Todo empezó aquel día del mes de Abril, era el final del invierno y se indicaba el inicio de la primavera, se sentía un calor acogedor, se podían ver flores multicolores, cientos de pájaros, se veía a los niños saliendo de sus casas, iban hacia el parque, gritaban y se notaba la euforia y la felicidad en el aire; pero no para el, estaba solo, se sentía triste, al igual que todos los malditos años en que se anunciaba la llegada de la primavera.
-¡Maldita primavera! ¡Malditos mocosos! ¡Malditos pájaros! ¡Malditas flores!..... ¡Maldito mundo y todos quienes lo habitan!- Repetía mientras lloraba.
Y así paso toda la tarde hasta que logró tranquilizarse, pensar y retomar la compostura que lo caracterizaba, el era una chico alegre, sus ojos como grandes zafiros, su cabello era rubio como el mismo oro, su figura era esbelta y de altura media, se podría decir que era el chico perfecto; pero como dicen “la apariencia no lo es todo” y esto se aplicaba a su caso, ya que algo había cambiado su vida….
TRES A—OS ANTES:
-¡Mamá apresúrate que se me hace tarde para ir al colegio! ¡Recuerda que hoy es día de excursión!- decía una niño de ojos azules, de aparentemente trece años, desde la puerta de su casa. Su nombre era Naruto.
-¡Ya voy!-decía una mujer de grandes ojos verdes, cabello pelirrojo y un carácter explosivo, el que había heredado su hijo.
Después de lo dicho, la mujer bajó apresuradamente las escaleras junto con su esposo, un hombre de cabello rubio y ojos azules, Naruto se parecía a él.
Antes de dejar la casa, la mujer preguntó:
-Hijo, ¿estás segura que no deseas venir con tu padre y conmigo a este viaje?
-No mamá, ya estoy grandecito para andar acompañándolos a sus viajes de trabajo.-Dijo molesto
-Pero, ¿estás segura que deseas ir a la excursión sola
-¡MAMÁ! ¡Yo ya no soy un niño, puedo cuidarme solo!
-Pero… me preocupas, te has estado comportando du una forma extraña estos días- Decía su madre, y efectivamente, lo que decía era verdad, su hijo la ignoraba, llegaba a deshoras, no hacía su tarea y su madre era llamada frecuentemente a la dirección por su mal comportamiento, por faltar a horas de clase y por molestar a profesores y compañeros, el chico se había vuelto un rebelde.
-Ja, ja, ja , ja – se reía en un tono sarcástico su hijo- ¿yo, extraño?, ahora me vas a venir a reclamar por eso, ¿verdad?..... Hmph….. ¡NO ME VENGAS CON ESAS ESTUPIDECES! ¡NO TE HE IMPORTADO NUNCA, Y AHORA VIENES CON ESE ROL DE MADRE PREOCUPADA!?!? – reclamaba su hijo en tono furioso.
-¡A MÍ NO ME GRITAS! ¡MUCHACHO IGUALADO! ¿! CON QU… DERECHO VIENES A HABLARME ASÍ?! –Le respondió su madre, muy enojada
-¿Con qué derecho dices? ¡Tú estás loca, no te das cuenta como me siento y vienes a reprocharme y a preguntarme como me siento!- Decía el muchacho con un tono de dolor y rabia en su voz, su madre no entendía el porqué de su extraño comportamiento los últimos días y tampoco entendía porque actuaba así, ya que su hijo era una chico muy correcta y amable…. Pero había una razón
FLASHBACK
-¡Ya llegué!- Decía una pequeño niño de ojos azules- No tiene caso, ¿por qué siempre lo olvido?, cuando llego ellos nunca están en casa. Ahhhh, será mejor que coma algo y haga mi tarea, después de todo, ellos siempre llegan tarde.-Decía el con pereza.
Unas horas más tarde…
Era de noche y Naruto se encontraba haciendo su tarea aún, estaba cansado pero eso no le impediría acabar, no por nada era un estudiante sobresaliente y el favorita de los maestros; pero ese era otro problema, el hecho de ser un buen estudiante lo hacía blanco fácil de bromas, insultos y de que la gente que se hacía llamar sus amigos, se aprovechase de el. Pero no, eso no le importaba a Naruto, el seguía adelante, además contaba con el apoyo incondicional de sus mejores amigos:Shikamaru y Kiba, los que había conocido ya hacía muchos años.
Una vez terminada su tarea, Naruto se dispuso a ir a la cama, pero se olvidaba de que todos, absolutamente todos los deberes, debían ser firmados por un representante, pero como siempre sus padres no llegaban todavía y varias veces había tenido problemas con sus maestros por no presentar sus deberes firmados, pero aún así decidió esperarlos.
