Demons prince: El comienzo.
Prologo: El nacimiento del príncipe.
La historia que voy a contarles sucedió hace tiempo, ni mucho ni poco. Creo que tenia alrededor de dieciséis años cuando supe lo que significaba mi nombre, el porque de las personas que se alejaban de mi y me miraban con desprecio.
Se estarán preguntando de qué demonios estoy hablando, pero de eso se van a enterar mediante se desenvuelva la historia. Lo mejor será que comience a contarla desde el principio:
Recuerdo que nací en un lugar muy frió y oscuro. La gente a mi alrededor no dejaban de mirarme con desprecio, ni siquiera la mujer que me tenia en brazos, aclaro, ella no era mi madre ya que ninguna madre podría mirar a su hijo de ese modo. También recuerdo lo que decían, ya que nací con una gran capacidad de entendimiento de cualquier idioma.
-Pobre Yuna…-dijo la mujer que me sostenía en brazos.
-Si… Morir luego de dar a luz a un chico como este…- dijo otra mujer más vieja.
-Debemos deshacernos de el.- dijo el doctor y líder del pueblo (bha, creo yo que lo era).
-Pero…
No pudo terminar lo que decía ya que de repente se abrió la puerta y una bella mujer de ojos rojos, con un vestido de seda del mismo color entro en el establecimiento, pude notar en seguida que no era una humana, ya que toda su piel tenia escamas de color plata, un par de alas del mismo color, y unas largas y afiladas uñas rojas como la sangre. Lentamente se fue acercando hacia mí y me tomo en brazos.
-¿Quién demonios es usted?- Pregunto el doctor.
-Eso es lo que soy,- dijo suavemente, pero con firmeza.- Un demonio sagrado, y este niño del cual quieren deshacerse es el príncipe de los nuestros.
-¿El es el príncipe de los demonios?
-Así es, vine aquí para llevarlo a un lugar mejor, pero el volverá a este poblado, y deberán decirle todo sobre sus padres, y por su bien espero que sean sinceros con el.
Luego de decir esto la mujer se dio vuelta dispuesta a marcharse conmigo en sus brazos. Desplegó sus enormes y bellas alas, pero antes de que pudiera despegar, una joven de cabellos negros apareció corriendo hacia nosotros.
-Por… por favor, déjenme ir con ustedes.
-¿Por qué haría lo que me pides?
-Yuna era mi mejor amiga, yo le prometí que si algo le pasaba cuidaría de su hijo, y pienso cumplir esa promesa.
-Veo que eres muy decidida, puedes venir con nosotros.- le concedió la mujer; inmediatamente un caballo negro apareció volando a nuestro lado.
La joven se subió al lomo de la criatura y nos alejamos del poblado. Estuvimos volando cerca de dos horas, hasta que llegamos a un enorme y bello castillo de cúpulas doradas, torres de paredes blancas con ventanas y balcones. A decir verdad, era muy majestuoso. Aterrizamos en un jardín gigantesco, en el centro de este había una gran fuente de la cual emanaba agua cristalina; había, además, árboles frutales de distintos tipos, canteros con flores y todo tipo de aves.
Cuando entramos al recinto, fuimos recibidos por una mujer parecida a la señora que me llevaba en brazos, solo que con unos años menos.
-Sacerdotisa Selenia, veo que ha traído con usted al príncipe ¿no?-pregunto la joven.
-Así es Shizen, por favor, diles a las demás chicas que preparen una habitación para el príncipe y para su sirvienta.
-Si, señora.
Unos minutos después, Shizen y otras chicas aparecieron y nos llevaron a una habitación muy elegante.
-Señorita,-llamo una de la jóvenes a mi, ahora, sirvienta.- hemos preparado para usted el baño y le trajimos la ropa adecuada.
-Se lo agradezco.-dijo entrando al baño.
Por mi parte me llevaron a otra habitación la cual seria mi dormitorio de ahora en adelante.
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