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Demons prince por joel blade

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Notas del capitulo: Aqui el tercer capitulo, pero, por fa, dejen reviews, los necesito para saber si continuo la historia o la saco.
Capitulo 3: El príncipe elfico y el rey de los demonios.

Desperté sobresaltado, el sueño que había tenido… era mejor no recordarlo… mire a mi alrededor buscando al ojiazul, pero no parecía estar por ningún lado. Pronto amanecería, y si mi cuerpo era expuesto al sol terminaría por morirme, seguro esos pueblerinos me robaron todos mis amuletos de protección.
De pronto escuche el crujir de una rama cerca del improvisado campamento. Comencé a ponerme nervioso, el estar atado a un árbol con muy pocas fuerzas no era de mucha ayuda. Un gran lobo gris apareció a mi lado mostrando sus grandes colmillos, trate de ahuyentarlo pero eso solo atrajo más su atención hacia mí.
Ya iba a atacarme cuando una flecha se cruzo entre el lobo y yo. Era el ojiazul… y no estaba solo. Junto a el había dos encapuchados mas, todos ellos estaban armados con arcos y vestían del mismo modo que el ojiazul.
-Pensé que al menos se defendería, pero al parecer es solo un debilucho, Ardein tu presa es patética.- le dijo uno de ellos al ojiazul.
-Y es que no piensas decir nada?-me pregunto otro mientras pateaba mis pies.
-Ya déjalo Eredet, tiene un sello de voz, no puede contestarte y tampoco puede pelear, esta demasiado débil para ello.- me defendió el ojiazul.
Se acerco a mí y le juro que por un momento pensé en atacarlo, pero algo dentro de mí me dijo que no iba a hacerme daño, que quería ayudarme, así que lo deje acercarse. De entre su ropa extrajo un pequeño frasco color celeste y me lo dio a beber, lo mire con desconfianza pero lo bebí sin pensarlo, no sentí nada especial, excepto un pequeño ardor en la garganta; luego coloco un pequeño collar con forma de media luna en mi cuello y se levanto sin retirarme las cuerda que me mantenían prisionero.
-Ya puedes hablar, pero ni te atrevas a tratar de hechizarnos porque mis flechas atravesaran tu garganta de un golpe.- me advirtió.
-Ni que te tuviera miedo maldito dradobat, nagertaid rower iram, doi riodat ni…
-Ya cállate!!- me grito ese tal Eredet.- Acaso estas realizando un conjuro?
-No… solo te estoy insultando… idiota.- le respondí sarcásticamente.-Además, ya oíste a Ardein, no tengo nada de energía, apenas si puedo moverme.
-El chico tiene agallas, Ardein, acaba de llamarte por tu nombre… o tu se lo permitiste?- pregunto el otro, todavía no conocía su nombre.
-Cállate Rower,- ah, así se llama.- y tu, no te he dado permiso de llamarme por mi nombre.
-Qué? Acaso eres alguien importante? hay que llamarte de alguna forma en especial?
-Si,- dijo Rower.- puedes llamarlo “príncipe”.
QU………??!!!. El?… un príncipe? Bueno, si mi mente era un descontrol, ahora es un caos.
-Oye, el gato te comió la lengua?- pregunto Rower con tono burlón.- Ardein, piensas llevarlo a la ciudadela de los elfos, o prefieres llevarlo a la corte humano, o aun mejor, porque no lo matas tu mismo?
-No pienso hacerle nada, lo que si voy a hacer es golpearte a menos que no te calles.- le amenazo el ojiazul, luego se acerco nuevamente a mí y me levanto del brazo con fuerza, en ese momento sentí como si este se fuera a partirse en dos y a causa del dolor, extendí mis alas, golpeando con ellas al ojiazul y mandándolo de un empujón tres metros lejos de donde me encontraba.
El dolor que atravesaba mi cuerpo mientras trataba de mantenerme de pie era insoportable, mis piernas temblaron y termine de rodillas en el suelo; el cuerpo me temblaba completamente, la vista comenzaba a nublárseme… entonces lo vi.
Todo a mi alrededor se volvió oscuro, Ardein y sus amigos habían desaparecido y justo frente a mi se hallaba una horrible bestia negra, era gigante, y sus ojos… sentí su mirada fija en mi y yo no podía apartar la mía de la suya, era como si la oscuridad en sus ojos me envolviera y me quemara por dentro, algo en mi interior me decía a gritos que huyera pero ni siquiera podía moverme. Entonces ese ser me hablo mientras de su boca salían grandes llamaradas de fuego.
-“Hijo mío, es hora de que te unas a mi para conquistar este mundo, tu lugar es a mi lado, sometiendo a los humanos que osaron maltratarte y destruyendo a los elfos que te aprisionaron; ven conmigo Athnem y únete a los de tu raza.”
De pronto otra ráfaga de dolor me saco de el trance en el que había entrado, todo volvió a la normalidad, pero esa fuerte punzada en mi estomago aun continuaba. Cuando por fin mi mente y mi vista se aclararon, pude notar que el fuerte dolor que sentía era causado por las constantes patadas que Eredet me proporcionaba mientras Rower intentaba detenerlo.
-Eredet!! Déjalo, Ardein esta herido, debemos ayudarlo!- suplico.
Eso pareció tranquilízalo, pero no evito que me proporcionara otro puntapié mas. Oí sus pasos alejarse y rodé en el suelo quedando boca arriba; entonces volví a oír la vos de Rower a un par de metros, dirigí la vista hacia ellos y lo que vi no me agrado. Ardein se encontraba recostado contra un árbol y una profunda herida cruzaba su pecho, estaba sangrando mucho y el olor de su sangre llagaba hasta mí, sentí deseos de alimentarme, de matar… Cerré fuertemente los ojos, queriendo ahuyentar esos malos pensamientos. Volví a recostarme boca abajo y comencé a gatear a donde se encontraban ellos, los pocos poderes que había recuperado serian suficiente para ayudarlo, pero si lo hacia podía llegar a morir.
-Yo… argh… puedo ayudarlo.-les dije a los dos elfos.
-Puedes hacerlo?- pregunto Rower con un destello de alivio en sus ojos.
-Alto Rower, no podemos creer lo que diga este demonio, talvez solo pretende robarle la ener…
-Basta!- le interrumpió el otro.- por una vez en tu vida, deja de desconfiar de la gente… por favor, ayuda a Ardein, te lo suplico.
Asentí a su pedido y el me ayudo a colocarme al lado del ojiazul; corrí la ropa que cubría su pecho y con su propia sangre realice un par de sellos que Selenia me había enseñado, luego tome la daga que prendía del cinturón de Ardein y corte mis venas haciendo que la sangre cayera sobre la herida, que inmediatamente empezó a sanar gracias al poder que impregne en ella.
Nuevamente todo se oscureció y solo pude ver esos ojos azules por un segundo, mientras en mi rostro se formaba una pequeña sonrisa, luego no supe mas nada.
Notas finales: Bueno, ya saben dejen Reviews... Aunque sean amenazas ... Bye!

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