Ese día mientras caminaba a la escuela con paso lento, el tensai del equipo de tenis del Seigaku sabía que no era un día cualquiera, había estado contando los días para que llegara y sin embargo a pesar de estar muy consciente de lo que acontecía había sido incapaz de elegir algo, incluso había tomado una ruta para ir al instituto que usualmente no tomaba solo para no encontrarse con el chico que era motivo de sus preocupaciones, se encontraba tan sumergido en sus pensamientos que cuando sintió una palmada en la espalda dio un pequeño respingo a causa del susto.
-¡Nya!, ¿en qué andas pensando?, estas muy distraído –dijo Eiji saltando a su lado.
-Pensando en cosas mías… ¿qué haces por aquí?
-Hoi, hoi, pase por unos dulces y chocolates a una dulcería que esta genial, nya, hoy estoy decidido a no dormir en clase –contesto Eiji sonriente.
-Gatito…
-¿Viniste a comprar algo?, normalmente te vas al instituto con Tezuka –comento Eiji curioso –¡ya se!... le fuiste a comprar su regalo.
-¿El regalo?... bueno tengo un pequeño problema con eso –dijo Fuji alborotándose un poco el cabello –recordaste su cumpleaños, ¿tu le traes algo?
-No sé porque en algunas cosas tengo buena memoria, y pues le traje algo sencillo, ¿por qué dices que tienes problemas con el regalo?, ¿qué le compraste?
-Ese es el problema, Eiji, no le he comprado nada y no tengo idea de que darle –se lamento Fuji algo cabizbajo.
-Bueno le gustan las plantas… ¿por qué no le das un bonsái? –sugirió Eiji un poco pensativo.
-Suficiente tengo con Marylin como para competir con otra, no gracias –negó Fuji rotundamente.
-Solo era una sugerencia –dijo Eiji algo extrañado por la negativa.
Pronto llegaron a las instalaciones de sus instituto, y lo primero que vieron era que había una multitud de chicas impidiendo el paso de un chico que estaba completamente rodeado y solo las miraba con un poco de fastidio, en medio de esa locuaz multitud se encontraba Tezuka Kunimitsu que estaba siendo agobiado por un multitud de chicas que trataban de darle un regalo, pues se había corrido por toda la escuela la noticia de que era el cumpleaños del capitán del equipo de tenis; los chicos solo lo pudieron saludar de lejos cuando este los vio, era prácticamente imposible ayudar a Tezuka a salir de entre esa multitud sin que sus propias fans terminaran atrincherándolos. Justo entonces sonó la campana indicando que era la hora de que iniciaran las clases, no tuvieron más remedio que dirigirse a su aula dejando a Tezuka que estaba sepultado en una montaña de regalos y era ayudado por Oishi quien tenía la atención de ayudarlo con los presentes, porque si hubiera sido por el chico de lentes los hubiera dejado en ese mismo pasillo; ese día no tendrían practica ya que la entrenadora les había dado el día libre por el cumpleaños del capitán, aunque este hubiera preferido un buen partido o hacerlos correr hasta que se les desgastaran los tenis como regalo.
-¿Y qué vas a hacer Fujiko? –murmuro Eiji mientras estaban en clase.
-No sé, dame ideas –contesto Fuji mientras escribía en su libreta.
-Se supone que el que lo conoce mejor eres tú.
-Por eso es tan difícil.
-Ya te dije un bonsái –volvió a sugerir Eiji mientras tomaba notas.
-¡Que no! –negó Fuji entre dientes.
-Fuji-kun, Kikumaru-kun, parece que su conversación está muy interesante los esperaremos a que terminen de hablar para continuar la clase –reprendió la profesora.
-Lo siento –se disculpo Eiji avergonzado.
-No volverá a suceder –dijo Fuji con su sonrisa de siempre.
