“Te dije que te alejaras de mí, tienes que enamorarte de alguien que valga algo, yo no soy esa persona”.
No pudo evitar romperse completamente en ese momento, sentía que todo le salía mal, que estaba sola en el mundo, que no valía más que mierda, que nada había nunca sido como ella siempre había querido. ¡No! Simplemente explotó, se cayó, todo terminó. Lo malo era esa persona que aún estaba frente a ella con lágrimas en los ojos sin querer aceptar lo que estaba pasando, lo que había pasando, lo que pasaría.
“Vete”.
Estaba enojada, no sólo con ella sino también con el mundo. Todo valía mierda. Las personas que la rodeaban no eran más que simples muñecos que nunca notaban lo que le pasaba, que estaban pero no estaban a la vez, que eran sombras dañinas de vacío. Tenía que darse por vencida, estar sola, acaba con el mundo, todo con sus propias manos, si no, nada tendría sentido.
Sin embargo, no se iba. Se quedaba allí, frente a ella, mostrando sin vergüenza las lágrimas que corrían por sus mejillas sin apiadarse de nadie. Si no se iba a mover, lo haría ella, la que sufría más. Por eso se movió y la empujó pero sintió como dos manos delgadas oprimían su ropa entre sus manos.
“Terminamos, te lastimo mucho. Ya te lo he repetido dos veces. Tengo que estar sola porque la vida así lo quiere, porque moriré sola y no quiero que a nadie le importe”.
Y no le importaba, se aferraba más a su ropa. Por fin dijo, respirando un poco para poder articular bien:
“No podré olvidarte, a mí me importas mucho, vales mucho para mí”.
Esas palabras, que en otro tiempo podrían haber sonado lindas, ahora sólo le estorbaban, la molestaban. Quería gritarle que se callara, que no soportaba más pero algo le obligó a callar, a mirarla fijamente con odio y sin él, con una mirada que no podía explicarse.
“Aunque tú digas que todo se acabó, yo no creo eso. Hay mucho todavía, hay futuro y hay esperanza, hay mundo para nosotras y para nuestro amor”.
Se tapó los oídos. Todas esas cosas sólo eran utopías, fantasías, bellezas que en la realidad no existían. Y ella seguía allí, apasionada, amándola…
“No hay futuro”.
Se movió para irse, se soltó con lentitud y se dispuso a caminar. Nada podría detenerla ahora, nada. Iría a buscar la muerte para que nunca la volvieran a ver, para encontrar la verdadera felicidad que en su vida era casi inexistente. Ya estaba totalmente destruida, nada más valía la pena.
Estaba a punto de echarse a correr cuando la otra se acercó corriendo, la abrazó, la tomó de una muñeca y le dio la vuelta para darle un beso. Y cedió, cerró los ojos y se dispuso a besar también, con lo poco que quedaba de ella, con todo ese dolor. Volvió el beso agresivo, hizo que los otros labios, que con tanta amabilidad la trataban, sangraran. Así se desquitaría, así esa niña sabría que no era bueno estar con ella.
Y se siguieron besando, por toda la eternidad, hasta que el viento golpeó sus rostros y se vieron obligadas a cerrar los ojos.
“No me separaré de ti”, repitió esa niña que seguí sin irse.
“Entonces yo haré lo posible por no destruirnos”.
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español