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Cosas de la vida! por Kaikai

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Notas del fanfic:


Holap! io de nuevo n____________n* esta vez será un tree Shoot, de la pareja que mas amo!
KaixRuki

Notas del capitulo: Primer Cap~
¿La vida es a veces cruel? o ¿Es que todo pasa por algo?

¿Cuánto puede llegar a cambiar la vida de una persona por un engaño?

¿Qué pasa si por culpa de eso, se cambia completamente y después ni uno mismo puede reconocerse?

Acababa de despertarme, me dolían un poco los ojos, la luz de la mañana, entraba por una ventana y chocaba directo con mis ojos.
- ¿no podrías cerrar esa cortinas?.
- ¿para qué?, la mañana esta hermosa.

Yo sólo me quejé y di la vuelta en la cama hacia donde no me llegara la luz. …l se acerco a mí y beso mi espalda.
- despiértate dormilón, el desayuno ya está servido y dentro de poco tengo que irme.
-¿Tan temprano me dejas?, refunfuñé.
-sabes que es por mi trabajo, además no es temprano son casi las 9.

Abrí un ojo incrédulo y sonreí.
- está bien ya me levanto.

Corrí al baño para ducharme y así poder desayunar juntos, al llegar a la cocina lo vi de frente a mí, sentado en uno de los mesones leyendo el diario y tomando su acostumbrado café matutino, iva vestido algo informal, de seguro esa mañana no tenía que dirigir ninguna junta ni nada por el estilo, lo lamente un poco, puesto que amaba su pinta de ejecutivo.

Mientras me sentaba él levantó su vista y me miró.
- hoy llegaré temprano, podremos cocinar juntos ¿te parece?.
Sólo le sonreí y me acerqué a él.
- por supuesto, contesté.
…l se levantó y dejó la taza en el lavaplatos.
- me voy, de lo contrario se me hará tarde.
Lo sentí tomar su maletín desde el sofá y caminar de nuevo a la cocina, se acercó a mí apenas entró en ella.
- te amo, me dijo depositando un beso en mis labios, beso que quise profundizar, pero que él no me permitió, no, ahora no tenemos tiempo, pero a la noche lo terminamos, me miro con una sonrisita picara y salió de allí, a los pocos segundos oí la puerta cerrarse.

Es increíble cómo pueden llegar a cambian las cosas, antes de conocerlo, me habían hecho mucho daño, me había involucrado con un maldito que me había dejado aclarándome que sólo me había usado para satisfacer su curiosidad y que se había dado cuenta que lo de él no eran los hombres, sino las mujeres.

***


Aoi, ese era el nombre del maldito desgraciado, lo conocí por primera vez en un bar una noche en que había decidido salir para intentar hacer algo nuevo, estaba demasiado enfrascado en mi último libro y hacia meses que no salía de noche y en verdad comenzaba a creer que me había pasado años en casa, había llamado a Uruha, pero éste ya había hecho una cita para salir a comer con Reita, al parecer la relación de ambos iva viento en popa. Ambos eran tal para cual, demasiado despistados y olvidadizos, pero así se amaban los dos y así eran felices, vivían en un pequeño departamento en el centro de la ciudad, me parecía de mal amigo colarme en su cena así que le desee lo mejor y colgué, se me habían disipado un poco las ganas de salir pero me auto-anime y me vestí simple para salir, no pretendía ligar con nadie, solo relajarme y despejarme un poco.

Me vestí con un jeans negro y una camisa gris que me sentaban bastante bien, tome una chaqueta que combinara, mi celular y dinero, salí, tomé un taxi y le indiqué el nombre de un café, discreto y tranquilo que conocía en el centro, llegamos en unos minutos, bajé y pagué. Me paré afuera y respire hondo para después entrar al lugar. Una vez adentro di una mirada rápida para encontrar una mesa o algún espacio libre, el lugar no estaba muy abarrotado, pero en si nadie me prestó atención, me moví para sentarme en un extrema del recinto en una mesa no muy apartada de una ventana que mostraba el hermoso jardín de interior que tenía el recinto, que irradiaba una sensación de total paz y calma cada vez que lo veía. Fue allí cuando lo sentí por primera vez y que supe de su existencia, sentí su mirada en mí, intentaba moverme con naturalidad lo único que deseaba era llegar a la mesa y poder sentarme, pero era como si mis piernas no pudieran moverse más rápido, más bien era como si aquella mirada me impidiera hacerlo.