Durante el receso tampoco pudo acercarse a Tezuka que una vez mas estaba siendo acosado por sus fans, el tiempo se agotaba y todavía no tenía el regalo, pensó que tal vez debía salirse de las ultimas clases e ir desesperado en busca del regalo, pues después de la escuela habían quedado en que estarían solos por un rato antes de la reunión que había sido organizada por la familia de Tezuka, donde estarían sus demás compañeros de equipo; ya le iba a pedir al pelirrojo que pusiera atención en clases para que pudiera pasarle los apuntes, ya que había decidido volarse las ultimas clases, cuando un mensaje llego a su celular el cual lo tranquilizo un poco aunque el mismo tiempo lo hizo sentir un poco decepcionado.
“No voy a poder estar contigo después de clases, mi abuelo me llevara a cambiar las micas de mis lentes, nos vemos en la tarde en mi casa… Mitsu.”
Aunque era algo tranquilizador pues le daba más tiempo, al mismo tiempo estaba un poco decepcionado pues se tendrían que ver hasta la reunión en su casa, entro al salón en compañía de Eiji pero no puso en lo absoluto atención a la clase, quería ver a Tezuka, poder abrazarlo y felicitarlo por su cumpleaños, lo único que quería era estar a su lado para poder compartir ese día especial, esos momentos en los que podían estar juntos ya sea en compañía de sus amigos o solo el uno con el otro.
Cuando sonó la campana indicando la salida, el castaño inmediatamente tomo sus cosas y se despidió con rapidez de Eiji, aun tenía tiempo por lo que no podía perder un minuto, fue al centro comercial en busca de lo que necesitaba, luego de pasearse un largo rato por las tiendas al fin encontró lo que necesitaba, regreso a su casa para prepararlo y prepararse el también para ir a la casa de Tezuka.
Mientras en la casa del capitán sus padres se encontraban algo atareados aunque emocionados, porque su hijo había accedido a que le organizaran una pequeña reunión, no sería una fiesta en sí pero habría un pastel y regalos; el mayor y el menor de la familia entraron en la casa después de haber recogido las nuevas micas de los lentes de Kunimitsu, ya que las que traía estaban un poco rayadas. Subió a su habitación tratando de ignorar a sus padres que se encontraban emocionados por lo de su cumpleaños, boto su mochila sin importarle donde quedara y se echo a su cama, no era que fuera un amargado (aunque muchos así lo consideraran), solo que tanto barullo alrededor de él lo asfixiaba.
-Suke…
Era la única persona de la que en realidad quería una felicitación, pero no había podido estar juntos en todo el día, primero por culpa de todas esas chicas que se habían arremolinado a su alrededor nada mas piso el plantel y de las que estuvo huyendo todo el día en la escuela, y luego tuvo que ir al oftalmólogo, en su mente se recrimino por pensar de esa manera, pero es que solo esperaba tener un momento para poder estar con Fuji, no le interesaban los regalos más que estar con el castaño. Se levanto y tomo una toalla para darse un baño que pudiera despejar su mente, además tenía que prepararse para recibir a sus invitados.
Los miembros del equipo llegaron al poco rato, la familia los recibieron gustosos y felicitaron al cumpleañero entregándole sus regalos, Tezuka con toda la cordialidad que le era posible los recibió, sin embargo aun no había llegado cierto castaño de ojos azules, interrogo a Eiji brevemente sobre el paradero del tensai pero este no le supo decir donde se encontraba, ya que después de la escuela había desaparecido, después de una cena sencilla y cantarle las mañanitas (N/A: o feliz cumpleaños, o lo que sea que ustedes acostumbren) un gran estruendo resonó anunciando que empezaba a llover, los padres del chico de lentes preocupados se ofrecieron a llevar a los chicos a sus casas, para que no les pasara nada, se despidieron del cumpleañero y después de felicitarlo una vez más subieron a la camioneta de la madre del capitán, y así todos incluidos los padres y abuelo de Kunimitsu se fueron de la casa dejando solo al cumpleañero, después de recoger la mesa y llevar todos los trastes a la cocina tomo sus regalos, los únicos que le podían interesar pues los de esas tontas chicas no le importaban en lo absoluto, para ir a su habitación y ver una película; el timbre de la casa sonó anunciando la llegada de un visitante, por un breve momento creyó que serian sus padres que habían olvidado las llaves pero luego recordó que era muy pronto para que su familia volviera.
