Las lágrimas caían tranquilas y suspirantes por mis mejillas, mis ojos ya estan casandos de tanto suplicar a lo que nunca podré tener. La única que ha atendido a mi dolor y agonía es la bella luna que posa por mi ventana, alimentándome con su luz para que ya no caiga más en el averno de mi alma pero ¿cómo explicarle al corazón que te olvide amor? ¡Mi loco corazón aun papilta, se aferra a tu cuerpo en vísperas de ahogo!
Este veneno quema mis venas sucumbiendo mi mente y dañando mis frágiles pensamientos, tú tal vez ni te acuerdes de mi atrevimiento o tal vez ¿la ignoras? ¡lo que nunca pensé que fuera a suceder! ¡Ignoras mi propia existencia! Era preferible morirme ¡arrancarme las venas con el torniquete que sufrir con tu aburrimiento!
Cierro mis ojos tratando de recordar cuando te vi por primera vez cruzar los pasillos de la escuela, con tanta elegancia y alegría. Tu bella rosa ha perforado a mi lastimado corazón, no te has tomado la molestia de curarme, dejándome solo, muriéndome con mi propia sangre escurrir....
Me encontraba sentado en uno de los tantos pupitres del salón, aún no conocía a nadie, bueno, excepto a dos personas; que hasta la fecha me han acompañado en mi suicidio. Uno de ellos era Shaka, un estudiante de buenos promedios, ágil con la mente. Su mirada siempre ha conseguido de mí paciencia aunque sé que la pierde conmigo muchas veces; de cabellera larga muy parecida al sol radiante de verano, su piel suave y blanca como el recién pajarrillo de una paloma blanca y sus ojos azules profundos. Y uno de mis mayores cómplices para hacer mis maldades de niño travieso; Aioria, muchacho excelente con la materias, mi "sensei" para las matemáticas y física. De ojos verdes brillantes como el jade, su piel semi broceada y de cabellos cortos y castaños; recordándome muy bien de las hojas en otoño.
Siempre nos sentamos juntos, y claro, yo, Milo era el bromista del "trío dinámico", muy caracterizado por un gato, a lo mejor por ser muy hiperactivo o por la vivadez de estos animales, simpático y con una sonrisa. Mis cabellos son ondulados y rubios, mis ojos azules penetrantes; logrando a veces atemorizador a mi adversario, aunque no lo hago de mala fe.
Los tres nos encontrábamos hablando de cosas triviales, cuando la puerta del aula se abre. Nuestro asesor entra muy arrogante, no soportaba a ese hombre, era muy estricto pero que ahora se fue de la escuela por jubilación se extraña, por él aprendí y descubrí mi amor por la literatura y escritura. Encontré mi pasión. Su nombre, Shion. Este maestro de apariencia temible y con el color de cabellos muy poco usuales; verdes, y poseedor de unas bellas amatistas por ojos. Nos miraba frustado; mueve sus labios logrando salir de ellos esbeltas palabras claras pero duras.
Shion: antes de empezar la clase, les daré un aviso. Siempre es lo mismo con ustedes; veo que todos están sentados por grupitos y ahora los voy a separar, no tiene mucho de a ver entrado a secundaria y es injusto para los de nuevo ingreso ser ignorados.
Ese mensaje era para unos cuantos, donde entrábamos también nosotros. Oculté mi rostro en un libro, nunca me había gustado la mirada de mi maestro ni mucho menos sus palabras. No me había gustado la idea de que me separaran de mis amigos y más ¿con quién me tocaría de al lado? Mi corazón chocaba con fuerza en mi pecho, moví mis ojos hacía una persona. Afrodita. ¿Podría ser muy maldita mi suerte? Llevábamos 3 meses de haber ingresado a la institución y ese ser me ha conquistado por completo. Sus cabellos celestes practicamente eran el cielo, sus ojos unas joyas del mar; su ojo derecho era adornado por un lunar. Su piel era el perfecto bastidor de los dioses para su más grande obra, ¡era todo un dios! No lo conocía muy bien, sólo su nombre y le queda de maravilla.
