un ¿qué dice Kai? O un ¿estás loco?, pero jamás esperó ser correspondido. Fue lejos el mejor día de su vida.
Ya casi no oía lo que le decía Uruha, estaba embobado mirando sus labios, como se abrían y cerraban, como se estiraban al esbozar una sonrisa, como aún quedaba un poco de ese brillo labial que insistía en usar y que sólo lograba provocarlo más.
Sin siquiera pensarlo se acercó raudo a la boca del guitarrista, primero un ligero topón, para después mirarlo a los ojos y volver a besarlo con pasión. Uruha respondió con la misma pasión el beso que le daba el batero, abrió su boca para dejar entrar la lengua de Kai, que acariciaba a la vez sus piernas libres de ropa y que estaba seguro pronto estarían entorno a su cintura.
Lentamente lo fue recostando en la cama, dejándolo de espaldas a ella. Posó una de sus manos en la nuca de Uruha para acercar aún más sus rostros, mientras que la otra mano, viajaba por el cuerpo de su novio. Terminó de recostarlo y se separaron levemente, respiraban el mismo aire, de forma entrecortada. Sus respiraciones estaban agitadas y sus rostros sonrojados, con algo de sudor.
Kai le sonrió -… te amo, le dijo.
Uruha le sonrió - me encantan estos arrebatos de pasión que tienes a veces…
- Mh, pero apuesto que te ruta más esto, le dijo comenzando a acariciarlo íntimamente y besando su cuello.
- ¡Nh..ah-ahhhh!, gimió Uruha y se sonrojó de inmediato.
Kai siguió besándolo y sus manos se desplazaron rápidamente bajo la polera, comenzando a subirla, hasta quitarla por completo, dejándolo sólo en bóxers. Los besos en el pecho de Uruha no se hicieron esperar, mientras que éste sólo podía gemir, rogando por más placer.
Kai siguió acariciándolo, posicionándose bien sobre Uruha, quien abrió sus piernas para que su novio se posicionara de forma más adecuada, fue en esa situación que Kai notó la enorme erección que ya tenía Uruha y sin esperar más decidió acariciarla y con suavidad introdujo su mano al interior de la única prenda que aún lo cubría.
- ¡¡Ah-ahh!! K-kaaii... gritó el guitarrista al sentir la mano de Kai rodear su miembro y comenzar a manipularlo.
Kai no le prestó atención y siguió con lo que hacía, sabía perfectamente que a Uruha le gustaba, pero no le gustaba admitirlo. Decidió dar un paso más… quitó con delicadeza el bóxer, dejando a la vista lo que ya había sentido con su mano y lo observó, elevo su vista un momento y pudo observar el sonrojo que cubría las mejillas de Uruha.
Amaba verlo sonrojado, amaba que gritara su nombre y que gimiera por los efectos de sus caricias. Se acercó y depositó un beso pequeño en la punta del miembro.
Uruha levanto las caderas inconscientemente guiado por el deseo de más y la excitación que lo recorría.
Así fue como se fueron envolviendo en una burbuja de pasión y deseo, pero que llenaba el ambiente de un aura de amor y complicidad que no podía igualarse a nada. Los gemidos de placer, por parte de ambos cuando Kai penetró a Uruha no se hicieron esperar y las peticiones de Uruha para que Kai apurara el ritmo, llegaron casi de inmediato.
Después de Kai acabo dentro de Uruha y que este acabase entre ambos vientres, se dedicaron a hacerse arrumacos y descansar… mientras Kai dormía plácidamente Uruha se despertó asustado. Estaba sobre el pecho de Kai sentía su suave y calmada respiración, pero ese mal presentimiento lo embargaba sin dejarle descansar en paz, pocas veces había tenido esa clase de sensación, pero esas pocas veces no habían terminado precisamente bien. Sintió miedo, miedo de que algo le ocurriese a Kai, miedo de tener que alejarse de aquel chico al que tanto amaba. Se quedó observándolo largo rato, recordó cuando un tímido y sonrojado Kai se le había declarado, intentando no tartamudear, se había sentido tan feliz, jamás pensó que el serio y responsable líder se fuese a fijar en él, un chico que según todos vivía en un mundo propio.
Acarició con suavidad su rostro, apartando algunos mechones de su frente, lo observó con cuidado y como un flash se le pasó una idea por su mente, su vida sin Kai… ¡NO! Su vida no sería nada sin él, su vida ahora tenía sentido con ese hombre a su lado, miro la hora, 3:20,… aún tenía tiempo para intentar dormir, se acurrucó junto a Kai, quien lo rodeó por inercia con sus brazos e intentó conciliar el sueño, hasta que se durmió.
