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Zoofilia por quezorallado

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Notas del capitulo: oh my gay gracias katy-star black
notas del capitulo:
los capitulos 4 y 5 ya están escritos, y este me faltaba para continuar pero prácticamente se escribió solo n__n

disclaimer:
DN no es mío
 

Zoofilia

 

 

Capítulo 3 > ¿Conoces el juego de la escondida? Yo cuento, tú te escondes.

 

Al tugurio maloliente y sin vida, el canino llegó jadeante y casi sin signos vitales a eso de las ocho de la noche, arrastrándose sobre el piso hasta llegar a las escaleras, donde cierta rubia en pijama iba de bajada.

- ... ¿Matt...?- Dijo en tono fúnebre la ojerosa rubia alzando una ceja.

- Agua... Agua... - Musitó casi sin aliento.

Acción siguiente, el vaso en la mano de la perra se volteó sobre la cabeza del pelirrojo, quien la elevó un poco y logro beber el agua que caía, no así evitando mojarse.

- ¿Y tu dueñol?

- No sé.- Resopló cortante mientras volteaba su cuerpo a un lado y se acurrucaba con el propósito de echarse una siesta.

- ¡El corredor no es para dormir!- Le regaño pateándolo en las costillas.

- ¡Pero no puedo subir!- Se defendió casi al borde del llanto.- Mi espalda me está matando.

- ¿Si? Vas a tener que saber sobrevivir, mira que aún no me pagan nada y estás viviendo gratis aquí.

- Perra.

- ¿Dijiste algo?

-Ah, ehhm... no.

La mayor hizo a un lado al pelirrojo natural y continuó su camino hasta la habitación.

- ¡Haaaaally!- Canturreó el canino incorporándose.- ¿Puedo quedarme en tu habitación? ¡Sólo hasta que llegue mi dueño!- Se apresuró a decir.

- ¿En serio te duele tanto...? No te creo.- Informó mirando al ojiverde con recelo.

- ¡Que es verdad!- Dijo en puchero y seguidamente tomó aire, inflando completamente sus pulmones.- Mello estaba enojado ayer y se le ocurrió ir a caminar y me tiró de la cola enfrente de toda la gente y después lo golpee y él me golpeó y nos peleamos y me sacó la ramera en plena calle ¡En plena Gran Avenida! Y lo perseguí durante no sé cuánto rato hasta que lo pillé babeando frente al mostrador de una chocolatería y le quité mi polera y tenía mucho frío y Mello se rió y yo me enojé y nos vinimos de vuelta pero nos perdimos y preferí volver solo.- Tomó aire.- No sé si siga perdido, pero ya va a llegar.- Continuó despreocupado.

La rubia pensó unos momentos y luego suspiró.

-Bueno.- Acepto en un soplido.- Puedes quedarte hasta que llegue Keehl. Pero nada de cositas raras conmigo.- Agregó amenazante.

 

- Halle.- Murmuró el pelirrojo natural dejándose caer en el sofá grande.

- ¿Qué?- Respondió la aludida desde la cocina, por Dios, la suya era la única en todo el edificio con habitaciones separadas... De todos modos era la dueña.

- Mello y... ¿Near? ¿Son ellos hermanos realmente?

- Biológicamente no.- Contestó la mayor un poco acomplejada.- ¿Por qué? ¿Acaso quieres saber más sobre tu dueño?- Preguntó con una sonrisa pícara en los labios (N/A: dónde más ¬¬!)

- No parecen ser muy hermanables.- Omitió la última pregunta tonta.

- Los hermanos a veces son muy peleadores, y hay casos en los que ni siquiera se hablan (N/A: y no me digan qe no es verdad), pero siguen siéndolo.

- Pero si... ¡Dijiste que no eran hermanos!

- Lo dije, no biológicos.

- ¿Entonces?- Inquirió molesto al no entender.- ¿Por qué llamarles hermanos cuándo no lo son y, a parte no se llevan bien?

La rubia permaneció en silencio.

El ojiverde notó que no iba para ningún lado y sólo cambió el tema.

- Por cierto, Halle ¿Tú sabes la verdadera identidad de...?

- Matt, déjame que te cuente algo.- Interrumpió la rubia.

Por la expresión en el rostro de la mujer y la forma en que había alzado el tono de voz, pareció inadecuado contestar a la pregunta. El pelirrojo natural se preguntó si había sido una mala idea comentarlo, aunque ni siquiera le había dejado terminar.

- Conoces el caso KIRA ¿Cierto?

El canino se limitó a asentir, en estos tiempos no había nadie que no supiera sobre él.

- Ocurrió cuando yo aún estaba en la preparatoria, supongo que tú aún eras un cachorro.- Dijo moviendo su cabello detrás de su oreja.- Yo me crié en un orfanato, y me escapé de él a los quince años.

El pelirrojo se preguntó cuál era el punto de todo eso. Vamos, él no estaba interesado en ese viejo asesino, ni en la infancia de la rubia. Y además ¿Qué tenía que ver una cosa con la otra?

- Conmigo escapó otra persona.- Hizo una pausa, recordando memorias vagas en su mente.- Un par de años después comenzaron los crueles asesinatos contra humanos por la...

- Si, si, lo sé.- Recalcó el pelirrojo, inquieto por el suspenso.- Y qué.

- La persona que escapó conmigo, no era mi hermano de sangre, pero era lo más cercano a uno... Se llamaba Elle... Y fue uno de los detectives cuya muerte fue otorgada por KIRA cuando investigaba el caso.

