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Demons prince por joel blade

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Notas del capitulo: Estoy sin comentarios... este finc fue leido 146 veces... wow estoy muy sorprendida.

Agradesco a las personas que me escribieron reviews... Gracias!
Capitulo 5: Invitado de la corte.

Creo que había tenido una horrible pesadilla, otra vez ese monstruo que se hace llamar mi padre volvió a hablarme y en mi mente se repitió la escena del ojiazul desangrándose. Comencé a despertar mientras oía unas voces, que parecían muy felices, reconocí una de ellas, era Ardein.
-Yo…- parecía un poco contrariado, me pregunto por que será, se oye otra voz, pero femenina, y por mas que intento moverme no puedo, seguro que el rubio volvió a amarrarme. Abrí mis ojos porque la curiosidad me ganaba y me encontré con tres pares de ojos celestes, los del rubio me miraban atemorizados, los de la mujer eran de completa sorpresa y los del otro chico, con una furia total; por un momento me sentí nervioso y fuera de lugar.
-Creo que mejor me quedaba dormido no?
La mujer se desmayo inmediatamente, mientras el otro rubio solo la sujeto mientras miraba muy enojado a Ardein, el cual solo se tapaba la cara con la mano.
-Yo me encargo de el.- dijo Ardein tomando la cuerda de las manos del otro rubio. Me llevo casi a la rastra hasta lo que parecía, o debía, ser su habitación.
-Qué hacemos aquí?- Pregunte.- O mejor dicho dónde estamos?
-En mi habitación.- lo sabia.- Podrías comportarte, casi matas a mi madre de un infarto, y lo peor de todo es que tuviste que despertar justo en ese instante y decir aquello.
-Bueno, tranquilízate…-le dije acercándome a el por la espalda.
-Quédate donde estas,- susurro con frialdad.- Ya tuve bastantes problemas contigo, por dios…debí matarte ahí mismo y no…
-Y no estarías vivo…- Le interrumpí furioso.- de haberme matado en ese instante habrías firmado tu sentencia de muerte, las valkirias sagradas del templo de las sacerdotisas te habrían dado caza a ti, a tus amigos y a toda tu familia, no eres la única persona importante aquí.
-Qué quieres decir?
-Quiero decir que no solamente tú eres un príncipe, yo también lo soy, y no vine aquí para lidiar con criaturas como tu y tu familia, solo vine a ver como era este mundo y resulta que casi termino muerto.
-Yo… no lo sabía…
-No, claro que no lo sabias, tampoco iba a andar por allí diciéndole a todo el mundo que lo soy.- le respondí.- Mira, lo único que quiero es seguir con vida, no soy un demonio maligno y nunca le eh hecho daño a nadie, además…
Justo en ese instante se abrió la puerta y por ella entro el otro chico rubio. Debo decir que este si me caía mal, ya había aceptado que Ardein me caía un poco mejor… solo un poco. Pero ese otro… creo que fue odio a primera vista, tenía un no sé que en su mirar que me ponía furioso.
Ardein se acerco a el para hablarle pero el mayor le pego una bofetada que dejo al ojiazul en el suelo. Trate de aproximarme a él, pero el filo de una espada me lo impidió, mire al mayor con una furia contenida, lo menos que quería eran mas problemas.
-Guardias,- llamó.- lleven a este asqueroso demonio ante la reina, ella dictara su sentencia.
Mire una vez mas a Ardein que seguía en el suelo, sabia que el también pagaría por haberme dejado con vida si no llegaba a convencer a la reina de nuestra inocencia, lo mejor seria responder a sus preguntas solo con la verdad y utilizar un poco mis encantos. Los dos guardias me tomaron uno de cada brazo y me llevaron a donde el otro rubio les había indicado mientras este agarraba al ojiazul y lo levantaba del suelo para llevarlo con nosotros.
