b30; Ocho de Julio b30;
Virtió el agua hirviendo en el vaso de fideos instantaneos. Ya era tarde, así que tenía que comer algo. A pesar de tener la alacena hasta el tope de despensa, eligió el instantaneo,aunque a decir verdad no le gustaba mucho. Pero que carajo, hoy no tenía ánimos de cocinar.
Al terminar de llenar el vasito de nieve seca hasta la rayita obligatoria, se sentó a esperar los tres minutos reglamentarios.
Suspiró lleno de melancolía. Hacía 25 meses que todo era así. …l, en completa soledad, sin nadie que le acompañara en la comida.
Si hubiera estado “èl”, el ramen estaría extinto en ese departamento. Le gustaba demasiado.
El pelinegro perdió la vista en el vasito de ramen, le contempló. Ahí estaba, humeante y esperando el momento en que decidiera tomarlo.
-Definitivamente no me gusta el ramen...- Susurró para sí, para quién mas. Luego recargó su rostro en la mesa, de perfil. Ahora observaba su vacío hogar. Todo estaba igual que antes de que “él” se fuera. Ningún adorno había sido movido de su sitio. Las cortinas seguían siendo las mismas, al igual que las colchas de su cama. Mullidas, calientitas.
Pero aún así, en las noches, no podía evitar sentir que el frió calara hasta sus huesos. Aún cuando se hacía una bolita de Sasuke en medio de la cama, no paraba de temblar. A veces, se levantaba y caminaba por su extenso y lujoso departamento, admirando el fruto de su trabajo, de su esfuerzo. Títulos de esto, diplomas de aquello. A pesar de que absolutamente siempre obtenía lo que quería y alcanzaba cualquier logro, hubo uno que jamás pudo ni podrá conseguir.
-No te pude retener a mi lado...- Musitó entristecido, recordando esa malenita rubia.- Ojos azules...- Dijo en un tono de voz poco audible.- Mejillas sonrozadas...piel acanelada y suave...- Eso último lo susurró en extremo despacito, mientras sus ojos se cerraba completamente.
Han pasado dos años desde que terminamos
Por alguna razón me parece como si hubiera sido ayer
Vamos andando por caminos separados pero
todavía voy un tanto inclinado hacia el tuyo
“¡Me largo! ¡Al parecer te importan mas tu trabajo que yo!” Escuchó que le decían. Inmediatamente reconoció esa dulcísima voz de terciopelo.
-Naruto.- Susurró abriendo los ojos. Ahí estaba él, gritandole a un hombre que se encontraba de espaldas.
“No es mi culpa que me necesiten todo el día en el hospital, ¿sabes? Hay cerca de docientos niños con quemaduras de tercer y quinto grado por culpa de el incendio en la escuela. “ Oyó que el individuo extrañamente familiar le contestaba. “¿Me vas a culpar por eso?”
“No...” El menor le contestó, bajando la cabeza. “Mira, sé que tu trabajo es sumamente importante. Que hay muchas vidas que debes salvar, y que puede que no siempre estés en casa...-”
“¿Entonces cuál es el problema?” De nuevo, esa persoba habló. Sasuke caminó un poco, posicionandose justo enfrente de la persona misteriosa.
Y se vió a sí mismo.
La verdad no se sorprendía. Porque esa situación...esa discución ya la había vivido.
La vivía cada vez que se quedaba dormido pensando en su rubio amado y la froma tan triste en que lo abandonó.
“El problema es que jamás estás en casa.”
“Naruto..acabas de decir...”
“Sé lo que dije. Pero no puedo aceptarlo.” El rubio lo miró a los ojos, con los ojos irradiando seriedad. “Cuando digo que jamás has estado en casa, es porque así es. En este año y medio de relación nunca hemos dormido en la misma cama. Cuando hacemos el amor siempre es en el hospital, en tus horas libres o a escondidas del personal. Ya me cansé, Sasuke.” Suspiró cansado. “No quería llegar a esto...es decir..decirte esto pero...”
“¿Pero...?” Repitió el Uchiha, acercandose al ojiazul.