Oh, Elle... El pelirrojo recordaba nítidamente los noticiarios de esos días.

- Creo que ya sabes esto, Elle dejó las suficientes pruebas para determinar al culpable, por lo que su muerte no fue en vano...- La rubia suspiró con pesar.- Al poco tiempo de la muerte de mi hermano, me vi en la obligación de encargarme de todos sus asuntos. Descubrí que hacía donativos al orfanato dónde nos criamos y que, bajo un nombre falso, apadrinaba a dos niños.

El canino ladeó la cabeza frunciendo el ceño, todo era tan confuso; había algo dentro de su mente que decía la respuesta, sin embargo él no podía oírla.

- Así que simplemente, y por voluntad propia, comencé a cuidar por mi misma a esos dos pequeños...- Dejó la conversación unilateral, sin nada más que decir y eventualmente prosiguió al no obtener respuesta por parte del menor.- La mayoría del tiempo me causaban problemas, de hecho aún lo siguen haciendo, pero Mihael y Nate son lo único que tengo, y lo único que me queda de mi hermano.

Los ojos del pelirrojo parecieron abrirse más de lo normal.

De un modo u otro, ya lo veía venir.

- ¿P-por Mihael y Nate te refieres a...?

La mayor asintió. Por algún motivo extraño y desconocido, el ojiverde se sintió incómodo de pronto.

¿Qué hacer?

Por un momento ni siquiera creyó conveniente el seguir respirando y así mover alguna partícula del lugar que amenazara la poca estabilidad que se había creado en medio de la tensión.

El entorno comenzó a desaparecer, dejando a la vista sólo a la rubia, y a volverse caliente, muy caliente.

¿Eh? ¿Demasiado?

 

- ¿Matt?- Llamó exaltada la rubia, zamarreando al canino mientras éste parecía estar en un trance.- ¡¿Matt?! ¡Dios mío, estás hirviendo en fiebre!

- ¿Eh?- Balbuceó entre suspiros el pelirrojo natural ¿Cuánto tiempo había...?

- Esto es culpa del irresponsable de tu dueño.- Gruñó la rubia, quitando la mano de la frente del canino.- Y tú también ¡Cómo se te ocurre andarte paseando a pecho descubierto a estas horas de la tarde!- Continuó regañando mientras se adentraba en la cocina.

Casi parecía una hermana mayor.

El menor sonrió debido a lo cómica que resultaba ser la escenita. Recordó la muy reciente charla de la perra Halle y la sonrisa se borró de su rostro.

Todo era demasiada presión... Demasiada confusión... Demasiado calor.

Oyó el agua corriendo en la cocina.

-Claro ¿No? Si el dueño es de esta forma es lógico que el perro salga igual.- Concluyó volviendo al lado del canino.

La mayor colocó un paño húmedo en la frente del aparentemente enfermo cachorro, y le indicó que se quedara allí, recostado de preferencia, y ella entonces iría en busca de su dueño. Suspiró. Así no era como debían terminar las cosas. Bien, en ese momento era más importante la salud del canino; ya tendría tiempo de continuar con la conversación que estaban tan tensamente sosteniendo.

 

Matt, ¿Conoces el juego de las escondidas? Yo cuento, tú te escondes.

Fue lo último que recordaba de aquel sueño en el que había caído después de que se retirara la rubia.

Miró a su alrededor, ya no era la sala de la rubia, sino la habitación de su dueño. Estaba en la cama, tapado hasta el cuello. Sudaba, y  respiraba entrecortado. El cielo estaba oscurecido completamente; miró el reloj digital de la mesita de noche junto a la cama, eran casi las diez en punto. Se sentía extrañamente cansado, como si cada parte de sí hubiera aumentado su peso al triple y, sólo para empeorarlo, su cabeza daba vueltas y vueltas y las paredes se derretían

Buscó en la habitación con la mirada hasta parar en el sofá dónde su dueño se encontraba mirando televisión.

La charla educativa de ésa tarde volvió a recorrerle ambos oídos, para luego ser consumida por el malestar de todo su cuerpo.

Y, mientras caía nuevamente en un sueño profundo, se escucharon susurros entre ciertos rubios. De seguro la mayor le había estado regañando desde que llegaron, se lo merecía por desgraciado.

Notas finales: Halle: Mihael, por el amor del yaoi! ù___ú
Mello: Ya, ya, si sé. -.-
Halle: ¿Es que no te das cuenta del daño que le haces así?
Mello: Pero si el es lo suficientemente grande para...
Halle: ¡No me vengas con peros!
Mello: Perra. ¬¬
Halle: ¿Qué? O_ó
Mello: Ah, eehhm... nada.
Halle: Entonces ¿Qué fue lo que acordamos? u.u
Mello: Que disminuirías la renta si aparecías en las notas finales ¬¬
Halle: ¿Eh? Eso no -_-
Mello: o_o ¿Qué nos la disminuirías más si dejaban reviews...?
Halle: >_>
Mello: Que debía cuidar a Matt hasta que se mejorara.
Halle: ¿Ah? Ah, Matt. Si, quizás. (no vas a faltar al trabajo con esa excusa tonta ¬¬)
Mello: (xumare... perra) -_-U Que bañaría a Matt por lo menos una vez a la semana.
Halle: Ajá, no quiero que un perro maloliente y pulgoso moleste a los demás huéspedes ¿mmmkay?
Mello: -_-b

oOOo

me pregunto si habrá qedado claro el porqé del título mm_...
como sea, no era tan importante.

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