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Un sourire dangereux por Kurai Satou

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Notas del fanfic:

"Una sonrisa peligrosa"

Notas del capitulo: Un vampiro y un mortal...
¿Personajes? Mejor léanlo ^^
Capítulo único. ¿Qué quieres de mí…?

… No sé ni qué hago aquí… tengo frente a mí una vaso de cerveza, sólo he tomado hasta la mitad de esta ronda… llevo cinco… ¿cómo he aguantado…? no lo sé, pero eso es lo que menos me interesa ahora… no me siento ebrio ni nada por el estilo… aún… así que todavía puedo soportar otra ronda más…

La música del lugar es insoportable… la compañía que tengo a mi lado es un fastidio… estoy sentado frente a la barra de un club nocturno del cual ni siquiera me molesté en saber el nombre, simplemente salí de casa completamente molesto y entré en el primer bar que se cruzó en mi camino.

> ¿Cuál es la raíz de mi enojo?...
Muy sencillo… no me aceptaron para un trabajo del cual me había esforzado mucho por obtener… Tuve que hacer varios cambios en mi imagen, como dejar mi cabello largo y en su defecto ponerme extensiones, vestirme de mujer, aceptar tener que maquillarme más de lo que normalmente uso para las sesiones… entre otras cosas, que la verdad preferiría no seguir contando…

> ¿Qué trabajo era?
Pues verán, soy modelo para revistas de moda, normalmente trabajo para VOGUE y GQ, pero tuve la oportunidad de hacer un casting para Gothic & Lolita Bible. Siempre había querido trabajar para esa revista, puesto que me encantan los diseños que manejan dándoles un toque lúgubre y tierno a la vez… sin dejar realmente de mostrar ese estilo gótico. No sólo por mi interés en toda esa hermosa ropa es que yo he querido entrar a trabajar ahí, también me he interesado en uno de los modelos, no es que me guste, sólo le he admirado desde que tengo interés en la moda, ya que es al único hombre al que mejor le quedan esos diseños, tiene un porte muy elegante y misterioso, simplemente perfecto para esa revista… aunque le han ofrecido contratos con grandes sumas de dinero de las mejores revistas y pasarelas, él sólo las ha rechazado…

> ¿De quién hablo?
Hablo de Kamijou Yuuji, conocido más por únicamente su nombre Kamijo, el mejor modelo de Gothic & Lolita Bible… un hombre de una estatura imponente, una piel tan blanca como la nieve en invierno, su cabello un poco corto, apenas rozando sus hombros en un color rubio brillante, completamente lacio… sus ojos azules celeste tan penetrantes que pareciera que puede ver a través de ti de una forma sobrenatural, su nariz recta y fina, sus labios en un tono rojizo natural, delgados y muy sensuales… un hombre simplemente atractivo por donde lo veas…

Bien, en la revista para la cual él trabaja, estaba solicitando hombres y mujeres, pero cuando llegué me dijeron que ya no necesitaban hombres… sin embargo aún ocupaban mujeres, yo me negué al principio, pero después de que me dijeran la paga y uno que otro elogio hacia mi trabajo y mi persona, terminé aceptando, sin embargo lo que venía después era el cambio … Según el encargado de las audiciones de esa revista, tenía que hacer algunos cambios en mí, entonces me pidieron que me dejara crecer el cabello, por suerte las audiciones serían dentro de un mes.

Pasó el tiempo y volví para hacer una prueba de vestuario. A los diseñadores, maquillistas y estilistas les gustó, dijeron que me quedaba muy bien el vestido… yo estaba más que sonrojado esa vez… el vestido era estilo gothic lolita en color negro con encaje en la orilla, rosa pálido, la falda apenas estaba arriba de mis rodillas, la parte de arriba era una camisa del mismo color del encaje, con cuello alto a botones y manga larga, encima llevaba un chaleco pegado, esta prenda hacía que se me formara una muy linda cintura… en mis manos pusieron guantes combinables con la camisa, en mi cuello una gargantilla de tela negra con encaje rosa y una hermosa piedra blanca en el medio, luego tenía que usar unas medias delgadas color negro y al final calzar unos zapatos lolitas del mismo color.

El maquillaje era, para mi gusto, muy cargado; me pusieron base en el rostro haciéndome ver más pálido, mis parpados fueron maquillados con sombra color rosa, me pusieron pestañas postizas las cuales pintaron con rímel (o mascara), me delinearon los ojos y me pidieron usar unos pupilentes en color gris, en mis labios no hicieron mucho, sólo aplicaron un brillo apenas teniendo una tonalidad rosa, para resaltarlos. Parecía una mujer por completo.

En mi cabello, como no había crecido lo suficiente según el estilista que me arregló, puesto que apenas pasaba de mis hombros… tuvieron que usar extensiones y lo tiñeron color castaño claro. Me hicieron rulos en todo el cabello tomando parte de él en una media coleta y sobre ella colocaron, del lado derecho, una rosa sintética color negra con pequeñas piedritas rosas incrustadas, simulando las gotas del rocío; me cortaron el flequillo dejándolo lacio, al contrario que el resto de mi cabellera.

Cuando me miré al espejo estando listo, me di cuenta que realmente parecía mujer, una muy linda; llegué a pensar en vestirme así más seguido, pero mi idea se esfumó rápidamente al pensar en todo lo que tendría que hacer, demasiado para mí. Después de terminada la prueba, el jefe de castings me pidió que volviera dentro de una semana para que el fotógrafo y el gerente me vieran y así finalmente hacer la selección.

A la siguiente semana volví, me arreglaron de la misma manera y me presente ante las personas de mayor autoridad en la agencia y el fotógrafo…

*FlashBack*

- Que pase la siguiente por favor… - escucho una voz de mandamás dentro de la sala a la cual estoy a punto de entrar, nunca me había dado pánico escénico como ahora, de sólo imaginar como será esa persona de voz grave y un poco apagada… tal vez es un viejo gordo, calvo, vistiendo un traje color gris con una corbata a rallas en diagonal - La siguiente… - escucho muy suave, mientras pienso en la pobre chica, la cual será regañada, que no entra… bueno en qué piensa esa niña… no tenemos todo el día, cuando menos yo no, ya me duelen los pies por calzar estos zapatos tan incómodos…

- ¡Hey! – siento una mano sobre mi antebrazo sacándome de mis cavilaciones; miro algo confundido a la persona que provoca tal cosa y esta sólo me señala la puerta.

- ¿Eh? – es lo único que sale de mis labios después de sus señas.

- Sigues tú – me mira insistente y es entonces cuando caigo en la cuenta de que la pobre chica, bueno en mi caso pobre chico, que sigue y recibirá un regaño, soy yo…

- ¡Ah! Gracias… - hago una pequeña reverencia antes de comenzar a caminar dirigiéndome a la sala donde se hacen las audiciones. Tomo el picaporte con una mano y suspiro antes de adentrarme. – Disculpen… - digo leve al entrar mirándolos un poco avergonzado por mi torpeza, trato de caminar lo más normal que puedo, estos zapatos son realmente incómodos… es la segunda vez que ando con ellos y no puedo mantenme en equilibrio muy bien, creo que después de esto me saldrán ampollas…

- Bien, cuando menos ya entraste… - dice un joven de complexión delgada, facciones finas, cabello castaño, vistiendo una camisa color lila, muy homosexual a mi parecer… ¿qué? No piensen mal de mí… no soy gay, ni homofóbico, si es que lo llegaron a pensar… de cualquier forma, hasta donde yo sé, no lo soy… es sólo que se ve muy amanerado - Soy Kageyama Yuuichi, mejor conocido como Jasmine YOU, fotógrafo… - me sonríe de lado mirándome de pies a cabeza, eso me estresa… me mira con mucho detalle… debería estar acostumbrado ¿no?, pero es que esta vez es distinto, no estoy vistiendo ropa casual… ¡estoy usando un vestido y no soy mujer! Aparte que esta puede ser la oportunidad de mi vida de poder conocer a Kamijo…

- Tu nombre por favor… - Esa voz demandante pero apagada, me saca de mis, nuevamente, tontos pensamientos haciéndome concentrarme en él, notando lo diferente que se ve a como lo había imaginado… Es un hombre de unos 35 a 40 años, tez clara, cabello negro, lacio, pasando apenas de la altura de su barbilla, es delgado, viste un traje de oficina color negro con una inmaculada camisa blanca, sin corbata… su mirada es penetrante y a la vez vacía, todas sus facciones así como todo en él, son finas hasta llegar al punto de pensar que es mujer, pero sé, por su voz, que no lo es… - ¿y bien, vas a decir tu nombre?

- ¿Eh? – Apenas sale de mi boca al escucharlo y con una cara de no entender en lo absoluto, mi cerebro está que no reacciona a tiempo, entonces lo miro un poco sorprendido – perdón, ¿qué dijo?

Las dos personas que están como jurado a los costados del hombre, que se veía mayor, hicieron gestos de fastidio hacia mi distracción, no pude evitar refunfuñar un poco por su actitud, pero tampoco me iba a poner a gritarle o algo por el estilo… como sea, el hombre mayor se pone de pie mirándome a los ojos y mientras se encamina hacia mí, no aparta su vista ni yo la mía de él.

- ¿Estás sorda? – pregunta con evidente fastidio el fotógrafo, cuando el hombre de traje ya se encuentra frente a mí examinándome con la mirada, peor que como lo había hecho el primer tipo.

- ¿Cómo te llamas? – me habla bajo el pelinegro caminando alrededor de mí a lo que yo aún me quedo callado.

