Era una tarde ms… Las cortinas se corran en forma que los rayos de luz molestaban en el rostro del pequeo y a la vez maduro Ciel Phantomhive, su mayordomo tena todo listo para su da, y con un tono suave y amable despierta a Ciel
-Bocchan… Ya es muy tarde, despierte – Ciel entreabre los ojos algo molesto y grue:
-Tarde? Son las 8:07 de la maana
-Y agradezca que me compadec y lo dej 7 minutos ms…
-Que desagradable – Se sienta malhumorado – Qu dice mi agenda de hoy?
-Nada
-Cmo que “nada”?
-As como digo, Bocchan, valla a su despacho, ah lo est esperando una carta de su majestad, la reina Victoria
-Una carta? Vamos! Que lento ests hoy, Sebastin! – Reclamaba Ciel apurando a su mayordomo mientras este lo vesta con toda lentitud
Este al haber terminado – Final y milagrosamente – Se dirige a su despacho hacia la carta
-Vamos a ver qu escorias contaminan hoy el jardn de la reina – Abre la carta y procede a leerla atentamente, pero esta no contena lo que el esperaba – Sebastin… Ven y lee esto – Le entrega la carta y Sebastin al leerla muestra una burlesca y disimulada sonrisa
-Veo que la reina no lo toma enserio, Bocchan
-Cmo se atreve su majestad a pedirme que no contine interviniendo en los casos de Scotland Yard? Es mi deber como un Phantomhive!
-Por algo ella se lo pide… Lo mejor ser que no cause alborotos, Bocchan – Sebastin lo mira – Se le ofrece algo por ahora?
-No, nada, vete ya – Se queda solo y observa el jardn, como Finny trataba de podar el pasto – Que aburrido… Los casos de la reina eran los nicos que lograban despejar mi mente de mi sed de venganza…
-A dnde va, Bocchan? – Pregunta Sebastin al verlo salir de la mansin
-Eso no es de tu incumbencia, Sebastin – Y Contina caminando
-Si va a un lugar peligroso No sera mejor que lo acompaara?
-No necesito que ests cuidando de m todo el tiempo… Pero si algo pasa… Te llamar – Comienza a caminar a paso lento mientras el sol se ocultaba lentamente tambin… Ciel se diriga a su antiguo hogar, hacia donde yaca su antigua mansin en ruinas luego de ser “Accidentalmente” incendiada cuando el tena 10 aos… En esa tarde tan especial de su cumpleaos – Malditos – Susurraba mientras paseaba por los escombros, recordando cuando lleg con Sebastin y encontr su anillo
-Qu hace aqu la cabeza de la familia Phantomhive? – Pregunta una voz desconocida, Ciel se alarma y observa una silueta oscura e irreconocible sentada sobre el escombro ms alto de la antigua mansin – Quin dira… La nica manera de que un cuerpo tan pequeo y frgil como el tuyo pudiera tomar venganza, es con la ayuda de un demonio al cual disfrazas con un lindo traje de mayordomo
-Quin eres? – Pregunta Ciel, mirando con rencor aquella desconocida figura masculina
-No venas aqu desde casi 2 aos Qu te pas? Llamars a tu “mami”? – Refirindose por “Mami” a Sebastin – Te haz dado cuenta de que aunque tengas a un demonio como guardin Sigues siendo el mismo nio delicado de hace 2 aos? Te han vuelto los ataques de asma?
-Muestra la cara, cobarde! – Aquella silueta desciende rpidamente, frente a el se para un hermoso hombre que no superaba los 30 aos, que lo observaba con lstima
-Sucio… - Ante esto, Ciel queda atnito y da algunos pasos hacia atrs
-Eres uno de ellos No? – Lo mira enojado y se prepara – Sebas… - El dedo ndice de este hombre tapa sus labios para que no contine con su palabra
-Ya llamars a Sebastin? Tan pronto? – Se re – Nio dbil
-Si crees que me hars reaccionar con la psicologa inversa, estas muy equivocado – Sonre ante el – No creas que caer en tu juego de “Yo no soy dbil”
-No te preocupes, no soy tonto, s todo sobre ti, y tambin s que no eres un muchacho fcil de engaar, a pesar de tener slo 12 aos – Acaricia el rostro del conde, este se altera
-No me toques con tanta libertad! – Quita su brazo de encima bruscamente – Si tanto me conoces… No deberas provocarme… O quieres que llame a mi Mayordomo? – Sonre maliciosamente
-Qu es ese mayordomo para ti? Un objeto? Un guardaespaldas? Un amante?
