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Nuestra Promesa por Nadki

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Notas del capitulo:


Lamento la tardanza, pero han sucedido varios eventos que atrasaron la conti u.u una de ellas fue el terremoto que afectó a mi país (mi casita tiene algunas grietas, pero no es nada en comparación con lo que pasó más al sur).
Gracias multifacética por preocuparte, tranquila, estoy bien.
Conti dedicada a todas las personas afectadas, quienes sufrieron la pérdida de sus inmuebles, de sus seres queridos. en este tipo de desgracias Chile se une u.u no pierdan la fe y volvamos a levantarnos como siempre en caso de desastres podemos hacerlo.
799 (w) u.u
Mis más sinceras condolencias


-Tomen la van, yo me las arreglaré con nuestro manager, y sigan este camino. Esto los llevará a las afueras de la ciudad. Háganlo ahora, que todos están pendiente de las ultimas muertes y golpizas.

Ahí estaban, los dos en la van del manager, Takuya manejando ya que Miku no estaba en la mejor condición para conducir. Parecía una jalea por como temblaba y lloraba a cada momento por la desesperación y angustia.

-Las teorías que se han formulado, comparando a los diversos casos que hay de asesinatos, tiene que ver por país de origen, religión, ideología política, sexualidad, disca…
-¿Dijiste sexualidad?- preguntó Miku con lágrimas en sus ojos.
-Sí, y dicen que esa es la que afecta a nosotros ¿No te das cuenta? Mana-sama, travestido e integrante de uno de los grupos donde su fanservice es bastante crudo; Saga, uno de los que hace más fanservice en Alice Nine. Takuya.- dijo mirando al guitarrista.- el músico que no se sabía quien era, era Ruki, de The Gazette.
-¿Ruki?- preguntó atónito.
-Sí, a él lo mataron. También hirieron a Reita, porque estaba con él, Reita está con riesgo vital por la golpiza que recibió al tratar de defender a Ruki.
-Pe-pero An Cafe no hace ya fanservice y los pocos que hay no son como los de otras bandas.
-Tal vez supieron tu relación con Bou y/o Takuya.

-Tal vez supieron tu relación con Bou y/o Takuya.- Miku no podía dejar de recordar esa conversación con Teruki antes de tener que irse. Tampoco podía olvidar la última conversación que tuvo con Asuka.

-Vamos, Aiko contéstame.- decía desesperado luego de marcar con violencia las teclas.
-¿Alo? - se escuchó luego de un rato. El tono preocupó mucho a Miku y lo puso más nervioso de lo que estaba. Estaba a punto de irse pero quería despedirse de su mejor amiga.
-¿Aiko? ¿Qué pasa?- hablaba nervioso, la voz de Asuka se escuchaba afligida y como si hubiera llorado.
-¿Haru? Te oyes mal ¿Qué pasó?
-Por orden.- Miku hablaba rápido, no tenía mucho tiempo y los nervios lo dominaban, al punto que quería llorar.
-Me llego un mensaje, me van matar si no salgo del país.- dijo Asuka bajando la voz pero aun con ese tono afligido, temiendo que la escucharan.
-¡¿Qué?!- gritó el vocal por el teléfono ¿su amiga le pasaba lo mismo?
-No grites o me dejarás sorda.- se quejó.
-¿Quiénes?
-El W.O.P.E. - la respuesta dejó helado al cantante.
-¿Pero tú… por qué? Es imposible, tú eres… tú no eres como yo.
-¿Ah?
-Yo recibí una amenaza de ellos, me van a matar.
-¿Te dijeron por qué?
-No, aquí han matado a muchos artistas y hay teorías de que es por la sexualidad.
-A mí me amenazaron por ser oriental, me mandaron una carta donde dice que el mundo se diseñó para que cada quien esté en su lugar y yo tengo que estar en mi país con los de mi raza. Si me voy, me dejarán en paz.
-Yo no, por eso te llamé.
-¿Qu- qué quieres decir? - las lágrimas empezaban a amenazar con salir.
-Yo, yo me voy a escapar. Quería… quería decirte que… que una de las mejores cosas que me ha pasado en la vida fue conocerte.- Miku estaba llorando, se aferraba al teléfono como si ese aparato fuera su vida.- gracias por todo.
-No hables como si no vas a volver. - decía Asuka, también llorando. Eran muy pocas veces en la que Asuka se quebraba, pero cuando sucedía su llanto era intenso.
-No sé cuando volveré.
-Pero vas a volver. Yo volveré a Japón y volveremos a vernos… … Haru no llores. Me parte el alma escucharte llorar y no poder estar contigo ahora.
-Tú tampoco llores, quiero estar contigo.
-Lo estaremos, nuestro lazo no se va a romper.
-Te quiero demasiado.
-Yo te amo, como amigos claro.