“En este tiempo me he dado cuenta de que después de todo no estamos hechos el uno para el otro. Que no fué una decición acertada el haber iniciado esta relación.” Bajó la cabeza.” Siento que tú no puedes ser como yo quiero que seas. Hay veces en las que imagino cómo sería mi vida si...” Hizo una pausa, tomando aire para decir lo que estaba a punto de argumentar. “ Si no te hubiera conocido...si en lugar de tí...hubiera sido otra persona a la que yo le entregara mis horas. La verdad es que te quiero, Sasuke...pero ya me cansé de no amarte. Peroname, pero...no soy feliz a tu lado”
“¿A qué te refieres?” El moreno realmente deseaba que no fuera lo que pensaba.
“Hay alguien más...”
No debería decir que me gustaría volver a esa época
porque eso me haría ver mal, pero
la verdad es que todavía te quiero
tanto que no puedo evitarlo...
Lloré todas las noches llegando a verme patético
y decidí olvidarlo porque era muy doloroso
Pero lo volvía a recordar, ¿sabes?
Realmente me sentía solo...
Despertó.
Lentamente se incorporo tallandose los ojos, centrando la vista en la mesa. Y allí estaba todavía el vasito de ramen instantáneo. Estiró el brazo y lo atrajo hacia sí, palpando su temperatura. Como esperaba, ya estaba frío.
Se irguio completamente, levantandose de la silla, caminandosin rumbo aparente. Sin pensarlo, se dirijió hasta la puerta.
Se detuvo frente a ella, debatiendose mentalmente entre salir o no salir.
Suspiró.
¿Dónde estás ahora, y qué haces?
Me pregunto si alcanzaste ese sueño que era tan importante para ti...
Tal vez suene entrometido que me esté preocupando de eso
Por favor, no me borres de tu interior
Y eso. Ahora caminaba por las encharcadas calles de su cuidad, la gran Konoha. Había llovido hacía apenas una cuantas horas. Pero haora, parecía como si nada hubiera pasado. De entre las oscuras nubes destellaba el sol, calentando la tierra y a todos en ella.
Saltó el charco, en un intyento de no mojar sus caros zapatos. Obviamente no lo logró. el agua estaba por todos lados.
“Joder...”
Se mirió el calzado. Ahora sucio y húmedo.
Levantó la vista, para posarse en un local. Una cafeteria.
“Kitsune” Se llamaba. Bueno, se llama, supongo.
Ese lugar...no creía que aún fuera. Creía que existía solo en sus dulcísimos sueños. Ese lugar... Visitado solo en noches pasadas en su subconciente. En la vida real, sólo un par de veces.
“Cuando te conocí...” Esa esa fué la más importante. “Naruto...”
No supo como ni porqué, lo único que sabía era que ahora se encontraba dentro de esa sencilla pero agradable cafetería.
-Bienvenido- Le dijo una jovencita de cabello azulado , mientras se acercaba a donde estaba él y le sonrió. - Mesa para uno o esperará a alguien...- Le preguntó.
…l no contestó, se limitó a sentarse al lado de la enorme ventana. Suponía que era mas que obvio que se sentaría solo.
-Anno..¿qué desea tomar?.- De nuevo se le acercó la chiquilla, con libreta y bolígrafo en mano.
-Café...- Musitó estoicamente, sin verla.
- Etto...lo quiere con crema o...-
- Romano...- Interrunpió, mirando a las personas que pasaban al lado suyo, pero que ni siquiera se percataban de su fría prescencia.
-¿Apetece comer algo, señor?.- …sta ves, Sasuke sí la miró, sacandole un furioso sonrojo. Negó con la cabeza.- Con permiso.- La chica hizo una reverencia y dió media vuelta para ir a la barra.
Entonces Sasuke viró la vista al lugar. Seguía como antaño. Incontrolablemente sonrió, triste y a la vez emocionado de ver ese lugar desde otra perspectiva.
Un movimiento en la barra le hizo girarse hacía esta. Ahí, un joven de coleta alta cortaba una cortecita de limón y se la echaba al café.
-Hinata...- Escucho de labios ajenos el nombre de la muchaha.