-Quin eres?!
-Demian… Para ti ser Demian-sama
-Ests soando si crees que te llamar as… - Sonre framente – Lo siento, Demian, este encuentro termina aqu, me voy devuelta a mi mansin
-No llamaste a tu mayordomo, huiste tu solo – Susurra
-Si – Da media vuelta mirndolo odiosamente
-Lstima que la reina Victoria te sac de su tablero de ajedrez – Ciel abre grandes ojos y corre hasta este hombre tomando su corbata bruscamente
-Dime cmo sabes todo eso! – Demian sonre al ver que al fin logra “Apoderarse” De la atencin del menor
-Si quieres saber eso, ven aqu otra vez a media noche… Pero sin t mayordomo… Como ya sabes… Yo lo s todo… Y si noto que vienes con el, por muy buena que sea tu coartada, te descubrir y no logrars sacarme ni una sola palabra, Ciel Phantomhive – Demian sonre y da un amplio salto hasta volver a donde estaba anteriormente - Quin es ese demonio?Ese demonio puede amar? O el amor es parte de algo a lo que llamamos “Dios”?
-Por qu me dices todo eso?
-Que nio ms despistado… Fjate ms en cmo te mira tu mayordomo, Conde – Se pone de pie desde las alturas y se va
-Espera…! Maldicin… Ya se fue… Qu debera hacer…?
Ciel regresa a paso lento y sin ganas a su mansin, donde lo esperaba un delicioso pie de limn, preparado por Sebastin, lo que oficialmente aseguraba que ser el mejor pie que su paladar haya saboreado
-No quiero, Sebastin, vamos a mi cuarto para que me pongas la pijama, antes de dormir tengo muchas cosas que pensar – Responde Ciel, haciendo que Sebastin se “Desilusione”
-Por qu quiere acostarse tan temprano, Bocchan?
-Me despertaste a las 8 am… - Se excusa este
-A las 8:07 am – Corrige Sebastin, procediendo a desnudar a su amo
-“Deberas fijarte ms en cmo te mira t mayordomo…” – Piensa Ciel recordando lo que le haba dicho este tipo, y mira atentamente como Sebastin lo miraba mientras lo desvesta – S que slo soy un nio para entender las cosas en ese… “Sentido”… Pero nunca he notado algo extrao en la mirada de Sebastin que me haga dudar en si es hetero sexual o no… Aparte… Cuando me ducha tampoco me mira para nada raro… Ni toca ms de lo permitido al pasarme la esponja por la espalda… Tal vez ese tipo nada ms me estaba diciendo mentiras para hacerme dudar de Sebastin y provocar que valla solo hasta all esta noche… - Segua pensando Ciel, mientras llegaba a la conclusin de que todo era una trampa, cuando de repente sin previo aviso, la mano de Sebastin pasa “accidentalmente” de largo al abotonar su camisn de seda - Sebastin! – Exclama Ciel al sentir eso – Definitivamente no estaba mintiendo… Tengo que ir – Mira el reloj, son las 10:30 pm, era algo temprano, pero pretenda meditar unos minutos, y levantarse al menos
40 minutos antes de las 12 para alcanzar a vestirse bien y no equivocarse al abotonar su camisa
-Lo siento, Bocchan, fue un accidente – Sebastin hace una reverencia a su amo, que lo observaba enojado y ruborizado
-Puedes irte a dormir, Sebastin – Se mete a la cama y acomoda bien
-Buenas noches, My Lord… - Sebastin sonre placenteramente al notar que su amo no miente para nada bien y se retira lentamente de la habitacin
