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Así como se besan los amantes por Koroshi_Death

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Notas del capitulo: El capítulo anterior fue más dedicado al humor que al drama, bueno, este capítulo es todo lo contrario
Espero lo disfruten y me dejen sus comentarios
tengo súper poquitos xDDD
Estoy en banca rota
Bueno, de igual manera le agradesco de forma especial a Ciel Phantomhive [Karla Jackson] Su fidelidad de mis fics, al igual que a Mitsu-k [Marioly] Que siempre me leen y me dejan sus comentarios
Habían transcurrido ya siete largos meses, el brazo de Sebastián no crecía en lo absoluto, habían tenido que cambiar de país porque muchas veces los policías estuvieron apunto de descubrirlos, Sebastián ya estaba harto, Ciel por su parte había aprendido a aguantarlo, así que prefería almas de menor costo para así permanecer más tiempo junto a Sebastián

-¿Sabes? Mientras más corrupta es la forma de ganar un alma, más valiosa es…

-¿Por qué lo dices?

-Se me ha ocurrido una idea muy buena – Pronuncia Sebastián sonriendo y mirando con lujuria al menor, este se asusta ferozmente y retrocede

-¿Qué pretendes ahora?

Era simple y claro, Ciel tenía claro que ahora Sebastián era su amo, este había ideado un plan que sin duda valdría mucho para conseguir buenas almas, pero Ciel se negó inmediatamente

-¡¿Sexo?! ¡Estás loco!

-Yo puedo enseñarle como se tienta a un hombre – Decía este mirando e imaginando al joven Ciel, se devuelve entrando a su “Habitación”

-No, yo no quiero hacer eso… Si tenemos que demorar más en conseguir tú brazo, prefiero la demora

-Pero yo no… ¿No entiende acaso que si no devoro pronto un alma de mucho valor me voy a desvanecer?

-¿Desvanecer? – Pronuncia con nerviosismo - ¿Pero cómo?

-He estado devorando almas sin riqueza alguna, y el poder de las almas que recibo se van directamente a mi regeneración, ósea que nada queda para MÍ, con esto quiero decir que si no termino pronto de regenerarme, por lo menos en un periodo de cinco semanas, puede que yo muera…

-Sebastián… - Dice con dificultad, no podía creer lo que escuchaba, Sebastián moriría si no lo ayudaba a encontrar almas rápido – Pero… - Pensaba en continuar diciendo “Pero ¿Por qué quieres sacrificar mi cuerpo para salvar el tuyo?” Pero automáticamente de auto respondió, era simple “No tiene sentido que cuide tanto mi cuerpo, después de todo, pronto voy a morir”

-¿Está dispuesto a hacer eso por mi? – Ciel se ve dudoso y baja la mirada con una expresión de vacío

-Supongo que si… Si al fin y al cabo… El único que terminará vivo en esta historia… Serás tú…

La noche había llegado, se dirigieron a una velada nocturna de gente de alcurnia, a ambos les era fácil hacerse pasar por gente rica, tenían características finas, hermosas y delicadas, y esa era la verdad… Ambos eran realmente hermosos y finos, ahora era el momento perfecto para utilizar a favor tanta belleza

-Tengo miedo, Sebastián… - Susurra Ciel junto a el, apoyados en la pared mientras la gente bailaba - ¿No puedes llegar y ayudarme antes de que logren su cometido? – Con “cometido” quiere decir, penetración

-No… Le digo que esa es la forma más extrema para conseguir un alma… Tengo sólo cinco semanas… - Ciel baja la mirada

Quería tomarle el brazo a Sebastián antes de despedirse, ya que había notado a un hombre que lo miraba de una forma extraña desde que comenzó la velada, seguramente el sería la próxima presa de Ciel Phantomhive… O Ciel Phantomhive sería su próxima presa…

Se veía muy elegante, con un traje de pantaloncillos cortos, su bastón y su parche en el ojo lo hacían ver realmente provocativo para cualquiera, Sebastián contenía los celos que sentía al ver como el tipo se le acercaba a Ciel, lo peor de todo era que no podría ayudarlo cuando este quisiera concretar “su acto”. No podía creerse a sí mismo capaz de cambiar el cuerpo de una persona tan importante y que incluso se podía decir que “Quería” Sólo por un alma valiosa, su vida estaba realmente en juego, le conmovió la nobleza y resignación con la cual Ciel aceptó hacer eso para salvar su vida. Se sentía sucio, cruel, tenía un peso en su consciencia, era realmente estúpido para un demonio sentirse así de cruel, totalmente, después de todo, era un demonio y no un buen y santo ángel, aunque el ángel genocida le demostró que al parecer no todos los ángeles son unos santos