- Vamos niña – se levanta algo molesto ese tal Jasmine You (vaya que hasta el nombre es gay) - ¡Contéstale a Mana San! – dice ya bastante enojado por mi falta de atención – no tenemos todo el día – bufa ya cansado de insistir - ¿Qué no pien-

- ¡Basta Jasmine San! – interrumpe Mana San al mencionado alzando muy poco su voz, pero aún manteniendo la compostura – sólo harás que se ponga más nerviosa – lo mira seriamente haciéndolo tomar su asiento nuevamente, luego dirige su mirada nuevamente hacia mí - ¿Cuál es tu nombre? – su mirada es tan tranquilizante que no puedo evitar sonrojarme - ¿mm?

- Hi-hizaki… - tartamudeo mi nombre tratando de evitar mirarlo fijamente… el hombre da un poco de miedo, pero su leve sonrisa me tranquiliza un poco.

- Bien, Hizaki San – me toma del mentón provocándome un sobresalto a lo cual él deja salir una suave risa, sin embargo no me suelta y examina mi rostro, mira cada milímetro de mi cara – dime, ¿por qué quieres entrar a Gothic & Lolita Bible?

- Amh… Porque siempre ha sido mi sueño en utilizar este tipo de trajes, - empiezo a hablar con soltura mientras él aún mira mi cara moviéndola suavemente a los lados – me gustan mucho los diseños que tienen, me interesa mucho - luego regresa mi rostro al frente y finalmente me suelta encaminándose a la mesa.

- Interesante… - ya cerca de la mesa toma mi currículum viéndolo con detenimiento, cosa que me asusta ya que ahí viene mi sexo… - Hizaki San… - se gira quedando frente a mí sin apartar su vista del folder con mi información - ¿podrías leer en voz alta lo que dice aquí? – me pone enfrente los documentos señalándome una línea en específico.

- Err… - un escalofrío me recorre desde la punta de los pies hasta sentirla en cada hebra de mi cabeza, al percatarme de que él se ha dado cuenta de ese detalle… - Sexo: masculino – digo con desgano.

- Sí, gracias – deja el folder en la mesa nuevamente sin dejar de mirarme - ¿por qué, siendo hombre, has querido hacer el casting como mujer? – su pregunta hace sentirme humillado, realmente es molesto, yo hubiera querido hacer el casting como hombre por supuesto, pero… ya no podía y… ¿por qué simplemente no le digo esto?

Doy un largo suspiro bajando la mirada para luego empezar a explicarle – Verá, iba a hacer el casting como hombre, pero cuando llegué ya no había cupo, en algunas agencias me habían dicho que como mujer no me vería mal y aunque no pensé que eso alguna vez fuera a servirme… quise intentarlo, realmente quiero trabajar para usted… - lo miro suplicante a lo que él me mira serenamente y el fotógrafo se echa a reír, esta vez no puedo evitar gritarle algo… un muy grande error… - Disculpe, ¿tiene un problema conmigo?, ¡no le hallo gracia a mi esfuerzo! ¡Me he esforzado muchísimo al tener que usar ropa que no suelo vestir! – tomo la falda alzándola un poco - ¡También he tenido que maquillarme más de la cuenta! – Señalo mi rostro – ¡hasta me siento payaso! ¡Y no sólo esto me incomoda, los zapatos son insoportables! – Estoy completamente molesto, no suelo tener un temperamento así, pero ya era demasiado.

- ¡Mira niño raro, a mí no me vienes a gritar acá! – se levanta el tipo golpeando la mesa con ambas manos – ¡Si tanto te molesta utilizar vestido, desde un principio debiste rendirte al venir a hacer el casting!

- ¡Yo no soy de los que se rinden fácilmente, maldito gay! – me cruzo de brazo cerrando los ojos y girándome un poco refunfuñando una que otra palabrota contra su persona.

- ¿Cómo me dijiste? – abro mis ojos y veo como los suyos están exageradamente abiertos – eres un…

- ¡Basta! – esta vez quien alza la voz es Mana San, y es ahí donde me doy cuenta de lo que acabo de hacer… - Jasmine YOU, si él quiere hacer el casting como mujer no es problema, pero – me mira un poco molesto – que vengas aquí y termines insultando a nuestro fotógrafo, no es válido… - suspira cansadamente – por favor retírate.

- P-pero…

- ¡Lárgate niño! – me grita el fotógrafo gay mientras el mayor se antepone entre él y yo, para que no termine encima de mí al querer golpearme.

- Te llamaremos para avisarte si has sido seleccionado – comenta un hombre de cabello oscuro del jurado sujetando por los brazos al tipo que amenaza con atacarme – ahora, sal de aquí…

- ¡Suéltame Yuki! Suéltame que lo mato – forcejea el fotógrafo con ese hombre mirándome con furia.

Sin más salgo de ésa sala comenzando a quitarme las cosas del vestuario, iniciando con la rosa de la cabeza, luego la gargantilla y los guantes, llego a la cabina donde anteriormente me habían arreglado para retirarme el resto de las cosas y ponerme mi ropa, saliendo de ahí lo más rápido que puedo.

*End FlashBack*

> ¿Qué pasó después?
Nada realmente, sólo llegué a mi casa descargando mi enojo y frustración viendo televisión y tomando alcohol hasta quedar dormido. Al día siguiente amanecí con un fuerte dolor de estómago, una jaqueca horrible y toda mi casa hecha un desastre… Pocos días después de eso, hoy por la tarde, recibí la llamada de la agencia a la cual había hecho el casting, donde me dieron el terrible aviso de que no había sido aceptado… y así es como llegué aquí… llenando mi organismo del peor de los vicios, el alcohol.

Termino el resto del líquido vicioso que esta en mi vaso de un solo trago. Sigo sin sentirme mareado, aunque, ya fastidiado de mi compañía, me levanto sacando mi cartera para pagar la cuenta, acomodo mi chaqueta y comienzo a salir del lugar, ya afuera recibo la fresca brisa de la noche, veo la luna apenas notable y las miles de estrellas blancas iluminando un poco la oscura y un tanto tétrica noche en la cual se me ha ocurrido andar solo.

Doy un largo suspiro embriagándome del olor de lluvias próximas… después de abrochar mi chamarra comienzo a caminar en dirección a mi auto, el cual había dejado un poco lejos del local, ya que habían demasiados automóviles estacionados aquí cuando llegué. Llevo la mirada en el piso concentrándome para no caer, porque es entonces cuando empiezo a sentirme mareado gracias a todo el alcohol que tomé y ahora se encuentra viajando por mis venas. Sigo caminando y de tanto en tanto subo la vista para ver si diviso mi auto, pero aún noto que está lejos, por lo que continúo con mi camino, sin embargo los mareos se hacen más fuertes provocando con ello que me tenga que sostener un momento de la pared de un local del cual no tengo la más mínima idea de que sea y la verdad no me interesa, sólo necesito mantenerme en pie sosteniéndome para luego seguir caminando y así llegar a mi auto…

Unos minutos más tarde logro retomar mi caminar hasta que empiezo a escuchar ligeros pasos detrás de mí, me pongo un poco nervioso ya que es bastante tarde y en mi estado puedo ser presa fácil de los asaltantes, trato de caminar más rápido pero los mareos vuelven aún más fuertes azotándome con tal ímpetu que no puedo evitar caer arrodillado al suelo. Suelto un quejido y los pasos que venían atrás se escuchan más sonoros y cercanos, me entra el miedo… un miedo a ser atacado… un miedo tan grande que logra hacer que me ponga en pie iniciando una carrera contra el sujeto que me acecha. Corro… corro lo más rápido que puedo tratando de ver mi auto, que por mi estado alcoholizado no puedo encontrarlo, ya que mi vista comienza a nublarse, entonces tomo mi juego de llaves, sacado de un bolsillo de mi chaqueta y presiono el botón de la alarma del auto, lo escucho y veo como las luces se encienden haciéndome ver que está a dos autos más de donde me encuentro sosteniéndome nuevamente. Una vez más me muevo aprisa llegando a mi coche, metiendo la llave en la ranura con desesperación, puesto que los pasos aún vienen tras mío, pero antes de que pueda lograr abrir, los pasos se detienen justo a mis espaldas.

Me quedo petrificado frente a la puerta de mi auto, la noche está tan callada, ni siquiera hay autos circulando, no hay personas en los alrededores y mi agitada respiración es lo único que se escucha. Mareos… esos malditos mareos vuelven a atacarme tan fuertemente que logran hacerme tambalear, trato de sostenerme del auto pero mi mano resbala, sin embargo antes de caer al suelo, el individuo, que se había quedado atrás de mí, me sostiene pasando un brazo por mi torso y una mano sujetando mi brazo derecho, el cual me había fallado en mi intento para no caer. Los mareos siguen pero ya no tan intensos como al principio, escucho como mis llaves caen al suelo y hago el intento de incorporarme, lográndolo poco después con mucho esfuerzo; sujetándome del hombro de la persona que me acompaña, puedo respirar el agridulce aroma de su loción, loción que puedo identificar como SWISS ARMY, un olor tan exquisito que me hace desechar la idea de que el sujeto aquí a mi lado, es un asaltante y aún sin poder ver el rostro del extraño que me ha salvado de una fuerte caída, le dirijo la palabra.

