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Y así empezo por Minimara

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Notas del fanfic:

Jajajajajaj se me ocurrio en un momento de ocio pero es algo hermosamente perverso jajaja, si les gusta eso lean. Dejen Review

Eran las siete de la mañana, y había mucha actividad en las calles, las autopistas-aún que fluyeran con magistral rapidez- estaba pintada de amarillo por los autobuses escolares y por convertibles de universitarios con el estero a todo volumen, anunciando así de una manera bastante peculiar el fin de las vacaciones de verano.

En una casa común y corriente, típica del barrio Londinense, de dos pisos, de un color blanco con techo rojo y grandes ventanales en el primer pisos, con unos nada insignificantes en el segundo, que tiene dos autos, uno notoriamente mas nuevo que el otro, compuesta por cinco personas; Alexander y Jenny Thomson, pareja casada por la iglesia católica, orgullosamente católicos que van a misa todos los domingos, que tuvieron tres hijos. Su primogénito: James Jonathan Thompson, estudiante de segundo año en el departamento de “Artes y libre demostración de expresión corporal” de la cede de la “Universidad de Tokio”. Su segundo hijo: Paúl George Thompson, estudiante de último año matemático de la segundaria “Cuerpo de cristo” gemelo mayor de su tercera y última hija Amelia Elizabeth Thompson, estudiante de ultimo año matemático de la segundaria “Cuerpo de Cristo”. Esta singular y corriente familia se preparaba para el desayuno matutino antes de empezar la jornada.

Como todas las mañanas de “no vacaciones” Jenny se levantaba muy temprano para prepararle un saludable, nutritivo y delicioso desayuno a sus hijos y a su esposo. Como todas las mañanas Alexander era el segundo en bajar, salir al patio, saludar al vecino que regaba el jardín delantero, tomar el diario y la correspondencia, todo en bata de baño, entraba a la casa y mientras leía el diario, tomaba su café y esperaba que bajaran sus hijos.

Como casi todas las mañanas la primera en bajar era la mas joven, Amelia- la cual prefería que llamaran “Ami”- bajaba como un tornado las escaleras, ya que apenas salía de la ducha y olía el sabroso banquete se ponía el uniforme rápidamente y bajaba. Ella no era tan baja, pero era la mas baja de los hermanos, tenia el cabello castaño oscuro, y como ella solía decir, “soy la fallada de la familia”, por que cuando el sol le daba de golpe este era castaño claro y en la sombra tan negro como el de su hermano gemelo, era blanca, con ojos verdes como los de su padre, con una sonrisa amplia, no era muy flaca ni tampoco gorda, estaba en su peso. Como todas las mañanas, bajaba y besaba en la calva a su padre y a su madre en la mejilla, se sentaba con rapidez y comenzaba a desayunar.

El segundo en bajar era James, que no tenia un apego muy grande ah su padre, pero que bajaba a desayunar con el para saludar a su madre y estar con sus hermanos. Este, era el típico estudiante de arte, pelo largo y castaño muy claro, era blanco y sus ojos eran celestes como los de su madre, llevaba en la mano sus lentes, que rara vez usaba en la casa, solo los usaba para pintar, era el mas lato de los hermanos, era fuerte pero delgado, incluso un poco huesudo. Era muy ágil, por lo que no bajaba por las escaleras, ni tampoco corría, las saltaba por completo, llegando de un brinco a la cocina. Siempre se tomaba su tiempo en bañarse y en peinarse su largo cabello. Como todas las mañanas, saltaba a la cocina, saludaba a su padre con un simple gesto de cabeza, y a su madre- que le reprochaba con la mirada por la relación entre su padre y el que no era buena- para luego besarlo en la mejilla y decirle “Apúrate que tus huevos fritos se enfrían”. Su afán era leer la contratara del diario que leía su padre.

