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The Letter por Thai Maqui

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Notas del fanfic:

Derechos de personajes Masashi Kishimoto.

Notas del capitulo:

Este shot está inspirado en la canción homónima "The Letter" de Hoobastank.

 

No sabía como reaccionar...

 

Si reír porque se trataba de una maldita broma de pésimo gusto o llorar como un estúpido para liberar el asfixiante dolor que comprimía su pecho.

 

Sus temblorosas rodillas no pudieron resistirlo y cayó. Sobre el lecho que habían  compartido hace solo algunas horas. Su varonil fragancia aún seguía impregnada a las sábanas, en las fundas de las almohadas, en el aire, en cada rincón.

 

Prefirió sonreír, mientras sus dedos viajaban por el lado donde él dormía. Una sonrisa torcida, triste... resignada.  La más dolorosa nunca antes esbozada, sonrisa que se vio empañada por las gruesas lágrimas.

 

Llorar vuelve tus ojos rojizos y de regalo obtienes unas enormes orejas, libera tu alma o al menos eso crees por el horrible dolor de cabeza combinado con un agudo nudo en el estomago.

 

La garganta duele y escoce... como tu cuerpo entero. Pero al final te sientes mejor.

 

Esa noche Naruto no durmió. Tan solo lloró, gritó y maldijo a los siete infiernos. Rompió adornos, uno que otro mueble y destrozó con las tijeras toda la costosa ropa de Sasuke como si se tratase de una liberadora terapia de la ira, desahogándose... imaginándose que era su cabeza de cacatúa.

 

Qué más daba. …l era un bastardo, rico, arrogante y prepotente. El ser más defectuoso de la tierra.

 

Pero lo amaba...

 

Nunca pensó que dos simples palabras pudieran dañar tanto. Como dinamita estallando en su interior con el afán de volarle en pedazos.  Releyó su sentencia por última vez, ante de caer dormido. Determinado a enterrar su amor para siempre.

 

 

 

"Me caso"

 

***

 

- Eres un baka Naruto, dattebayo... - pensó preguntándose, ¿Qué demonios hacía en aquel lugar?

 

Dio un rápido vistazo al amplio salón decorado en tonos pasteles, de clásica elegancia, recreando un ambiente entre romántico y mágico. Al número cinco que colgaba llamativamente al lado de la mesa y a los hombres dispuestos... perfectamente alineados, casi automatizados.

 

- Seguramente están acostumbrados - bufó con incomodidad, mientras pegaba el adhesivo en su pecho, con su nombre, escrito en perfecta caligrafía.

 

Quizás fue el gusanillo de la curiosidad, aunque estaba seguro que tonterías así solo resultaban en las cursis novelas rosa que leía su mejor amiga, por cierto, fue ella quién lo indujo.

 

"Naruto han pasado tres meses y estoy cansada de tu patética actitud. Debes superarlo, continuar con tu vida y olvidar a ese maldito infeliz. Por supuesto no tiene nada que ver que yo trabaje aquí y gane una buena comisión"

 

Tal vez, fue por la insistencia obligada rayando casi a la amenaza. Aunque lo más probable es que se estuviera volviendo loco.

 

Sakura siempre le advirtió, y muy dentro de su ser Naruto también lo sabía, una relación clandestina y cobarde solo le traería desgracias.

 

…l lo sentía, en cada lacerante punzada que le estrujaba el corazón dolorosamente; cada vez que Sakuke lo presentaba como un simple compañero de habitación. En su furiosa mirada; cuando rozaba accidentalmente la punta de los blancos dedos en público y en la constante negativa por llevarlo a conocer a su familia.

 

Lo sabía. 

 

Definitivamente el amor te vuelve ciego... probablemente también sordo y mudo. Ahora que la venda caía, se daba cuenta de la importancia de su relación, de su papel.

 

Era un juguete, una burla, un insulso pasatiempo para calentar la cama.

 

- ¿Eres Naruto? - la voz grave resonó en sus oídos y miró al sujeto frente suyo mientras tomaba asiento.

 

Qué pregunta más idiota, acaso no ve mi nombre escrito dattebayo. Cruzó sus manos a la altura de su barbilla y apoyó su cabeza, dispuesto por primera vez a escuchar en lugar que replicar. 

 

Si quería un melodrama, su vida era más que suficiente. El morir de aburrimiento tampoco era una buena opción y tres minutos de escuchar un cansado monólogo le parecieron interminables. Suspiró pesaroso, esperando impaciente que sonara la campanilla para cambiar de pareja; mientras, observó la recepción y sus ojos se cruzaron con los jades.