- Gracias – digo suavemente levantando mi cabeza para verlo pero un mareo más me hace bajarla de inmediato; él por su parte me ayuda a quedar en pie, sus aparentemente corpulentos brazos, gracias al grueso abrigo que viste, me rodean el torso por completo apegándome a su cuerpo, embriagándome con su aroma, mientras yo aún siento el mareo recorriendo todo mi cuerpo, atacando específicamente mi estómago, en el cual provoca una contracción y con ello ganas de vomitar… “si no me muevo ahora, terminaré vomitando justo encima de este tipo…”, pienso, sin embargo en cuanto intento despegarme de él, todo el alcohol que había consumido y los restos de alimento del mediodía salieron precipitadamente terminando gran parte en el piso y un tanto sobre la manga izquierda del extraño… con esto llego a la conclusión de que este sujeto es realmente raro, ni siquiera se ha inmutado por lo que acabo de hacer, no se molestó ni nada, como cualquier otra persona hubiera hecho, él sólo me sostiene cuando yo aún sigo tosiendo y escupiendo un poco, los restos de mi regurgitación previa… - y-yo… lo… lo siento… - pronuncio con mucho esfuerzo, ya que me siento cada vez más débil, mis párpados pesan y mi cuerpo se pone tan blandito como si fuera gelatina.

El sujeto suelta una, muy poco audible, risa antes de ponerse de cuclillas todavía conmigo entre sus brazos cosa que, creo, me ayudará a poder ver su rostro, pero cuando lo intento mi vista se nubla cada vez más por el sueño, comienzo a cerrar los ojos poco a poco, aunque trato de enfocar su rostro, sólo veo la silueta, su tez se ve tan clara que hasta parece transparentarse, puedo notar que su cabello se ve desde un tono castaño claro a un rubio muy brilloso, sus labios se hacen notar gracias a su color rojizo curvándose en una leve sonrisa, en mi intento por vislumbrar su rostro le acerco mi mano logrando tocar su piel, la cual está extrañamente fría, pienso por un momento que se trata del clima, pero no podría ser, puesto que su abrigo es bastante grueso y por tanto debería darle el suficiente calor para mantenerlo templado y no prácticamente congelado…

Sin más mis ojos se cierran por completo comenzando a quedarme dormido… Siento como él se acerca a mí y mi nerviosismo hace acto de presencia, ya que no lo conozco y ni siquiera puedo moverme, mi cuerpo simplemente no reacciona… una de sus manos detiene mi cabeza acomodándola suavemente a un costado para después sentir su frío rostro en mi cuello, su respiración apenas sensible sobre mi piel igual de helada que el resto de su ser. Acto seguido siento una punzada cerca de la yugular, como si fueran dos finos clavos enterrándose… dejando fluir mi espesa sangre y de mis labios escapa un gemido… los mareos vuelven y la pesadez de mi cuerpo se apodera de mí, quedándome con la sensación de él succionando mi líquido vital junto a un dolor incontenible… así es como llego al sueño…


Mis ojos se abren lentamente mientras percibo la luz del día a mi alrededor, pero después de unos segundos me cubro completamente con las sábanas al sentir una fuerte jaqueca… luego de unos minutos que el dolor se hace menor, me levanto instantáneamente quedando sentado en la cama, la cual me doy cuenta es mía, estoy en mi habitación, mi casa… me llevo una mano a la cabeza echando mi cabello hacia atrás, bajándola suavemente hasta mi nuca y deteniéndola abruptamente al costado de mi cuello, cuando recuerdo lo que había pasado la noche anterior, trato de buscar alguna marca con mi tacto, pero no encuentro nada, me levanto de la cama dirigiéndome al baño para revisarme en el reflejo del espejo y puedo ver que efectivamente no tengo nada, un sentimiento extraño se embarga en mí… esa persona…

Simplemente no lo entiendo, ¿cómo es que he llegado a casa?
Miro mi reflejo para después mirarme a mi mismo notando que visto la misma ropa de anoche, salgo del baño luego de refrescarme con un poco de agua en mi rostro y tomando una pastilla para el dolor de cabeza; regresando a mi habitación me doy cuenta que todo está completamente normal… reviso cada habitación de mi casa para sólo reparar en que todo está donde debería.

Aún sintiéndome extraño y confundido acerca de lo pasado, decido tomar una ducha para quitarme el maldito olor a alcohol que todavía percibo proveniente de mi ropa… Al poco tiempo ya salgo completamente bañado y cambiado; me quedo unos momentos recostado en mi cama mientras seco mi cabello con una secadora de mano, después mi estómago se hace notar al hacer ruidos extraños… no puedo evitar encorvarme un poco sosteniendo mi abdomen y para agregar hago una mueca de dolor… me levanto de mi lugar cuando todo se ha calmado para tomar el teléfono y comenzar a marcar a algún restaurante el cual me pueda traer comida a domicilio… hoy no pienso salir… no tengo trabajo por el momento y por tanto he tomado la decisión de relajarme por este día…

Unos treinta minutos más tarde llega el repartidor con mi alimento, me reincorporo de mi cama para ir a la puerta y recibir el pedido… he ordenado pizza, pues fue lo primero que se me ha ocurrido, cosa que mi estómago no rechazará… Pago la cuenta y me encierro nuevamente en mi casa… en mi fría soledad… me entristezco un poco por mi pesimismo pero… ¿qué le puedo hacer? He pensado en tener una pareja… sin embargo estando en el modelaje es difícil mantener una relación… he sabido de varios compañeros que han sido engañados por su pareja y la verdad, no me gustaría eso para mí… prefiero quedarme solo… o eso creo…

La noche cae sobre la ciudad tan rápido que no reparo en ello, ya hasta muy altas horas… salgo al pequeño patio de mi casa, me recuesto un momento en el fresco pasto para ver el oscuro cielo. La luna no está pero las millones de estrellas son suficientes para hacer del cielo un hermoso paisaje. El viento sopla ligeramente que comienzo a dormitar, aunque un ruido extraño dispersa toda posibilidad de quedar profundamente dormido. Me apoyo en mis manos para quedar sentado mirando a todos lados nerviosamente, es bastante raro… siento como si alguien estuviera ahí, pero por más que miro a mi alrededor no logro ver nada, mi respiración se acelera al igual que mi corazón y con un poco de miedo me levanto adentrándome en mi hogar inmediatamente cerrando el gran ventanal, por el cual accedí, detrás de mí. Trato de tranquilizarme pero aún siento mi corazón completamente acelerado, mi casa a pesar de estar iluminada se ve tenebrosa… o tal vez es paranoia mía… lo que sea… el punto es que tengo miedo y todavía siento la presencia de alguien más dentro de mi residencia.

Sintiendo ese temor y escalofríos recorriendo desde mi espalda baja hasta mi nuca, llego a mi habitación en la cual me encierro, me meto en la cama tapándome con las sábanas hasta la cabeza, como si fuera un niño pequeño temiéndole al coco [o al monstruo del armario], mi cuerpo tiembla levemente por el pánico de pensar que hay algún intruso irrumpiendo mi hogar. El silencio reina en toda la casa y mi miedo aumenta al escuchar pasos dentro de mi pieza. Son pasos ligeros, como si sólo se deslizaran… cada vez tengo más miedo… no escucho nada que no sea mi propia respiración sofocada por mis manos… pequeñas lágrimas siento que corren por mis mejillas… tanto es mi temor que termino en posición fetal sobre la cama, envolviéndome más y más en cuanto las pisadas se acercan a mi cama… y entonces… ya no escucho nada… los pasos se detienen a tan sólo unos centímetros de mi posición, la presencia al parecer se ha esfumado…

Todo está en un silencio total… lentamente me voy relajando, comenzando a despejarme de las sábanas con una mano mientras que con la otra limpio mi rostro de las lágrimas que se me habían salido minutos antes. Recorro con la mirada toda la habitación que está en completa oscuridad, deteniéndome en una esquina, cerca de la ventana donde tengo un sillón redondo individual, en el que veo un bulto extraño… no recuerdo haber dejado ropa ahí, y cuando lo hago no suelo poner tanta como para que se vea algo tan grande… mi miedo empieza a volver a mí… no puedo ver bien que es eso… realmente tengo miedo que eso se mueva… nunca había sentido tanto temor como ahora…

- ¡¿Qui… qui-ien… quien está ahí…?! – me atrevo a gritar haciéndome hacia atrás aún sobre mi cama, apegándome a la pared lo más que puedo… después de un rato en silencio, ése bulto se levanta y yo suelto un gran grito del susto aferrándome de las sábanas para luego ponerlas sobre mi cabeza.

- Al parecer te encuentras bien… - escucho una suave voz grave y melodiosa, parece tan dulce que mi miedo se empieza a disipar concentrándome en esa voz… simplemente dejándome llevar por ese agradable sonido. Nuevamente retiro las sábanas de mi cabeza para ver quien es el productor de ese cautivador efecto en mí… - ¿seguro quieres verme? – pregunta con un toque de burla ya que al parecer mi cuerpo tiembla como anteriormente lo hacía, pero no puedo evitarlo… sin responder a su pregunta quito por completo las sábanas y trato de enfocar el lugar donde él está, pero aún sólo veo su silueta, como si fuera una sombra que se hace notar por su altura.

- ¿Quién… quién eres? – le demando saber al ver como se acerca lentamente hacia mí… puedo ver sus ojos brillantes como si se tratara de un lobo en cacería por la noche… un escalofrío me recorre toda la espina dorsal cuando ya está frente a mí apoyando una rodilla en la cama; mi cuerpo se tensa, mi mirada se fija en él sin poder quitarla ni un segundo, mi respiración se acorta y mis labios tiemblan… - ¡Aléjate! – le grito ya estando yo de pie y él sobre mi cama de rodillas.

