“¡Tengo que decírselo! Tengo que hacerlo porque si no lo intento al menos, voy a morirme con todos mis sentimientos dentro.”
He estado pensando la misma cosa una y otra vez.
La nieve caía espesa sobre las calles como en un globo de cristal. Era como un sueño. Todo parecía ir en cámara lenta. Los pequeños copos se colaban por mi ventana alegres ignorantes de mi desesperación. No he podido hacer más que jalarme los cabellos. Pero, ¡no! No puede pasar un día mas así.
Todo fue por ese beso. Ese beso que no debió pasar, pero pasó. Desde hacía tiempo que había empezado a sentirme raro. Algo no andaba muy bien conmigo. Incluso el me lo había dicho. No podía estar cerca sin que me pusiera nervioso e ignorara por completo su presencia. Me lo había estado negando porque sé lo imposible que es. El tan solo pensarlo era… absurdo. Solo podía maldecir en mis adentros mientras presionaba sin control los botones del PSP como si el pobre aparato tuviera la culpa de todo. ¡Todo era perfecto! ¡Era año nuevo! Mello, yo, videojuegos, cigarros y se nos ocurrió brindar por ello. ¡Porque estábamos vivos! ¡Porque Kira caería con nuestro plan perfecto! ¡Porque somos jóvenes e idiotas!
No es que en realidad quiera negarlo pero yo quería que brindáramos porque yo quería celebrar que estábamos juntos. No sabía exactamente porque, pero sentía en mi interior ese calor que creo que se llama felicidad. Todo eso era por él. Era algo muy extraño porque jamás lo había sentido. Era una misión suicida, pero no me importaba porque estaba el conmigo. Hicimos espionaje y fue inmensamente aburrido porque estaba lejos de él. Pero ¿Qué demonios era eso? ¿Amistad? ¿Qué clase de amistad era esa? No te pones nervioso cuando tu amigo se desnuda frente a ti. O ¿sí?
Entonces abrimos las cervezas y brindamos. Brindamos una y otra vez. Yo sabía perfectamente que Mello no tiene mucha tolerancia al alcohol mas sin embargo lo incite a beber. Es extraño que haya accedido porque la cerveza le sabe a rayos. Ahí estuvimos bebiendo hasta que nuestras mejillas se fueron tornando de color ciruela. Quizá nuestras palabras ya no eran tan claras y el significado ya no era tan coherente. Lo vi tambaleándose mientras intentaba caminar hacia el baño. Era divertido ese sentimiento en mi estomago. Estaba nervioso. Era como si tuviera miles de insectos dentro de mí volando por todas partes luchando por salir. Entonces volvió.
Tuve que cubrirme con un cojín porque mi amigo me traicionó al instante. No lo culpo porque Mello vaya que es bien parecido. Se veía tan inocente con su cabello rubio despeinado y sus ojos perdidos. Se quedo ahí parado frente a mí como si no supiera que hacer o no supiera donde estaba. Entonces jalo con sus brazos su playera y esa terminó muy lejos en el piso. Se acercó a mí y dejo que todo el peso de su cuerpo cayera sobre el mío derramando mi bebida. Supuse que fue un accidente porque intentó levantarse. Pero realmente no pudo. Estaba muy ebrio.
Entonces nuestros ojos se encontraron. Quería reír. Quería sonreír con todas mis fuerzas. Pero estaba más concentrado en que mi cuerpo no me delatara y que él se diera cuenta. Pero el calor de mi cuerpo se elevó tanto que creo que comencé a sudar. Hacía un infierno helado allá afuera pero yo no sentía frio. Entonces descubrí que no solo era mi calor si no también el suyo. Su cuerpo ardía. Era como flamas quemando mi piel. Estaba temblando y automáticamente tenía que huir. Tenía que salir corriendo de ahí. Pero simplemente no pude. Mis piernas no me respondieron y mis brazos ignoraron totalmente los ruegos de mi cerebro. Tercos impulsos que no pudieron con los comandos de mi corazón.
Quizá todo paso muy rápido pero cada que estas imágenes vienen a mi mente son tan lentas que no puedo evitar perderme horas en ellas. …l, que siempre es tan gruñón y salvaje conmigo, estaba ahí totalmente vulnerable con su piel desnuda contra la mía. Su calor estaba quemándome y entonces nuestros cuerpos se rozaron. El también estaba sintiendo algo porque yo podía sentirlo a él. Estaba tan cálido como yo, tan excitado como yo. ¡No lo podía creer! Tenía que estar muy ebrio o estar soñando.
No pude evitarlo. Fue imposible. Mi cuerpo respondió solo, a aquel imán que lo atraía. Era el rojo de sus diablos malévolos que se torcían en una seductora mueca. Me estaba seduciendo. Dentro de su ebriedad estaba retándome. Yo caí redondito en aquella trampa que me tendió. Deje que mis labios compartieran mi calor con el suyo. Mis brazos automáticamente envolvieron su cuerpo y sentí que moría en ese mismo instante. Me derretía como el hielo al fuego cálido del deseo. Entonces ya no respondió. Su peso quedo completamente apoyado sobre el mío.