Me di valor y me giré hacia la dirección en que sabía venía la mirada y lo vi, sentado elegantemente en una mesa acompañado de un grupo de personas a las cuales no prestaba atención, me miraba descaradamente y con una leve sonrisa ladeada en su rostro, vestía un traje color negro, parecía director de alguna compañía. Su mirada aun en mí hacia que sintiera que desfallecería. Aparté la mirada de él y sentí que ya podía caminar, por lo que apresure mi paso hasta sentarme en la mesa que quería y que por acción de quien sabe quien aun estaba desocupada, una vez que me senté, elevé la vista y para mi mala suerte estaba en su campo de visión por lo que quede en frente de él y aun me miraba fijamente, en eso se acercó una camarera que me pregunto qué me serviría.
-Sólo un café, gracias.

Y se fue para rato después traerme mi pedido y algo más que jamás esperé.
-Señor, disculpe, pero el caballero de aquella mesa, le manda esto.
Y me entregó un papel doblado en la mitad, lo tomé con cierto recelo y ella se alejó, levanté la mirada para mirarle, pero él estaba enfrascado en una conversación con alguien de su mesa y no me miraba.
Lo desdoble y leí lo que decía.

Eres lo más lindo que he visto esta noche, te espero a la salida en 5 minutos más.

Levanté mi vista confundido y noté que ya no estaba en la mesa, estaba confundido, para que un sujeto querría verme afuera, faltaban sólo unos minutos para que se cumpliera el plazo que el estipuló, no sé ni siquiera que me instó a levantarme, pagar lo que no había consumido, porque está claro que no bebí mi café y salí de aquel recinto.

Una vez afuera no lo vi entre la multitud que a esa hora seguramente se dirigía a sus casa para disfrutar en familia.
-¿Me buscabas?, pregunto alguien detrás de mí.
Esa voz me paralizó, era una voz grave, varonil y que incitaba a querer seguir oyéndola.
-Busco a quien me envió esta nota, le aclaré sin haberme girado para verlo, estaba seguro que apenas hablara con él de frente, notaría de inmediato mi nerviosismo y el sonrojo seguro que cubría mis mejillas.
-Parece que estás de suerte, porque ya lo encontraste, sentí un cosquilleo en mi estómago, el nerviosismo que ya estaba en mi, aumentaba, ¿acaso tendré que hablar con tu espalda por el resto de la noche?
Me giré avergonzado y me disculpé.
- está bien, me dijo, tampoco me desagradaba tanto tener esa visión de tu cuerpo.
Note que me había sonrojado fuertemente e intenté ocultarlo bajando el rostro, pero él no pareció tomarle importancia y me dijo.
- ¿te parece si caminamos mientras se nos ocurre que hacer?
Yo sólo sonreí y acepté con la cabeza, comenzando a caminar sin esperarlo.

Esa noche fue espectacular, caminamos por toda la bahía y conversamos sobre mil cosas, me conto de él, de su vida, su familia y su trabajo, mientras que yo, a pesar de encontrar algo aburrida mi vida, le conté sobre mis libros y mi vida.

El encontró de lo más interesante mi trabajo e insistió en querer ver uno de mis escritos, eso implicaba ir a mi casa y la verdad no estaba muy seguro de querer llevarlo. Sabía que una vez allí, una cosa podía llevar a la otra y en ese momento no estaba para distraerme de mi trabajo, pero aun así terminamos en un taxi camino a mi hogar, el trayecto fue tranquilo y silencioso, no teníamos la necesidad de hablar.

Una vez llegamos, lo invite a entrar, en el vestíbulo le pedí que me siguiera a mi estudio y antes de entrar me disculpe anticipadamente por el desorden que encontraría.
- así deben ser todos los escritores, me dijo, no te preocupes.
Al entrar note que él recorrió el lugar con la vista, observándolo todo.
- eres tal y como pensé que eras, me sorprendí cuando me dijo eso.
- ¿a qué te refieres?
-cuando te vi inferí que eras así de tímido y me pareciste muy lindo.
-Pero si recién me viste esta noche, por primera vez.
- te equivocas, me sorprendí con su respuesta, ya te había visto otras veces en la cafetería, pero siempre estabas con otros chicos y después dejamos de toparnos y esta noche cuando te vi no quise desperdiciar la oportunidad de conocerte.
Abrí la boca por lo sorprendido que estaba, pero el añadió.
-la verdad si antes me gustabas. Ahora me gustas más aun.