- ¿Así tratas a la persona que te ha salvado de ser violado, asaltado o simplemente de la fría noche? – se dirige a mí con despotismo mientras yo le miro confundido.

- ¿T-tú…?

- Sí, yo he sido quien te ha traído a casa… quien ha velado tus noches… he sido yo quien te ha cuidado en las últimas semanas… he sido yo quien-

- ¡¿Me has estado espiando?! – le interrumpo mirándolo acusadoramente bajándome de la cama sacándole la vuelta, pero él en un movimiento asombrosamente rápido queda justo frente a mí, ni siquiera pude ver cuando fue que se movió - ¡aaah! – suelto un gran alarido sorprendiéndome por la cercanía y la rapidez con la que se desplaza.

- No te espío – dice con voz calmada pese a que pensara que podría estar molesto o algo por el estilo, pero se ha mantenido sereno… - sólo me importa que estés bien… - desvía el rostro al terminar de hablar por lo que no logro verlo bien, sólo pude notar su rostro pálido con facciones finas. Se aleja lentamente de mí yendo al ventanal que va al patio mientras yo me quedo ahí, estático por lo que acaba de decir… ¿cómo es eso de que le importa mi bienestar…? Pero, ¿qué demonios?

- ¡Espera! – reacciono cuando ya está por salir de mi casa - ¿quién eres? – me encamino hacia él y lo detengo tomándole de la manga de su abrigo, sin lograr que se gire hacia mí.

- Suéltame… - susurra viendo el horizonte, el cual comienza a esclarecerse – debo irme… - dice con insistencia pero no demasiada, aún sin mirarme – te veré por la noche… - se suelta sutilmente de mi agarre.

- Per… - sin embargo, antes de poder reprochar su actitud, él ya se ha ido, dejándome con la palabra en la boca… como si se hubiera desvanecido.

Sin nada más que hacer, cierro el ventanal y me dirijo a mi habitación, me acuesto intentando dormir. Estoy cansado, todo ese pánico me ha agotado. Me arropo rápidamente, cierro mis ojos tratando de no pensar en lo de hace unos minutos, pero pasan las horas y yo aún no puedo dormir, me doy miles de vueltas en la cama enredándome con las sábanas en cada giro, mientras veo como la luz del sol empieza a aparecer a través de la ventana, aluzando toda la habitación, haciéndola verse inmaculadamente blanca… el color de las paredes. Me quedo fijamente viendo el ventanal de la habitación ya cansado de dar vueltas, viendo como algunos pajarillos se posan en la orilla cantando alegremente mientras yo, sigo ahí postrado en la cama, cansado mas no con sueño, pensando en lo que ha pasado por la madrugada… ese ser, ¿quién jodidos es? ¿Cuál es su maldito interés en mí?

El sonido de mi celular detiene todas mis preguntas entorno a esa extraña persona, como puedo saco un brazo de mi envoltorio y la extiendo hacia la mesita de noche que está a la izquierda de mi cama, buscando con el tacto el aparato, pero por más que lo intento no logro alcanzarlo mientras sigue sonando con insistencia hasta que, después de levantarme y verlo, lo tomo, sin embargo cuando lo hago, ya ha dejado de sonar… esto es un fastidio. Miro la pantalla notando que era una llamada de mi agente y mejor amigo, Teru, me dispongo a marcarle pero en ese preciso momento entra otra llamada, de él claro, así que ya teniendo el aparato en la mano, le contesto.

- ¿Moshi… moshi…? – digo con desgano y cansancio.

-¿Hizaki kun? – escucho desde el otro lado de la línea - ¿te encuentras bien?

- ¿Eh? Amh… sí, ¿qué pasa Teru kun?

- ¿Seguro? – insiste – no se te oye muy bien… ¿quieres que vaya a tu casa? No estoy muy lejos…

- No, estoy bien – trato de sonar convincente – ¿para qué me llamabas?

- OK… - suspira resignado – amh… ¡ah sí! La revista Vogue Nippon te quiere para una sesión fotográfica, al parecer harán una entrevista con Mana san, el de la revista Gothic & Lolita Bible, lo conoces, ¿no es así? – dice con sarcasmo - Sacará una nueva línea de ropa al estilo vitoriano con algo contemporáneo. Me llamaron de Vogue diciéndome que él mismo había pedido que fueras.

- ¡¿Qué?! – me levanto de la cama de un salto – P-pero… ¿por qué a mí? – intento tranquilizarme.

- Eso mismo pregunté, me dijeron que él dijo le había gustado como te veías con el vestido lolita en la audición y que lamentan no haberte aceptado – dice con naturalidad a lo que yo me quedo realmente sorprendido cayendo a horcajadas en el suelo escuchándose un fuerte golpe - ¿Hizaki? ¿Estás bien? – dice preocupado.

- Sí, tranquilo… - me levanto lentamente – estoy bien… amh… ¿sabes si la sesión será con alguien más?

- Err… creo dijeron que estaría alguien, un hombre, pero no me dijeron el nombre – se queda en silencio por un momento – tal vez nos digan ya que vayamos.

- ¿Cuándo debo presentarme?

- Hoy, por la tarde, deja reviso la agenda – se escuchan ruidos de papeles – amh… sí, a las 8 p.m., - ¿en la noche? - es extraño, nunca hacen sesiones tan tarde… bueno, no importa, mientras paguen bien, harás el trabajo sin chistar, y no creo que quieras rechazar un trabajo como este, tendrás la oportunidad de vestir uno de los vestidos que tanto te gustan, ¿o me equivoco?

- No, no te equivocas… - rio un momento – sabes que siempre ha sido mi sueño, pero yo esperaba poder formar parte de su empresa – suspiro triste.

- Vamos, no te desanimes ¿OK? – intenta darme ánimos – tal vez, después de esta sesión te acepten, sólo no le grites a su fotógrafo – ríe burlonamente.

- ¡Hey! – me molesta un poco su comentario – ¿no me digas que ése tipo gay hará las fotografías?

- No lo sé… - ríe por mi comentario – pero de cualquier forma, no insultes a nadie, ¿sí? – insiste.

- Claro que no, eso… - me siento un poco intimidado – eso sólo fue un impulso, no pasará de nuevo… espero… - susurro para mí oyéndolo reír un poco más.

- OK, pasaré por ti más tarde o ¿quieres vaya por ti ahora y comemos juntos?

- Si tú invitas, sí – le propongo a lo que él ríe.

- OK, OK, yo te invito, pero después serás tú – me sentencia mientras yo me rio.

- Sí, sí, como digas – sigo riendo – vienes en 40 minutos en lo que me arreglo.

- Sí, te veo en un rato, bye – se despide.

- Bye – cuelgo dejando el celular en el buró para luego dirigirme al baño.

Me miro en el espejo, notando dos grandes bolsas bajo mis ojos, suspiro pensando en que sólo espero la maquillista de hoy, pueda y/o sepa cubrirlas con facilidad, odio tener que usar demasiado maquillaje. Me desvisto rápido y me paro bajo la regadera, abro la llave para poco después sentir un escalofrío recorrerme el cuerpo, el agua está fría, pero no la regulo para así poder mantenerme despierto todo el día. Minutos más tarde salgo ya completamente duchado poniéndome una toalla alrededor de mi cadera, salgo del baño usando una toalla extra para secar mi cabello y luego la aviento a la cama para pararme frente al guardarropa, abro las puertas comenzando a escoger lo que me pondré, después de unos minutos de pensar y tratar de hacer juego con las prendas, saco un pantalón de mezclilla claro con algunas rupturas simuladas, una playera manga corta blanca con algunos dibujos abstractos, unos zapatos combinados con la camiseta y para terminar una chamarra igualmente blanca sencilla, sólo tiene bolsillos a los lados para las manos y un gorrito.

Ya tendida la ropa sobre la cama, me dirijo al cajón de mi ropa interior, saco un bóxer y me lo pongo, me miro en el espejo del velador, acomodo mi cabello en el cual aún están las extensiones de hace unos días, por tanto tengo el cabello largo. Después de eso vuelvo a la cama para vestir la ropa previamente escogida, ya finalmente listo me seco el cabello con la secadora de mano.

Mientras aún estoy con la secadora escucho que tocan el timbre, dejo el aparato de lado y me dirijo inmediatamente a la puerta para recibir, al que creo es, Teru. Abro la puerta y ahí está él, vistiendo un pantalón negro, una camisa azul a rallas con una chamarra de cuero negro y unos zapatos de vestir del mismo color, como accesorio lleva lentes oscuros y una bufanda delgada en tonos azules alrededor de su cuello.

- Hola – me saluda agitando levemente su mano a lo que yo regreso el gesto.

- Pasa, por favor – me hago hacia un lado para abrirle el paso y luego cierro la puerta detrás de él.

- ¿Ya estás listo? – se saca los lentes colocándolos sobre su cabeza, caminando hacia la sala.

- Sólo voy por mis lentes y mi cartera… - me encamino a mi habitación rápidamente para no hacerlo esperar, volviendo al poco tiempo – Listo.

- OK – se levanta de su lugar – ¿a dónde quieres ir a comer? – me pregunta yendo a la puerta abriéndola para luego salir y yo detrás de él.

- Amh… no lo sé, a donde tú quieras – digo con simpleza cerrando la puerta con llave, después me vuelvo hacia él y lo veo ya abriendo la puerta de su auto del lado del copiloto, me hace una seña y me adelanto hasta quedar a su lado – gracias – le digo antes de subir, él por su parte cierra la puerta para luego caminar alrededor del auto hasta llegar al lado del conductor abriéndola y casi instantáneamente subiendo, cierra la puerta encendiendo el vehículo.

