El Zorro gigantesco se había sentado y tenía los ojos cerrados, como si se estuviera concentrando. Al final del túnel que constituía el alma demoníaca de éste, pudo ver un punto brillante entre las tinieblas, un haz de luz del que huía la oscuridad.
-naruto... naruutooo... NARUTOOOO!!! -chillaba el Kyuubi, recibiendo el silencio como contestación. El chico no quería hacerle caso. Pero le picba la curiosidad, algo que le ponía en constante peligro, como quien dice, ``La curiosidad mató al gato´´.
- ¿Por qué querrías hablar conmigo cuando ya me has poseído?
- Porque quiero algo más que eso -respondió siniestramente.
- NO LIBERAR… EL PUTO SELLO, PARA QUE TE ENTERES -gritó el Uzumaki exasperado.
- Ah... Así que no quieres negociarlo. -le dijo dándole al clavo; sabía que Naruto era lo suficientemente cotilla para querer saber el qué iba a negociar.
- ¿Vas a chantajearme o a sobornarme, quizás? -dijo él con indiferencia, cuando sin embargo se notaba un brillo en sus ojos que lo traicionaba.
- Chantaje... -el Zorro vocalizaba las sílabas como si las estuviera masticando.- O sea, que quizás si te digo que dejaré en paz a la villa de la hoja me dejes ir...
- NI DE CO—A -le dijo el ojiazul, hasta las narices del puñetero monstruo.
- ... ... ... -El silencio invadió el interior de Naruto hasta que el Zorro le dijo: - mira chaval, tú y yo no tenemos por qué llevarnos mal, ¿No?
Pasaron unos segundos antes de que Naruto respondiera.
- Noooo, qué va. Por el hecho de que atacaras y destruyeses mi hogar, mis padres y a mi familia hace dieciséis años, no tengo por qué guardarte rencor -Intentaba hablar sin el tono más sarcástico que conocía, pero aun así no pudo evitar querer saber qué le proponía el demonio.
- A ver, chico -dijo éste- Ni a tí ni a mí nos conviene que usen el justsu para extraer mi chakra, o sea que podemos trabajar... juntos -articuló la última palabra con algo de dificultad, era evidente que estaban en un estado crítico... porque si no el zorro no se hubiera rebajado de esa manera ni se hubiera tragado su orgullo.- ¿Hasta ahí llegas?
El rubio asintió, comprendiendo (o intentando comprender) hasta qué punto se conideraba el Kyuubi perfecto. No quería ni mencionar el hecho de que podrían fusionar su... para él, "poderosa y magnífica" alma con el de otros, creándose así un demonio impuro, horrible, y sobre todo... inestable. Porque su conciencia no era capaz de fundirse con otras del todo bien, y provocaría un caos y desorden espiritual en el nuevo bijuu que los Akatsuki habían creado, tal que el mismo monstruo se autodestruiría. Por supuesto, nadie sabía esto mas que Naruto, que conocía la ambición de Kyuubi, y su autoestima.
- Bien -le dijo el zorro entrecerrando los ojos- voy a tener que hacer un enorme sacrificio por ti, chaval, que no se te olvide. -Otro asentimiento por parte del chico.- Lo que voy a hacer será la primera y última vez que lo haga, que te quede claro. Sabes de sobra y tan bien como yo que mi chakra te hace daño. Pero apuesto a que no sabes por qué.
Naruto abrió mucho los ojos. No, no lo sabía. El Kyuubi esperaba tal reacción.
- Bueno, pues que sepas que la causa es... que mi sangre está llena de maldad y puro odio, y tú estás hecho de luz y bien -casi pareció poner una cara de burla haciendo sonar las últimas palabras como una cursilada, aunque luego volvió a ponerse serio.- Tienes que hacer un pacto.
-¿Qué?
- Ahora mismo, si tú volvieras a ser un humano que pudiese utilizar todo mi chakra, ni todos los miembros de Akatsuki tendrían una oportunidad ante tí. Necesitas odio, sed de venganza... oscuridad, sólo así podré darte todo mi poder, que combinado con el tuyo hará que seas el ninja más poderoso de la historia. Sólo tendré que darte chakra hasta que huyas o derrotes al grupo. Después, volveré a mi celda. Y todo esto necesita un pacto... En el que me des "permiso" -dijo casi escupiendo las palabras, porque en realidad, sin el consentimiento del chico no podía hacer nada- para poder llenar tu corazón de tinieblas. Si no lo hago, te dolerá tanto soportar mi poder que morirás antes de dar un paso. Sólo tienes que decirlo. Vamos, no nos queda tiempo.
- ¿Me pasará algo después de dejar de usar todo ese poder?
- Irreversible, no. -dijo el Zorro, estudiando meticulosamente su respuesta.
- Trato hecho. Dame... todo tu poder y llena mi corazón de tinieblas -titubeó, inseguro pero decidido. Mientras tanto, Tobi se había puesto en guardia.
- ¡¡ES UNA TRAMPA!! -gritó al ver que el zorro gigante sonreía tétricamente. Pero al contrario de lo que pensaron, al disiparse la bola de humo que había aparecido ocultando al Kyuubi, se encontraron a un chico rubio mirando al suelo. Sasuke y Tobi, que habían dado dos pasos atrás, estudiaban la situación, y el primero dió un paso al chico que se encontraba de espaldas a él.