La conversación duró unos escasos minutos más, Asuka le dijo algo que Miku decidió anotar en su diario, en la última hoja.

-Mientras menos turistas miedosos parezcan, más fácil les será llegar a Hokkaido.

Hokkaido, su destino. La isla más fría de Japón, el norte de ésta se caracterizaba por ser centro de las prisiones ¿Cómo los encontrarían ahí? ¿A quién se le ocurriría escaparse a la isla más fría del país en pleno invierno?
-Pensando como ellos, jamás se les ocurriría Hokkaido. Pensarían “si van allá, morirán por el frío” y los dejarán en paz.
-¿Y quieres que muramos de frío?
-Para eso se inventaron estas cosas.

Ropa de alta montaña, mantas de polar, zapatos de nieve… todo perfectamente escondido en varias mochilas algo grandes, pero no de montaña.

-Mírense, parecen cualquier cosa menos dos enamorados escapando del W.O.P.E.
-Espero que tengas razón.
-Y si falla esto…

Un…

-No hablarás en serio.
-El amor no se puede esconder en ciertas ocasiones, para esos momentos será muy útil.

… vestido negro para Miku.

-¿Me estás diciendo niña?
-Tú te ves más femenino que Takuya. Así, por lo menos, aparentarían ser una joven pareja aventurera “normal” para esos idiotas del W.O.P.E.


-¡Takuya frena!-gritó Miku al ver que el semáforo estaba en rojo y Takuya no daba ninguna muestra de frenar.
Al escuchar el grito, el guitarrista sacudió su cabeza rápidamente para volver en sí. Volvió a la realidad y frenó bruscamente.
-Por poco nos ma…
-¡¿Quieres callarte y decirme por donde salimos de Tokio?!- gritó algo alterado, todo lo ocurrido en tan poco tiempo lo tenía tenso.
-Sigue derecho, en unas cuadras más está el paso nivel.

Aceleró luego de que cambiara el color del semáforo, cada uno estaba tan metido en sus pensamientos y emociones que no se dieron cuenta lo lejos ya que estaban de la casa común. Aun estaban en Tokio pero ya debían llevar 40 minutos de viaje.

Los recuerdos bombardeaban sus mentes. Una larga y angosta especie de plaza separaba a las dos avenidas, por donde circulaban algunos automóviles. Pero estos vehículos no pudieron despejar a Miku de cuando él, junto con Takuya u otro integrante de la banda, salían a caminar; a veces con Nyappy-hime, que en paz descanse (n/a: han pasado 5 años desde Pacto, Nyappy-chan no es inmortal)

Cuadras pasaron, ambos muy tensos, el silencio era irrompible. Cada uno en su propia laguna de memorias y temores.
-Estamos saliendo.- comentó Miku al aire al ver que ya se podía presenciar la carretera.
-¡¿Qué?! ¡¿Estamos en la carretera?!- preguntó algo histérico.
-No, aun falta.
-Tienes que decirme eso, no vamos a irnos por la carretera.- luego de decir eso Takuya se cambió de pista para no llegar a la carretera.
-¿Qué? ¿Cómo?
-En las carreteras hay peajes, en los peajes te ven, imagínate si es un idiota del W.O.P.E. Miku piensa un poco por favor.
-¿Estás diciendo que soy un idiota?
-¡Sí! ¡Si no te pregunto si estamos en la carretera estaríamos dentro y yo no sé salir de la carretera!- le gritó.
-¡No me grites!- respondió con un grito.
-¡Cállate y dime por donde ir!
-¿Acaso no sabes?
-No.
-¡¿Cómo no sabes?!
-¡Tú tienes el mapa que nos hizo Teruki!
-¡Pero tú deberías saber!