- Bueno, si no te gusta el lugar, no te quejes – me sentencia a lo que yo asiento riendo y luego le contagio el humor.

Pasan los minutos mientras él conduce, con la música de la radio comienzo a dormitar, pero luego Teru me despierta al poner su tibia mano en mi mejilla, me sobresalto un poco volviéndome hacia él y me dedica una dulce sonrisa.

- ¿Seguro estás bien? – quita algunos mechones de cabello de mi rostro. El auto está encendido, me doy cuenta que estamos esperando la luz verde del semáforo para avanzar. – No te ves muy bien, ¿dormiste?

- Estoy bien, tú tranquilo, sólo necesito comer un poco – bostezo y él me mira disgustado – vamos, avanza, ya cambió el semáforo – le señalo el aparato, entonces, sin perder más tiempo acelera pero sigue mirándome de reojo – De verdad, estoy bien, créeme.

Suspira resignado, sabe que le miento, pero no quisiera contarle lo que pasó anoche, no quiero que piense que estoy loco, no, no… eso seguro será lo primero que pase por su mente. Luego de unos minutos llegamos a un restaurante donde comimos y estuvimos hablando de trivialidades. Después fuimos a dar un paseo para hacer tiempo antes de ir a la agencia VOGUE Nippon, y unas horas más tarde nos dirigimos a ése lugar donde harían la sesión fotográfica.

Al llegar me llevaron a una cabina para arreglarme. No tardaron mucho cuando ya estaba listo. Me dieron a ponerme un vestido estilo victoriano, realmente hermoso. Es color rojo con decorados en dorado y marrón. Es corte en “v”, descubriendo mis hombros, en toda la orilla tiene incrustada pedrería blanca, las mangas son largas, ajustadas hasta mis codos, los cuales están adornados con un moño en cada uno, y holgados a partir de ahí, en la orilla tiene encajes en color blanco. El corsé acentúa perfectamente mi cintura; más abajo, la falda, es pomposa, algo incómoda debo decir, me cuesta un poco caminar con ella. Tiene algunos plisados y al final está adornado con más encaje blanco y dorado. Los accesorios son simples pero realmente hermosos, mis manos fueron engalanadas con unos guantes de encaje blanco, mi cuello con una gargantilla de oro con piedras rojas, mis orejas con zarcillos dorados y en mi cabeza una pequeña diadema con dos rosas a los costados en color rojo. Mi cabello lo levantaron un poco, haciéndolo ver algo pomposo de arriba mientras el resto caía en mechones rizados, y finalmente dejando mi flequillo lacio. Los zapatos, que obvio no se notan por el largo de la falda, son blancos de plataforma, sencillos, un poco menos molesta que los últimos que había calzado. El maquillaje, como siempre para mí, demasiado cargado; hicieron casi lo mismo que para la audición sólo que esta vez resaltaron un poco más mis ojos.

Salgo de ahí junto con Teru, quien me lleva al plató donde se realizarán las fotografías. Entrando noto que el lugar está más oscuro que de lo común… Sólo hay un sofá estilo victoriano y candelabros con velas encendidas sobre una pequeña mesa cuadrada a un costado del sillón. Tal vez sea mi imaginación y/o costumbre que el plató siempre esté muy bien iluminado, con varios muebles o simplemente no tener nada, pero esto es algo extraño. Como sea, llegando vemos a Mana San hablando con un hombre de casi su misma estatura, este está dando la espalda a nuestra dirección, así que no puedo ver su rostro, pero su cabello rubio me hace pensar que se trata de…

- Hizaki san – el pelinegro interrumpe mis pensamientos, alejándose del rubio para acercarse a mí, el otro hombre no se inmuta en lo absoluto, ni siquiera se vuelve hacia nosotros, cosa que me extraña. – Me alegra que aceptaras – dice ligeramente feliz lo cual se nota en su voz, mas no en su rostro. Ya estando frente a mí, me toma de la mano depositando un suave beso en ella – buenas noches, Teru san – saluda amablemente a mi acompañante, este sólo hace una leve reverencia – El vestido te sienta mucho mejor de lo que pensé – me mira por completo, con mi mano aún sujeta, la alza por sobre mi cabeza provocando con ello que yo me gire sobre mi propio eje. Cuando quedo una vez más frente a él me mira algo extraño, luego volviéndose un poco hacia el rubio, el cual sigue en la misma posición que cuando llegamos.

- Amhm… iré a hablar con el fotógrafo – comenta algo incómodo Teru dirigiéndose a la persona mencionada, el cual me doy cuenta no es el gay de la audición.

- Me gustaría presentarle a su compañero de fotografías… - suelta mi mano comenzando a caminar hacia el individuo con el que platicaba anteriormente, yo me limito a seguirlo – Kamijo san – escucho que susurra tocándole el hombro al sujeto rubio, pero… ¿enserio dijo eso? ¿dijo… Kamijo san? No puede ser posible… no… yo… en una sesión fotográfica con él… ¿el gran Kamijo? – Quisiera presentarle a Hizaki san.

Estoy sorprendido, el hombre se gira tan lentamente que parece una tortura por saber si es o no es Kamijo san… Ya quedando frente a mí siento que estoy a punto de desmayarme, todo gira a mi alrededor, me siento mareado… no puede ser posible… yo, compartiendo el plató con… con… Kamijo san… es realmente increíble…

- Buenas noches… - saluda el hombre, al que he admirado tanto, con una suspicaz sonrisa en sus finos labios, ésos labios color cereza completamente apetecibles e irres… pero, ¿qué? ¿qué cosas estoy pensando? Yo sólo le admiro, nada más… ¿no?

- Bu-buenas… n-noches – suelto atropelladamente a lo que él suelta una leve risa, muy parecida a…

- Es un gusto conocerle, Hizaki san – otro que interrumpe mis cavilaciones… bueno, sorpresivamente él toma mi mano y deja un leve beso en el dorso, no puedo evitar sonrojarme, por Dios, el hombre más hermoso e impresionante está justo frente a mí, tomando mi mano, dándole un beso… Por Dios, ya parezco colegiala enamorada…

- El gusto es completamente mío – alejo mi mano de él, mientras miro sus ojos celestes, perdiéndome enteramente en ellos… tan bellos y vacíos a la vez… tan finos y fríos… tan atrayentes y extraños…

- Yo les dejo a solas para que se conozcan mejor, con permiso – se retira rápidamente Mana san cuando yo aún sigo viendo fijamente a Kamijo san, se ve mucho mejor en persona que en las revistas. Su traje es estilo victoriano también, como el mío a diferencia que él parece un bellísimo príncipe. Es un conjunto de pantalón, camisa y saco. Todo en un hermoso color negro haciendo resaltar su hermosa piel blanca, el saco tiene un elaborado diseño de garabatos en color plateado, su camisa blanca con una corbata de encaje al igual que la orilla que sobre sale de las mangas del saco y adornando su cuello con una pequeña rosa de un color rojo tan oscuro que parece sangre… Su pantalón parece ser de cuero con algunos estoperoles redondos y finalmente unas botas de plataforma, haciéndolo ver más alto de lo que parece ser. Su cabello rubio ligeramente arreglado, dejando algunos mechones cubriendo parte de su rostro.

- ¿Pasa algo? – me saca de mi ensimismamiento haciéndome exaltarme un poco – lo siento, no quise sorprenderle.

- N-no, no, para nada – rio nerviosamente.

- Bien, ¿me acompañaría? – me extiende su mano y yo no dudo en tomarla, me dirige al sofá donde me hace sentarme, acomodo primero la falda y después termino sentándome, él se sienta justo a un lado de mí. Veo su rostro, miro cada centímetro de él, desde su barbilla, pasando por sus rojizos labios curvándose en una linda sonrisa, su recta nariz, sus ojos penetrantes y dulces, sus cejas finamente delineadas y su pequeña frente… todo su rostro es perfecto… todo… - ¿Hizaki san?

- ¿mm? – suelto levemente mientras sigo observándolo, él por su parte, ríe abriendo un poco su boca y cerrándola casi al instante, dejándome ver sus dientes… pero… se ven algo extraños… tiene…

- ¡Hizaki san, Kamijo san! – Bueno, ¿qué tienen en contra de mis pensamientos? ¿Por qué no me dejan terminar?… Instintivamente me giro hacia la persona que me interrumpe, notando que es el fotógrafo, - Vamos iniciar con la sesión – Kamijo san y yo asentimos para luego mirarnos fijamente, nos quedamos perdidos en nuestras miradas mientras escuchamos el flash – bien, así quédense, no se muevan por favor – nos da indicaciones el sujeto – Kamijo san por favor acérquese un poco a Hizaki san – él hace caso, a lo que yo me comienzo a poner nervioso por la cercanía, él sonríe mientras yo me sonrojo.

La sesión concurre tranquila, él regalándome dulces sonrisas y yo sonrojándome, nuestras miradas cruzándose como si fuéramos enamorados… todo para la escena que debíamos trasmitir en las fotografías.

- Por favor, pónganse de pie – nos pide el encargado de la cámara – mm… - pone su mano en su mentón entrecerrando sus ojos mirándonos – Kamijo san, por favor, párese detrás de Hizaki san – él lo hace casi al instante – ponga una mano sobre su cintura – sigue sus órdenes a lo que yo me estremezco al sentir su delicado tacto tocando levemente mi torso – Hizaki san, gírese un poco hacia él – lo hago mirándolo sintiendo mis mejillas arder, él como siempre, sonriendo – Por favor, Hizaki san, ponga una mano sobre el hombro de Kamijo san y Kamijo san, acerque su rostro al de él – no puedo creer lo que acaba de pedir y aún no entiendo por qué me pongo tan nervioso al estar con él, digo, lo admiro pero siento que algo más está afectándome… Su cercanía, puedo sentir su respiración chocar con la mía – un poco más.