Algo que Nunca le había pasado a Sasuke sucedió: Después de un mal presentimiento, sintió un escalofrío recorriendo descaradamente su espina dorsal. El cuerpo del rubio se encontraba a menos de 100 metros de él, pero era como si no estuviese. Andó rápidamente hacia él, con ¿miedo? en la mirada. Al estar a 10 metros de él, paró en seco. El azabache que antes era tan intimidante se sentía una mosquita muerta al lado de ese aura que envolvía a Naruto. Pero no era ni suya ni del Kyuubi... porque era tan negra como los ojos de Sasuke. El pelinegro había tenido toda clase de pesadillas, y en alguna de ellas salía el dobe. Pero esto era peor que una pesadilla. Era el infierno. Naruto había dado media vuelta para encontrarse cara a cara con su rival.
Seguía siendo rubio, tenía la misma ropa y cuerpo que el Kitsune. Pero sólo eso: La apariencia. Sus ojos azules estaban envenenados del más profundo rencor, a pesar del rostro impenetrable y una postura desenfadada e indiferente. Sonrió, fue la sonrisa que Sasuke vería en sus peores pesadillas el resto de su vida. Odio. Dolor. Y una inhumana indiferencia. Aquella sonrisa poseía las tres cualidades. El azabache intentó recomponer su máscara de _no_me_importa_lo_más_mínimo_y_tú_no_me_despeinas... sin éxito. Se podía ver en la cara del vengador una incertidumbre que le corroía la conciencia. Y se pudo notar un acento de pánico en la voz cuando dijo:
- ¿...Naruto? -no pudo controlar sus palabras, que escaparon de su boca- ¿Quién eres en realidad?
- Soy Naruto -contestó, encogiéndose de hombros- ¿no me ves?
- Te pareces a Naruto. -quiso callar, pero no pudo- Pero tú no eres él...
- ¡Cállate! -gritó el rubio, expulsando una enorme cantidad de chakra en cada movimiento que daba.- ¿Cómo estás tan seguro? -tembló- No deberías hablar... No eres el más indicado. -A su mente un recuerdo borroso le vino fugazmente...
FLASH BACK:
- Naruto... -dijo la pelirrosa mientras el pequeño rubio engullía su tazón de ramen del Ichiraku- ¿tú crees que Sasuke se irá con Orochimaru?
- ¿Sasuke? No. No irá, porque... ¿Sabes? Yo creo que es bastante fuerte, no necesita a Orochimaru para hacerse todavía más...
FIN DEL FLASH BACK.
Todos los Akatsuki se sentían algo asustados ante tanto poder; notaban su fuerza y no dudaban en que no aguantarían ni unos minutos si el jinchuriki se ponía serio. Y mientras todos estaban inmóviles sin saber que hacer, los dos seguían hablando.
- ``Yo creo que es bastante fuerte... No necesita a Orochimaru´´ -dijo de retaíla como intentando recordar por qué dijo aquellas palabras- Aquella vez fue la primera que te hice un cumplido, justo un día antes de que te marcharas con la serpiente. -A Sasuke tamaña revelación le sentó como una bofetada; se sentía realmente estúpido.- Las personas a veces aparentan lo que no son... como tú, y otras más fuertes simplemente... cambian -Su siniestra sonrisa se ensanchó más todavía, enseñando un montón de afilados dientes- como acabo de hacer yo.
MIENTRAS TANTO, EN LA VILLA DE KONOHA...
- ¡¡¿PERO D”NDE DEMONIOS ESTÁ NARUTO?!! -chilló la quinta, bebiéndose una tercera botella de sake. Sakura y Shizune se tragaban toda la larga lista de tacos que se sabía Tsunade.
- Están de camino -intervino la peliteñ... digo, la pelirrosa- todos llegarán de un momento a otro. Los hemos llamado tal y como pediste, Tsunade-sama.
- MAS LES VALE -ladró la rubia totalmente borracha y colorada. Quizás fuese el destino o la casualidad de que todos estaban en su despacho treinta segundos más tarde, a excepción de Neji y Tenten que estaban... en una misión_ malinterpretadlo como queráis _los compañeros del Kitsune que faltaba callaban ante la cólera de una ojicafé. Kiba estaba nervioso porque Akamaru temblaba ante la shinobi; Rock Lee recibía la reprimenda de llegar tarde como un chico bueno; Shino como siempre, con cara de muerto; Ino y Sakura echando chispas de los ojos; Choji comiendo patatas fritas mientras Shikamaru decía ``qué lata´´; y Hinata que tenía una mirada triste y no paraba de enredar con los dedos índice.
-¡¡BUENO, YA VALE DE TONTERÍAS!! NARUTO NO ESTÁ EN LA VILLA...
- ¿Y cómo sabe eso? Ese chico siempre dando la lata... podría estar en cualquier sitio, qué problemático -sin comentarios, sabemos quién es.
- Yamato ha podido percibir el chakra del Kyuubi; incluso me ha dicho que Naruto llegó a liberar la novena cola, y eso es malo -dijo la vieja, más tranquila y preocupada.
Hablar del monstruo que tenía Naruto en su interior a sus amigos era casi como tabú, siempre que ocurría reinaba un incómodo silencio lleno de pesar, como ahora.
- ...po... pobre Naruto... -susurró Hinata muy bajito, aunque había tanto silencio que fue como si lo hubiera gritado con todas sus fuerzas, podía palparse la compasión hacia el rubio.
- Os he mandado llamaar para que lo busquéis por los alrededores, y si lo encontraseis en buen estado, lo traigáis de vuelta. Y una cosa más -dijo antes de que salieran- si lo notáis diferente... o está poseído... no os acerquéis. Venid a pedir refuerzos.
- ¿Y qué pasa si está muerto? -preguntó Shino sin rodeos. Esta vez el silencio que hubo por algunos segundos estaba lleno de temor y dudas.
- No lo encontraréis muerto -contestó Godaime- no morirá hasta que se convierta en Hokage. Me lo prometió a cambio de mi colgante.
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