-Hermanito, estas en problemas, y esta vez ni el favoritismo de nuestra madre hacia ti no te ayudara,- pude oír lo que le decía, eran hermanos, eso explica el como puede golpearlo siendo un príncipe.
-Ya quisieras Arodein, nunca vas a ser mejor que yo, y mamá siempre me querrá más a mí que a ti.- sonrió con superioridad a su hermano, yo sonreí ante esto, pero no contaba con que Arodein me vería y me realizo un corte el mi espalda, el cual, a pesar del gran dolor que sentí, pude curar inmediatamente.- Porque hiciste eso Arod?!- le reclamo el ojiazul.
-Qué? Acaso te importa esta basura?- pregunto el rubio.
-Creo que el hizo esa pregunta por mi, eres un cobarde que solo me ataca por la espalda porque tienes miedo de enfrentarme cara a cara.
-No necesito que me defiendas.- replico Ardein.
Entramos a la sal real donde nos esperaba la mujer que había visto antes, la que se desmayo. Parecía muy pero muy enojada; me recordó a Selenia cada ven que se enojaba, un escalofrió me recorrió de pies a cabeza.
-Acércate demonio y dinos tu nombre.- ordeno. Di unos pasos hacia ella y me arrodille.
-Mi nombre, hermosísima reina, es Kouren, soy el príncipe del reino eterno de las sacerdotisas sagradas.- dije con toda la aristocracia y perfectos modales que Selenia me había enseñado.
-El reino sagrado?- pregunto con curiosidad.- Entonces tu debes ser el chico del que la diosa Lunatar me hablo en mis sueños.
-Lady Lunatar habla con usted.
-Conoces a nuestra diosa lunar?- pregunto nuevamente.
-Así es, el reino sagrado en el lugar intermedio entre el paraíso y este mundo, por eso no solo conozco a su diosa, sino que a muchos mas.- explique.
-Entonces tu debes ser el joven del que hablan en la profecía, aquel que esta destinado a acabar con el rey oscuro, Atorath.
-Profecía? Cual profecía?- pregunte, como era posible que Selenia y Hiraya me lo hayan podido ocultar, ella jamás me mentirían sobre nada.
-Creo que seria mejor si primero nos comunicamos con tu reino y cuando Selenia venga podríamos hablar más de esto, mientras tanto serás un invitado en mi reino.
-Qué??!!!- pregunto Arodein indignado.
-Lo que oíste Arod,- dijo su madre cortante.- y ahora, Ardein, quiero que me expliques el porque trajiste a un demonio aquí, a nuestro reino?
-Veras madre, lo que paso es que Kouren me salvo la vida y le debía una, por lo tanto lo traje aquí.
-Muy noble de tu parte hijo mío.- le apremio su madre mirándome a mi.- Ahora Ardein, me arias el favor de mostrarle las habitaciones a Kouren, que elija una para poder hospedarse a su gusto.
-Si madre.
Ardein y yo salimos de la sala real y nos dirigimos nuevamente a su habitación. Al menos yo creí eso, ya que cuando entramos en esta, era diferente. Rebosaba de elegancia, como en las habitaciones del templo de las sacerdotisas. Era muy oscura y acogedora, especialmente hecha para mí; tenía unas cortinas negras que obstruían perfectamente la luz solar, dejando únicamente una pequeña hendija de luz que caía sobre la cabecera de la cama. Mire perplejo a Ardein, como buscando una explicación, que no tardo en serme dada.
-Creí que esta habitación te agradaría, es perfecta para ti.- me explico.- Si necesitas algo, mi habitación esta en frente, la primera puerta del lado izquierdo.- hizo una pequeña inclinación con la cabeza y se dispuso a salir, pero nuevamente se detuvo.- Por cierto, aun no te di las gracias por salvarme la vida y…
-No tienes que hacerlo, si yo no te hubiera golpeado con mis alas… no debí haberlo hecho.
-De todos modos te lo agradezco.- dijo terminando de salir.
Me quede mirando la puerta por donde había salido, sin dejar de pensar en el rubio. Me tire en la cama y caí rápidamente en un profundo sueño.

Notas finales: Dejen mas reviews!!!!

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