Piiiip piiip *bocina de auto* (n/a: xD)

-Pero que mierda.- Takuya miró por el espejo y vio que habían muchos autos atrás de él.- ¡Miku dime por donde!- el conflicto era que Takuya no sabía si seguir derecho o doblar a la derecha e irse por una calle.
-¡Qué no me grites!
-¡Déjate de hablar y contesta mi pregunta!
-Agh, sigue derecho.
Takuya aceleró, tratando de no pillar algo inevitable…

Un atochamiento.

-Maldita sea.- maldijo Takuya molesto, para descargar un poco de su rabia golpeó con sus manos el manubrio.
-Anda mucho auto a pesar de ser de noche.- comentó Miku mirando por la ventana.
-¿En serio? No me había dado cuenta.- le dijo sarcástico.
-¡Para con eso!
-¡Todo esto es tu culpa!
-¡Mentira!
-¡Sí! si me hubieras dicho por donde ir, no estaríamos en este atochamiento. 
-Eso es algo que no se podía evitar y deja de gritarme.-Takuya no le contestó, miraba con rabia la fila de automóviles que impedían su escape hacía Hokkaido.

Todo volvió a quedar en silencio, el estrés de ambos se reflejaban en discusiones. Para relajar un poco el ambiente –y a Takuya- Miku colocó un cd de música. Por lo menos eso eliminó el silencio, pero ninguno de los dos ocupantes de la van decían algo.

Poco a poco los automóviles de adelante empezaron a avanzar.
-Estos son los momentos en los que odio los semáforos.- dijo Takuya, pues cuando estaba en verde la fila avanzaba rápido, pero al llegar a rojo se detenía por muchos minutos.
Miku soltó una risa entre nerviosa y forzada, pero que logró dibujar una sonrisa en el rostro de Takuya.

Al pasar el atochamiento los ánimos se habían calmado. Miku condujo a Takuya por las calles que Teruki había marcado en el mapa con plumón rojo. Conversaban tranquilamente, sin discusiones. Pero eso no quería decir que estaban muy tensos y que el más mínimo contacto entre ellos y el exterior los asustaba.

Como cuando decidieron echarle combustible a la van.

Miku estaba dentro del auto, con su cabeza baja mirando una revista, para que no se le viera su rostro. En tanto Takuya estaba afuera pidiéndole al bombero el servicio (n/a: o sea que le echara bencina a la van)
De pronto, Miku escuchó unos golpes en el vidrio. Pensó que era Takuya, por lo que levantó su mirada, y se encontró con un señor con semblante de seriedad.
El cantante se asustó demasiado, se le cayó la revista al suelo y trató de correrse. El señor levantó su mano haciendo un gesto de que se calmara. Miku temía que fuera uno del W.O.P.E. De ser así, su escape había llegado hasta la estación de servicio.
-Ey, tranquila chica linda. Sólo quiero saber si tienes fuego.- le dijo mostrándole un cigarro.
Miku lo miró extrañado, se sentó correctamente en el asiento al ver el cigarrillo y bajó un poco el vidrio.
-¿Qué?- dijo con voz chillona, para parecer mujer.
-¿Tienes fuego que me prestes, lindura?
-Ahh, sí, claro.- sacó de un bolso un encendedor y se lo entregó al señor. Éste lo tomó y encendió el cigarro.
-Gracias, lindura.- agradeció mientras le entregaba el encendedor.
-De nada.-le sonrió sintiéndose estúpido por su reacción.

-¿Ya salimos?- preguntó Miku al ver que estaban alejándose de las luces de las fábricas que están en las afueras de la ciudad.
-Sí.
-No conocía este camino.- dijo observándolo.
-Yo tampoco, espero que no nos perdamos.
-No creo, Teruki nos señaló todo el camino.
-¿Sigo derecho?
-Sí.