El ultimo en bajar como siempre era Paúl, que bajaba siempre cuidadosamente las escaleras para no tropezar-como casi siempre le pasaba-el era algo- muy –torpe, siempre se demoraba mas por que no quería resbalar en la ducha, era cuidadoso con todas sus camisas y corbatas. El era delicado, muy delgado y blanco, más que toda su familia, tenía el pelo negro y los ojos verdes como su padre y su hermana, sus labios eran apretados y rojos, su mirada era inocente. Era más alto que su hermana pero más bajo que James, era el mas elegante de los hermanos, eh incluso el mas estudioso, envidiando a su hermana que no estudiaba casi nada y le iba como ah el. Tenia el cabello ni corto ni largo, al estilo de “The Beatles”, era “el favorito de mamá y papá” según James, que parecía odiarlo profundamente, era muy cariñoso con sus cercanos, muy generoso con los mismos. También era muy callado y poco sociable, y se sentía culpable por las peleas titánicas entre Amelia y James por su culpa. Y a pesar de esto, el compartía pieza con su hermano. Llegaba a la cocina y saludaba a su padre de un beso en su calva y a su madre de un beso en la mejilla, se sentaba siempre al lado de su padre y junto a su hermana, lo más lejos posible de James.

-Así que… ¿Hoy empiezan sus clases?-afirmo, mas que pregunto la madre a sus hijos, mientras que Amelia y James se atragantaban con la comida y Paúl cortaba delicadamente un pedazo de su pan y lo untaba en su huevo.

-Sip, ya es nuestro ultimo año-dijo quedamente Paúl antes de echarse el pan a la boca y mascar delicadamente. Sin darse cuenta que su dedo índice quedo embarrado de yema.-Hay-susurro al ver su dedo, y con cuidado lo metió a su boca y lo lamió para quitar la parte de huevo, de una manera muy lasciva, si no fuera echa por el pequeño Paúl y su rostro de eterna inocencia, que se llegaba considerar tierno el acto.

James, que estaba atento abrió desmesuradamente los ojos, y se quedo algo pasmado, en un trauma silencioso. Mientras que Amelia, reventaba en risas, con una habilidad sorprendente para no escupir todo lo que había comido, o estaba intentando tragar.

-¿Qué?-pregunto Paúl, que no entendía nada.

-¿Es que no lo ves?-dijo Amelia.

-Pues al parecer no, Ami-dijo Paúl.

-La manera en que te chupaste el dedo-dijo, como si fuera lo más obvio del mundo.

-¿Que tiene eso?-dijo, sus ojos brillaron de inocencia, y ah James le castañearon los dientes.

-Es que te salio muy gay, hermanito.

-¡Amelia Elizabeth!-chillaron sus padres.

-Hay…lo siento-pero en verdad no lo hacia.

-Si que eres tonta-murmuro Paúl.

-Yo ya me voy-dijo James, parándose sin mucha ceremonia, como si ya estuviera cansado de todo lo que le rodeaba.

-¿Puedes llevar a tus hermanos en su primer día?-casi suplico su madre.

-No te preocupes, madre, me gusta caminar, por lo menos yo me voy a pie-le sonrió dulcemente Paúl a su madre, no quería causarle preocupaciones a su madre, no era ese tipo de chicos.

-¿Estarán bien, Ami?

-Claro, pero tendremos que partir ya-hablo por su hermana que seguía comiendo, quien trago todo de golpe y se tomo su jugo rapidísimo, respiro una gran bocanada de aire, y luego afirmo.

-Claro que si-golpeo levemente la mesa con su puño.

James solo rodó los ojos, y Ami lo fulmino con la mirada. Paúl ni se percato, solo se puso de pie y tomo su bolso, lo cruzo en su pecho y miro ah su hermana.

-¿Lista?

-Si, Adiós-dijo.

Ambos salieron de la cocina, recién eran las siete y veinte, tenían tiempo suficiente para caminar tranquilamente a su instituto. Salieron de la casa, Paúl guardo la llave en su bolso y le sonrió a su hermana. Vieron como James se iba en su convertible en la dirección contraria de ellos. Se fueron por la vereda en que les daba la sombra.

-No se como puedes quererle, deberías odiarlo, así seria mutuo, ¿no?-Ami pateo una piedra que se encontraba delante de ella.

-Pues…no se, en realidad me lo eh preguntado muchas veces.-dijo Paúl bajando la cabeza, como si estuviera avergonzado de sentir lo que sentía.

-Tranquilo “P”, yo también lo quiero algo, y no te voy a dejar de querer por hacerlo-le sonrió.

Paúl le devolvió la sonrisa muy calidamente, para luego abrasarla y caminar aun más lentamente, pronto llegarían a su escuela, y no querían que ese momento tan fraternal se rompiera.

