Había sido un ensayo horrendamente agotador, habían ensayado más que nunca, la única razón, tendrían una semana de descanso.
Llegó a su casa casi a rastras, dejó las llaves sobre su mesa de entrada, abandonó la chaqueta en un sofá de su cuarto, el bolso fue a parar a un rincón y el chico agotado se tendió en la cama, sus brazos no daban más, llegó a acalambrarse de tanto aporrear los platillos y tambores. Aún así estaba feliz, había visto una de esas facetas más hermosas que tenía Ruki. Verlo disfrutar mientras cantaba los temas que el mismo había compuesto.
Verlo allí, parado atrás del micrófono, con esa voz grave que, si no se concentraba, era capaz de hacerle perder el ritmo y por consecuencia ganarse una mirada sorprendida por parte de alguno de los chicos.
Había decidido quedarse allí, estaba tirado de boca hacia la cama con la cabeza levemente ladeada, su mirada se estaba perdiendo en la imagen que se veía a través de del vidrio, por vivir en un departamento solo veía el cielo y algunas estrellas.
Estaba perdido y totalmente absorto dentro de sus pensamientos, no podía evitar pensar en él… últimamente era en lo único en lo que pensaba en sus momentos libres y en los momentos no libres, estaba junto a él, así que por decirlo de algún modo, su vida era él.
Se sintió patético, amaba a su compañero de grupo, hace ya mucho tiempo. Ni siquiera lo había notado, sólo se dio cuenta cuando de un tiempo a esta parte se fijaba en cada uno de los movimientos, gestos y palabras que dijera el otro. Reconocía cuando estaba triste, cuando se sentía frustrado o cuando simplemente estaba extenuado y no podía más.
Sintió el timbre, se le pasó por la mente la idea de fingir que no estaba, así que siguió en silencio escuchando como sonaba el timbre. Después de unos minutos dejó de sonar y se dispuso a cerrar sus ojos, pero golpes en la puerta lo obligaron a abrirlos y ponerse en pie, caminando lentamente hacia la puerta. Si alguien insistía tanto en querer que le abriese debía ser importante.
Abrió y a quien vio parado afuera, fue a quien menos esperó y mucho menos del modo en el que se lo encontró. Allí estaba Ruki, con una maleta en una mano y un bolso en la otra, mientras que atrás de él correteaba un pequeño perrito negro atrás de una pelotita.
-¿Ruki?, ¿qué haces aquí?, ¿pasó algo?
-emh, hola Kai - dijo sonriendo- verás… en mi departamento se rompió una de las cañerías de la cocina y…
-¡espera!, ¡espera!, parece que hay mucha historia aún y que lo mejor sería que entrases, hoy será una de las noches más frías en la historia de la ciudad - sin darse cuenta su boca había hablado, haciendo que el pequeño entrase.
-¡ah!, gra-gracias - respondió el vocalista -¡vamos Koron!, ¡entremos!
Lo vio caminar rápidamente hacia uno de sus sofás mientras arrastraba su maleta y regañaba a Koron por querer comerse una de sus cortinas, rio internamente, ya tenía una pequeña idea de lo que quería Ruki.
-¿quiéres un té? - le preguntó amable caminando a la cocina.
-está bien, gracias - respondió suavemente exhalando agotado.
Volvió de la cocina y le extendió un tazón, lleno de té verde.
-gracias - tomó un poco y sintió como la cálida temperatura de aquel líquido lo invadía confortablemente.
- ¿y bien?… quiero oír la otra parte de la historia.
-¿ah?, ¡cierto!, lo que ocurre es que hoy cuando llegue a casa, me encontré con el conserje esperándome afuera y me dijo que había una gotera que caía desde mi departamento y resulta que cuando lo abrí, el piso estaba lleno de agua, porque al parecer una de las cañerías de mi lavaplatos colapsó y salió mucha agua. Entonces ahora, no sólo tendrán que reparar mi cocina, sino también cambiar mi piso y verificar que los daños del departamento de abajo se acaben. Y eso les tomará como tres o cuatro días, o sea hasta el… sábado, ¿comprendes?
-mh, sí, claro que entiendo, pero… amh, ¿por qué no llamaste a Reita o Aoi?
-… ¡vamos Koron! - dijo poniéndose en pie y tomando su maleta y bolso.
-¿ah?, ¿a dónde crees que vas?- Kai lo detuvo de un brazo - ¿qué pasó?
- al parecer no quieres que este aquí, así que me voy.
-no, no, me estas mal interpretando, es solo que…no tiendes a recurrir a mi cuando algo te ocurre, es todo.
-bien, es que… no quería interrumpir otro momento de pareja entre Uruha y Reita, bueno…. y con Aoi… él no me contestó el teléfono, por más que intente contactarlo - dijo apesadumbrado.
-¡ah!, ya veo, así que soy tu última opción.
- no, no, tampoco es así, es sólo que, bueno tú lo dijiste, no tengo como costumbre molestarte con mis líos y no sabía si podrías recibirme.
-escucha Ruki, siempre estaré si así lo necesitas - le dijo tratando de sonar lo mas honestamente posible.
-gracias - le respondió - en verdad valoro esto.
Kai lo miró y sólo sonrió, sintió que alguien o más bien algo tiraba de su pantalón.
-jajajaja, hace eso cuando le agrada alguien - le dijo Ruki.
-¿eh?, ¿entonces le agrado?- Kai lo tomó en brazos y acarició su cabeza mientras éste se acomodaba mejor.
-le agradas y mucho - le dijo sonriendo - pero no tanto como que me agradas a mí - susurró bajito.
-¿eh?, ¿dijiste algo?
- no, no, nada, sólo me preguntaba donde podría dormir, a decir verdad estoy casi muriendo del cansancio.
-¡oh! si claro, que desconsiderado de mi parte, ¡ven! - dejó al cachorro en un cojín y se encaminó por un pasillo.
Ruki lo siguió en silencio, Koron decidió que mejor que caminar era quedarse echado, así que no lo siguió a pesar de que su dueño lo llamaba.
-¡bien! mira, tú dormirás en la cama y yo en el sofá, pu-
- ¡no!, ¡no! - lo interrumpió el vocalista - no podría dormir en tu cama mientras se que duermes incomodo en un sofá, sé que debes estar molido.
-ha decir verdad, sí estoy molido, pero eres mi invitado y-
Nuevamente lo interrumpió - no soy un invitado, llegué sólo así que yo dormiré en el sofá y tú en tu cama, descuida estaré bien. No moriré por dormir un par de días en un sofá.
-está bien - dijo con voz derrotada - pero si necesitas algo más, sólo dímelo ¿ok?
-está bien, gracias… ¿dónde crees que podría dejar mis cosas?
-¡espera!, te haré un espacio en mi closet.
Lo vio maldecir cuando al tomar un alto de poleras estas se vinieron sobre él y se rio cuando al intentar levantarlas, sólo logró que se desordenaran más.
-deja, te ayudaré - le dijo agachándose y ayudándolo.
-gra-gracias - intentó que su voz no se notara nerviosa, pero para ser honestos, se estaba muriendo, su corazón latía a mil por hora e intentaba luchar contra un sonrojo. Lo tendría por algunos días más cerca de lo que jamás lo había tenido, vivirían bajo el mismo techo, pasarían las noches bajo el mismo techo, ¡STOP! no se había puesto a pensar en aquello.
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