Dice el desgraciado fotógrafo; siento que Kamijo san está a punto de darme un beso… vamos Hizaki… tranquilízate… debes ser profesional… ser profesional… maldición estoy perdiendo mi cordura por un hombre que acabo de conocer. Sus labios rozan con los míos, cierro mis ojos y luego siento una leve presión en mis labios… es… es un beso… un beso de Kamijo san… un beso que me provoca miles de cosas tan contradictorias… no, no… tranquilo Hizaki… es sólo un beso profesional… es tu trabajo… no lo confundas… pero… se siente tan real… tan dulce… sus labios tan cálidos… lentamente se separa de mí, abro mis ojos y lo veo con una linda sonrisa… sin más me sonrojo.

- ¿Estás bien? – pregunta en un susurro, yo me limito a asentir - ¿seguro? – insiste y vuelvo a asentir – OK – me regala una de sus tantas sonrisas para luego mirar al fotógrafo que se ha quedado quieto.

- Eso fue… precioso – nos mira con aparente ternura y emoción – perfecto, sigamos…

Dan las 11:30 de la noche y el fotógrafo por fin nos deja terminar, fueron 3 horas de tortura, tratando de no sonrojarme tanto, tratando de acatar bien sus indicaciones… tratando de no caer en las redes de él… Kamijo san… tratando de no prestarle mucha atención a sus caricias actuadas… Después de ir al lugar donde me arreglaron para quitarme el vestido y todo lo que tenía encima, me visto con la ropa que llegué. Salgo de la cabina para buscar a Teru pero en lugar de encontrarme con él, me topo con Kamijo san.

- Hizaki san – su voz… tan cautivadora… tan… ¡Ay, Hizaki, ya basta! No puedes estar enamorándote de él… Aparte tienes un asunto que arreglar con el tipo que entró a tu casa… ése maldito pelafustán que te ha dejado con la palabra en la boca y te tiene que explicar cómo es eso de que tiene tiempo cuidándote… no, no señor, tienes que arreglar eso primero y después verás a Kamijo san… enserio… estoy perdiendo la poca cordura que me queda…

- Kamijo san – le contesto tan normal como puedo caminando hacia la salida.

- Quisiera saber si le gustaría acompañarme a dar un paseo… - me propone siguiéndome el paso.

- Sería un honor para mí acompañarle – no puedo creer que lo rechace… pero primero ése maldito tipo… - pero, tengo que regresar a casa… tengo un asunto que arreglar – susurro para mí.

- Oh, ya veo… pero por favor, acompáñeme… sólo será un momento – insiste a lo que yo me detengo mirándole fijo… Por Dios, no puede verse más sensual y tierno. Lleva puesto una maravillosa camisa negra con los primeros dos botones de arriba desabrochados, mostrando parte de su pálido pecho, un pantalón de mezclilla oscuro, un abrigo negro y unos zapatos de vestir igualmente negros. Con tal imagen, ¿quién puede resistirse? Esperen… ¿de qué estoy hablando?

- Está bien – acepto finalmente después de unos minutos de silencio – sólo debo avisarle a Teru.

- De eso no se preocupe, yo ya le he dicho – me sorprende, ¿cómo sabía que aceptaría después de todo? – ¿Vamos?

Señala al frente con su brazo extendido, yo asiento y comenzamos a caminar fuera del edificio. Caminamos un gran tramo en silencio, un silencio bastante agradable. Ni él ni yo nos atrevemos a romper ésa tranquilidad hasta que, por mi distracción y ensimismamiento, tropiezo con una roca casi cayendo, pero él reacciona lo suficientemente a tiempo para sujetarme fuertemente, rodeándome con sus brazos todo el torso apegándome hacia él… tan parecido a ése sujeto…

Pone una mano sobre mi cabeza haciendo que la apoye en su hombro, no puedo evitar respirar el aroma de su perfume… agridulce como… ¡SWISS ARMY! ¿Podrá Kamijo san ser ése tipo? ¿podrá ser ésa persona que entró en mi casa?

- E-estoy bien, Kamijo san… - digo nerviosamente; mi cerebro me está haciendo una mala pasada… no puede ser posible… porque entonces… él sería algún ser extraño… sobrenatural… él no tiene esa imagen… OK, sólo un poco - Kamijo san… - susurro a lo que él me suelta lentamente – Yo… debo irme… amhm… quedé de verme con alguien…

- Pero… - sostiene mi mano.

- Siento mucho esto… debo marcharme… - trato de soltarme de su agarre.

- Hizaki san… - me detiene – le dije que le vería ésta noche… - lo miro completamente sorprendido, mis ojos se clavan en él que parece se me saldrían…

- ¿De qué habla? ¿Acaso usted…?

- Me alegra que no lo olvidara, por favor, perdone mi descortesía hoy por la madrugada, pero no tenía tiempo para decirle quien era, ni explicarle nada. Lo primero que debería decirle, es que le he estado siguiendo en las últimas semanas porque me he enamorado de usted profundamente, no puedo evitar sentir esto, no puedo – niega para sí con la cabeza – le amo, le amo en demasía y quiero estar a su lado siempre, cuidarle, amarle, hacerle sentir lo que ha estado buscando por tanto tiempo… - me mira fijo, sus ojos no muestran ninguna jugarreta, ninguna mentira… pero, ¿por qué siento que no es sincero? – quiero protegerle hasta el fin de sus días… porque yo… yo no puedo morir…

Me quedo callado, sólo escuchando cada palabra que pronuncia, tratando de analizarlas, de esclarecer mis dudas, de hallarle sentido a esto… pero, no… aún no entiendo qué está pasando…

- Hizaki san – susurra acariciando mi mejilla sobresaltándome - ¿se encuentra bien?

- S-sí… lo siento… - me echo a correr… sin dejarle hablar, simplemente corro lo más rápido que puedo, tomo el primer taxi que pasa y llego a casa en pocos minutos.

No dudo en encerrarme, me saco la chamarra dejándola tirada en la entrada, aviento mis lentes cayendo en quién sabe donde. Cierro todas las puertas y ventanas, coloco seguros para luego correr las cortinas, después entro en mi habitación para recostarme en mi cama sintiéndome completamente extraño, confundido, dolido… ¿dolido? ¿por qué? Kamijo san no es nada mío… pero siento como si lo fuera, ¿acaso sus caricias y besos durante la sesión fueron reales? ¿sus palabras fueron reales?

- Son completamente ciertas – escucho un susurro dentro de la habitación, ése susurro no es de nadie más que de Kamijo san… me levanto rápidamente encontrándome con él sentado sobre mi cama – Hizaki san, por favor, déjeme enseñarle lo que es el am…

- ¡Aléjese de mí! – le grito saliendo de mi cama, corriendo fuera de la habitación - ¡Váyase de aquí!

- ¡Hizaki san! – camina tranquilo detrás de mí - ¿Por qué no lo entiende? No puedo alejarme de usted, me siento solo sino puedo verlo un día, aunque sea durmiendo – me quedo parado cerca del comedor, viendo como se acerca a mí mientras sigue hablando – por eso le pedí a Mana san que le contratara para ésa sesión fotográfica – cada vez está más cerca y yo sin moverme – para poder verle, poder tenerle cerca, tocarle, sentirle, besarle…

Termina diciendo estando justo frente a mí, tomando mi rostro con ambas manos, están tan frías… se acerca poco a poco a mi rostro mientras yo no me muevo, sólo me quedo viendo sus ojos, ésos encantadores ojos que me hipnotizan de tal forma que simplemente me dejo hacer por sus caricias. Lentamente siento como sus labios presionan los míos, tan frágilmente como si fueran a romperse, mis manos se colocan en su pecho en un intento estúpido por tratar de apartarlo, pero sólo provoco que él ejerza mayor fuerza, atrayéndome más hacia él. Sus labios se mueven ligeramente sobre los míos, yo, le correspondo con la misma dulzura y tranquilidad, poco a poco va bajando sus manos por mi cuello, mis hombros, mis costillas, mi abdomen… no puedo evitar suspirar mientras sigue recorriendo mi cuerpo suavemente, explorándolo con sus delgados y tersos, sin mencionar que fríos, dedos por debajo de mi playera, mis manos suben hasta su cuello tan lento que pareciera que puedo sentir cada poro de su piel expuesta, luego avanzan un tanto más hasta llegar a su nuca, enredando mis dedos en sus finos cabellos rubios. Mi boca, aún acariciando la suya, le abre paso a su lengua, adentrándola de a poco, tocando con tranquilidad la mía, jugando una con la otra, haciendo un placentero intercambio de fluidos, indagando en la húmeda cavidad del otro, hasta que…

- Aauh… - me separo de él instantáneamente al sentir un pinchazo en mi lengua, mantengo mi lengua dentro de mi boca y percibo el sabor metálico de la sangre, mi propia sangre – creo que me he cortado la lengua… pero, ¿cómo? – pregunto para mi mismo a lo que él se separa de mí, alejándose un poco - ¿Kamijo san?

- Lo siento… no fue intencional… - baja la cabeza un poco avergonzado.

- ¿De qué habla? – le tomo del mentón para mirarle fijo – no entiendo, ¿qué pasa?