-Hai.- Salió ella de la cocina, para tomar el pedido, es decir, el café romano, que ahora se encontraba encima de una charola.
-Aquí tiene, señor.- Le dijo ella, tomando la bebida en sus manos y colocandola frente al pelinegro. …ste la miró indiferente (a la taza de café) y ensegiuda continuó observando la calle.
La muchacha comprendió la indirecta y, tras hacer una leve reverencia, se marcho de nuevo a la cocina.
Absorto en sus pensamientos, Sasuke no se dió cuenta de que ya había anochecido. No fué hasta que el joven de la barra carraspeó y le informó que cerrarían.
Con total tranquilidad, se levantó y se dirijió hasta él. Pidió la cuenta, pero éste le dijo que no le cobraria nada, puesto que el café estaba intacto.
Tras decir un escueto “gracias” dió las buenas noches y salió de allí.
¿Te acuerdas? De esos preciosos días
en que fluían lágrimas y sonrisas
Llorando nos decíamos
que nos veríamos de nuevo, que no nos olvidaríamos...
¿Caminarías de nuevo conmigo
a pesar de que sea así de llorón y débil?
Esperaré los años que sean necesarios hasta que llegue ese día
Mierda.
Hacía un frío de la puta y él había olvidado su abrigo. Ahora caminaba abrazandose a sí mismo, mientras recorría las calles de Konoha.
Llegó hasta un solitario parque que se le hacía un tanto familiar, inmediatamente buscó una banca en la cual sentarse y fumarse un cigarrullo. Encontró una bajo el manto de un seco árbol de cerezos.
“…ste lugar...” Se dijo mentalmente son completar la oración. Realmente no sabía donde carajos estaba.
Encendió el cigarro y se dispuso a absorber la nicotina. Echó la cabeza para atrás, recargandola en el el resguardo de la banca. Lentamente, cerró los ojos, indagando en su memoriía porque ese sitio se le hacía tan conocido.
Se concentró un poco mas al intentarlo, completamente relajado. Incluso dejó caer al suelo el cigarrillo que ya estaba medio de lo poco que había fumado.
Aspiró el aire, sin olor a cigarro, solo a árboles y tierra.
Árboles y tierra.
Naruto.
Árboles y tierra.
Sasuke.
Árboles y tierra.
Sasuke y Naruto.
Árboles y tierra.
Sasuke trepado en un columpio que colgaba de un frondoso árbol de cerezos.
Naruto jugaba con pequeños niños de tan solo cinco años en la caja de arena. Eneterraba sus manos en ella, ensuciandoselas por completo.
Sasuke Y Naruto...
Árboles y Tierra...
Ambos se encontraban en ese parque.
Recordó.
Se suponía que era la primera cita que tenían y Naruto estaba jugando con unos mocozos a los que les cuatriplicaba la edad.
El rubio parecía contentó, por eso en ningún momento intentó obstruir su sana felicidad. Se limití a sonreir cada que reía.
Árboles y tierra.
Ahora ambos se encontraban detrás del árbol, escondidos de los niños y la gente.
“Sasuke...¿Porqué no me dejaste terminar de jugar con los niños-ttebayo?” Le cuestionó, mirandolo serio. “ Estaba pasandomela muy bien hasta que tú...”
“Es nuestra cita, Usuratonkachi, no la tuya y la de esos mocosos.” Respondió un tanto irritado de que a su novio le importara más un estúpido y sucio juego en las cajas de arena que él.
“Bien. Qué quieres para dejarme ir de nuevo...- “reguntó el Uzumaki, mirandole los labios al Uchiha.
“Mmm...no sé...qué me ofreces...- Rápidamente acercó y rozó sus labios al cuello del ojiazul, sacandole suspiros de goce al menor.
“Sasu...aquí no...hay niños...” Casi sin ganas lo apartó de sí. Hubiera querido que continuaran, pero era un lugar público.
“Dobe...” Subió sus labios hasta el lóbulo del otro, mordisqueandolo y succionandolo para tentar al Uzumaki.