-Mitsu.
-Syusuke, ¿qué haces aquí?
-¿Te importaría si te respondiera adentro? –pregunto Fuji sonriente –me estoy congelando.
Tezuka dejo entrar en la casa al tensai que se encontraba totalmente empapado, cual gato mojado, su cabello humedecido estaba adherido a su rostro, y se encontraba algo pálido a causa del frio, el chico de lentes fue a unos de los baños y tomo una toalla para que Fuji se medio secara. El tensai tomo la toalla y se comenzó a secar el cabello bajo la mirada del chico de lentes que lo miraba de una manera un tanto fría.
-Deberías quitarte tu abrigo, te resfriaras –sugirió Tezuka estoico como siempre –iré a prepararte algo caliente.
-Mitsu… felicidades.
Tezuka se sorprendió por un breve momento pero su semblante no se vio alterado, el tensai lo había tomado de la mano impidiendo que se fuera y lo dejara solo, el chico de lentes cambio su mirada fría al encontrarse con los zafiros que le pedían disculpas en silencio, Fuji dio unos pasos más hacia el capitán y lo abrazo en busca de un poco de calor, Kunimitsu por unos instantes solo se quedo ahí parado sin corresponder al acto de Syusuke, pero tras un breve momento de indecisión sus brazos lo rodearon para darle un poco de su calor y estrecho un poco más el abrazo.
-Disculpa que llegara tan tarde, al auto de Yumiko se le poncho un neumático, me he venido caminando y pues me agarro la lluvia… de ninguna manera me olvidaría de tu cumpleaños –dijo Fuji sin dejar de abrazarlo.
-Suke, solo quería que estuvieras conmigo –contesto Tezuka tras besar la frente del más bajo.
-Feliz cumpleaños.
Tezuka acompaño al tensai a su habitación para que pudiera ponerse algo de ropa seca, para que no se enfermara pues Fuji quería comer primero un poco de pastel, ya en su habitación el chico de lentes busco entre su armario algo para prestarle al castaño, que se encontraba de pie en medio de la habitación ya que no quería mojar la cama del capitán.
-Casi lo olvido, tu regalo –dijo Fuji sacando del bolsillo de su abrigo una cajita delgada.
Tezuka dejo la ropa en su cama para poder recibir el regalo de Syusuke, este lo felicito una vez mas mientras tomaba la cajita, el chico de lentes la miro con detenimiento al recibirla ya que no estaba en vuelta en el típico papel de regalo, el papel que la envolvía tenia impresas varias fotografías, del club, de los chicos del equipo, abrió la caja y se encontró con un álbum de fotografías, se sentó en la cama mientras hojeaba el álbum.
-Son los momentos que compartimos juntos, con los chicos, de nosotros solos, con los otros clubs y que he podido atesorar –dijo Fuji mirándolo con ternura.
Tezuka aun no había mencionado palabra alguna solo seguía viendo con detenimiento las fotografías, donde se les podía observar en los diferentes partidos que tuvieron, las celebraciones en el restaurante de Taka-san, incluso cuando fueron de escalada y cuando lo fueron a visitar a Alemania, además de fotografías de ellos dos y alguna que no sabía que Fuji le había tomado mientras estaba dormido. Miro otra vez la caja y al fondo de esta se encontraba un delgado marco de plata que protegía una foto en especial, todos los regulares del equipo aparecían en esta sin embargo el centrar la vista en él y Fuji, vio con sorpresa que él en la fotografía miraba a Fuji con cariño, mientras el tensai lo tomaba de la mano.
-¿Te gusto?, mira que me he roto la cabeza y casi me da pulmonía por salir de casa tarde por hacerlo…
-Es perfecto –corto Tezuka sonriendo.
