Ambos estaban hundidos en las aguas de la bañera, Camus recargaba su espalda en el torso de Milo, este sentía que explotaría de la excitación y la felicidad, no pensó mucho el lo que le haría al santo de Acuario, había imaginado tantas veces el poseer ese magnifico cuerpo … ese era una de sus sueños mas profundos, mas secretos, algo que ninguno de sus amantes merecía sentir, solo el.
Sus labios y lengua se deslizaron por el cuello delicado provocando estremecimientos en el aguador, alentado por ello llevó sus manos en un recorrido delicado desde las caderas de Camus hasta sus piernas, el escorpión decidió dejar a aquella hermosa presa a merced de sus caricias; separo las piernas de su amigo colocándolas al borde la bañera, se aventuro tocado poco a poco cada milímetro de el sexo de Acuario encontrándolo ya rígido, el también estaba demasiado excitado por la situación, exploró con gula aquella parte con ambas manos mientras escuchaba los jadeos deliciosos que salían de la boca de Camus, besaba su cuello mientras le susurraba sensual al oído que era lo mas bello de la tierra …
Pronto se vio deseando mas, obligo a un muy excitado Camus a aferrarse a su cuello mientras lo cargaba llevándoselo a su cama, lo recostó en ella casi deseando poseerlo en ese preciso instante por lo que observaban sus ojos; su amigo recostado como una animalillo indefenso ante el, sonrojado como jamás se lo imagino, jadeando quedamente mientras su pecho subía y bajaba, con su miembro erguido invitándolo a que lo tomara, sus ojos encontrándose … eso era una tortura.
Se acerco a el para besarlo, pero no como en las otras ocasiones: ese beso era uno fiero, quería darle a entender a su amigo que lo deseaba, que seria suyo. En ese instante solo se escucho salir de la boca de Camus su nombre a manera de gemido. Su boca termino en uno de los pezones de el aguador, mordisqueo y succiono esa zona a su antojo, escucho con deleite como su amigo trataba de contener los sonidos que salían de su boca, eso lo excitaban aun mas.
Sus manos expertas tocaron cada uno de los músculos de el abdomen de Acuario; este se retorcía de placer. Milo busco de nueva cuenta el sexo de su amigo, pero a diferencia de la vez pasada lo tomo con su boca … en ese momento los quedos sonidos que producía Camus se transformaron en un sonoro grito de lo mas lúbrico. Con una dedicación casi desmedida el escorpión se dedico a darle placer a su amigo, si uno de sus mas imposibles deseos se estaba volviendo realidad se tomaría su tiempo, aunque estaba poniendo todo su autocontrol en ello.
De repente se separo del miembro de Camus arrastrando su lengua a la cavidad de este, el aguador gimió y cerro los ojos al sentir aquel contacto; de por si sentía electricidad corriendo a través de su piel en los lugares donde Milo lo tocaba, pero ahora tenia unos deseos impetuosos de gritar “tómame soy tuyo”, aunque jamás lo haría. Nunca perdería su porte sereno ante nada ni nadie, eso se lo había prometido así mismo años atrás; todo pensamiento se nublo al sentir como la lengua de el escorpión era remplazada por uno de sus dedos en su interior, eso provoco que abriera sus ojos atónito. Su sorpresa se interrumpió al sentir como su cuerpo temblaba de gozo al sentir como Milo tocaba algo en su interior, ya no lo soportó mas y empezó a gritar el nombre de su amigo como poseso; solamente eso, su nombre, pero fue suficiente para que el guardián de la octava casa introdujera otro dedo y buscara su boca para besarla a su antojo …
Paso un tiempo sintiendo a el escorpión juguetear en su interior, jamás se había tocado a si mismo por lo cual desconocía cuan sensible era su cuerpo, poco a poco sintió salir de el los dedos de Milo, eso provoco un débil quejido que provoco un estremecimiento casi animal en el guardián de esa casa, le susurro a Camus un “te deseo tanto …” al oído antes de empalar su miembro poco a poco en el santo de Acuario. Este gimió de nueva cuanta su nombre; no pudo evitarlo, sentir en toda su extensión a su amigo dentro casi lo volvió loco, sentía a Milo duro como una roca, rozando las paredes de su cavidad sintiendo como el sexo del escorpión latía en el …
Lentamente el escorpión comenzó a embestirlo, el dolor se hizo presente en el cuerpo del santo de Acuario, pero no se quejo, pasados unos minutos comenzó a gemir de nuevo, el miembro de Milo lo llenaba y tocaba en ese punto de su interior que lo hacia enloquecer, sintió como el octavo guardián acomodaba sus piernas sobre sus hombros embistiéndolo de forma salvaje haciendo que sus caderas chocaran contra las suyas, ambos buscaban frenéticamente mas placer en el cuerpo del otro, hasta que en un momento ambos alcanzaron el orgasmo … Milo cayo rendido sobre el cuerpo de su amigo, susurrando la frase que jamás pensó declararía: “tu eres al que amo, solo tu Camus de Acuario” antes de apartarse de su amigo para colocarse a un lado sobre la cama y que el sueño lo embargara por completo.
Camus no sabia que hacer, aquello fue una locura; no podía engañarse a si mismo, deseo que el santo de Escorpión lo tomara y por eso permitió que todo eso ocurriera. Se sintió morir al saber que el era la causa de todas esas noches en las que Milo se arrastraba por el alcohol y peor al saber que el fue quien se aprovecho del escorpión y no a la inversa ya que este se encontraba borracho … dioses que había hecho, nunca se lo perdonaría, jamás, en ese instante se levanto del lecho, cubrió a su amigo con las sabanas de la cama sin atreverse a mirarlo. Busco sus ropas, se vistió y se marcho a su templo …
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