Shion buscaba a sus "víctimas", empezó a nombrar a uno de mis compañeros y uno de ellos fue Aioria, su lugar fue sustituido por Dohko, también de muy buenas calificaciones y este chico, no era por nada, hace poco nos hicimos muy buenos amigos y nos confesó que se moría por el maestro de literatura. Fue un golpe para él cuando se le avisó de su partida. No me creeran pero se hicieron novios, me alegro por él, sus padres no lo saben ¿será por que Shion le lleva 30 años de diferencia? aún a si, parece de menor edad.
El maestro seguía nombrando, cuando escucho mi nombre...
shion: señor Scorpio, su nuevo lugar será al lado del señor Piscis.
A partir de ese instante perdí mis estribos, si no fuera por esa coincidencia no estaría ahora botado en la cama gimiendo y llorando en la nada por ese ángel bastardo. Pero no fue así. Ahora amor enfermizo, cada vez te vas alejando de mí, más y más y ya no podré distinguir tu silueta en la realidad ¿por qué? Fue sufiente con un roce de tus dedos en mis mejillas para que yo cayera a tus pies, se abrió el paraíso para que viera que nunca podré estar en él. Me has castigado, ¿sabes? no era necesario... no lo era amor.
Los días fueron transcurriendo de manera sorprendente, me adapté muy bien en mi nuevo sitio, conocí entonces a Saga, el mejor amigo de Afrodita. Esos dos siempre me hacen reír y más cuando presentaron una obra. Al final cantaron tan desafinadamente que la maestra de inglés tuvo que detenerlos; pero fue divertido, ese par son una bomba. Muchos de los estudiantes pensaron si ya andaban como pareja, claro, me preguntaban a mí ya que yo salía mucho con ellos; inmediatamente yo contestaba que "no, Saga y Afrodita se conocen desde maternal, son sólo los mejores amigos". Era común hallarme sonriendo de oreja a oreja consiguiendo las sospechas de mis amigos.
Sha: ¡vaya Milo!
Mi: ¿qué pasa Shaka? (dije sin borrar mi sonrisa de niño tonto)
Sha: no, nada
Mi: mmm... te conozco muy bien Shaka
A: y nosotros también Milito
No me di cuenta que atrás de nosotros estaba Afrodita, de seguro lo hicieron agrede.
Mi: ¿qué dices Aioria?
A: pues... (ambos comenzaron a rodearme) tú que dices Shaka? últimamente se te ve sonriendo
Sha: como tonto!!, tus ojos no dejan de brillar
A: jajaja hasta le salen corazones! (mis amigos se miraron para luego estallar a las risas)
Sha y A: Milo está enamorado!!!
Afro: ¿a sí? (Se acercó a nosotros amigablemente) ¿y quién es?
M: (Abrí mis ojos, ya ni sabía si estaba respirando, débilmente volteé a verlo y dije) no... no es nada, sólo están bromeando jeje
Afro: si tú lo dices Milo (me acaricia la cabeza haciendo que mis mejillas ardieran) nunca te lo dije pero tu cabello es hermoso ¿por qué lo traes amarrado?
M: (las palabras salían dificultosas de mis labios) pues... el reglamente lo prohibe
Afro: tienes razón pero dame el gusto ¿si?
No pude resistir a su sonrisa de sirena, sonrojado me suelto el cabello. Afrodita me contempló, mis ojos temblaban ante su observación. De repente me los acaricia deliciosamente.
Afro: como lo imaginaba, es muy hermoso, me gusta y su color es bellísimo, te hace ver más lindo Milo.
Mi: gracias
¿Cómo puede ser que no te hayas dado cuenta de mis sentimientos? Nunca te diste cuenta que con cada palabras, alabo por parte de mi apariencia, tus caricias "inconcientes" me fueron enamorando más de ti. Recuerdo muy bien el día que nuevamente nos cambiaron de lugares pero esta vez fue de segundo año. ¡Ya había pasado todo un año! y yo seguía pensando en ti sin saber que eso me lastimaría con el paso de los años.
Esta vez ya no había nadie que nos interrumpiera. Ahora quedamos juntos, sólo tú y yo. Casi nos sacaban de clases por interrumpirlas, no parábamos de hablar. Tú atrás de mí. Cuando la clase terminaba yo me volteaba para seguir conversando. Shaka y Aioria ya lo sabían, me lo sacaron a las fuerzas; sólo me miraban a lo lejos, riendo por verme, por haber encontrado la "primavera". Lo que realmente era eso lo que me lastimaba.