Intenté sacudirlo varias veces pero fue inútil. Estaba completamente dormido. Hice algo horrible. Soy el peor mejor amigo, cómplice o lo que sea. Cuando lo puse a dormir… lo miré. No pude evitar hacerlo, me da algo de vergüenza porque yo no soy así. Yo no soy gay ni mucho menos. Me gustan las mujeres. Las mujeres voluptuosas y bonitas. Aunque ya no estoy tan seguro de eso últimamente. Después de mirarlo quise tocar su piel tan suave pero no me atreví. Era como un ladrón. No podía ser ese despiadado ladrón que no se conformaba con su beso si no que también quería su cuerpo y su calidez. Desabotoné su pantalón y miré. Creo que ya no estoy tan seguro de mi heterosexualidad después de eso. Pero no fue tanto el mirar su cuerpo desnudo, puesto que ya lo he mirado en otras ocasiones, si no que esta vez lo miré con ojos diferentes. Esos insectos en mi estomago no dejaban de volar y me sentí enfermo. Lo cubrí con las gruesas mantas y tomé asiento en la sala porque si no me desmayaría ahí mismo.
No pude dormir. Como carajos iba a dormir después de eso. No podía dejar de pensar en ese beso y mi estomago dando vueltas. No era la cerveza lo juro. Era algo más. Entonces todo tuvo sentido. Wammy’s, El que me haya buscado después de tanto años de no vernos y que ciegamente haya aceptado la pena de muerte junto a él. Los recuerdos de nuestra infancia casi llenan mis ojos de lágrimas. Pero no lloré porque no soy tan gay. Todo tuvo sentido. Todo ese tiempo, todo este tiempo… era amor lo que sentí por él. Lo que siento es… amor. El aire casi se me fue. Vamos a morir en aquella misión. No hay oportunidad de salir vivos. Quisiera pensar que si. Quiero pensar que despertaremos juntos en algún lugar y estaremos a salvo pero sé que no es verdad. El maldito auto no podrá escapar de ellos. La puta buscara la manera de ver nuestros rostros y matarnos. El estúpido asesino matara todo esto y el jamás lo sabrá.
Pero aunque se lo diga, el no lo aceptará. Preferiría morirse antes de aceptar una relación con otro hombre. Pero no puedo morir sin que el sepa cómo me siento. Por eso estoy aquí parado en medio de la nieve. Por más que mi abrigo intente calentarme, el frio estaba calándome los huesos. Mis dientes no dejan de brincar como si hicieran música para acompañar el frio que se siente estar en medio del invierno en Japón. Cada paso que doy hacía el apartamento siento mas y mas frio. Salí esta mañana mientras el aun estaba dormido. No pude ver su cara al día siguiente. No me dirigió la palabra. Estaba tan callado que el silencio de siempre fue insoportable. Eso calaba aun más mi corazón y siento que va a explotar. Ya no me importa que me odie y que jamás me vuelva a hablar.
Veo la gente y no logro comprender como cada quien es tan independiente el uno del otro y aun así se logra tener una conexión tan especial con una persona que es como si ambas fueran una sola.
El mundo sigue avanzando y la nieve no deja de caer. No tengo nada que perder porque no tengo nada. Siempre he estado solo. Si no lo intento será como morir sin haber muerto. Mi vida sin él no vale nada en realidad. Quien sabe cuántas horas han pasado ya. La nieve en mis lentes se atora haciendo caleidoscopios que distorsionan las imágenes. Mis peores temores no pueden ser reales. Quiero pensar que ese gesto descompuesto no es porque sabe exactamente lo que voy a decirle y ya tiene una respuesta en la punta de la lengua. Su abrigo negro lo hace ver más grande de lo que en verdad es, y más temerario. Su cabello vuela y cubre parte de esa cicatriz que tanto odia y a mí me parece adorable. Oh no se está acercando mi siento que las fuerzas de mis piernas van a abandonarme. Quiero limpiar mis gafas pero nada en mi cuerpo responde. Incluso creo que he olvidado respirar porque siento que en mi pecho me está oprimiendo el corazón y mi boca está abierta pero de ella no sale palabra alguna.
Por favor extiende tu mano y toma la mía y vamos adentro. Llévame a dentro y acógeme en tu corazón o moriré congelado de frío y de un corazón roto.
Creo que no va a golpearme después de todo. Si la puntita de sus dedos rosa la mía mientras entramos al cuarto, ¿es una buena señal?
“Iba a golpearte por lo de anoche pero pusiste esa cara de perro que me puede. Déjate de pendejadas Matt, vamos adentro. Dame un chocolate. No volveré a tomar, te lo juro.”
¡Vamos no puedo rendirme ahora! Tengo que decirlo. Aunque no tenga voz, aun me queda un poco de fuerzas. “Anoche... lo que paso... yo... “
“Cállate Matt, Eres un estúpido por embriagarme. Me duele la cabeza. No tenías que hacer eso si ESO era lo que querías.”
Oh no... Creo que mi corazón dejo de latir por completo. Después de todo es un buen inicio de año. No me rendiré.
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