Así fue como pasaron la primera fase de la operación “escape”: salir de Tokio. Viajaron toda la noche, ninguno de los dos quería dormir, además que los nervios y el miedo se los impedía. Una mantita color marrón cubría el cuerpo del cantante y le quitaba el frío. Los únicos sonidos que se escuchaban eran estos: “¿Hacia dónde?” de parte de Takuya; y la respuesta, de parte de Miku.

Pero cuando el reloj señaló las cuatro de la madrugada, Takuya miró a Miku preocupado.
-Miku, duérmete.
-No.- contestó cubriéndose más con la mantita y mirando el paisaje.

No pasaron más de dos minutos cuando Takuya volvió a hablar.
-Miku, duérmete.
-Te dije que no.

Pasaron otros escasos minutos más y Takuya estaba molesto porque Miku no le hacía caso.
-Akiharu.
-¿Qué?
-Duérmete.
-Ya te dije que no.
-No te estoy preguntando.
-¿Cómo quieres que duerma si me tienen amenazado?
-Cerrando los ojos, recargándote en el asiento y cantando en tu mente.
-Takuya, no puedo estar tranquilo si no sé si no hay algún enfermo del W.O.P.E. ¿Y sí pasa algo?
-Duérmete, así no te va a doler cuando te maten.- dijo sin mirarlo, concentrado en el camino pero no en la magnitud de sus palabras. Miku se sintió muy mal cuando escuchó eso, Takuya lo decía como si fuera un chiste. Sus ojos se pusieron acuosos, bajó su mirada antes de ponerse a llorar, pues, aunque quería armar un escándalo no quería desconcentrar a Takuya porque estaba manejando.
-Idiota.- susurró bastante dolido, sin darse cuenta dos gruesas lágrimas rodaban por sus mejillas.
-¿Ah?- dijo sin mirarlo, en tono más comprensivo.- ¿dijiste algo?- preguntó esta vez mirándolo.- ¿Miku qué pasa?
-¡Eres un idiota!- le gritó rompiendo en llanto.
-¿Pero qué pasó ahora?- preguntó preocupado.
-A ti no te amenazaron una bola de enfermos de muerte con un muñeco. Tú no entiendes lo tremendo que es, lo doloroso, la horrible mezcla de sensaciones y emociones que te provoca saber que te van a matar. Te das cuenta que tienes un reloj de arena que marca tu vida y que se está acabando, pero no por tu culpa o porque tu cuerpo ya no responde, es por otras personas que te ven como una amenaza, una plaga. Tu existencia se resume en ser “una plaga” y ellos sólo quieren acabar contigo. Tus sueños, tus esperanzas, tus ilusiones se rompen en pedazos y te quedas sólo con los escombros de lo que tanto añoras. Tú no entiendes nada y me tratas como si exagerara.- Takuya se quedó en silencio anonado por los dichos de su pareja. A pesar de que creía entenderlo, jamás podría sentir lo que él sentía. Aunque los dos estaban escapando por amor, Takuya no había recibido amenazas. Si era por sexualidad, había un porcentaje de que el W.O.P.E. también quisiera matarlo, pero no era seguro de que supieran la verdad. Todo era 50-50.
-Miku, yo… lo siento.- dijo realmente arrepentido.- esto es algo tan nuevo que no sé como responder, que pensar. Disculpa a este idiota.

Miku se secó las lágrimas y miró a Takuya, quien trataba de mirarlo pero a la vez sin dejar de mirar el camino.
El cantante estiró su mano para tocar la del guitarrista, que reposaba en el cambio. Ante el contacto, Takuya entrelazó su mano con la de su novio y le miró tiernamente.

El resto del viaje fue tranquilo. A las cuatro y cuarto de la madrugada Miku se durmió y quince minutos después Takuya estacionó la van en un lugar apartado para dormir él también.

