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Mortgage por AvengerWalker

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Notas del fanfic:

Death Note pretenece a su creador... cuyo nombre ahora no recuerdo xD

"Sé que soy un sexopata... y no puedo evitarlo. Es su culpa por usar esos sweaters tan ajustados... ¡más encima luego dice que tiene frío!

Pueden hacer más de 40 grados y no se lo va a quitar...es más, lo puede reemplazar por una camiseta igual... ¡de ajustada!

Encima usa esos jeans que le marcan mucho el trasero... y vaya trasero que tiene.

Como si fuera poco... sabe que me vuelve loco con esas fachas, pero ¡se entretiene más con sus juguetes que conmigo! Aunque a veces pienso todo lo contrario...

Puede pasarse todo el día pegado a su gameboy, a sus videojuegos o a cualquier cosa que sea cuadrada, computarizada y diga "bip, bip"... pero a la noche se las cobra.

Y vaya que las cobra"







Hipoteca #1:

- Mello, tengo sueño... ¿te puedes acostar ya? - pedía un Matt totalmente desalineado y con las ojeras hasta el piso. Ni hablar de su cabello, el cual era ya una maraña de cabos sueltos.

- Espera... aún no termino de asearme - ok, eso ya era suficiente. ¿Una hora en el baño aseándose? ¿Para ir a dormir? ¿Era una mujer o qué?

- Mello... ¿estás bien? - preguntó entonces el pelirrojo apoyando la oreja contra la puerta.

- Completamente - ronroneó el rubio del otro lado... ¿era demasiado pedir que Matt se durmiese rápido?

Era estúpido el tener que esconderse de el, pero ¡ya no sabía que hacer! Todas las noches aquella habitación guardaba (o más bien amplificaba) los gemidos de ambos jóvenes... Ya ni sabían como mirar a Near, quien por supuesto intentaba no tocar el tema... ¿y a L? El que les fuese a visitar no era impedimento para que ambos dos tengan una noche ajetreada o bien salvaje... todo lo contrario.

Nadie frenaba a Matt.

Una de las orbes verdes del pelirrojo se asomó por la cerradura de la puerta y lo que vió le dejó sin aire... como siempre.

El delicado cuerpo de Mello se alzaba esplendorosamente desnudo (a excepción de sus boxers) contra la pared. Su rostro se contraía en una mueca nerviosa, y no dejaba de mirar a la puerta con espanto. ¿Estaría asustado de el?

Eso despertó sus... más bajos y ¿ocultos? instintos.

El rubio no pudo evitar gemir cuando la puerta se abrió... mucho menos cuando descubrió quien estaba del otro lado... y muchísimo menos ante lo que sucedió después.


Hipoteca #2:

Suponía que hacía aquello porque le quería mucho, pero todavía no estaba del todo seguro. ¿Participar en una obra de Romeo y Julieta? Solo a Matt se le ocurría una estupidez tan grande como aquella.

Quizás más grande que sus ansias por el chocolate... o más grandes que las ansias de el por los gameboy... o directamente la de ambos entremezclada.

El vestido que tenía que usar era muy escotado... de color rosa para empeorarlo y, cerrando con broche de oro: con volados. Además tenía que usar una peluca castaña larga y con rizos, quitando los trecientos kilos de maquillaje de por medio.

Por suerte aquel teatrín tenía pequeños camarines donde cada uno se vestía... quizás era lo único que le gustaba a Mello: no sería acosado por Matt mientras se vestía, caso contrario terminaría yendo a la obra con el vestido hecho jirones, la pintura corrida, los cabellos desordenados... etc.

El libreto que tenía que aprenderse no era tan complicado; se lo sabía prácticamente de memoria por haber visto como quinientas veces la película, más encima luego leyendo el libro, y sin olvidar claro las veces que Matt se lo releyó en la cama.

Claro, porque jugando uno aprende.

- ¡Romeo...! -comenzó dramáticamente Mello leyendo el libreto, luego de verse listo para entrar en acción.

Sin embargo ni él ni el mismo libreto contaban con que unas manos cálidas se colarían por su vestido... o que unos brazos rodearían su cintura. Tampoco contaban con que alguien, con una voz terriblemente seductora al oído y mordidas y besos de entre medio, susurraría deseos profundos... incontenibles.

No quiso imaginar de dónde sacó la llave (¿había cerrado con llave?) ni tampoco cuánto dinero habrían salido aquellos caros perfumes que ahora yacían rotos en el piso. Tampoco quiso imaginarse qué seguiría luego de que le desvistiera con brutalidad... mucho menos qué pasaría luego de que ambos se hayasen en el piso y contra la pared.

Hipoteca #3:

¿Cómo habían terminado en aquella situación? ¿Near estaba riendo? Unas desordenadas fichas de puzzle se encontraban en el suelo... Mello había jurado y rejurado que le ganaría a Matt y a Near juntos armando un puzzle super difícil... pero proviniendo de parte de L parecía no ser muy fácil.

Matt y Near llevaban la mitad armada y el ni siquiera había encajado cinco piezas... ¿cómo podía ser? Near se burlaba por lo bajo, incapaz de evitar una sonrisa...

Tuvo ganas de gritarle, de lanzarle la caja, las fichas y las instrucciones por la cabeza, pero se detuvo... …l se lo había buscado, alardeando de que era más inteligente que Near y Matt, aún sabiendo que pese a todos sus esfuerzos Near terminaba por sobre el... y encima ahora tenía la ayuda de Matt.

Near se alejó con la excusa de que iría a buscar algo para comer, pero ni Matt ni Mello le prestaron atención. El rubio miraba furioso las fichas, como si quisiese comunicarse telepáticamente con estas... a su vez, el pelirrojo le miraba divertido.

