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Ahora es extraño y perturbador caminar por estas calles, me siento vacio y fuera de lugar,
me siento solo como si algo me faltara, como si algo o alguien me ha robado,
eso no era siempre así sino hasta hace pocos días cuando lo vi pasar por estas mismas calles…
Como es de costumbre me levanto muy temprano para ducharme, desayunar lavarme los dientes e irme a la escuela.
Prefiero ir caminando que irme en el autobús ya que en el tengo que aguantar a todas esas personas estúpidas que se la pasan gritando
además caminando tengo tiempo para disfrutar del silencio, =silencio algo que adoro.= Cierra los ojos el pelinegro e inhala delicadamente
Y lentamente escucho el bullicio de la escuela me hace recordar que por desgracia no estoy solo =que desgracia.=
Entro a mi salón turbio por él ruido y como es de costumbre mi fiel club de fans =que en lo personal son un montón de locas sin vida ni algo útil que hacer=
esquivándolas llego a mi pupitre, me siento y espero que comience otra aburrida clase.
De de hecho mi salón no es algo fuera de lo común =salvo por ciertos “inquilinos,=
siempre me siento en la última fila que da hacia la ventana de hecho estoy rodeado por el “club de admiradoras,
a mi izquierda se encuentra la pelirosa llamada Haruno Sakura líder =y loca “presidenta” de mi club,=
dos lugares más al frente se encuentra la sección de los “raros.”
Uno de ellos parece un perro de la calle llamado Inuzuka Kiba =a mi parecer creo que tiene pulgas=
a su lado un pelirrojo con ojeras llamado Sabaku no Gaara =parece un mapache punketo= y a su lado
el artista llamado Hasegawa sai siempre se la pasa sonriendo falsamente =además tiene la piel blanca como cadáver=
en frente de Gaara está un tipo con ojos como de insecto y peinado raro llamado Rock Lee,
siempre está entrenando deportes =a final terminara como esos maestros gordos que da educación física,=
en la otra esquina se encuentra un tipo que siempre está dormido o en las nubes llamado Nara Shikamaru
=si no fuera porque sé que es un genio creería que tiene retraso mental=
al frente está el más raro de todos, Aburame Shino, siempre porta lentes y una gabardina de tela
=creo que es un híbrido de humano –insecto y bajo esa gabardina tiene su par de alas=
delante del esta Hyuga Neji =… sin comentarios=
los demás ocupantes =papanatas que no aspiran a ser más que algún carterito o burócrata mal pagado=
no hay nada que decir, no son algo significante para describir ya que no tienen ningún atributo
=bueno, malo o despectivo= que se les puede dar.
En eso llega el maestro Hatake Kakashi =como siempre tarde=
-Buenos días a todos perdón por la tardanza es que se me callo mi café en mi camisa y tuve que ir a lavarla…-
se escuchan las estruendosas risas del salón, menos del pelinegro Uchiha que solo piensa en la nueva estúpida excusa que da el maestro
=kami sama, como puede inventar una nueva diario=
La clase continua como de costumbre suena la campana y es receso, todos salen gritando y levantando alboroto
-=yo ni en broma salgo detesto el ruido, detesto la compañía de otros ya que solo hablan de tonterías sin sentido=- piensa el azabache.
Vuele a sonar la campana para reingresar a las aulas,
así todo transcurre hasta que la campanada marca el fin de las clases y como es de costumbre vuelve más fuerte el alboroto,
Sasuke espera a que todo el mundo salga del salón para salir el, camina por el pasillo baja las escaleras hasta llegar a la planta baja,
sale de la escuela y se dirige al parque, un buen lugar para leer y estar solo y tranquilo,
-=no me quejo, amo esta vida solo depender de mi sin algún otro estorbo o alguien que me saque de mis casillas,
de hecho siempre he tenido la idea de que viviré solo.=-
El Parque donde se encuentra el pelinegro es muy grande lleno de muchos tipos de árboles
desde cerezos hasta pinos, todos ellos con una edad avanzada.
El se dirige a su lugar secreto rodeado de árboles de Ginkgo donde se dispone a sentarse unas rocas acomodadas como asiento.
Saca su libro y comienza a leer metódicamente cada frase y palabra como si no existiera el tiempo.
Después de un buen rato el azabache siente hambre, tomando ese aviso como alarma se levanta y se dirige a su casa.
Camina por la acera de costumbre y al virar hacia la izquierda ve un auto rojo pasar a gran velocidad,
lo único que alcanza a ver es una cabellera rubia, sin tomarle importancia alguna sigue caminando hacia su casa.
Llegando a ella se da cuenta que está vacía =nada fuera de lo común= piensa el pelinegro va hacia la cocina,
abre la nevera sacando algo para comer anqué es mas para disponerse para cenar ya que era pasadas las 19 horas
cena y al finalizar lava lo que utilizo y se dispone ir a su alcoba.
ya en ella se prepara ´para ducharse se desviste con cuidado dejando la ropa que uso en un cesto y entra a la ducha.
En ella el vapor es impresionante, el está dentro de la regadera tallando con delicadeza su terso cuerpo blanco como porcelana,
moja su cabeza y empieza a enjabonarse su cabello negro con suavidad, después de un rato sale con todo su cuerpo empapado,
lentamente las gotas se deslizan por todo su ser, el se dispone a secarse con una toalla de color azul rey
lentamente seca con cuidado ese cuerpo perfecto y bien proporcionado,
con otra toalla más corta se seca su cabello y como por algún sortilegio este se acomoda al natural,
se lava los dientes y sale de la ducha con una toalla que envuelve sus caderas y otra en su cuello.
Se retira de la toalla que envuelve sus caderas y dejando al descubierto aquel ser tan pulcro y perfecto,
sin pasar mucho tiempo se viste con ropa muy cómoda pero a la vez muy elegante, prende su laptop y se dispone a hacer las tareas,
que realmente no eran muchas ya que él en el receso aprovechaba para adelantar una gran parte.
Termina lo último y con sutileza se dirige a tomar un instrumento de color rojo sangre, un bajo eléctrico muy bien cuidado
que en la parte frontal está pegado un Kanji que significa “Mu” (la nada) comienza a practicar con un arte y virtuosismo,
el pelinegro toca el instrumento con tanta facilidad y ligereza que hace parecer que es una guitarra hecha de aire.
El reloj suena su lúgubre melodía apuntando a las 10 de la noche, indicándole que ya es hora de dormir,
-Tal parece que se quedara en el hospital de nuevo- dice el Uchiha para sí mismo refriéndose a su padre.
El pelinegro no tarda en acomodar su maleta con los libros del siguiente día y se dispone a dormir conciliando el sueño muy rápido.
La luz de la luna entra por la ventana de la habitación del azabache siendo ella única testigo y guardián de velar
el sueño de aquel muchacho que siempre es serio y nunca se sale de esa concentración tan profunda que inclusive
llega a aparentar que es de hielo y que por su corazón no existe sentimiento alguno.
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