“Teme...no hagas eso...” Sus mejillas, completamente ruborizadas, sus hermosas órbes azules entrecerradas y su respiración agitada, le dieron a entender al uchiha que si seguía, su rubito perdería el control y se dejaría llevar.
Tuvo que hacer uso de absolutamente todo su autocontrol para separarse de su adorable ángel rubio, pues estaba conciente del que éste tenía la razón, estaban en un lugar público y por hacer eso a plena luz del día les podría costar una alta cantidad como multa.
“Mas tarde continuaremos y acabaremos lo empezado mi lindo zorrito...” Tras guiñarle un ojo, se sentó de nuevo en el columpio.
Naruto le miró sonrosado, mientras se acercaba a él, moviendo las caderas sugerentemente.
“Bien, señor Uchiha.” Terminó por sentarsele encima, rostro con rostro. “Pero que conste que usted lo ha pedido, no yo.” Besó fogozamente los labios ajenos, suprimiendo su deseo de tirar al Uchiha al suelo y cabalgarle encima. Cortó el contacto.” Y prepárese, por que este zorrito no se anda con juegos” Dicho esto, se levantó de las piernas del uchiha, que ya temblaban como gelatina de exitación.
Y sin más, se dirijió a terminar lo más pronto posible su juego con los chiquillos.
Por favor déjame oír tu voz, porque estoy aquí
Ya no te vayas a ningún lugar, porque yo siempre, siempre estaré aquí
Suavemente fué abriendo los párpados y una enceguecedora luz le lastimó los ojos.
“Imposible” De dijo a sí mismo. “Me he quedado dormido”
Exactamente. El muy bobo se había quedado dormida en una banca del parque. Inmediatamente se levantó de ésta, mirando hacia todos los ladios cersiorarse de que nadie lo había visto. tras desperezarse un poco, emprendió camino, sin notar el columpio que colgaba del árbol a espalda suya.
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Naruto, Naruto, Naruto, Naruto, Naruto, Naruto, Naruto, Naruto, Naruto, Naruto, Naruto, Naruto, Naruto, Naruto, Naruto, Naruto, Naruto, Naruto, Naruto, Naruto, Naruto, Naruto...
¿Porqué no dejaba de pensarlo?
¿Por qué había tenido ese sueño?
¿Por qué su subconciente se ensañaba en recordarle cosas que le herían y deseaba olvidar?
( “Idiota”.) Dijo una voz en su cabeza. ( “Aunque te hiere profundamente no puedes evitar recordarlo. En verdad no deseas olvidarlo.No deseas olvidar a Naruto. Hacerlo, sería negar que él exixtió, que tocaste esa piel, que besasete esos labios, que marcaste ese cuerpo de tu propiedad en inumerables ocasiones...Olvidar a Naruto sería negar que estas vivo.)
No sabía quien o qué era esa voz en su cabeza, pero definitivamente tenía razón.
¿Cómo olvidar a la persona que durante mucho tiempo fué lo más importante para tí?
¿Cómo dejar de sentir esos sentimientos que dia a día te carcomen el corazón?
¿Arrancándotelo?
¿Cómo olvidar el tacto en tus manos de esa suave y acanelada piel?
¿Cortándotelas?
¿Cómo evitar que las lágrimas salgan de tus ojos con tanta intensidad como lo hacen ahora?
¿Cosiendotelos?
Definitivamente ya no podía más. Con total ansiedad cogió so móvil de su bolsillo trasero y marcó el número que esperaba no hubiera cambiado.
Quiero oír tu voz, trataré de llamarte por teléfono. Tal como pensé, hoy tampoco contestaste...
¿Me estás evadiendo? Ni siquiera sé eso.
Varios intentos y nada. Llamaba a la recidencia Namikaze y le sonaba la contestadora:
“Hola, ¿qué tal? Yo soy Naruto Uzumaki...Por ahora no hay nadie en casita, si gustas deja tu mensaje despues del tono-ttebayo! “ *Beeep!*
No se animó a dejar algún mensaje. Quería decirlselo en persona, asi tuviera que espiar su casa lo haría con tal de pedirle perdón a su rubito y rogarle que volviera con él.
