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Sombra de Otoño por Eiri_Shuichi

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Notas del capitulo: Ahora si, con mas neuronas q ayer...

"Sombra de Otoño" es la sexta historia conmemorativa al Halloween y Dia de Muertos q hago en 3 años (la primera fue cuando recien m uni a la pagina en el 2006)

No creo q mucha gente le preste atencion, pero es un gusto personal el poder dedicar parte d mi tiempo y poco o mucho talento en estas fechas q para mi son importantes y si alguien lo lee y le gusta, entonces se lo agradezco mucho ^^

   Nuevamente el aire gélido irrumpía en su alcoba sin invitación, usurpando el espacio vacío en su cama, ese espacio que en sus fantasías ocupaba una figura fantasmal cuya presencia, casi sólida, compensaba la ambigüedad en su rostro, su cuerpo y su ser entero.

   No estaba solo, no en sus sueños; siempre había alguien que se alejaba, a quien perseguía con esfuerzo sobrehumano, alguien a quien no podía tocar y que no lo podía escuchar, pero a quien necesitaba con desesperación.

   Esa figura veloz no veía hacia atrás ni titubeaba al caminar, se limitaba a andar tranquilamente, con pasos lentos que producían un eco intenso, interminable, poderoso.

   Primero un roce, después el toque helado de un par de manos sobre su piel hirviendo en deseo, poco a poco las caricias se volvían más intensas, más íntimas, más placenteras y, ¿por qué no?: mucho más lujuriosas.

   Unos labios acallando sus gemidos, satisfaciendo su sed de más, su instinto, su deseo de devorar todo lo que encendía las células de su cuerpo con temblores ciegos y las ganas de fallecer entre ese par de brazos desconocidos lo dominaba.

   ¿Cómo podía mantenerse erguida ahí, sobre su cuerpo, balanceando su peso en un vaivén deliciosamente adictivo y perverso?, ¿cómo podía, aún así, descubierta y a su merced, esa figura controlar hasta los latidos de su corazón?

   Era simplemente perfecta la ilusión de estar así, unido en carne e indescriptibles sensaciones a una sombra impúdica sin nombre, sin rostro y sin reservas.

 

   Las imágenes se repetían en su cabeza una y otra vez; cuando lo vio entrar al restaurante, cuando lo miró cerca y ese último encuentro. Cual si hubiera sido despertado por una idea estupenda, corrió a toda marcha rogando a los cielos por no equivocarse de dirección; llegó a una casa grande y llamó una, dos, tres veces, cuando tras la puerta apareció un sujeto casi de su estatura, delgado, caucásico y de pequeños ojos grises adormilados que lo miró con cierto asombro.

 

-¿Puedo pasar?- el otro se hizo a un lado como respuesta, cerró la puerta tras de él y lo guió hacia los sillones que hacían de sala; por dentro la casa era completamente blanca, no tenía muchos muebles y todo era sencillo, ambos se acomodaron guardando silencio por un momento antes de que ninguno dijera nada –lo lamento, supongo que mi presencia te incomoda

-Tranquilo, entre nosotros no hay problemas, ¿cierto?- Megistophiel solo sonrió, no sabía que decir respecto a lo que ambos sabían bien que había pasado y, tal como el otro dijera, no se trataba de algo entre ellos –no luces bien, ¿pasó algo?- asintió -¿quieres hablar?

-¿Cómo has estado?- se estaba saltando el asunto que lo llevaba hasta ese lugar, pero si alguien podía entender que primero necesitaba despejar su mente seguramente sería él, que entrecerrando los ojos, parecía observarlo atentamente, buscando descubrir lo que fuera que estuviera ocultando

-Bien, adaptándome a la casa, ya te imaginaras, eso de compartir es más difícil de lo que parece pero estoy harto del cuarto

-¿Quedaste con el loco que tienes por amigo?

-Sí, ahora estamos buscando un tercero, ¿te interesa?

-Gracias, pero no podría

-Eso pensé… bueno, esperemos que alguien aparezca, de preferencia alguien normal

-La única persona normal que conoces soy yo

-¿Normal?, ¿desde cuando llamarse Megistophiel es normal?- contraatacó arqueando una ceja y cruzándose de brazos, su amigo tenía razón, él tampoco era muy normal –ahora sí, ¿qué pasó?

-Empecé a trabajar como mesero

-Que bien, desde hace tiempo querías algo así, ¿te gusta?

-Es un buen salario, no me voy a volver rico pero esta bien de momento

-Entonces no vienes aquí por cuestiones laborales

-Sí y no; hay alguien en el restaurante… ¿te parece normal que no me saque a alguien de la cabeza?

-Como la vida misma- ese era un buen argumento, en la vida todo era posible, así que también debería ser normal; pero el “debe ser” no se ejecutaba al pie de la letra muchas veces, así que, ¿era la vida realmente normal?.

-Es un chico- sintió la mirada gris sobre él, fijamente, seguramente esa noticia había conseguido sorprenderlo pero no por ello le incomodaba menos –Brian, por los cielos, di algo- el silencio seguía y ya comenzaba a asustarse de lo que pudiera pasar por la mente de su amigo –dime que no estas pensando cosas raras de mí, tú sabes perfectamente que yo…

-Calma, no es nada de lo que crees- le frenó al instante, sonriendo con tranquilidad –estaba pensando pero no era nada malo, lo juro

-¿Entonces?

