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Un Beso por SpicaDice

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Notas del fanfic:

Antes que nada, los personajes no son mios, creo que es obvio, pero no esta de mas aclarar.

Todo lo demas es producto de mi imaginacion.

Notas del capitulo: Espero les guste.
 Un beso.- Eso era lo que le había respondido DM.

Afrodita se quedo callado después de esta respuesta, y es que no la esperaba, realmente estaba asombrado. Era 24 de junio* y había bajado hasta el cuarto templo, para preguntarle a su dueño que era lo que deseaba como regalo de cumpleaños en ese día. Y había esperado cualquier tipo de respuesta, incluso le parecía que lo más probable que ocurriera era que le gritara o se riera de él y lo corriera de su casa (casi estaba convencido de eso sucedería), pero aun así había decidido ir y tímidamente le había preguntado. Pero esa respuesta no la esperaba, se había sorprendido; le tomo tiempo darse cuenta de que realmente había escuchado eso: un beso.

 ¿Por qué?.- Se había atrevido a preguntar después de haber reflexionado durante unos instantes bastantes tensos para el otro caballero.

El caballero de cáncer no había pensado en que tendría que responder a esta pregunta y es que realmente ni siquiera había pensado en que le pediría eso, pero lo había dicho; ¿un impulso?, quizá; aunque sería más apropiado decir que era un deseo reprimido y se había dejado llevar por la impresión y respondió sinceramente a la pregunta.

Había visto bajar a Afrodita por las escaleras del Santuario desde su templo, esperando que se dirigiera hacia el suyo, esperando que al menos lo saludara, que le dedicara una de sus fascinantes sonrisas, que a él le parecían sencillamente encantadoras y que lograban llevarlo a los extremos: a hacerlo sonreír y sentir feliz instantáneamente (aunque internamente, porque jamás lo demostraba) cuando eran dirigidas hacia el o a hacerlo sentir unos celos sin sentido cuando las dirigía a alguien más. Pero eran tan pocas las veces que iban dirigidas a él. Por eso cuando Afrodita detuvo sus pasos en la entrada de su templo y sonriendo le había preguntado qué era lo que deseaba para su cumpleaños (algo en lo que no había reparado), no le pensó y en un impulso había expresado algo que deseaba desde hace tanto tiempo que ni siquiera podía recordarlo: un beso.

No recordaba desde cuando, no podía explicarse él mismo porque razón sentía eso, porque un caballero que exteriormente era frio, sentía esa cálida sensación en su ser, cuando lo veía o pensaba en él y es que además de ser el caballero más hermoso de todos, a él le parecía sencillamente perfecto: su hermoso cabello azul celeste, que se movía suavemente siguiendo al viento cuando cuidaba las rosas en su jardín; sus ojos color cielo, que le parecían tan profundos y brillantes; su piel tan nívea, a veces se teñía en su rostro de un etéreo carmesí, que lo hacía lucir aun más hermoso. Todo él le parecía perfecto, de una belleza hipnotizante. Por eso estaba seguro de que jamás podría sentir por él lo mismo, eran tan distintos; sin embargo lo amaba.

Por eso, cuando él le pregunto ¿por qué? Con esa mirada tan dulce, un poco confundida y quizá avergonzada, reacciono y se dio cuenta de que había dicho más de lo que debía. Porque sabía que él jamás le correspondería, que quizá hasta se burlaría de él si le decía que lo amaba, que tal vez siempre lo habría hecho.

 No lo sé,… se me ocurrió.- Dijo tartamudeando y tratando de esconder la emoción y el anhelo con que se lo había pedido. … no te costaría nada,.. pero sería mejor otra cosa.- Continuaba respondiendo, para después respirar profundamente esperando se le bajara el sonrojo del cual se imaginaba preso su rostro.

 En realidad sería mejor que no me dieras nada,.. no necesito nada. Sería mejor que te fueras- Había completado con una voz más fría y dándole la espalda para evitar seguir viendo a esa persona que tanto amaba y deseaba pero jamás seria suya.

Afrodita no sabía qué hacer, por un lado quizá había sido un intento por molestarlo, pero había visto algo en sus ojos cuando se lo pidió, un brillo y ahora lo veía sonrojarse dándole la espalda con un gesto de decepción. Tal vez era sincero y era una oportunidad que no podía desperdiciar. Durante muchos días pensó en si sería buena idea bajar hasta el cuarto tempo para preguntarle a su guardián que era lo que deseaba para su cumpleaños, tenía la tonta esperanza de que le respondiera que él, que ese era su deseo estar con él. Pero se había convencido de que no sucedería, pero aun así deseaba poder hacerle un regalo.

