Salí a caminar como otras noches cuando quiero aclarar mi mente y estar solo, camine por los alrededores de la casa de Shigure esperando perderme un rato de la realidad, olvidarme de Yuki, de la maldición que hay sobre la familia Sohma y sobre todo olvidarme de que soy el gato, el rechazado y odiado gato, es cuando lo vi parado junto al lago, que encontré en unas de mis tantas caminatas, su cabello era tan negro como una noche sin estrellas, su piel era pálida y relucía con la luz de la luna, vestido con negras ropas que lo hacían verse tan sobrenatural y es cuando, sin darme cuenta, pise una rama alertándolo de mi presencia mirándome con unos ojos tan rojos que me dejaron sin aliento.
-¿Qué haces aquí?-me pregunto aquel extraño haciéndome estremecer
-Lo mismo podría preguntarte-le conteste escondiendo mis reacciones
-Solo descansaba un poco del trabajo ¿Tu igual?-¿Trabajo?¿A que se refiere?
-No se a lo que te refieres-le dije- yo no trabajo
-¿Cómo?¿No trabajas?-me pregunto con una mirada extrañada-Todos lo hacemos
-No se a que te refieres
-¿Es que no lo sabe?¿Como puede ser posible?-se pregunto asimismo olvidándose de mi por un momento
-Veras…tu y yo somos Shinigamis-me dijo, ¿Shinigamis? ¿Dioses de la muerte? Debe de estar loco
-No digas tonterías- le gruñí
-¡No lo son¡-se defendió-Te lo mostrare-me dijo para después cerrar sus ojos pareciendo concentrarse en algo, de repente una tenue luz violeta lo ilumino por completo y de su espalda salieron dos hermosas alas de color negro, caí sentado mirándolo sorprendido sin creerme lo que estaba pasando en frente de mi
-Me vez ¿cierto?-Me dijo mientras abría esos hermosos ojos carmesí-Solo otros Shinigamis podemos de vernos cuando tenemos afuera nuestra alas
-¡Pe…pero yo soy un humano¡-Un humano maldito pero ¡humano al fin y al cabo¡
-No se muy bien lo que pasa pero te aseguro que tu eres un Shinigami, tus ojos rojos lo demuestran además de que me puedes ver en este momento-¿Yo un Shinigami? Debo de estar soñando
-¿No me crees aun? Eres muy escéptico-me dijo con una dulce sonrisa que me hizo sonrojar, que bueno que es de noche, pensé para mi mismo-Ven, acércate que no te hare daño-a pesar de no conocer su nombre ni nada de el su voz me produce una extraña confianza
Me acerque a el con cautela como un gato desconfiado, y al llegar a el tomó mis manos con cuidado de no asustarme-Por favor cierra tus ojos-me pidió-ahora concéntrate, deja fluir tu energía por todo tu cuerpo y saca lo que tengas que sacar-termino riéndose levemente haciéndome fruncir el ceño pero aun así hice lo que dijo sintiendo una corriente de electricidad recorriendo mi cuerpo posándose en mi espalda produciéndome la urgencia “sacar algo” como dijo, de pronto un dolor horrible en mi espalda me hizo caer de rodillas respirando agitadamente, aguantando las ganas de gritar, me mordí el labio hasta sangrar
-Aguanta, la primera vez siempre duele pero estoy contigo no te preocupes-susurro mientras me acariciaba con lentos movimientos mis manos que nunca soltó, de pronto el dolor simplemente paso, sentí como mi camisa se desgarro y por mi espalda resbalaba un liquido caliente que supuse era mi sangre, me levante con ayuda de aquel Shinigami sintiéndome mejor que nunca.
-Eres Hermoso-me dijo mientras me miraba sorprendido haciéndome sonrojar por segunda vez en la noche-Ven, obsérvate a ti mismo-me aconsejo mientras me llevaba al lago para ver mi reflejo.
Al verme a mi mismo me quede sin aliento por un minuto, en mi espalda se veían dos hermosas alas negras y una luz también me rodeaba pero a diferencia del otro a mi me iluminaba una luz color rojiza con tonos anaranjados, moví mis alas lentamente provocando una pequeña brisa y elevándome unos cuantos centímetros del suelo.
-Ahora debemos saber por que no recuerdas nada de tu vida como Shinigami -dijo mientras de su mano aparecía una hoz y cortaba el viento apareciendo un portal
-Ven-dijo para después tomar mi muñeca jalándome al interior de ese portal
-¡Espera¡-le grite-Antes que nada dime como te llamas y hacia donde vamos-le exigí
-Oh-se veía avergonzado-Perdón por mi descortesía, Mi nombre es Kurosaki Akira ¿Y tu como te llamas?
-Sohma Kyou
-Un placer en conocerte Kyou-chan-me dijo mientras se inclinaba y besaba mis nudillos como si fuera una doncella
-¿A dónde me quieres llevar?-le pregunte de nuevo soltándome de su agarre
-Vamos al mundo Shinigami para hablar con mi jefe y nos pueda decir tu falta de memoria-me dijo Akira regalándome otra sonrisa-No te hare daño así que no tengas miedo
-¡Yo no tengo miedo¡-Exclame sin importarme elevar la voz
-Entonces vamos-mientras tomaba mi mano y me jalaba hacia el portal, pasando por el esperando encontrar las respuesta que ansiábamos.
Continuara……
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