Uruha se levantó con la ilusión de que ese mal presentimiento se fuese, pero no fue así, mientras se bañaba, desayunaba e iban camino a la compañía aún seguía ese molesta sensación. Kai lo había observado todo ese tiempo en silencio, - ¿pasa algo amor?, te noto preocupado…puedes contarme si quieres.
- No es nada… es sólo que… desde ayer que tengo un mal presentimiento y tú sabes como han terminado mis malos presentimientos.
- Amor, cálmate ¿si?, no pasará nada, ten fe, Kai intentaba consolarlo y darle animo.
- No Kai, tú no entiendes, es un mal presentimiento sobre nosotros dos, como si algo fuese a pasar, co-
Pero Kai no le dejó terminar, - nada va a pasar ¿si?, nada malo, quiero que te calmes, te veo demasiado afectado por tu presentimiento.
- Tengo miedo, le confesó Uruha, miedo de que esta felicidad se acabe.
- Amor, no digas eso… nada va a acabarse.
Acababan de llegar al estacionamiento subterráneo de la compañía y se estacionó.
Kai extendió su mano y acarició su mejilla con suavidad, Uruha inclino levemente su rostro en busca de más contacto, Kai se acercó y depositó un pequeño beso en su frente, - cálmate ¿si?.
- Está bien, lo intentaré y esbozó una pequeña sonrisa, para después bajar del auto y subir ambos al estudio.
Al llegar arriba, notaron, como ya suponían que ninguno de sus compañeros había llegado aún, por lo que se sentaron y se dedicaron a ver las partituras de los nuevos temas que habían creado. Paso un rato hasta que alguien invadió esa calma, informándole a Kai que el manager quería hablar con él.
Cuando el asistente salió del estudio después de dar el recado, Kai se levantó disponiéndose a salir, pero la mano de Uruha que sujetaba su brazo le impidió caminar más.
- Cuídate ¿si?, le dijo con suavidad y leve dejo de temor en su voz.
- Estaré bien, descuida, le dijo acariciando su mano y saliendo raudamente, dejando a un Uruha con el mal presentimiento creciendo segundo a segundo
No podía creerlo, no, no, no podía ser verdad, sobre aquella mesa se extendían innumerables fotografías de ellos dos, de la mano, los dos besándose, los dos saliendo del edificio en donde vivían juntos, juntos caminando, juntos comprando, juntos riendo y disfrutando de su relación.
Miraba estupefacto a quien le mostraba todo aquello, el presidente de la compañía junto al manager.
- Muy bien, Yutaka-san, esperamos una explicación a esto, dijo el presidente con esa voz gruesa y firme que atemorizaba, ¿me puede explicar que significan estas fotografías y qué clase de relación lleva usted, con Takashima-san?
Kai, intentando darse un poco de valor, respiro profundo y comenzó a hablar.
- Bueno es más que obvio que clase de relación llevamos, él es mi novio, desde hace algunos meses.
- Muy bien Yutaka-san, volvió a hablar el presidente, eso era lo único que nos faltaba, para tomar la decisión.
- ¿Decisión?, ¿qué decisión?, exclamó asustado Kai y no pudo evitar acordarse del mal presentimiento de Uruha.
- Sí decisión, usted termina con aquella relación o su contrato con esta compañía se acaba, dijo seguro, levantándose de su asiento y mirándolo fijamente.
- ¿Qué?, pero eso es injusto, no hemos dado a conocer nuestra relación, ninguna fan lo sabe, ¿porqué debemos terminar?, la paciencia de Kai comenzaba a acabarse.
- Muy simple, Yutaka-san, ustedes no han sido precisamente cuidadosos, si nosotros logramos fotografiarlos, muchas revistas, fans o programas de TV también podrían hacerlo.
Kai intento objetar, pero el presidente siguió hablando, - por lo que no nos arriesgaremos y por ende, deben terminar… y si me entero que no lo han hecho, todo The Gazette pagará las consecuencias.
Consecuencias, consecuencias, consecuencias, esa palabra quedó dando vueltas en la cabeza de Kai, recordó a Ruki cantando hasta más no poder, a Reita transformándose por completo frente a los fans, a Aoi riendo y disfrutando de cada acorde, a Uruha, su Uruha, aquel que no concebía la vida sin la música, no, no podía hacerles eso, pero… por otro lado estaba su propia felicidad con Uruha, no veía una vida sin él, ¡no de nuevo!, no podría soportar estar cerca de él y no poder acercarse.