Tezuka dejo el álbum y el marco sobre su escritorio para después abrazar y besar al tensai por tan esplendido regalo, empezó a besar su cuello mientras que sus manos trataban de quitarle el mojado abrigo, se separo un poco de Syusuke para ver por qué se estaba demorando tanto y entonces se fijo por primera vez en lo que traia puesto Fuji, el abrigo que traia tenía un corte estilo militar y tenía muchos botones, además bajo este traia una camisa negra y un chaleco, mas botones, y su pantalón también traia unos cuantos botones mas.
-Son muchos botones –murmuro Tezuka.
-Creí que me veía bien, pero creo que será algo tardado, la próxima vez me pondré algo más sencillo.
-Me gustan los botones –dijo Tezuka con una mirada llena de lujuria –este es el mejor regalo, y me va gustar desenvolverlo.
-Mit-mitsu –tartamudeo Fuji al ver aquella mirada.
Tezuka lanzo a Fuji sobre la cama antes de abalanzarse contra él y empezar con la ardua tarea de desabrochar todos los botones que Syusuke traia encima, conforme avanzaba en su trabajo no dejaba de marcar el camino con besos, dejando marcas en el otro mientras se quitaban la ropa el uno al otro; una mano se poso suavemente en el rostro de Fuji, le estaba delineando el contorno de esta para bajar a su hombro y pasar a su costado, sus mejillas se tiñeron cuando aquel dedo llegó a su cadera y se detuvo ahí para sentir la mano completamente posada en esa zona, Tezuka lo tomo firmemente de su cadera acercándolo más a él y haciendo que sus respiraciones se entremezclaran mutuamente, sintiendo cálida la respiración del otro en su rostro, su otra mano buscaba lentamente la otra de Syusuke para entrelazar sus dedos.
-Feliz cumpleaños, Mitsu –susurro Fuji suavemente a su oído.
No recibió contestación más que un beso exigente que le hizo callar cualquier otro comentario, mientras las manos expertas del Capitán estaban infiltrándose debajo de la camisa, ya había soltado la cadera y la otra mano del castaño, y sintiéndose libre, comenzó a explorar el pecho y los costados del menor que yacía debajo de él. Entrecerrando los ojos, se acercó para apoderarse de esos labios de manera posesiva, una vez más, Tezuka le demostraba a Syusuke lo posesivo y apasionado que podría llegar a ser, le encantaba la idea de saberse de él en muchos aspectos, de ser vencido por él en todas las formas, de que él le poseyera una y otra vez. La ultima prenda que cubría el cuerpo de Syusuke fue removida dejándole totalmente desnudo, las fricciones eran cada vez más acentuadas mientras que Tezuka ya no soportaba más, quería hacer suyo ese cuerpo, marcarlo como suyo y de nadie más y lo que quería mas era ver el brillo del deseo en esos profundos ojos azules.
-Kunimitsu –lo llamo su abuelo cuando llegaron a la casa –por Kami esto es una tormenta.
-Estoy en la cocina con Fuji –contesto Tezuka.
Los padres y abuelo de Tezuka encontraron al menor de la familia en la cocina comiendo algo de pastel en compañía del tensai de su equipo de tenis, que traia un suéter algo grande para el castaño. El chico de lentes les explico que este había llegado después de que se habían ido y lo había agarrado la lluvia por lo que Kunimitsu le prestó algo de su ropa.
-¿Has pasado un buen cumpleaños?, Kunimitsu –pregunto Kunikazu con una sonrisa picara.
-Fue muy bueno –contesto Tezuka mientras comía su pastel.
Fuji sonrió con complicidad con el mayor de la familia, se había soltado una tormenta y los padres del chico de lentes que no querían volver a salir accedieron a que el tensai se quedara, ambos castaños se miraron más que complacidos ante esto, en verdad se había convertido en el mejor cumpleaños que Tezuka recordaba y estaba seguro que atesoraría esos momentos para siempre con ayuda de Syusuke, que por su parte tenía que comprar ahora mas ropa que tuviera muchos botones.
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