-Nada, solo que me sorprende un poco; nunca supe de una novia tuya pero tampoco creí, espera, ¿es ahí a donde va todo esto no?- asintió, obviamente si lo había sorprendido –bien, entonces no estoy tan perdido; como sea, eso es algo natural, hay gente así desde siempre

-¿Gente así?- eso era algo ofensivo para su gusto

-No te enfades, hombres con hombres, mujeres con mujeres, eso es tan viejo como la humanidad, ¡hasta los animales lo hacen por amor de Dios!- vio como se tiraba hacía el sofá pesadamente –además, no es como si fueras tras cada hombre que te encuentras, tranquilo, no te vamos a linchar por eso

-Gracias por tu consuelo ferviente seguidor de Sócrates

-El banquete de Platón es bueno, deberías leerlo

-¿Ahora quieres lavarme el cerebro señor filósofo?

-No, pero seguro le gusta a los gay- ambos comenzaron a reír, eso era lo que necesitaba, hacer que su problema de pronto pareciera insignificante y así, con algo de suerte, llegaría a serlo.

-Así que ahora soy gay

-Gay, bisexual, heteroflexible… para mí ya todo es más de lo mismo

-Te has depravado

-No, pero si supieras lo que me ha pasado en estos últimos meses, comprenderías perfectamente, además, en cuando Blood se enteré saltará de alegría- Megistophiel se acostó de llenó sobre el sillón de dos piezas, meditando seriamente si quería que su amiga supiera lo que acababa de confesarle a Brian porque, si bien estaba seguro de que se le lanzaba encima para besarlo de pura felicidad, tampoco estaba en sus planes ponerse a gritarlo a medio mundo, entonces volvió a él la pregunta obligatoria: “¿Soy gay?”.

 

   “Nunca supe de una novia tuya, pero tampoco creí que fueras homosexual”; eso era lo que Brian había estado a punto de decirle unos días atrás cuando había ido hasta su casa y, para que negarlo, él tampoco tenía idea. Bien, las mujeres no eran su máximo en el mundo, pero de ahí a que se hubiera fijado alguna vez en un hombre era completamente diferente; un asunto aparte. Lo que pasaba es que nunca se había puesto a idealizar su vida amorosa, tampoco solía pasar horas pensando en qué esperaba encontrar en alguien o la interminable lista de cosas que no podría perdonar; sencillamente había supuesto que el día en que esa persona apareciera, él se iba a enamorar y lo demás, se armaría por su propia cuenta sobre la marcha; no le hallaba sentido, mucho menos sensatez, a ponerse a planificar algo que no lo involucraba únicamente, sino que también dependía de un segundo sujeto que participara o, por lo menos, lo orillara a explorar las turbias aguas del enamoramiento.

   Sin embargo, toda esa lógica y racionalidad se iba directo al otro lado del mundo cuando se trataba de “…l”; ese individuo cuyo nombre no sabía, pero de quien conocía cada manía que hubiera podido mirar en sus fugaces y memorables instantes de profunda observación. Cada segundo, o fracción de él, era una excelente oportunidad para dar rienda suelta a sus divagaciones cuya musa era siempre la misma persona, esa que no le dirigía la palabra, que ni siquiera reparaba en su presencia.

   Habían transcurrido ya tres meses desde la vez en que lo viera entrar por la puerta, desde que supiera que existía y de que la universidad y la carrera comenzaran a volverlo loco de nuevo; cada día era más pesado, sus fuerzas poco a poco se iban agotando y, aún así, buscaba trabajar todas las horas que le fueran posibles, con la esperanza de ver más tiempo a esa persona que atormentaba sus pensamientos. Silenciosamente, comenzaba a sentirse enfermo, le aterraba la idea de cometer errores que pudieran costarle el semestre o el trabajo; algo andaba mal con él, pero no sabía que pudiera ser, solo estaba seguro de que no podía seguirlo negando.

 

-¿Estas bien?- le preguntó con preocupación el castaño de ojos verdes, solo asintió –toma un descanso, yo tomaré tu lugar por hoy

-Muchas gracias Marco, puedes quedarte con el dinero

-No te preocupes por eso

-En verdad te lo agradezco- fue hacía la sala de empleados, tomó sus cosas asegurándose que no le faltaba nada y, justo cuando dio el segundo paso para salir del lugar, sintió que el piso se movía bajo sus pies y la vista se le nublo haciéndole perder el equilibrio; escuchó como la puerta se abría y no le dio importancia, no tenía fuerzas suficientes para prestarle atención a eso. Una mano suave y sumamente fría se posó sobre su frente, no era capaz aún de levantar el rostro, temeroso de caer en cualquier momento.

-Estás enfermo, no puedes irte así por tu cuenta- incluso si nunca había escuchado esa voz, supo al instante de quien provenía -¿tienes con quien irte?- negó ligeramente con la cabeza, su cuerpo estaba demasiado débil y sentía como si su cabeza fuera a explotar en cualquier momento –espera, no te muevas- él se alejó mientras Megistophiel podía ver su sombra desvaneciéndose de su campo de visión; después todo fue demasiado confuso.

Notas finales:

Aprobecho a hacerme publicidad (si no lo hago yo, quien?? xD) aca la lista de historias predecesoras a esta ^^

-History of a Dream (Gravitation)
-Hasta que tu muerte nos reuna
-Three Times
-Sweet Skull
-Bittersweet

Q nombres mas tontos no?? xD bueno, el cerebro se m seca escribiendo las historias, no m alcanza para el titulo y el resumen =P


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