De nuevo esta mañana me levante pensando en lo que hacia siempre, aunque algunos lo considerarían ridículo…Simplemente hacerlo me llena de una dicha que no podría describir en palabras.
Ya lista con el uniforme para ir al instituto, me siento frente al reloj…pero era temprano. No podía evitar empezar a rasgar mi escritorio mientras veía como aquellas agujas se movían... ¿Por qué cada vez parecía que lo hacían tan lentamente? Mi emoción jugaba en mi contra, causando que mis nervios llegaran a ser extremos, haciendo que cada minuto fuera eterno.
Por fin, ya eran las siete de la mañana. Me levante de donde estaba y me dirigí a la ventana que daba hacia el exterior. En aquel momento…Siempre puntualmente, pasa aquella persona que hacia que mi corazón latiera tan rápidamente, ella.
Hace más de un año que me encontraba en esta situación, espiando desde mi morada, esperando siempre ha que este momento llegara, observarla era lo más importante para mi.
Me perdía observando su hermosa figura, aquel cabelloazabache que brillaba con la luz del sol, tan sedoso…tan largo. Podía notar en su rostro una expresión seria y firme, pero a la vez no podía evitar verla con admiración…Simplemente hermosa.
Aún lo recuerdo…Era un hermoso día soleado de primavera…Podía sentir como el perfume de las flores del vecindario inundaba mis pulmones. Entre la lluvia de aquellos pétalos lilas…Te vi. Tu belleza opacaba a cualquier jardín, tú eras una rosa negra que iba por la calle, cautivando mis ojos y capturando mi alma. Desde entonces casi día y a la misma hora, me colocaba firmemente en la ventana y mientras contaba lo segundos, hasta volver a deslumbrar mi vista, ahogarme de este gran cariño que crecía y aún sigue creciendo.
¿Qué estarías pensando? ¿Que harías a estas horas caminando? ¿Donde vives? ¿Qué te gusta? Y entre tantas preguntas más que me hacia al presenciar aquella magnifica escena.
Si, me he enamorado de ti a primera vista…Siquiera he escuchado tu vos, no, aún no me he atrevido. Se me ha cruzado la idea de tan solo al verte a un centímetro de la puerta de mi hogar ir corriendo por las escaleras, salir, saludarte y decirte todo lo que siento.
Pero en el mismo momento en que muevo mis pies, caigo en la realidad…En la triste realidad. Que son más que sueños…Además de que soy demasiado tímida para hacerlo. Sin olvidar lo fundamental…Ambas somos chicas.
¿Cómo reaccionarias si una desconocida de repente te dice que hace más de un año te espíe, ya que te considerar tan hermosa como e lestrellado cielo de la noche y que esta perdidamente enamorada de ti? Seguramente correrías, me creerías una loca lesbiana acosadora. Eso no seria para nada bueno… No podría soportar no volverte a ver.
Al igual que no puedo soportar esta ansiedad escondida en lo más profundo de mi pecho.
¿Acaso no escuchas como late mi corazón al tan solo verte? Seguramente a esta distancia no lo consigues
¿Te imaginaras que alguien te quiere de esta manera?...Ojala lo supieras, si tuviera las fuerzas para ir hacia ti en este mismo momento.
Lo gritaría a los cuatro vientos, pero el aire no me alcanzaría, me quedo muda a tan solo mirarte desde mi ventana…Seria imposible decirlo.
-Pero mientras sigas pasando aquí como cada mañana, seré feliz.-tocando a la izquierda de mi pecho, escuchando aquel sonido que describía mi sentir.
A la siguiente mañana…No apareciste, me pregunte que te abría ocurrido, empecé a preocuparme.
Mi madre se acerca a mí,quejandose como siempre en que hacia mirando por la ventana a estas horas,que si seguia así llegaria tarde nuevamente a la escuela...Se calla, luego me pregunta que me ocurre, no le respondí. Apoya su frente contra la mía y me mira fijamente por un momento.
-Tienes fiebre.-me dice mientras me acercaba a mi lecho.-Sera mejor que descanses, hasta que no te pongas mejor no iras al instituto.-
¿Por qué me enferme justamente ahora?
A las pocas horas siquiera podía mover siquiera la puntas de mis pies, esta gripe me duraría por lo menos una semana.
Ahora no podía acercarme a la ventana…Cada mañana lo intentaba, pero siempre mi madre me detenía apareciendo de la nada, obligándome a que me volviera a acostar, diciendo que así no me recuperaría… ¿Pero quien curaría esta tristeza que llena cada rincón mi ser?
Quiero verte nuevamente… Pero mientras tendré que esperar hasta que mi cuerpo recupere fuerzas y así te esperare en mi ventana, como hago desde aquella mañana soleada de primavera.
Sin importar que, mí corazón seguirá llamándote y palpitando por ti. Ya que te amo…Hermosa muñeca de porcelana y siempre lo hare.
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