Me di cuenta que teníamos muchos gustos en común, como el dibujo. No es por ser arrogante pero le faltaba mucho que aprender. A mi me conocen en el salón como el nuevo Picasso pero no soy tan bueno, me falta años de práctica.
Recuerdo con recelo en los momentos que nos quitábamos la libreta, tú para escribir tus canciones favoritas de las cuales Afrodita me las traducía y yo para dibujar. Uno de esos trazos fue un ángel del cual tú fuiste mi inspiración. Una mujer desnuda de espaldas con las alas en alto, extendía sus brazos al cielo ante la luna y del firmamento caían pétalos de rosas. Te había encantado! me alegre mucho en saberlo, tan emocionado estabas que fuiste a mostrárselo a Saga del cual también quedó impactado, no quería que los demás supieran. Todos deseaban uno igual en sus libretas pero yo dije que no, porque no hay otra igual como esa.
Afro: gracias Milo (me susurró en mi cuello haciendo estremecer y enrojecer mis mejillas. Ya estábamos en clases) oye, que bien hueles
Mi: yo-yo... gra-gracias y de nada.
Marín: Mister Scorpio, Mister Piscis, silenc please! They are interruping my class.
Mi: (no sabía que decir, mi inglés es pésimo)
Afro: sorry teacher, I will not speak in your class. Sorry
Ma: Ok
Afro: (me habla bajo en mi oído) terminando las clases me podrías ayudar en algo?
Mi: claro!!
La maestra se fue con una mala idea de nosotros pero no me importaba, Afrodita necesitaba de mí y no me hacía más feliz por ello. Era el hombre más afortunado!
Afro: (de su mochila empezó a sacar cosas) mira, quiero hacerme una pulsera pero solo no puedo, me ayudas? (moví mi cabeza, veía todo el material hasta que sacó unos listones e hilos, pero se habían enredado, yo comencé en revisar lo demás, en ello veo unas piedras hermosas, se asemejaban a la luna) bonitas, no?
Mi: si, es como tener la luna en mano (las cogí)
Afro: ¿te gusta la luna? (me preguntaba en lo que por fin sacó un listón negro)
Mi: hai
Afro: a mi también, es como...
Mi: como una virgen
Afro: exacto! mmm... te podrías voltear?
Mi: para qué
Afro: oh! sólo hazlo (me sonreía) no te haré nada malo
Mi: ok
Delicadamente coloca el listón en mi cuello, me indica que alze mi cabello, yo obedecí, que bueno que no me veia, sino hubiera presenciado mi timidez y sonroses de mi rostro. Sus dedos se deslizaban por mi cuello sin que él se percatara. Hizo un moño y me dijo que voltera a verlo, con mi mano sujeté lo que llevaba, ahora, como dijen.
Afro: va contigo, hace juego con tus ojos
Mi: ¿qué dices?
Afro: te la regalo
mi: pero es tuyo!
Afro: más bien es para ti.
Desde entonces llevo conmigo tal regalo. Entre los compañeros murmuran nuestro "futuro" noviazgo... yo aún sigo en la espera de ello. A pesar del tiempo, guardo esa piedra en un cofre como el más preciado de mis tesoros y aunque me dañe el corazón quiero que me entierren con esa pequeña luna en mis manos.
No entiendo por qué el destino juega así conmigo, un día llegaste todo agitado al salón, me buscaste entre los demás. Se te veía feliz pero más allá de tu mirada se te notaba preocupado y hasta la fecha no descubro ese sentimiento que ocultas.
Me llevaste lejos de los demás y con una delgada voz pronuncias lo que nunca quise oír.
Afro: conoces a Angelo?
Mi: angelo?... mmm, no
Afro: bueno, lo llaman Death Mask
Mi: ah!! ya sé quien es , va en el otro grupo ¿y?
Afro: pues... me pidió que fuera su novio
Mi: ¿qué?... (bajé mi mirada) y... ¿y qué le dijiste?
Afro: si
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