 

Hermosa, radiante, feliz... Quién viese a Sakura Haruno pensaría exactamente lo mismo. Naruto podía jurar que era su prometido quién estaba al otro lado del teléfono, sonrió al acordarse de Lee, un chico muy extraño, de extraña ropa, gestos, peinado y costumbres, en fin... todo en él hacía alarde de rareza. Pero tenía una gran cualidad.

 

No temía expresar su ferviente amor.  

 

Se preguntó donde habían ido a parar los ocho años que compartió con Sasuke, cinco de estos viviendo juntos; desde que lo conoció en secundaria, pasando por la universidad. Las apasionadas noches, sus tontas peleas y reconciliaciones, el infaltable dobe y teme. ¿Eran meras tonterías?, ¿no significo absolutamente nada?, Realmente no valía la pena.

 

- Lo siento... es muy triste... ttebayo - fue lo único que atinó a balbucear, al sentir como sus ojos se humedecían. Negó fervientemente con la cabeza ante su debilidad, tumbando la silla y la fina mantelería, antes de salir del local.

 

Todo era un maldito error y una sonrisa trémula acompañó a esa sensación de vacío que lo recorrió entero, sacándole en cara que, cada detalle y recuerdo... cada vívida sensación y sentimiento todavía tenían dueño. Imposible de olvidar, tatuado en su piel.

 

En todo su ser...

 

Siguió corriendo, trastabillando, sumergido en sus pensamientos... Sin fijarse en el camino. Sin escuchar las quejas de los transeúntes a los que golpeaba o el coro de cláxones, reprendiendo su imprudencia de cruzar la transitada calle.

 

Hasta que un indescriptible ardor lo hizo parar en seco.

 

- ¡Me quemo ttebayo! - aulló al sentir como el hirviente líquido negro caía sobre su camisa, dando saltos como loco.

 

- Cálmate - pidió, un tenue y aterciopelado susurro acarició el lóbulo de su oreja logrando su cometido.

 

La botella con agua escurrió, como si fuese lluvia cristalina empapándolo... limpiando todo a su paso. Expiando aquella ingobernable confusión e ira, aplacando el agudo calor de su corazón.

 

- ¿Estas bien? - Sintió el suave tacto de unos largos dedos sobre sus mejillas y levantó su rostro.

 

Sus pupilas se dilataron de la impresión. Naruto no pudo evitar perderse en la frialdad de aquella mirada que lo observaba, en las estoicas facciones tan similares a las de él... y en los labios apenas curvados.  

 

- Lo siento - respondió con nerviosismo y su mente maquinó lo impensable - gracias ttebayo.

 

- Soy Naruto - era una idea perversa, egoísta, destructiva. Un acto atroz para enmascarar su deseo por revivir aquel sentimiento que pululaba por cada fibra de su cuerpo.  

 

Quizás no podía olvidar...

 

- Un placer...

 

Pero sí reemplazarlo.

 

***

 

 

La vida es como una montaña rusa...

 

Excitante, peligrosa, inesperada... Llena de altos y bajos, rápidos y lentos, curvas sinuosas, algunas tranquilas hasta que intempestivamente te pone de cabeza. Literalmente.

 

A veces quieres gritar de alegría y en otras solo vomitar mientras el terror y el nerviosismo te invade.

 

Y esa ocasión era una mezcla de todas ellas.

 

Nunca imaginó, ni en sus más alocados y ridículos sueños que recibiría una invitación a la boda de su ex - cortesía de Mikoto Uchiha -  menos aún que estaría parado entre un mar de fragantes rosas blancas, vestido con su mejor traje de etiqueta.

 

- Por aquí Uzumaki Naruto san - ofreció con cortesía la muchacha indicándole su respectivo lugar.

 

- Genial - gruñó entre dientes al tener una hermosa y panorámica vista de la flamante pareja, justo frente a su mesa.

 

Por unos segundos se quedó parado apoyado en el respaldo de la silla sino, seguramente se hubiese derrumbado. Observó la distante y fría mirada ónice que le recriminaba por sus actos, reflejando desprecio, molestia... y quiso salir corriendo.

 

Asió sus puños a la madera y mantuvo su convicción a pesar de arcadas y el revoloteo en su estómago. Debía hacerlo, necesitaba dejarlo atrás para poder seguir con su vida, para olvidarlo.