No sabía que hacer, estaba entre la espada y la pared…. Mejor dicho, entre el deber y el querer.
Al entrar a la sala de ensayos, notó que los otros 3 ya habían llegado y que no lucían precisamente bien, vio a Uruha riéndose de algo que Ruki le contaba y a Aoi y Reita tratando de controlar la jaqueca.
Los miro allí, tan felices y sus ideas se complicaron aún más, comenzaba a sentirse mareado por la presión y tambaleó, se sujeto a la puerta y los chicos lo notaron. Uruha casi corrió hasta llegar a su lado y lo sujetó, ayudándolo a caminar lentamente hacia una silla
- ¿Estás bien?, ¿qué paso?, Uruha lo llenaba de preguntas que no le ayudaban mucho a mejorar sus líos mentales.
- El…. El manager… le faltaba el aire, no podía hablar.
- Kai, ¿qué pasó con el manager? Por favor dinos lo que pasó, le rogaba Uruha, que veía el estado de total desespero en que se encontraba su novio.
- …l… e-él lo sa-sabe todo, logro decir forzadamente.
- ¿Q-qué cosa? Preguntó un Ruki que no comprendía nada.
- ¿Lo nuestro verdad?, fue Uruha quien habló esta vez, ¿se enteró?
Kai levanto la mirada, una mirada cargada de dolor, frustración y amargura. Sus ojos estaban cristalizados por las lágrimas.
- s-sí, dijo él mirándolo, amenazó con dañar a Gazette sino terminábamos nuestra relación, habló de… de no querer dañar la fama de la banda.
No aguanto más y rompió a llorar, Uruha se acercó y lo abrazó tratando de contener el llanto, sabía por lo que pasaba Kai… trató de animarlo…- amor, ya veremos que hacer ¿si? Tenemos que estar calmados y...
- ¡No! Es que acaso ¿no entiendes?, no puedo dañar a Gazette, esta banda es toda nuestra vida, pero a la vez, tú también lo eres, eligiendo una cosa o la otra, terminaré dañándote igual y no podré soportarlo.
Uruha lo comprendió y lo abrazó con aún más fuerza, tratando de transmitir su apoyo y amor hacia el batero, con lágrimas cubriendo sus mejillas.
Los otros tres estaban asombrados, no sabían qué hacer ni que decir, sus mentes estaban llenas de temores y dudas, sabían el inmenso amor que se tenían esos dos chicos que veían abrazados, pero… formar Gazette les había costado sangre, sudor y lágrimas y la idea de volver a recorrer ese camino, no les atraía.
Llegaron a su departamento y ambos se dejaron caer en el sofá, estaban devastados emocionalmente, habían decidido tomar una decisión en conjunto, pero era demasiado difícil.
- K-Kai y ¿si buscamos una nueva compañía?, sugirió Uruha.
- Amor, sabes que no podemos, si rompemos un contrato como este tendríamos que pagar una indemnización a la compañía, explico Kai sujetando su cabeza entre sus manos.
Uruha se acercó a él y le abrazó por la espalda… quedándose así por largo rato, hasta que sin saberlo ambos llegaron a la misma decisión, Uruha se separó de Kai y éste se irguió sentándose bien, sólo les bastó una mirada para saber que ambos sabían lo que pensaba el otro.
- Será lo mejor, dijo Kai.
- Lo sé, afirmó Uruha.
- Será mejor que empaque mis cosas, dijo Kai poniéndose en pie y caminando hacia el cuarto en donde había pasado momentos inolvidables con Uruha.
El guitarrista se quedó estático en el sofá y sólo reaccionó minutos después cuando sintió las ruedas de la maleta y cuando lo vio a unos metros de él parado frente a la puerta, dispuesto a irse.
Corrió hasta él y le abrazó por la espalda rodeando con sus brazos el pecho del batero y apoyando su frente en la espalda del mismo… contenía las lágrimas, - déjame pasar una última noche contigo, te lo ruego.
- No, no hagamos más difícil este momento, por favor, te lo ruego… si pasamos una noche más juntos, nunca podré alejarme de ti… esto es por el bien de todos…. ¡¡Por favor!!
Uruha poco a poco comenzó a soltar el agarre con que tenía a Kai, quien se acercó a su maleta, la tomó y se acercó a la puerta mientras sentía como Uruha sollozaba y caía al piso por el dolor.
Salió rápidamente cerrando la puerta y se apoyó en ella al estar afuera, lograba escuchar el llanto de su ahora ex-novio, - te amo -, dijo en un susurro apoyando su cabeza por un momento en la puerta, para después caminar al ascensor e irse del lugar.
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