Si se tuviera que resumir el viaje en la van en una palabra sería “tranquilidad”, el mismo ciclo se repetía y no tuvieron grandes problemas. Al llegar a los peajes Miku se colocaba unos kilómetros antes el vestido negro encima de su ropa y cubría la parte superior de él con un chaleco negro. Como fueron tantas veces de ponerse y sacarse el vestido, además que también lo hacía cuando había policías controlando, decidió no quitárselo y andar con él, aun cuando debajo de éste llevara jeans y una polera.
Siempre pasaba desapercibido pero casi nunca hablaba, por temor a que lo descubriera. Como la vez que fueron controlados por un policía.
-Miku, policía a la vista.- advirtió Takuya al ver a un policía a unos kilómetros. El vocal se alistó para parecer una chica lo más rápido posible.
-Buenas tardes.- saludó el policía.
-Buenas, oficial.- dijo Takuya luego de bajar el vidrio de su ventana y así hablar con el policía. El oficial miró el interior del vehículo y vio a Miku, a sus ojos le parecía una linda chica y eso incomodó al cantante pues el policial lo miraba insistentemente.
-Va un poco rápido ¿A dónde se dirigen?
-Ehhh.- Takuya empezó a musitar sin saber que contestarle. No quería decirle Hokkaido por miedo a que el policía fuera uno del W.O.P.E.
-Vamos a la casa de mi mamá.- dijo Miku con voz chillona.
-Sí, a la casa de mi tía.
-¿Son primos?
-Sí.- contestó Takuya.
-¿Y donde vive su madre?- preguntó mirando a Miku.
-En Aomori.- contestó sin pensarlo mucho.
-¿Aomori? Pero falta mucho para eso ¿Por qué no se fueron en avión?
-Porque tenía que pasar a buscar a mi prima.- contestó Takuya.
-¿De donde vienen?
-De Tokio, mi prima vive en Niigata.
-Vienen de lejos.
-Sí.- contestó el conductor.
-¿Y por qué van a Aomori?
-Porque vamos a la casa de mi tía.- contestó Takuya algo hartado del interrogatorio del policía metiche.
-¿Pero por qué?
-Porque mi mamá está de cumpleaños mañana y vamos a verla.- contestó Miku con la misma voz de pito.
El policía se quedó mirando a Miku detenidamente, Miku temía que el oficial haya descubierto que no era una chica. El policía no decía nada, cosa que lo ponía muy nervioso.
-Ya veo, saludos a su madre.- dijo el policía guiñándole un ojo, cosa que dejó atónito a Miku.
-Ehhh…
-¿Nos podemos ir? Estamos retrasándonos.- dijo Takuya molesto.
-Ah, sí, claro.- el policía se alejó de la puerta y Takuya subió el vidrio para seguir con su camino.
-Policía metiche.- Takuya estaba evidentemente molesto.
-Pero ya pasó ¿Por qué te enojas tanto?- dijo Miku con su voz normal.
-¿Acaso no viste que te hacía ojitos? Tenía ganas de apalearlo a golpes.
-Takuya está celoso.- dijo en tono de burla para luego reírse.

Así paso el viaje. Con mapa en mano pasaban prefectura tras prefectura. Pero en algún minuto el cansancio los afectaría. Era de noche, estaban a cuatro horas de Hokkaido, Miku estaba durmiendo sentado en su asiento con el lado izquierdo de su rostro apoyado en la cabecera. Takuya seguía manejando, dejó a Miku dormir pues ambos dormían poco por el miedo a que los descubrieran. La carretera tenía a los lados mucha nieve. Al lado derecho de la carretera había varias lomas llenas de nieve.
Estaba todo oscuro, las únicas luces que se veían eran las de los pocos automóviles que transitaban por esa carretera y la de la luna. El cansancio empezaba a afectar a Takuya ya que él es era que manejaba. Sentía que le pesaban los parpados, trataba de no cerrar los ojos pero de repente se cerraban solos aunque en un instante volvía a abrirlos. Miró a Miku que dormía plácidamente.
-No debo dormirme.- se decía pero el cansancio era más fuerte.
Pero por más lucha que le diera al sueño, éste le venció. Con una mano en el volante, ésta hizo girar al manubrio hacia la izquierda, provocando que la van se saliera de la carretera, yendo directamente a un montón de nieve que tal vez escondía algo, quizás una roca o una curva.

Ninguno de los ocupantes despertaba...

Notas finales:


ojalá les haya gustado
está corta pero me cuesta concentrarme con todo esto, espero que lo entiendan
gracias por los reviews que dejaron en la conti pasada, se agradece mucho

Bye Nyappy


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