Se acerco a mí lentamente, mirándome con intensidad y fijamente, aunque hubiera querido no hubiese podido moverme, nuevamente mis piernas no me respondían. Terminó de acercarse y sin siquiera tocarme rosó mis labios con un beso, que más parecía una caricia de sus labios en los míos.

Me miró por un segundo y acercó su mano derecha a mi rostro acariciando mi mejilla, sentí el calor de su mano en mi rostro y lo suave de la caricia que me dio, se acercó lentamente y volvió a posar sus labios en los míos.

Aunque hubiera podido moverme no lo hubiera hecho, ese beso me provocó tantas cosas que no me había ocurrido hace tanto que me gustó y dejé que me besara. …l paseó su lengua en mis labios saboreándolos y pidiendo permiso para ingresar en mi boca, las sensaciones que Aoi me generaba, me encantan, esas cosquillas en mi estómago, el sudor en mis manos y el deseo por él.

Sin pensarlo más le di el paso para que entrara en mi boca, sentí su lengua chocar con la mía y una corriente eléctrica me recorrió por completo y sin proponérmelo gemí bajito. …l se separó de mí y me miró, entendí su mirada y le dije.
- saliendo dos puertas a la izquierda.

El me sonrió y me volvió a besar, pero esta vez dándole un toque mucho más pasional. Lo sentí comenzar a caminar mientras me besaba, yo caminaba hacia atrás tratando de no tropezar con algo, pero él me guiaba puesto que tenia los brazos entorno a mi cintura y me apretaba con fuerza pero delicadamente.

Cuando llegamos al cuarto me depositó suavemente sobre la cama y se separó de mí, para desabrochar mi camisa quitando uno a uno los botones y comenzando a besar cada espacio de piel que quedaba libre de ropa, así poco a poco quedé desnudo bajo él, mientras me acariciaba como adorándome, recorriendo con sus cálidas manos mis costados y prestándole atención a mi miembro que pedía ayuda a gritos.

Sentí que mientras me besaba él también se quitaba la ropa y le ayudé, retirando su camisa y ayudándole con el cinturón, que no quería separarse de sus pantalones, tuvimos que separar nuestras bocas para poder quitarlo y reímos ante el lio que nos hicimos con eso. Una vez estuvo fuera del pantalón, me obligó a volver a mi posición anterior, bajo él, tendido en la cama, dispuesto a que me hiciera suyo cuantas veces quisiera, en ese momento ni siquiera pensé en el futuro y cuando me penetró suavemente esperando a que me acostumbrara todas mis dudas o cavilaciones se hicieron humo, esperando a que el repitiera cada una de sus caricias nuevamente y que me hiciera volver al cielo al que me llevó cuando alcancé el orgasmo todas las veces que lo hicimos aquella noche.

A la mañana siguiente al despertar, me encontré con su cuerpo junto al mío, durmiendo boca abajo y con la luz de casi el medio día pegándole en la espalda. Su piel brillaba y se veía realmente hermoso, aun no me convencía de que ese prototipo de hombre me hubiera hecho suyo.

Desde aquella mañana fuimos pareja y esa relación duro 8 meses, si esa mañana hubiera sabido lo que me haría el muy maldito, jamás hubiera aceptado.

La semana de nuestro 8° aniversario yo había tenido que salir de viaje para promocionar mi último libro, me había negado, pero era parte de mi trabajo y así me lo hizo saber el director de la editorial. Se suponía que volvería tres o cuatro días después de la fecha de aniversario, pero logré acelerar el proceso de promoción y queriendo darle una sorpresa arribé a la ciudad ese mismo día en la mañana, obviamente él no sabía, quería darle la sorpresa de que al despertar se encontrara conmigo junto a él, mas la sorpresa terminé llevándomela yo.

Cuando llegué a mi casa, lo hice silenciosamente, quería prepararle el desayuno y llevárselo a la cama junto al regalo que le había comprado en la ciudad a la que había ido.