Sus padres llegaron un par de horas más tarde, ambos un poco alcoholizados, ¡pero por que decir un poco! Los pobres ya se desmayaban de tanto alcohol en su organismo, Naruto estaba asustada, jamás en sus 11 años de vida había visto a sus padres en ese estado, si bien ellos podrían ser unos irresponsables en cuanto a ponerle atención , a veces descuidados y otras veces pareciera que no tuvieran idea de que el existe; jamás pero jamás han sido unos borrachos empedernidos, como quien diría…. Pero al parecer la escena daba a entender eso.
Naruto estaba asustado, anonadado, las palabras parecían no querer salir de su boca hasta que se decidió a ir donde se encontraban sus padres y preguntar:
-Madre, padre ¿por qué están en este estado?- Sus padres no respondían, estaban riendo, y se tambaleaban agarrándose el uno al otro para no caerse, ante esto Naruto insistió, y esta vez alzando un poco más la voz, exclamó:- Madre, padre pregunte qué ¿Por qué están en ese estado?.
Ante esto, sus desorientados padres se regresaron una mirada y empezaron a reír otra vez, Naruto tenía una cara de decepción y no dudó en reclamar- ¡Qué es lo que les pasa a ustedes dos!- Su padre al ver su reacción y por el estado en el que estaba solo respondió- Wow, el mocoso está muy enojado hoy, ¿qué es lo que quieres ahora, dinero?.... soy tu padre, si quieres te lo daré, así que no molestes - decía de forma entrecortada.-Tu madre y yo queremos un momento a solas, ¿quedó claro?. – Pero papá, no ves que estás muy mal, y tú mamá, ¿qué es lo que les ocurre? ¿No se dan cuenta del estado en que se encuentran?....... ¡Mamá, papá, reaccionen! ¡Ustedes!- Y justo antes de que pudiera terminar la frase, un golpe había acallado su voz; su padre, el que el tanto amaba la había golpeado dejándolo atontado en el piso. …l se puso de pie y empezó a llorar, mientras un hilito de sangre se asomaba por la comisura de su boca, el miraba desconcertado a su padre a la vez que el mismo le decía- ¿Y ahora por qué lloras?, ¿es acaso que quieres que te dé una buena razón para llorar?- iba a responder, pero su madre le dijo- Vete ya a la cama, es tarde y no debes meterte en lo que no te importa, buenas noches. Naruto solo se dio media vuelta y salió llorando de allí, mientras que sus padres se retiraban hacia su habitación besándose y toqueteándose.
A la mañana siguiente, Naruto se despertó más temprano de lo usual, fue al baño se aseo, se cambio de ropa y antes de salir se miró al espejo y vió la marca que tenía en su mejilla derecha, recordando lo que hizo su padre la noche anterior.
Salió de su casa a las cinco y media de la mañana, sin tomar desayuno; se encontraba deprimido y hastiado, la verdad ni siquiera sabía por qué había salido tan temprano, después de todo, su hora de entrada era a las siete de la mañana.
Pasó vagando por toda la ciudad en ese lapso de tiempo, pensando sobre lo de la noche anterior, y que excusa les daría a sus maestros para que no le rechazaran sus deberes, la verdad es que estaba cansado y no sabía que le dirían sus padres por el hecho de haberse fugado de su casa, pero no le interesaba.
Eran ya las siete de la mañana, Naruto había llegado más temprano de lo usual y eso había sorprendido a sus compañeros de curso, ya que sus padres ni siquiera se preocupaban de llevarla o traerla del colegio, esos si eran dignos de llamarse padres irresponsables, pero Naruto ya estaba acostumbrado desde que era un pequeño de 6 años, cualquiera con un poco de conciencia diría “pobre chico con trauma emocional”; pero el ya estaba acostumbrado a vivir por su cuenta, si no fuera porque sus padres le pagaban los gastos del colegio, le dejaban la comida preparada y la veían de vez en cuando, pareciera que el fuera huérfano.
Así empezó otro tedioso día en la vida de Naruto, llegó a la escuela, y lo único que escuchó fueron las avalanchas de preguntas que le lanzaban sus compañeros de por qué tenía la cara hinchada, el solo respondía que era porque peleó con su… ¿novia?, así es, él siendo tan mono como era no tenía novio, pero poco le importaba en lo más mínimo, ademá esa no era la edad para andar con pareja, pero algunos de sus compañeros ya las tenían, si que eran precoces esos niños, pero bueno, así pudo evadir todas las preguntas, indirectas y rumores sobre su accidente. Lo que parecía extraño, era que sus amigos no habían ido a preguntar nada de lo ocurrido, pero ellos ya se encargarían de interrogar a su amigo más tarde….
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