THE LION KING
Esto puede sonar un poco extraño, pero en la naturaleza también hay amor y si señores también hay gays.
Una historia de dos leones enamorados.
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Amanecía en la pradera de África, los primeros destellos del sol se asomaban, para anunciar la llegada de un nuevo día.
Los pájaros comenzaban su canto mañanero, los elefantes se levantaban perezosos, las zebras comenzaban su marcha hacia pastos verdes, acompañados de los antílopes y gacelas.
También los cazadores se despegaban de su sueño, para comenzar a acechar a sus presas, tal era el caso del feroz cocodrilo, los leopardos y guepardos y claro no faltaron las odiosas risas de las hienas.
Pero curiosamente, faltaba alguien en la sabana, claro, faltaba el rey del lugar, el manda más, el señor del feudo…
En una cueva levantada entre rocas se encontraba la manada de leones, dueña de aquel exquisito territorio, abundante y verde.
El rey dormía apacible, acompañado de su pareja una bella leona naranja(bueno así son mis leones…de colores)brillante que dormía tranquilamente, y una pequeña bola de pelos amarillenta comenzaba a removerse entre las patas de su querida madre.
Nuestra bola de pelos, se safó del “abrazo” de su madre estirándose delisosa mente, primero las patas de enfrente y luego las de atrás, para dejar salir un gran bostezo.
Al abrir sus ojos que destellaban con los rallos del sol una azul celeste como el mar.
Este leoncito es naruto, futuro heredero del trono, y futuro señor de las sabanas.
Estaba ansioso, ya quería conocer todo lo que pronto sería zullo, sin esperar más fue donde su padre minato, rey actual cuya melena destellaba al sol.
Naruto: papá…papá despierta ya¡¡¡
Kuzhina: minato…tu hijo esta despierto…
Naruto: papá…prometiste que hoy me enseñarías a ser un león…
El rey del lugar alzó la mirada con pereza, mirando al mas joven de sus hijos, el cual estaba ya ansioso de ser miembro de la familia…pues a los 14 (como 3 años en humano)un león debía aprender a ser una cazador mortal.
Minato: graaaaar…dile a tu hermano…el te puede enseñar…
Dicho esto volvió a bajar la cabeza y a dormir como el perezoso león que era.
Sin más naruto se dio media vuelta, y saltando entre los demás leones buscó a su hermano mayor, el cual no encontró; seguramente se encontraba fuera de la cueva.
Salió de la cueva en busca de su hermano, dejando que el sol le diera de lleno, dejando ver su amarillo pelaje y una pequeña melena que no tardaría en ser una grande y frondosa como la de su padre y su hermano.
Bajó de las rocas a saltos, cayendo parado en el suelo sobre sus cuatro patas, caminó un poco entre la espesa hierva hasta llegar a un pequeño estanque el cual se iluminaba con la luz del sol.
Y allí sentado se encontraba su hermano deidara, el cual era muy parecido a el, solo que más grande, una melena larga y frondosa y sus ojos más claros.
Deidara: um….que haces aquí bola de pelos…no deberías de seguir durmiendo??
Naruto: cállate idiota….y deja de decirme bola de pelos….ya casi soy un adulto sabes??
Decía con tono de orgullo y mostrándose ante el sol como si fuera rey del mundo.
Deidara: de acuerdo rey pelele….que es lo que quieres??
Decía su hermano mientras se ponía de pie y se volvía hacia el que sería el futuro rey y claro, gran dolor de cabeza.
Naruto: pues pasa que hoy es el día en el que me convierto en todo un león…y papá dice que tu me vas a acompañar en la casería.
Decía mientras se agazapaba y se ponía en posición de ataque hacia su hermano enseñando los dientes y las garras, moviendo su cola de un lado a otro.
Deidara: demonios, si que eres un dolor de cabeza…de acuerdo vamos…pero recuerda que no debemos salir de los límites del territorio.
Naruto: si ya sé ya sé…de todas formas no hay mejor territorio que este..
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En otro territorio, no muy lejano al del rey minato, se hallaba otra manada de leones, pero estos no eran de colores tan claros, estos tenían pelajes o muy oscuros o demasiado claros casi albinos.
Su territorio era completamente seco, con la tierra agrietada por la resequedad, se veían huesos de animales por aquí y por allá, sin mencionar que el lugar estaba plagado de hienas que les hacían competencia por los alimentos.
Esta manada se resguardaba del frió nocturno dentro de los montones de esqueletos de elefantes, los cuales les servían de refugio y les daban un lugar para dormir.
Estos leones eran demasiado flacos, ya que su territorio no les daba lo suficiente como para estar muy sanos, pero de ves en cuando entre varios se podían agarrar a una hiena solitaria, para convertirla en la cena.
El líder de esta manada era un león de gran tamaño, su pelaje completamente negro, su melena de igual color y muy de graficada, sus ojos eran filosos y rojizos como la sangre; era un león muy cruel, que no tenía compasión de nada, pero sabía mantener a su manada unida.
El segundo al mando en aquel lugar era itachi, un león muy parecido a maadara, con el mismo color de ojos y pelaje, solo que su melena era un poco más lisa.
Era un león joven y fuerte, tendría unos 19 (4 años en humano)
Se encontraba acostado a un lado de maadara, con una cara que demostraba total seriedad y tranquilidad, igual a la de su ya viejo pero fuerte tío.
Y debajo de él se encontraba un león un bastante más pequeño, era muy parecido al mayor , pero a la ves muy diferente, su pelaje era negro azulado, su melena apenas le comenzaba a crecer, teniendo una forma puntiaguda desde atrás y sus ojos eran completamente negros.
Su cuerpo se encontraba debajo del de su hermano, se encontraba completamente agotado, su cabeza yacía recargada sobre una de las patas de su tío, y de su entrada se podía ver que emanaba un líquido blanquecino.
Este iba a ser el heredero de su difunto padre, pero al haber tomado el poder maadara, su herencia le fue quitada y ahora el futuro líder de la manada sería su hermano itachi, al cual ahora solo debía obedecer y complacer.
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Naruto se alejó de su hermano, ya que la casería la tenía que llevar acabo el solo, estaba tan ensoñado con ser futuro rey, que no se dio cuenta de que se estaba acercando demasiado al límite del territorio de su familia.
Volvió en si cuando escucho un pisoteo, sin duda eran gacelas, perfecto¡¡¡
Las gacelas no son muy grandes , así que no debían de darle muchos problemas.
Se acercó a ellas lentamente y con sigilo, se escondió entre la espesa hierva, acechando a sus victimas , hasta escoger la que mejor pinta le diera.
Cada ves se acercaba más y más, y las gacelas ni enteradas de su presencia, seguían en lo suyo, pastando tranquilamente.
continuará
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