Sebastián notó la fascinación del mayor cuando Ciel cedía tan fácilmente a sus coquetas miradas, pensó que sería más difícil el provocar a un niño que al parecer no superaba los catorce años, proponiéndole finalmente ir a un lugar más apartado de la fiesta, mira hacia otra parte, para no ver como lentamente se desvanecía la sombra de su pequeño cuerpo cargado de deseo y placer para marcharse con otro, no tenía nada que decir en contra de ello, había sido el quien se lo había pedido, Ciel sólo obedecía órdenes

-Y pensar que antes me preguntaba el por qué de Sebastián para dejarme manosear sin que sintiera celos… La respuesta es clara… - Pensaba Ciel mientras se dirigía a la recamara en la cual este hombre se adueñaría de lo poco que le quedaba de inocencia, al menos el odio que sintiera por el después de eso, se saciaría inmediatamente al ver como Sebastián devoraba su alma y crecía más su extremidad, para así otorgarle más vida a su amado demonio – La respuesta es clara… - Sigue pensando tristemente mientras los pasos se hacían eternos – Desde un principio nunca fui más que su esclavo… Llegué a creer que sentía algo más por mí… Pero no es así… Sebastián tenía razón después de todo… Yo lo iba a acompañar para recuperar energías… No para… No para que el llegara a quererme de verdad…

-Ya estamos aquí – Dice el hombre interrumpiendo bruscamente los pensamientos del menor, quien se estremecía al ver como este aseguraba la puerta con una llave y cerraba las cortinas, prendiendo unas tenues velas, ya que no había luz eléctrica

El hombre sin duda se imaginaba que aquel muchacho a simple vista tan pequeño, que había cedido tan rápidamente y sin objeciones a sus coqueteos, ya había estado seguramente con varios tipos más, sino, sería muy raro que un niño sin experiencia se entregara de esa manera tan sencilla

Una cortina había quedado levemente abierta, Ciel aguantaba los besos que el hombre posaba en su cuello, cuando este intentaba avanzar hacia su boca, Ciel se lo impedía con sutileza, para que este no notara lo que realmente ocurría…

Entre tanto, cuando las ropas del conde se hallaban tiradas en el suelo, sólo faltando la prenda final, logra distinguir por la ventana unos hermosos ojos carmesís que lo observaban, el hombre se encontraba eufórico ante el sin duda hermoso cuerpo del más joven, quien sostenía al hombre desesperado por penetrar, desde los hombros, evitando que su cabeza subiera e intentara besarlo en los labios

-Sebas… Tián… - Susurra con delicadeza el conde cuando las manos del mayor lo tomaron con una sensual brutalidad del cabello, obligándolo a ponerse de rodillas frente a el, mientras este permanecía de pie, Ciel captó inmediatamente la idea, pero se negó a hacerlo, cuando este tomó con fuerzas de su cabello, obligándolo a ceder

Observaba con indignación esa terrible escena, y las tristes lágrimas que corrían por las mejillas del menor, mientras sus ojos permanecían abiertos mirando hacia la ventana, con una ciega esperanza de que Sebastián entrara a socorrerlo antes de que el doloroso momento llegara…

Inconscientemente seguía deseando eso, pero se repetía una y otra vez en la cabeza, para poder continuar tranquilo “Es por Sebastián, sino el va a morir… De todos modos yo igual moriré pronto” Pero… ¿Ese era suficiente motivo como para abandonar una dignidad que tanto le costó recobrar? La dignidad de un Phantomhive, ni siquiera estaba convencido de quererlo lo suficiente como para dejarse hacer ese tipo de atrocidades, al final sólo sería Sebastián quien disfrutara del delicioso banquete

Los ojos carmesís observaban con impotencia como ese asqueroso se corría en la boca de su sirviente, ese asqueroso y repugnante semen, el hombre sonríe, pero aún no satisfecho con eso, lanza al menor sobre la cama abriendo con violencia sus piernas

-Suéltame… - Se atrevió a susurrar el conde mientras veía ese gran y palpitante miembro acercarse a su diminuta entrada, sentía un temor inmenso que pudo asemejar al que sintió cuando ese fierro candente se acercaba lentamente a su piel para hacerle la marca de la bestia – No… No… ¡NO! – Grita poniéndose de pie, quería a Sebastián, era su esclavo y debía obedecerle, el sello en su ojo lo obligaba a hacerlo, lo impulsaba a acercarse al sujeto, que fascinado tras la resistencia, lo aprisiona nuevamente, cuando Ciel intenta separarse, el sello comenzó a desprender sangre, si, su ojo derecho estaba llorando sangre, era un dolor terrible, seguramente esa era la presión que sentía Sebastián cuando debía obedecer una orden con la cual no estuviera de acuerdo, la presión incontenible que le obligó a abrir sus piernas para dejar entrar al enemigo
Notas finales: ¿Qué quieren que pase? 1313

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