Se limpió las lágrimas, ya le empezaban a arder los ojos y la nariz le moqueaba mucho. Se la limpió con el dorso de la mano, aspirando aire para emprender camino hacia Naruto.
-Hey,Teme.- Le dijeron desde detrás.- Sí, tú. El extreñido que va caminando-tebbayo.- Inmeiatamente reconoció esa uave e infantil vocesita.
-Naruto...- Musitó apenas audible, lntamente se fué girando hacia su antiguo amor, encontrandose con algo nada grato.
Un día de estos te encontré.
Con una sonrisa llena de alegría, ibas de la mano con la persona que amas
-¡Sasuke!.- Exclamó el rubio, para seguidamente lanzarse a los brazos del uchiha, quien lo atrapó y lo sosotuvo con la mayor delicadeza posible.-¿Cómo has estado-dattebayo?.- Cuestionó abrazandolo con mucha alegría.
-Bien, Naruto...- Mintió. -¿Y tú?.- Se atrevió a preguntar, soltando el agarre y dejar que el otro se acercara a la tercera persona.
-Mejor que nunca.- Ouch. Eso sencillamente dolió.- Mira, quiero presentarte a mi novio, Gaara.- Dijo emocionado, señalando al pelirojo ojeroso que se encontraba detras de él.
-Mucho gusto.- Saludó el pelinegro.
-Tsk. Igualmente.- Miró indiferente al Uchiha.
-Anno...¿Tú no tienes pareja, Sasuke?.- Preguntó de pronto el Uzumaki.
-No.- Se apresuró a contestar. -Mi trabajo me impide formalizar relaciones, Naruto...-
-Oh..es cierto...- Ambos bajaron la cabeza, para extrañeza de Gaara.
-Amor, vámonos, llegaremos tarde..- Fué el pelirojo quien rompió el incomodo silencio.
-Cierto.- Musito un poco apenado.-Anno...Uchiha...-
-Comprendo...nos vemos, Uzumaki...- Caminó un poco, para volver la vista hacia la pareja. Gaara le calentaba las manos a Naruto con su aliento. …ste solo se sonrijaba y le decía que ya era suficiente, que ya no tenía frío.
A pesar de ese sentimiento de celos, no pudo evitar enternecerse con el cuadro. Hubiera deseado ser él quien le calentara las manos a Naruco con su aliento.
-¿Are? ¿Uchiha?.- Naruto lo volteó a ver. Y lo que vió fué una mueca de profunda tristeza en las facciones del azabache.
-Lo siento.- Le dió la espalda de nuevo.- Ya me iba. Adiós.-
Habías crecido y estabas tan lindo
que me sentí feliz, aunque se suponía que debía entristecerme
Simplemente el ver que estabas bien fue suficiente... Así que me hice el fuerte
Retuve mis lágrimas al punto de que casi no podía hablar
así que solo te saludé levemente con la mano
diciendo «gracias» y «que estés bien»
Cuando volvió a voltear, la pareja ya se encontraba demasiado lejos de él. Miró como iban, tomados de la mano, felices.
…sta vez no contuvo las amargas lágrimas y lloró. Lloró sin importarle lo que la gente que le veía pensara. Enseguida, echo a correr. Lo único que quería era llegar a su departamente y tirarse en la cama para desahogarse son contenerse.
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Ahora su recuerdó sí era imborrable. Ni siquiera quedandose seco de lágrimas lograria olvidarlo. Y él lo sabía perfectamente.
Cuando llegó a su departamento, corrió hacia su habitación y se tumbó en la cama.
Lloró.
Lloró hasta quedar débil del esfuerzo. Ahora solo suspiraba profundamente e hipaba. Susurraba un nombre mientras cerraba los ojos, s mordía los labios al recordar lo de minutos antes.
Hasta que finalmente, se quedó dormido. Profundamente dormido.
Te digo adiós
Incluso ahora deseo tu felicidad
Ya no nos veremos más, querido mío
De verdad, gracias, de todo corazón
Adiós, cuidate
Hasta que nos volvamos a encontrar...
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