Era una maana soleada y hermosa, la luz solar se colaba por la ventana. Un pequeo de cabellos oscuros an dorma, bajo una manta color perla. Al sentir la luz del sol en su carita despierta inmediatamente, sali a toda prisa, se visti y corri por el pasillo.
Al llegar al fondo del pasillo abre una puerta color marrn, al entrar a una modesta habitacin, camina sigilosamente hasta llegar a una gran cama. Se sube y con sigilo camina a gatas por la sbana blanca.
Debajo de la manta se poda ver una mata de cabello negro. El pequeo se acerca ms y suavecito le habla al odo.
- Aniki, despierta, ya es de da, sabes qu da es hoy verdad?
- Nnnh…
- Aniki… levntate i?
- Que…. Qu hora es?
- Bueno, las seis de la maana.
- Las seis?
- Si.
- Bueno, tengo que irme.
- Irte?, pero se supone que tu… me prometiste estar para mi cumpleaos.
El pequeo Sasuke estaba decepcionado.
- Hera hoy?, lo lamento. Debo irme, quizs otro da compartimos tiempo juntos.
- Pero… aniki, no es justo, siempre me haces lo mismo.
- Lo siento Sasuke, otro da ser.
- Bien.
El pequeo Sasuke estaba solo en la habitacin, su hermano lo decepciono de nuevo, nunca podan compartir tiempo, juntos como tanto deseaba.
Sasuke fue directo a la escuela, estaba muy deprimido y no quera hablar con nadie. Al entrar al edifico inmediatamente fue asediado por un grupo de nias. Todas ellas no dejaban ni respirar al pobre pequeo que era asfixiado por los numerosos abrazos de las pequeas.
Despus de un gran esfuerzo, Sasuke logr deshacerse de las nias que lo perseguan.
Al entrar al saln de clases se sent en su lugar y espero a que las clases iniciaran.
El pequeo Sasuke esperaba paciente mientras escuchaba los murmullos de nios y nias. Por parte de los nios se escuchaban crticas y algunas palabras de burla, posiblemente por celos, las nias era otro asunto, pues estas solo parecan tener pjaros en la cabeza en vez de cerebro. Escuchaba halagos y una que otra confesin de amor por parte de las nias ms decididas, mientras las tmidas solo se limitaban a decir un “es muy lindo”.
Las clases dieron inici, el profesor entro y todos se acomodaron en sus respectivos lugares. El hombre dio instrucciones a todos los nios de sacar sus cuadernos de apuntes para anotar las instrucciones del trabajo que realizaran.
- Bien, el ejercicio de hoy es muy difcil as que tendrn que hacer equipo con un compaero.
Inmediatamente todas las nias se arrimaron como viles sanguijuelas asa el pobre Sasuke. Todas ansiosas deseaban ser su compaera y quizs si el destino era amable con ellas saberse una futura novia del apuesto chiquillo.
Mientras, en los ltimos asientos… se encontraba un pequeo rubio muy solitario y triste, pues al parecer nadie deseaba su compaa. Sus ojitos azules se mostraban tristes. El pequeo Sasuke noto aquello e inmediatamente deseo hacerle compaa.
Como pudo sali de la montaa de nias y se dirigi a donde el pequeo rubio se encontraba sentado. Saludo al nio esperando una contestacin.
- Hola, no te molesta mi presencia?
- No, por qu?
- Pues… por que a nadie le simpatizo.
- Oh… ya veo. No tienen por que.
- t e agrado a caso?
- Pues… creo que si… no eres como los dems, es decir, molesto, por eso creo que me agradas.
El pequeo rubio sonri ante el comentario.
- Ah, por cierto, mi nombre es Naruto, y el tuyo?
- Sasuke. Uchiha Sasuke.
- Un gusto conocerte.
As los dos pequeos se acomodaron para hacer el trabajo. Al finalizar las clases los pequeos se encaminaban a sus hogares.
Al parecer no fue un da del todo malo. Obtuvo a su primer amigo, Naruto. Al menos fue feliz por un instante. Su aniki no estara presente y eso lo pona triste. Deseara que al menos pasara su cumpleaos al lado de su aniki.
El pequeo Sasuke entr a su casa y se dirigi a su habitacin, no deseaba salir ni hacer nada ms, solo deseaba dormir y que este da tan tortuoso acabara de una vez. Sin l las cosas no eran divertidas y todo se volva aburrido y montono.
El nio durmi toda la tarde, el reloj marcaban las ocho en punto de la noche. El lugar estaba en completa penumbra y no haba ruido ms que el de los insectos nocturnos que rondaban por el jardn de la casa.
Un extrao ruido despert al nio de cabellos negros que dorma tranquilo en su cmoda cama. Asustado se dirigi a donde el extrao sonido se escuch.
Abri lentamente la puerta y asomando su cabecita miraba de un lado al otro para asegurarse de que el pasillo estuviera solo. Una vez echo esto, el pequeo sali de su escondite y camin lentamente mientras con cada paso que daba se escuchaba el crujir de la madera.
Su sorpresa fue enorme al ver que una de las puertas de la casa estaba abierta, sabiendo que todas se mantenan cerradas. Ingres lentamente ala habitacin oscura y all logr ver una figura extraa, alargada y de complexin delgada. Era de un hombre, de eso estaba seguro.
- Q… quin eres?
Pregunt el tmido muchacho. La alargada figura no respondi nada y lentamente se fue acercando al lindo nio.
Sasuke casi lanzaba un grito hasta que escucho una voz tranquilizadora y muy familiar.
- No te asustes, creeras que yo iba a dejar que pasaras este da solo y triste? Ototo.
- A… aniki? Fue todo lo que el nio dijo cuando reconoci la voz.
- Si, soy yo.
- Pero… cmo?, por qu?
- Pues… no quera dejarte solo en un da tan importante.
- Pero… y tu misin?
- Pues… la verdad mi misin era algo muy sencillo, as que decid llegar y darte una sorpresa.
- No sabes lo feliz que estoy por que ests aqu conmigo.
- Si, yo tambin.
- Sabes aniki?
- Qu?
- Hoy conoc a un nio y ya somos amigos.
- Que bueno, pero… sabes una cosa?
- Qu?
- Que te quiero mucho.
- Yo tambin, te quiero mucho, mucho.
El mayor sonri ante el gesto de cario del pequeo, pero el quera a Sasuke de una manera ms profunda, lo que senta por el era amor, pero an era muy pequeo e inocente para que supiera de lo mucho que lo amaba, quizs primero esperara a que pasaran algunos aos y le confesara su amor secreto. Por el momento deseaba disfrutar con su pequeo amor no correspondido… por el momento.
El pequeo Sasuke crey que hoy sera un da triste, pero descubri que hoy fue el mejor cumpleaos de todos, pues encontr a un amigo adorable y pas el resto de sus cumpleaos al lado de la persona que ms quera en el mundo, y quizs ese sentimiento muy pronto terminara por convertirse en uno ms significativo y bello que el que senta ahora que era solo un nio.
Quizs aquel sentimiento que senta era amor, pero an no estaba listo para descubrirlo, deba disfrutar de las etapas de su vida que se venan y disfrutar de aquel sentimiento que poco a poco eflorecer y se convertir en el amor ms puro que haya podido existir.