- Yo… - suspira – creo que debo explicarle algo más… - me toma de la mano llevándome a la sala y nos sentamos en el sillón más grande. Le miro con desconcierto a lo que él vuelve a suspirar – Hizaki san, ¿cree en lo sobrenatural?

- Kamijo san, ¿a qué se refiere? ¿Eso qué tiene que ver con mi lengua?

- Contésteme, ¿cree o no en lo sobrenatural?

- No lo sé… tal vez

- OK, verá, yo… cómo decirle… esto es un asunto algo difícil para mí, va contra las reglas decir a un humano lo que somos, de donde venimos… pero creo que si no le digo, no me comprenderá… Hizaki san, yo… soy un vampiro.

- ¡¿QU…?! – me levanto rápidamente de mi lugar horrorizado – No puede ser cierto, ¿cómo es eso posible? – camino apresuradamente hacia mi habitación cerrando la puerta.

- Como lo oye – lo veo dentro de la pieza, pero ¿cómo…? ¿cómo entró antes de que cerrara la puerta? – es fácil para mí hacerlo, nosotros, los vampiros, nos movemos a una velocidad que los humanos no pueden notar - ¿qué? ¿También puede leer mis pensamientos? – Sí, lo hago, puedo escuchar lo que está en su mente y también controlarle, pero eso no lo voy a hacer, no podría, no quisiera – me mira con dulzura acercándose lento.

- ¡Basta! – llevo mis manos a la cabeza agachándome mientras él aún se acerca – ¡No me toque! – pero desobedece, me envuelve en sus largos y delgados brazos, yo no hago otra cosa más que dejarme hacer… no entiendo nada, ¿cómo es posible que él me haga sentir esto? ¿Cómo es que me hace querer odiarle pero al mismo tiempo… creo que amarle…?

- Hizaki san, yo le amo, le amo de verdad – me levanta el rostro con una mano y me besa de nuevo sosegadamente, le correspondo, no puedo evitarlo, me hace sentir quererlo realmente, desearlo, me hace querer tenerlo a mi lado. Despacio, nos levantamos juntos, sin soltarnos de ése beso que a cada momento que pasa se hace más y más apasionado, me acorrala contra la pared, mis manos sueltan mi cabeza, llevando un brazo alrededor de su cuello mientras que el otro se cuela bajo su camisa acariciando su espalda, acercándolo más a mí. …l levemente suspira en el beso al sentir mi cálida mano sobre su fría piel, sus manos se colocan en mi cadera y me apega a la suya, sintiendo nuestras entrepiernas chochar exquisitamente mientras nuestras lenguas hacen una pequeña disputa por tratar de ver quién es el dominante, pero él, por su fuerza termina ganando.

Seguimos besándonos con mayor pasión, explorándonos mutuamente con nuestras manos, despojándonos lentamente de nuestras ropas superiores, soltando uno que otro gemido en el oído del contrario. En la habitación se siente como el ambiente comienza a cambiar, el calor aumenta en nuestros cuerpos así como también las caricias aumentan de tono, él llevando una mano a mi entrepierna, acariciándola por sobre la ropa, haciendo leve presión provocando que de mi garganta salgan gemidos más sonoros. Yo, lo empujo hasta llegar a la cama, haciéndolo sentarse, me subo a sus piernas quedando a horcajadas, tomando su rostro con ambas manos besándolo, mordiendo su labio inferior levemente mientras él me sonríe con lujuria… nunca me creí capaz de hacer esto con otro hombre… ni siquiera creo completamente que sea un vampiro, pero se siente tan maravilloso… tan hermoso… tan placentero…

Vuelve a besar mis labios para luego bajar a mi cuello, mordiéndolo un poco causándome un delicioso dolor, siento correr un poco de sangre la cual él lame gustoso, luego sigue bajando con sus besos hasta mi pecho, deteniéndose en cada uno de mis pezones, succionándolos y lamiéndolos, yo no paro de gemir a cada una de sus caricias, simplemente es tan exquisito… rasguño su espalda gracias a las oleadas de placer que me provoca… Regresa a mis labios besándolos fugazmente para luego rodarse sobre la cama para quedar sobre mí, me sonríe lascivamente mientras yo le correspondo igual acercándolo con una mano en su nuca para besarlo con desenfreno, mis piernas rodean su cintura, su pecho frío toca el mío, causándome escalofríos y con ello la detención de nuestro nuevo beso.

- Hizaki san… - susurra con su respiración levemente agitada – te amo… nunca olvides esto… siempre será especial… - me da un pequeño beso.

- K-kami… Kamijo san… - mi respiración parece estar más acelerada que la de él – nunca lo olvidaré… porque… será la primera vez… que me… entrego a alguien… así… - lo beso apasionadamente separándome luego, lo hago sentarse para recorrer con besos, lamidas y succiones su cuello, pecho, deteniéndome en uno de sus pezones, luego siguiendo mi camino hasta su ombligo, desabrochando su pantalón con desesperación mientras escucho roncos gemidos escapándose de sus labios.

Ya desabrochado su pantalón lo bajo, junto a su ropa interior, lo suficiente para poder dejar expuesto su miembro, el cual está tan erecto y al tomarlo puedo sentir su dureza, completamente excitante… comienzo una lenta masturbación ayudándome con mi mano, escuchando sus gemidos cada vez más sonoros. Lo masturbo un poco más rápido para luego besar y lamer la punta.

- ¡Aaah! Hizaki san… - gime poniendo una mano sobre mi cabeza, enredando sus helados dedos en mi cabello mientras yo le doy lamidas a su completa extensión, luego metiéndolo enteramente a mi boca, degustando su suculento sabor – nnhn… no… no recordaba… aah… lo placentero que era esto… - dice tratando de contener sus gemidos, cosa imposible, sus gemidos llenan la habitación por completo cuando yo sigo masturbando su pene con mi boca a una mayor velocidad – aaah… nnh… nnhnnn…

- Sabes delicioso Kamijo san… - digo antes de seguir con mi trabajo aumentando más la estimulación prolongándola por unos minutos, sus manos sobre mi cabeza la empujan levemente para meter más profundo su miembro en mi boca. Una de mis manos viaja por su pecho, acariciándole lujuriosamente para luego bajar hasta sus testículos masajeándolos por un rato al mismo ritmo que la estimulación.

- nnhn… Hizaki san… yo… aah… aah… - veo como se muerde el labio inferior provocándose una herida – nnnh… voy… voy aaahh… voy a correrme… aah… - saco su miembro de mi boca al escucharlo, pero sigo masturbándolo con mi mano a la misma velocidad. Veo su rostro ligeramente sonrojado, sus ojos entrecerrados denotando completo placer, mientras de su labio continúa corriendo sangre, lamo desde su barbilla hasta sus labios con premura todo ése líquido rojizo, luego besando su boca, compartiendo el sabor de la sangre, un verdadero beso de sangre… él me recorre el torso con sus manos, acariciándome con desesperación – nnnhnn… Hizaki… san… ¡aah! – suelta un último fuete gemido antes de terminar en mi mano, siento su viscoso y espeso semen en mi mano y un poco sobre las sábanas de mi cama.

Lo miro con lujuria lamiendo mi mano, saboreando su semilla, la cual no es de mi agrado, pero el momento, el placer y la adrenalina me hacen tragarla por completo. Su respiración agitada me hace reír un poco, se ve tan bello, su rostro apenas rosado, su frente con pequeñas gotas de sudor, su mirada perdida y sus rojizos labios entreabiertos, los cuales no dudo en probar de nuevo, él me corresponde tomándome de la cintura, empujándome lentamente para quedar recostado acomodándose él entre mis piernas. Sus besos bajan a mi cuello entreteniéndose ahí mientras puedo sentir como sus manos comienzan a desabrochar mi pantalón paulatinamente, luego lo quita y su juguetona lengua recorre mi pecho hasta llegar a mi sexo, donde lo besa, puedo sentirlo perfectamente como si la tela que lo separa, no estuviera ahí.

- nnh… - aprieto mis labios y ojos, evitando lo más que puedo gemir, pero sus caricias sobre mi miembro son tan exactas y excitantes que no puedo lograrlo – aah… Kamijo… san… nnhnn… - mi respiración agitada, mis manos sujetando fuertemente las sábanas y mis gemidos cada vez más fuertes provocan que sus movimientos sean más rápidos – nnhn… ha-azlo… ahora… ahh… nhnn… - suplico, sus manos adentrándose lentamente en mi ropa interior, su suave risa y sus labios besando mi vientre hacen que me vuelva loco, apenas esta iniciando… y siento que ya no podré aguantar más…

Saca la prenda que obstruye su camino y toma mi miembro suavemente mientras un escalofrío recorre toda mi espalda al sentir su mano helada, un gemido bajo escapa de mis labios sintiendo como mueve lentamente su tacto por toda mi extensión; echo mi cabeza hacia atrás pues a comenzado a lamer la punta con tal sensualidad que mis suspiros van en aumento. Luego de un rato de masturbarme y lamer mi pene, lo mete en su boca haciéndome gimotear más tanto de placer como de dolor, ya que puedo sentir sus colmillos rozar levemente mi sensible piel. Después de un rato él lo nota, dejándome libre pero sin dejar de lado la estimulación.

- Aah… Kami-ijo sannhn… nnh… - intento buscar su cuerpo con mis manos, ya que mi vista está completamente nublada por el placer que me hace sentir, una de sus manos, mantiene mi miembro endurecido mientras que la otra acaricia dulcemente mis piernas.