 

- Naruto - el dulce tono le hizo voltear, seguido por un fuerte abrazo - tenía tantas ganas de conocerte.

 

- Igualmente - por el enorme parecido dedujo que se trataba de la madre de Sasuke. Una mujer elegante, encantadora y sumamente bella.

 

- Sasuke es tan reservado - comentó mientras tomaban asiento - me alegro que tenga un amigo con tu - sonrió.

 

- Naruto kun - ahora era el turno de su padre, un hombre que a primera vista infundía miedo y respeto.  

 

- Es un placer Uchiha san - saludó con una leve reverencia.

 

Para no saber nada de los señores Uchiha, ellos si parecían saber todo acerca de él, pero podría jurar que no por boca del mismo Sasuke, era... como si lo hubiesen investigado.

 

La comida fue suficiente ilustrativa para ponerse al corriente y muchas cosas le quedaron claro; la dureza de Fugaku por la excelencia y las apariencias sociales, la insistencia de Mikoto por que su hijo sentara cabeza y la aversión de ambos por su primogénito; la oveja negra, el bohemio, alocado y excéntrico, adjetivos que Naruto supo interpretar como "gay".

 

Fue entonces que lo supo... las razones tras el esquivo comportamiento de Sasuke. Siempre sería su mejor amigo, pero era el único título al que podía aspirar.

 

Y lo más importarte es que él tampoco tenía intenciones de cambiarlo.

 

- Felicidades ttebayo - Sus palabras fueron totalmente sinceras. A pesar de todo Sasuke fue su vida y más que un amante su primer amigo.

 

- Gracias - a Naruto no le sorprendió su actitud evasiva y solo correspondió con una bella sonrisa.

 

- Toma, para ti - esa sería la última vez... que sentiría el tacto de la pálida piel entre la yema de sus dedos, el agradable cosquilleo erizándole los vellos y vería su rostro tan de cerca.

 

Paso su mano por su engominada cabeza rubia, desordenándola en un acto de rebeldía, mientras con la otra desataba el nudo de la corbata. Toda esa fuerza interna pareció decaer, una vez que cruzó la puerta del fino restaurante.

 

Se quitó el saco azul marino y sintió como el doloroso peso que llevaba encima desaparecía, lentamente.

 

- ¿Terminaste?

 

- Sí - sonrió abrazándolo, acompañado por un suave beso en los labios - que tal si me invitas ramen

 

- Lo que quieras - era agradable... caminar tomados de la mano y a pesar de las despectivas miradas no le importaba en lo mas mínimo. Esa sensación de sentirse especial le gustaba.

 

Enamorarse, tener esperanzas, rehacer su vida, planes para el futuro, despertar con una sonrisa...  eran una posibilidad.

 

- Adiós Sasuke...

 

 

***

 

 

Los seres humanos son libres de tomar sus propias decisiones. Nadie nos obliga, sea apuntándonos con un arma o con viles amenazas. Sasuke escogió, dejando escapar la felicidad de las manos. Ver a Naruto allí tan decidido y compuesto, sin un atisbo de dolor reflejado en sus ojos, lo había dejado destrozado.

 

Estrujó el blanco papel, mientras se recostaba en aquella cama, en la que compartieron tórridas noches y eróticas fantasías.

 

Quizás si hubiese demostrado sus sentimientos abiertamente, si hubiese pronunciado te amo en voz alta. Si hubiese encarado la realidad. Si hubiese enfrentado a su padre igual que lo hizo su hermano.

 

Muchos hubiese... que se convirtieron en demasiado tarde. 

 

Es muy tarde

Para intentarlo y hacer que funcione

No hay forma de darle vuelta a esta cosa.

 

- Ahora estarías a mi lado - suspiró derrotado, dejando el sobre en la mesa. Solo quedaría el dulce recuerdo, en esa habitación vacía, solitaria... de lo que alguna vez fue su felicidad.

 

- ¿Eres feliz, Sasuke? - rió y el eco retumbó en las desoladas paredes. Arrepentirse, suplicar nada serviría, nada cambiaría. Había tomado su decisión y debía vivir con las consecuencias.

 

Aquí esta todo

En esta carta que encontraste.

 

- Al menos sé que tu lo serás dobe - volvió a dar un último vistazo ante de romper aquella carta. Ahora con una respuesta.

 

"Me caso"

 

"Felicidades teme, de todo corazón"

 

 

 

Así que memorízala línea por línea.

No estaré para decirte adiós.

 

Notas finales: En cuanto a la pareja de Naruto... se los dejo a su elección.

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