Sus destelleantes ojos verdes fueron resbalando desde su cabello hasta su fragil cuello... para luego perderse en ese pecho cubierto por aquella chaqueta de cuero negro.

Por supuesto que Mello no era idiota... ni quería hacerse. Se dió la vuelta tan inesperadamente que Matt respingó, pero sin apartar su vista lasciva de el.

- ¡¿Qué tanto me miras?! - protestó el rubio.

- Eres hermoso Mello... - otra vez esa voz libidinosa... no podía prometer nada bueno... pero tampoco nada malo, debía reconocerlo.

- ¡Cállate!... -volvió a gritar esta vez más nervioso, detalle que Matt NO pasó por alto - Concéntrate en el juego - añadió segundos luego.

- Mmm... ya me aburrió este juego - admitió dejando de lado la caja y gateando hacia el.

Por supuesto Mello intentó ignorarle olímpicamente lo más que pudo, pero no funcionó. Sintió los fríos labios de Matt contra su cuello, aunque poco a poco ya no se encontraban allí, si no mucho más abajo. Su chaqueta había volado de su lugar, dando a mostrar un bien formado pecho, el cual Matt se dedicó a acariciar con anhelo.

Near supo qué hacer cuando se asomó y les vió juguetear tan concentrados al "puzzle", por lo que se decidió a escapar antes de que los gritos inundasen la habitación.

Hipoteca #4:

Aquella luz era cegante... ¡vaya que cegaba! ya hasta comenzaba a sentir unas extrañas nauseas en su cuerpo.

Se encontraba inclinado, con las rodillas y manos contra el suelo... se preguntarán qué corno hacía Mello allí, pues bien... intentaba arreglar los cables del videojuego de Matt.

Y es que cuando se aburría, aparte de comer chocolate, necesitaba hacer otra cosa que no sea mirar al enano liquid paper, pues eso verdaderamente le sacaba canas verdes... ¡¿cómo corno hacía Near para hacer tan bien las cosas si su cara mostraba un desinterés inequívoco!?

Cientos de cables prácticamente se le enredaron en la mano, todos del mismo color. ¡Claro! ¡A Matt nunca se le ocurría ponerles una etiqueta para saber cuál era cual y donde se conectaba!

Aunque el tampoco tendría que haberse puesto a jugar... y era que el "Art of Fighting" era... "divertidísimo". O al menos eso había dicho Matt hacía bastante tiempo.

A los pocos minutos de prenderlo se volvió a apagar, quizás por la desquiciada manera en la que Mello tiraba del joystick, o quizás simplemente se espantó por los alaridos barbáricos de guerra que lanzaba... mm, no, probablemente porque cuando perdía insultaba a los jugadores.

Sintió algo cálido contra su trasero, aunque pronto lo ignoró. Debía de ser su imaginación... estaba bien que Matt era un sexopata, pero no tanto.

¿No?

- Hola Mello~ - Aquella voz no exactamente melosa se coló por sus oídos, haciendo temblar su cuerpo y disparar sus nervios y sentidos. - ¿Me tienes miedo? - preguntó con el típico tono que empleaba un cazador para seducir a su presa- Haces bien... -fue lo último que oyó antes de sentir como su mano se colaba bajo su chaqueta.

Hipoteca #5:

Abstinencia.

Así le llamaba Near. Así le llamaba L. Así le llamaba Matt.

Cuando el chocolate se acababa en la casa, cuando la reserva del preciado dulce color café desaparecía... cuando era domingo y todos los lugares estaban cerrados, Mello entraba en un índice de abstinencia, que luego se convertía en un juego al mejor estilo "Atrápame si puedes", en los cuales todos se escondían y Mello los buscaba furioso...

Claro, no era que ellos quisieran, pero Mello se salía de sus casillas cuando no conseguía dulce. ¿Sería esa la razón por la cual L no vivía con ellos?

Por suerte Near no estaba en la casa... había ido con unos días a ayudar a L con una investigación, dejando solos al rubio y al pelirrojo (quien claramente no se quería ocultar).

El joven de ojos azulados le encontró muy cómodamente jugando... Como si nunca lo hiciese.

No obstante la situación había cambiado un poco. El terrible calor, el sol sofocante y la plena tarde habían hecho estragos no muy salidos de la realidad en Matt, quien se encontraba casi semidesnudo (léase en cuero y shorts).

Lo único que el rubio pudo encontrar en la heladera fue dulce de leche... un producto extraño que L había traído de un país de Latinoamérica y que parecía ser dulce. No estaba seguro de lo que era, pero el envase mostraba un líquido que parecía exquisito... y de color café, como su preciado chocolate.

Pensó que quizás así le llamaban al extraño producto en esos países, por lo cual abrió el envase y olisqueó. Definitivamente no olía a chocolate... pero se encargaría de comer.

Cuando regresó a la habitación en donde Matt jugaba le encontró en otra posición: sentado en el suelo, recostado contra el sofá y mirando detenidamente la pantalla del monitor.

Mello se relamió los labios y, antes de que el pelirrojo pudiese siquiera pronunciar palabra o agarrarle, se le lanzó encima como un animal carnívoro. Matt soltó un quejido cuando el frío líquido calló en todo su pecho desnudo, pero dejo de quejarse cuando sintió la cálida lengua de Mello moverse contra este.

Sabía que Mello estaba fuera de sí cuando no había dulces, pero ahora que había encontrado otra cosa con qué entretenerse le ayudaría...

Y al menos ese día ambos saldrían ganadores.


Pero al día siguiente, compraron chocolate.
Notas finales: D: mi primer fic de la pareja... espero que les haya gustado!

Aw

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