En el colegio todo era muy normal, aun que, los mellizos casi nunca estaban juntos, se querían mucho. Paúl se la pasaba en la biblioteca o conversando un poco con sus escasos amigos en el los pastizales del patio estudiantil. Las clases para ambos alumnos fueron de: Química, Matemática electiva, Matemática común, historia, Biología y Música, clase de la cual ambos disfrutaban mucho, Paúl mas que nada.

Paúl no tenía muchos intereses, no hablar de hobbies, en realidad era muy distraído en su tiempo libre para dedicarlo a otras cosas que no fueran el estudio, y la excepción a esto era la música, desde que descubrió aquella guitarra en el sótano de la abuela a los seis años, que la música se ah vuelto algo vital para el, y mas aun cuando tenia catorce y conoció el bajo eléctrico, creyó que nada era mejor para el. Así…podía pasar horas encerrado en su habitación componiendo melodías, para que después su hermana hiciera una letra con ese ritmo y después la cantaran juntos o viceversa.

Las clases pasaron tan rápido que Paúl no supo como ya estaban en su casa cambiándose ropa en su habitación, y ordenándola un poco, ya que James no era de lo más ordenado que se puede decir. Encontró su pipa de tabaco bajo su cama y le dejo encima de su velador. Ah Paúl no le molestaba que su hermano fumara, por que fumaba tabaco, que era mejor que el cigarrillo, y con chocolate, le gustaba ese olor que emanaba su hermano, en realidad le gustaba demasiado.

Acompaño a Ami ah comprar chocolate, y luego ayudo a su madre a preparar la cena, su hermano aun no llegaba, y eso aun que no lo quisiera asumir, lo preocupaba demasiado, la cena paso rápido, comieron champiñones con crema y arroz, algo extraño, pero al fin y al cabo muy delicioso.

Subió con su hermana ah su habitación, donde practicaron un poco la nueva canción que habían escrito juntos en las vacaciones, aun que habían tenido un par de roces ya que Ami no quería usar su voz soprano y Paúl no quería que hubieran guitarras eléctricas, al final tenían un single muy lindo, que hablaba sobre los placeres de la vida. Estaban en eso, ya en pijamas, era muy tarde, cuando entra James ah la habitación, eh ignorando por completo la presencia femenina dentro de la habitación comenzó a desvestirse.

-Haaaaa-grito tapándose los ojos y comenzando a salir de la habitación-Un poco de pudor por tu hermana, aun que no tienes nada que impresione a una mujer-termino riendo mientras cerraba la puerta rápidamente antes que la camisa de James (La cual le había tirado como proyectil) chocara contra su cara.

-Es mi habitación-le gruño.

Tomo su pijama mientras terminaba de desnudarse y veía de reojo a su hermano que se metía dentro de la cama con una sonrisa boba y sacaba una barra de chocolate, de la cual, cortaba un pedacito y comía lentamente. Luego se recostó en la cama y se quedo lentamente dormido.

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Despertó agitadamente, colorado levemente, y con algo más que su conciencia había despertado. Había tenido otro de “esos” sueños, no era que no le gustase, era hombre, pero soñar con tu hermano desvistiéndose y despertar en “ese” estado, era preocupante, y no tan solo por que fueran dos hombre y hermanos, si no por que eran dos hombres, hermanos, el su hermano mayor y lo odiaba. Pero nadie debía saberlo, se deshizo de sus tapas, mirando con algo de vergüenza su entrepierna, que era un bulto duro, que rompía algo esa faceta de niño inocente que solía tener, pero sin quitarla por completo.

Pero de lo que no se percato, fue que en la ventana del costado más cercano a su cama, se encontraba su hermano James, fumando tranquilamente. Realmente no estaba muy tranquilo, se había despertado al escuchar a Paúl jadear su nombre en sueños, y creyéndose loco, y que su idilio fantástico se había echo realidad se despertó con la esperanza, para ver que esta profundamente dormido, y que lo mas probable había sido que el mismo se había imaginado eso. Pero al ver a Paúl despertar así de agitado, para que luego retirara sus tapas y lo mostraba completamente excitado y erecto, lo dejo más que sorprendido.

Paúl levanto la vista y al chocar contra la de James se sonrojo hasta las orejas, James había entrado en una especie de ensoñación, sin despegar ni un minuto la vista de la entrepierna de su hermano, y Paúl lo único que quería era taparse nuevamente y relajarse hasta que “eso bajara”

-Deja de mirarme eso-chillo a punto de las lagrimas, pero no de pena, si no de la vergüenza que sentía, incapaz siquiera de moverse.