Una vez en el recibidor note algo extraño, había un par extra de zapatos, eran unos tacos color rojo, me pareció raro, pero preferí no pensar en ello, así que avance sigilosamente hacia nuestro cuarto, pero en el pasillo me encontré con otras sorpresitas regadas por el piso, aceleré el paso y abrí la puerta encontrándome con una imagen que en la vida podre olvidar, Aoi, ese Aoi que decía que tanto me amaba, ese Aoi que cada vez que llamaba estando de viaje me decía que me extrañaba, se encontraba allí con una mujer, más bien una maldita zorra, acostados en nuestra cama, esa misma cama en la que me hacía el amor, en la que me había hecho suyo por primera vez, en esa misma cama estaba con ella, el de espaldas durmiendo y ella sobre él, solo cubiertos en parte por las sabanas.

Mi primera intención fue querer gritar, golpearlos a los dos, echarlos a patadas, pero salí de cuarto y me dirigí a la cocina sin poder creer aun lo que mis ojos habían visto. Me apoyé en un mesón y hundí mi rostro entre mis brazos y lloré como no lo hacía hace mucho, llore de impotencia, de rabia y pena.

Cuando estuve más tranquilo, busqué las maletas de Aoi, esas mismas que él había traído hacía meses atrás cuando le había invitado a vivir conmigo y las deje en el medio del cuarto, abrí las cortinas y él se quejo levemente, abriendo poco a poco sus ojos, con la luz dándole en ellos.
-Toma tus cosas y vete, le ordene.

…l abrió los ojos asustado y se sentó en la cama, la zorra sólo se quejó y se acomodó para seguir durmiendo.
- aprovecha de llevártela a ella también, agregue, saliendo de allí.

Aoi me llamó, pero no lo tomé en cuenta, caminé hasta mi estudio y allí comencé a revisar algunos de mis papeles.
- Kai, yo te lo puedo explicar, me dijo cuando llegó al estudio, llevaba un pantalón y una polera cualquiera, se notaba que se había vestido rápido.
-¿Explicarme qué?, le respondí sin siquiera mirarlo, explicarme el cómo me hiciste creer que me querías o el cómo te revolcabas con esa mujer en MI cama, mientras yo estaba de viaje.
-Para mí esto fue un experimento, me dijo.
Levanté la mirada enojado.
-¿A qué mierda te refieres?, comenzaba a alterarme.
-Me di cuenta de que soy bisexual.
Me aclaró.
-esa chica con la que me encontraste es mi pareja hace unas semanas.
-O sea que estando conmigo, ¿también estabas con ella?.
Estaba enojado y sorprendido, pero más rabia tenia conmigo mismo, como mierda no lo había notado.
-En verdad pensé que estando contigo no necesitaría a una mujer, pero no fue así, me hacía falta una y la encontré, por lo que lo nues …
No lo dejé terminar y lo golpeé.
- lo nuestro se acaba aquí, le dije, y quiero que te vayas de inmediato.

Caminé hasta una ventana y allí me quedé, pude sentirlo caminar por la casa buscando sus cosas, revolver los cajones y finalmente salir de la casa dando un portazo. Fue allí donde me derrumbe, mis piernas no me sostuvieron y caí al piso, llorando y gritando su nombre, me tendí en el piso a llorar, jamás pensé que aquello doliese tanto, lo odiaba y me odiaba, lo odiaba por no ser honesto, por haber hecho eso en mi casa y en nuestra cama. Me odiaba por ser tan crédulo y por no querer darme cuenta que algo andaba mal, por no preocuparme en aquellas noches en que él llegaba tarde o queriendo ignorar las marcas de labial en los cuellos de las camisas.

Me enconjí sobre mí mismo abrazando mis piernas y seguí llorando, sin proponérmelo me dormí.

No sé cuantas horas dormí, solo sé que cuando desperté fue por culpa de mi teléfono, estaba casi congelado en el piso.
Busqué mi celular en mi pantalón y lo apagué, me daba lo mismo quien fuera, me daba absolutamente lo mismo, lo único que quería era aislarme en mi dolor y no ver a nadie.
Notas finales: Ojala que les haya gustado!!
Kaikai seria muy feliz, si dejan un rev!

respondi los revs, de mi fic anterior ;)..... kissus!

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