No sabía cómo, pero se había enamorado de él, de su arrogancia, su mal humor, su indiferencia y hasta de su mal carácter. Lo amaba aun cuando parecía que eran muy diferentes; pero el parecía no notarlo, no notar lo mucho que le sonreía y que lo hacía de una manera especial para él, el rubor que teñía sus mejillas cuando él lo veía, lo nervioso que se ponía cuando él le hablaba, aun cuando eran pocas las ocasiones. Todos lo habían notado, menos él.

Había oído su petición dicha súbitamente: un beso; y dudo de que fuera en serio, pero había algo que le decía que lo era. Y después de todo no podía desperdiciar una oportunidad así, de hacer algo con lo que soñaba desde hace mucho. Tomo la decisión, sin importar lo que él haría.

 ¿Qué pasa?, ¿aun no te vas?- Pregunto DM displicentemente, cuando sintió que lo sujetaba por el brazo. Lo vio acercarse a él, con sus mejillas vigorosamente sonrojadas y con una ¿sonrisa?, no.

 Esta bien. Lo hare, no me molesta.- Le respondió Afrodita, al tiempo que veía a DM sonrojarse por su respuesta; lo cual le confirmo que sería correspondido.

Tomo su rustro entre sus suaves manos y sintió el ligero estremecimiento de DM al momento que sus labios tocaban los suyos en un tenue roce. Ambos sintieron esa pequeña corriente eléctrica pasar por sus cuerpos, en el instante en que sus labios se unieron en ese sencillo pero dulce y cariñoso beso.

Afrodita se separo apenas unos centímetros del rostro de DM, para notar su reacción; y ahí estaba: con la boca levemente abierta para dejar escapar un suspiro, los ojos apenas cerrados y sus mejillas cubiertas por un fuerte rubor, que lo hacían lucir tan apuesto. Y no tuvo dudas, no le importo si no le correspondería, deseaba hacerlo.

Aun con su rostro entre sus manos, se acerco a su cara y beso dulcemente cada uno de sus ojos aun cerrados, para después pasar sus manos por detrás del cuello de DM y así poder besar sus mejillas, su nariz, su barbilla y por ultimo nuevamente sus labios, en un beso que se atrevió a hacerlo un poco más profundo, abriendo su boca y rozando tímidamente con su lengua los labios de DM, probando el sabor de los labios de aquella persona a la que amaba.

DM no podía creer lo que pasaba, lo había tocado, había tomado su rostro con esas manos tan suaves, para depositar un beso en sus labios, había besado sus ojos y sus mejillas, lo había abrazado por el cuello y de nuevo lo estaba besando, sintió esa suave y a la vez ardiente caricia en sus labios; estaba tan asombrado que no noto cuando él se separo. Abrió sus ojos y lo vio, aun abrazado a su cuello, sonriéndole.

 Te amo.- Le dijo cuando vio que abría los ojos, para después aferrarse más fuertemente a su cuello y esconder la cara en su pecho.

DM nunca espero poder oír eso, lo había soñado tantas veces pero nunca creyó que pasaría. Pero ahí estaba Afrodita abrazado a él, esperando una reacción.

Afrodita comenzaba a sentir una pequeña opresión es su pecho, después de habérselo confesado y no haber obtenido ninguna respuesta y es que esos instantes le parecían eternos. Iba a soltarlo para poder darse la vuelta y salir de ahí, pero sintió que delicadamente le tomaba el mentón para poner sus rostros a la misma altura.

 Yo también te amo.- Al fin respondió DM, sonriéndole antes de nuevamente acercar los labios de Afrodita a los suyos.

Afrodita se sintió feliz, ahí estaba frente a él y se lo había dicho, para después tomarlo cintura e iniciar un nuevo beso, igual de dulce y sincero que los anteriores, en el cual ambos se atrevieron a probar el dulce sabor de los labios del otro; mientras pensaban en que al fin tenían lo que durante tanto tiempo habían anhelado: un beso.
Notas finales: * No estoy segura que el 24 junio sea efectivamente la fecha correcta de su cumpleaños; les agradecería mucho si alguien me lo confirmara o me señalara la fecha correcta. Gracias. Escribi esto con la intención de que fuera sumamente romantico, casi rayando en lo cursi; pero creo que no lo es tanto.
Me encantaria recibir sus comentarios y que me digan que les parecio. Tambien agradezco las criticas.
Gracias por leer.

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