-11:20 pm… Hora perfecta para adivinar cmo se abrochan mis zapatos… - Se para lentamente de su cama y comienza a vestirse - Cmo ata Sebastin mi listn en el cuello? No puedo creer que sea tan intil para estas cosas… Ya sent lo que era cuando estaba en el circo y Sebastin no poda vestirme… - Termina y abre la ventana asomndose cuidadosamente – No, definitivamente es muy alto – Cierra la ventana – No me queda ms opcin que salir por la casa… - Abre la puerta y camina lo ms silenciosamente posible para no despertar a nadie, se asoma por el cuarto de Sebastin, quien permaneca completamente dormido, Ciel sonre y contina avanzando, pero al avanzar, Sebastin abre los ojos y sale por la ventana, Ciel abre la puerta principal lo ms lentamente posible, pero no puede evitar que suene, al fin logra salir y corre hasta la antigua mansin
-Que tramposo eres, Ciel Phantomhive – Comenta el hombre, Demian
-Tramposo? Por qu? – Pregunta este sin entender a que se refera
-Te dije que vinieras sin tu mayordomo
-Mayordomo? Dej a Sebastin en casa, estaba dormido, incluso…
-Veo que no mientes, Ciel… Entonces podras decirle a tu mayordomo que no desobedezca tus ordenes – Sonri frvolamente al decir esto - Verdad, Sebastin?
-Eres muy hbil, Demian, pudiste notar mi presencia aunque estuviese escondido – Responde Sebastin saliendo de debajo de los escombros
-Sebastin! Qu haces aqu?! No tenas por qu venir! Y cmo es eso de que lo conoces?!
-Si, Bocchan, lo conozco, y slo vine porque not que usted me menta
-No, Sebastin! Vete de vuelta ahora mismo a la mansin y qudate all! – Sebastin mira atentamente a su joven amo y hace una reverencia
-Yes, my lord – Pronuncia este y desaparece rpidamente de las ruinas
-La presencia del demonio ha desaparecido, al fin solos, Conde Phantomhive – Se re entre cabellos – Veo que tienes a ese mayordomo como a un ttere, lo manejas a la perfeccin, que cruel es el precio del contrato, a pesar de ser un demonio y de ser mil veces superior a ti, est forzado a obedecer los caprichos y las faltas de respeto de un nio de 12 aos
-Eso es lo que vale mi alma, eso y mucho ms – Responde framente Ciel – Ahora al grano, dime Demian Cmo sabes todo? Y explcame lo que dijiste sobre mi mayordomo
-Por qu tanto inters en saber lo de tu mayordomo, Conde? No ser que esta vez si te fijaste en la mirada del demonio al desvestirte… No creo que me equivoque, Conde – Ciel baja la mirada
-A… Algo as… - Susurra confundido – Es algo que no entiendo Explcamelo! – El hombre de luto baja nuevamente de las alturas para tomar el mentn del joven Ciel
-Lo nico que no tengo claro es si los demonios pueden o no sentir amor, Conde… Mralo como quieras pero… Tal vez aunque slo sea deseo, ese demonio te mira con otros ojos
-A qu te refieres con eso…? – Susurra Ciel, an siendo tocado por este sujeto
-No s, Conde – Lo suelta y da media vuelta – A m juicio, el amor es algo que sienten los humanos, pero un demonio no s si puede sentir amor, o deseo…
-“Amor”? ”Deseo”? – Susurra nuevamente el joven Phantomhive
-Si, Conde, amor y deseo, ese demonio, como su nombre lo dice, no puede tener buenas intenciones… Creo que deberas fijarte, y ponerlo a prueba, as sabrs…
-No me interesa saber lo que siente mi mayordomo por m, nuestra relacin es nicamente entre “Amo-Sirviente”
-Lo s, Conde – Este le vuelve a sonrer – Pero te dejo a la mariposa ah, volando, para que algn da si te quedan ganas de distinguir mejor cules son sus colores, la tomes y la examines con ms detalle… - Al decir esto, desaparece, dejando nuevamente con dudas al joven Ciel.
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