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Por una confesión... por yukyo

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Notas del capitulo: aqui esta el segundo y ultimo capitulo... no se ni que escribi pero bueh XDDD

~feliz cumple megu!!~ xDD
Capitulo 2: ~ Comenzando a conocerse… ~

Besame, hipnotízame,
Ya no me importa mas,
Róbame el alma hechízame…
(“Hipnotízame”; Fobia)



- Lo siento por llegar tarde

- Esta bien Deidara, recién comenzamos, estaba presentándoles al resto al nuevo miembro… Hidan… - hablo el líder, sin darse cuenta del estado de conmoción del rubio que no podía mover ni un músculo ante la sorpresa de ese encuentro…

- Buenas tardes Deidara san… es un placer conocerte – dijo recalcando la palabra “placer” y sonrió con malicia al ver el rostro del otro, Deidara a penas reacciono y cuando lo hizo sintió arder su rostro.

- Bu-buenas tardes Hidan san – saludo a penas y bajando la mirada fue a situarse al lado de Sasori que lo miraba interrogante.

- Bueno ya que todos están presentados pueden tomar asiento – dijo el líder ubicándose en el centro de la mesa, los demás los imitación y para mala –o buena según se vea- suerte de Deidara, el peliplateado había quedado justo al frente de el – Bueno Hidan, tu pareja será Kakuzu, con el llevaras a cabo las misiones desde ahora en adelante… y como les iba diciendo antes de que llegara Deidara, Hidan es un teólogo y hace un mes lo conocí en una iglesia a la que asiste regularmente y hablando comprendí que el seria de los nuestros, cuando tomamos mas confianza decidí revelarle el secreto y el de inmediato acepto por razones personales…- explico el líder, los demás solo asintieron. Hidan lo le quitaba la mirada de encima al rubio y este comenzaba a ponerse nervioso, lentamente empezó a levantar la vista para poner una expresión desafiante en su rostro y haber si así el hombre dejaba de mirarlo y quizás reprocharle lo que había hecho el día anterior, observo por encima de la mesa las blancas manos de peliplateado, luego recorrió su torso deteniéndose un momento en la parte que no cubría la tela de la camisa para saborear en la distancia la piel del otro, luego paso por su cuello…observo sus labios y de pronto se sobresalto al ver que Hidan se lamía los labios, Deidara sabia que no había dejado de mirarlo, acaso eso era un incitación?, lo miro a los ojos y en ellos vio lujuria, se ruborizo pero no mostró realmente el bochorno que comenzaba a sentir, calor, hacia mucho calor en la sala… introdujo un dedo por el cuello de la polera que traía intentado aflojarlo y quitarse la sensación de ahogo, desvió la mirada nuevamente, a cada segundo que pasaba se sentía mas nervioso, quizás solo era paranoia y Hidan no lo observaba a el, si no que a algo que había justo detrás…ok no, si que lo miraba a el, pero que descaro!, estaban todos ahí y esa forma de mirar no era para nada curiosa, suspiro no sabia si resignado a seguir en esa situación o por el cansancio mental que le producía todo ello, de pronto se sobresalto nuevamente, alguien -Sasori- había pasado la mano por debajo de la mesa y le acariciaba la entrepierna con desfachatez, Deidara lo miro sorprendido y el pelirrojo solo sonrió, luego le dirigió una mirada gélida a Hidan, como diciendo “este rubio es mió” lo que provoco en el de ojos violeta una sonrisa siniestra.

La reunión continuo normalmente para todos ya que no se dieron cuenta de este intercambio de miradas y al finalizar, Pein felicito delante de todos a Deidara por el éxito en el robo y luego todos salieron del edificio a sus respectivos hogares. El rubio rápidamente salio del lugar sin despedirse de nadie y corrió al elevador, no quería encontrarse con Hidan durante todo el resto de ese día, es mas durante todo el resto de su vida, pero cuando agitado entro en el ascensor sintió que alguien mas entraba con el, cerro fuertemente los ojos rogando que no fuera el y se giro lentamente para ver que en efecto,
Hidan lo miraba mas que divertido.

- Si quieres que te pida perdón por lo que sucedió ayer, no lo haré! – dijo sin miramientos, ya se estaba aburriendo de la situación y ese hombre no era nadie para venir a intimidarlo.

- Acaso te he pedido que lo hicieras? – replico Hidan acercándose un poco y las puertas se cerraron detrás de el, busco los números y apretó el del subterráneo.

- Yo… - dudo Deidara sorprendido por esto.

- Solamente me gustaría que pagues por lo que oíste – susurro cerca de su oído acorralándolo contra la pared.

- Que pague? – pregunto casi tartamudeando ya que la cercanía con ese hombre lo volvía loco.

- Así es… debes pagar por mi haber escuchado mi secreto – lo miro fijamente a los ojos y rozo sus labios contra los del rubio. – Te habían dicho alguna vez que eres irresistible? – pregunto con la voz cargada de deseo.