-No seas pendejo, se llama pene-le dijo con la voz extremadamente ronca, su vista se había vuelto como la de un depredador mirando a su presa, ahí, vulnerable para el…completamente para el.

-¿Puedes darte la vuelta?-dijo quedamente, nunca le había pasado así de intenso, le llegaba a doler, debía haber alguna manera de solucionar eso.

-¿Te sientes bien?-dijo James, tirando el anzuelo de su trampa.

-No-le miro con ojos de borrego.

-Yo te puedo ayudar a solucionarlo.

-¿En serio?-casi jadeo.

-Si-se controlo, había caigo.

Y no dijo nada mas, tomo las piernas de su hermano y lo atrajo lo mas al borde que pudo, le bajo los pantalones casi desesperado, ante los ojos atónitos del otro, que intento moverse, pero James lo tomo de las muñecas y sujetándolo fuertemente, se las afirmo detrás de la espalda, junto al trasero. James bajo su rostro ante la erección de su hermano y soplo ante esta, haciendo que este gimiera quedamente.

-Ja..mes…por…por favor…no-intentaba decir Paúl, imaginándose lo que este le iba a hacer. Y no es por que tuviera una mente sucia…si no por que una vez, jugando en Internet, se abrió una de esas paginas gay, y vio algo que quedo pasmado en su mente por siempre, algo que James estaba a punto de hacer.

Le abrió las piernas para ganarse entre ellas, y haciendo uso de una de sus manos le pego un lametón a la cabeza.

-Haaaaa-gimió casi sin voz Paúl, su cordura y raciocinio habían sido tomados, hechos una bola y tirados a la basura, para luego quemarlos.

Nunca había sentido nada como eso, nunca, y jamás pensó que lo sentiría, y menos que se lo provocaría James…su propio hermano, un hombre. Pero eso ya no importaba, eso le había gustado mas que nada, había sido como tocar el cielo con las manos, y el quería mas, mucho mas, aun que no lo demostrara mucho. James introdujo toda la excitación de Paúl en su boca.

Ahí se sintió desvanecer, era demasiado bueno, no tenía control sobre sus impulsos, solo sintió como su cadera se movió contra la boca de su hermano, y sus manos luchaban por liberarse, parar poder conseguir más. Gimió echando la cabeza para atrás, sintiendo como si ya no aguantara mas, como si algo dentro de el fuera ah explotar. Pudo liberar sus manos, y contradiciendo todas las ideas de James, las puso en sus hombros y lo empujo mas hacia el. James acepto gustoso la invitación y comenzó con un ritmo más rápido. Paúl creía que ya no existían parámetros para eso que estaba sintiendo, era demasiado. Gemía como desquiciado, tan agudo pero tan bajo que hacia que el mismo James se excitara.

-Yo…James…Yo…no…voy…creo…no puedo-trataba de decir sin mucha coherencia, pero lo ultimo que dijo fue el mejor regalo que ah James le hayan podido dar ese día.-Haaaaa James…

Y llego, Paúl sintió como explotaba algo, y liberaba algo líquido y viscoso dentro de la boca de su hermano, se sintió morir, fue el mejor momento de su vida, pensaba que caería del cielo al que había llegado tan repentinamente, jadeaba descontroladamente, mientras soltaba los cabellos y el hombro de su hermano, y caía casi como un saco de papas a su cama. Sintió a James tragar, tenia los ojos nublados, pero pudo ver que se limpiaba la boca con el dorso de la mano y luego se lamía el dorso.

-Lo siento mucho-dijo quedamente, tan ronco que si Paúl no le estuviera viendo no abría reconocido que era su propio hermano. Aun no podía asimilar nada de lo que había sucedido…pero…justo en el momento en que James supo que Paúl estaba a punto de llegar a su orgasmo (Paúl no tenia ni idea), la casa común y corriente, típica del barrio Londinense, de dos pisos, de un color blanco con techo rojo y grandes ventanales en el primer pisos, con unos nada insignificantes en el segundo, que tiene dos autos, uno notoriamente mas nuevo que el otro, compuesta por cinco personas, ya había dejado de serlo…
Notas finales: ojala que les haya gustado

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