Luego de unos momentos, puedo tocar al fin su cabeza, hago que se acerque a mí y ya teniéndolo frente a mi rostro, ataco sus labios desenfrenadamente mientras los gemidos aumentan de volumen al igual que la temperatura aumenta más. Cuando comienzo a sentirme en el paraíso, cuando mi mente se queda en blanco, sus manos levemente dejan de tocarme sin embargo sus labios se entregan por completo a mí. Siento sus rodillas levantar de a poco mis piernas, recargándolas sobre las suyas, apegándose sin dejar de estrechar nuestras bocas, al igual que nuestros sexos, pero luego de un rato, provocamos que, con la fricción de nuestras entrepiernas, nos separemos de ése apasionado beso apenas formado. Sus labios atacan mi cuello como veces anteriores; disfrutando de sus lamidas y succiones puedo sentir como lleva sus manos a mi trasero, alzándolo un poco y poniendo su miembro duro en mi entrada, no puedo evitar sorprenderme un tanto, pero sus caricias me tranquilizan lentamente, no mucho, aunque lo suficiente para permitirle penetrarme con libertad.

- ¡Aaaaah! – grito al sentir su intromisión en mi entrada de una sola y fuerte embestida. Dolor… un dolor insoportable es lo único que siento en este momento, me aferro de las sábanas como puedo, él trata de calmarme con caricias y besos, pero la verdad, es que no lo logran, siento que me mareo hasta que el dolor es demasiado y no puedo soportarlo más – K-kami-ijo san… por favor… sal… me… me duele…

- Tranquilo, sólo relájate un momento – acaricia mi rostro, cuello, pecho para luego regresar a mi cabeza, pasando sus dedos entre mi cabellera mientras me mira con dulzura, sus ojos adentrándose en mi mente, hipnotizándome… hasta que finalmente el dolor comienza a desaparecer lentamente, mis manos liberan las sábanas, entonces con esto él se da cuenta y se mueve suavemente, saliendo de a poco y regresando adentro, así lo hace por un rato, haciendo un delicioso vaivén… lento, suave, excitante y a la vez torturante – aah… Hizaki san… te amooh… nhh…

- nnhnn… Kamijo san… aah… nnh… - mis gemidos y los suyos se corresponden, nuestros labios se juntan torpemente mientras sus embestidas se hacen más rápidas y profundas. No dejo de gemir abrazándome a él, aferrándome a su espalda, clavando mis uñas en ella. Escondo mi rostro en su cuello perdiéndome en su agradable aroma a sudor, tan dulce, tan embriagante. …l gime en mi oído aumentando un poco más la velocidad del vaivén – aah… aahh… Ka… Kamijo sannhnn… - escapan de mis labios gemidos más fuertes por cada estocada que me proporciona.

La velocidad aumenta, nuestro calor corporal aumenta, los jadeos y gemidos aumentan. Placer… el placer carnal aumenta desproporcionadamente, se siente tan exquisito, increíblemente maravilloso. Sus manos se acomodan en mi cadera empujándome hacia abajo para llegar a un punto dentro de mí en el que siento que perderé por completo mi mente… sintiendo un escalofrío llego a mi clímax derramando mi semen entre nuestros abdómenes mientras él sigue embistiéndome con mayor fuerza, puedo escucharlo gemir más, creo que al terminar mi cuerpo se tensó causándole un placer mayor en mi entrada.

- Hi-izaki… sannh… dímelo… aah… dime que… nnh… que me amas… - pronuncia apenas en mi oído sintiendo oleadas de placer, haciéndome estremecer con sus susurros – Hizaki… sé que… sientes… lo mismo… que… aah… que yo… - insiste acelerando más las estocadas, provocándome enloquecer de gozo al sentirlo uno conmigo… al sentirme uno con él… fusionándonos en uno solo… realmente sabe lo que siento, lo amo y no sólo por este acto tan íntimo, sino también porque me entrega su corazón a pesar de ser bastante diferentes.

- nnh… aah… aah… Kam… Kamijo san… te… ahh… nhnn… te amoooh… - suelto entre jadeos, es inevitable sus movimientos más rápidos y yo ayudándole con mis caderas, el placer se hace mayor tanto para él como para mí. Lo miro apenas, sus ojos perdidos en el deleite, una traviesa sonrisa surcando sus labios y su cuerpo completamente bañado en sudor así como el mío.

- aah… Hizaki san… - sigue gimiendo en mi oído tan deliciosamente, volviéndome loco con el sólo hecho de tener su aliento sobre mi piel. Siento temblar ligeramente su cuerpo al igual que el mío, al parecer pronto terminará y yo junto con él, sus estocadas más profundas aún y mucho más apresuradas, hasta que finalmente…

- ¡Aaaah…! – soltamos un gemido al mismo tiempo, terminando uniformemente, él dentro mío mientras que yo, por segunda vez, entre nuestros vientres. Cansados, jadeantes y sonrojados, nos miramos fijamente, dedicándonos una sonrisa de satisfacción y nos besamos levemente, estamos realmente exhaustos. Sin poder más nos quedamos rendidos, tendidos sobre la cama, uno al lado del otro, regularizando la respiración.

- Hizaki san – me susurra llamando mi atención, me vuelvo hacia él y lo veo de costado, con una mano, me retira el cabello de la frente haciéndolo hacia atrás – gracias… - me da un tierno beso a lo que yo llevo mis manos a sus mejillas haciendo del beso un poco más largo – te amo – me sonríe haciendo yo lo mismo.

- También te amo, Kamijo san… - me abrazo de él, sintiendo como su cuerpo comienza a enfriarse rápidamente, entonces se levanta de la cama comenzando a recoger sus ropas - ¿a dónde vas? – lo miro extrañado a lo que él se pone el bóxer seguido de su pantalón y se vuelve hacia mí – Kamijo, ¿qué pasa?

- Debo irme, necesito alimentarme y no pienso hacerlo de tu sangre, no de nuevo – entonces es cierto… él es un vampiro – no quiero dañarte – dice serio, subiendo apenas a la cama mientras yo me siento en mi lugar, él acaricia mi rostro – te amo, por ello no quiero beber tu sangre, no podría.

- Pero, entonces ¿de qué te alimentas?

- No mato a personas inocentes, si eso es lo crees, suelo beber la sangre de vagabundos, ya que es difícil ocultar un cuerpo sin vida, no tienen un buen sabor, pero cuando menos sacian mi sed – me muestra una bella sonrisa, me da un suave beso en los labios y comienza a salir de la habitación.

- Kamijo san – se detiene en la entrada dándome la espalda y volviendo su cabeza a un costado mientras se pone la camisa – amhm… yo… - se gira para mirarme a lo que yo no puedo evitar sonrojarme, su mirada es simplemente tan cautivadora, ésos ojos azules tan atrayentes que me pierdo en ellos cada vez que me mira… - te amo – susurro tan bajo que creo no me escuchará.

- Y yo a ti… - me sorprende un poco el hecho de que me escuchara, porque apenas y pude escucharme yo… - tranquilo, puedo escuchar mucho más de lo que crees - abrocha su camisa a una velocidad impresionante – te veré en cuanto se ponga el sol… - me limito a asentir.

Lo veo alejarse lentamente, como si el tiempo no avanzara, sale de la habitación mientras lo sigo con la mirada, hasta finalmente perderlo tras el ventanal saliendo para el patio, el cual da directo a la puerta de mi pieza. Me quedo sentado en mi cama, pensando en tantas cosas y nada… lentamente el sueño me empieza a vencer, me recuesto, tapándome con las sábanas, quedándome dormido paulatinamente, teniéndolo a él como la última imagen de la noche.

- Kamijo… - susurro para mí – te amo… te amo tanto… me has enamorado desde un principio y yo no quise aceptarlo… me enamoraste con tus palabras, tus caricias, tus besos, todo… gracias…

Te amaré siempre, Hizaki.
Notas finales: Fic en memoria de Jasmine YOU, (aunque no sea protagonista)

Jasmine YOU..
la vida ya no será la misma sin ti...
sin el melodioso sonido que hacías con
tu instrumento predilecto...
ese maravilloso bajo de
cinco cuerdas con el cual
nos provocabas sentimientos
que llegaban hasta lo más
profundo de nuestro putrido ser...
Te extrañaremos tanto
que nunca serás reemplazado
por nadie más...
siempre estarás en nuestros corazones y
pensamientos... y siempre se mantendrá
una pregunta en el aire...
¿Por qué nos has dejado tan pronto?


Espero que estés lo suficientemente
lejos para que no nos veas
sufrir por tu pérdida.. pero
espero también, que estés
lo suficientemente cerca para
que puedas ver como conmemoramos la vida
que has dejado atrás....
permitiéndonos admirar lo mucho que hiciste
al estar aquí...
Tus melodías,
tu rostro,
tu mirada,
tu sonrisa,
tu voz,
todo tu ser siempre se mantendrá
grabada en cada
fan que, con tu música
lo cautivaste de tal manera...
que será difícil
borrar la imagen que
nos hemos creado con
el pasar del tiempo....


Te amaremos siempre...
y te extrañaremos hasta
el final de los tiempos...
Así como lo hacemos con
Kami y Hide que se fueron
mucho antes que tú...
pero que de igual forma
los recordaremos por siempre...


Gracias por todo,
Kageyama Yuuichi, Mzo/1979 - Ago/2009
Que Hide sama y Kami sama te acojan en sus brazos.
Que te cuiden y siempre que miremos al cielo por favor,
sonríe para nosotros, que te responderemos igual...

Kurai Satou

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