- N…

- Eso no importa ahora – lo interrumpió y lo tomo de la cintura acercándose mas a el, rozando su miembro con el de Deidara, haciendo lo mismo que le había descrito que había hecho con el hombre de ese pub…pero que sensación mas exquisita, sintió el vaivén de movimientos y no pudo evitar gemir de placer – aja…con que te gusta el punto medio…y ya veo que resulta muy bien – comento al notar la erección que e estaba provocando al rubio. Con una mano comenzó a acariciar el cabello largo de este y luego su rostro – eres realmente hermoso… y te quiero para mi…

- Yo… - pero Hidan no escucho lo que el rubio iba a decir, se lanzo a sus labios y los beso con pasión, como si fuera el ultimo segundo de su vida y quisiera disfrutarlo de ese modo, introdujo la lengua, Deidara no se resistió demasiado y de igual modo entrelazo la suya con la del peliplata, ya no pensaba en que no quería verlo mas, ni en que se sentía levemente culpable por lo del día anterior, es mas, no pensaba en nada, su mente en blanco, con sus sentidos solo concentrados en disfrutar el contacto, la tibieza de los labios delgados de Hidan, paso sus manos por el cuello de este y el descenso que parecía ser lento llego a su fin, para la suerte de ambos nadie había decidido subir al elevador en los pisos que siguieron y en ese momento el estacionamiento también estaba vació, Hidan sonrió contra los labios de Deidara cuando las puertas se abrieron, lo saco rápidamente pero tomándolo con cuidado ya que las puertas se cerrarían de nuevo, lo lanzo contra la pared que había al lado y sin decir nada, sin siquiera mirarlo a los ojos lo beso nuevamente, Deidara solo se dejaba llevar por esos labios expertos.

- Vamos a mi casa – jadeo Deidara pasando sus manos por debajo de la camisa de Hidan, este asintió y se separo de el, se arreglo la ropa y deidara aun agitado se dirigió a su auto, el peliplata lo siguió, se subió al asiento del copiloto y el rubio puso el auto en marcha.

Durante el camino no intercambiaron palabras y el nerviosismo que antes sentía Deidara se transformo en impaciencia, llegaron a su departamento y a pensar abrió la puerta Hidan lo empujo al interior, lo tomo del cuello de la polera y nuevamente lo lanzo contra la pared, cerro la puerta de un portazo y comenzó a morder el cuello del ojiceleste, quien comenzó a desabotonar torpemente la camisa del peliplateado, levantando la cabeza para que este pudiera besarlo con mayor comodidad. Cuando Hidan se canso del cuello aparto violentamente al rubio de el y le quito la camisa, viendo el delgado pero bien formado cuerpo de Deidara, lo tomo de la cintura y lo atrajo hacia si, su camisa estaba abierta y sus pechos se rozaban, lo miro, ahora si a los ojos y lo beso con furia, desde los labios, bajando por el pecho, el ombligo, la pelvis… acerco su rostro a la entrepierna de Deidara y le bajo los pantalones y bóxer, dejando ver la erección del rubio, introdujo en su totalidad el miembro de Deidara en su boca y haciéndole un perfecto oral, le acaricio la espalda.
El ojiceleste solo gemía y apoyo las manos en la cabeza plateada de Hidan para que este no se separe de el, sentía que se venia pero no quería hacerlo en la boca del mayor así que le soltó la cabeza y este subió hasta su boca. Repitió los besos y caricias pero no de una forma sutil no tierna, si no bruscamente, con pasión desenfrenada y un deseo para nada sano, lo arrastro hasta la habitación que supo donde estaba ya que la puerta se mantenía abierta y dejaba ver el cuarto del rubio, lo arrojo a la cama y comenzó a desvestirse, Deidara no podía ni hablar, la agitación, excitación, y un millón de sentimientos mas que extrañamente se juntaban en su ser lo embargaban completamente, impidiéndole pensar con claridad. Hidan lo volteo y sin mucho cuidado introdujo el primer dedo en la entrada del menor, quien a pesar de que ya lo había hecho anteriormente con hombres no podía acostumbrarse a la primera invasión.

- Ja…así comienzas a pagar – dijo Hidan malévolamente introduciendo el segundo dedo.

- UHNN… - gimió Deidara al tiempo que el peliplata lo tomaba del estomago, lo atraía hacia así y comenzaba a penetrarlo, comenzó el lento vaivén de movimientos haciendo llegar al rubio al mejor de los orgasmos que jamás había sentido, ni con Sasori, ni con Itachi, y ellos habían parecido ser de sus mejores amantes… Hidan no podía compararse con ellos, era tan brusco, tan fuerte, no lo trataba como a una chica y sin embargo había algo que le lo hacia sentir seguro con el. Después de un rato Hidan se corrió en el interior del rubio y dio por finalizada su tarea.

- Ahora ya pagaste – comento sonriendo y tendiéndose en la cama, sin palabras cursis, sin besos tiernos, sin caricias ni nada que reflejara que en esa habitación había ocurrido algo mas que simple sexo, pero eso no le molesto a Deidara, ellos a penas se conocían, pero de algo estaba seguro, habría tiempo de sobra para hacerlo…
~Fin~
Notas finales: Pss eso... nus leemos

yuki

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