Hijos
… Dulce, pequeña y querida Greta; el orgullo de sus padres, la luz de sus ojos, el aliento de sus vidas. Pequeña de 14 años terricolas, que gracias a la astucia de Conrad y su idea de llevarla a vivir 1 año en la tierra a cada cierto periodo y contando con la diferencia de los 5 en Shin Makoku, la hacían vivir mas tiempo asemejándose a la vida mazoku; seguía tal como llego a palacio, aquel dia en que intento matarlo y él con su gran bondad y ya habiendo escuchado su historia, la adopto sin más como una verdadera hija; quizás un poco mas cambiada con los típicos cambios que tiene un niño cuando pasa a ser adolescente, el rostro mas fino y problemas amoríos que lo tenían con la guardia siempre alta al pensar que su pequeña ya estaba pensando a considerar el separarse de su lado para huir con un amante furtivo, casarse en la clandestinidad y volver a sus brazos llena de hijos mientras él miraba a su marido con odio por haberse llevado a su querida princesita.
- Grrr… seria la primera vez que me acriminaría con alguien- dijo en voz baja
… Travieso, impredecible y muy tsundere Yoru; el pequeño era un remolino andante sacando de quicio, generalmente, a Gunter quien la hacia de niñero. Cabellos y ojos negros como la noche (de ahí su nombre) son sus agraciadas características, con una estatura propia de un niño de 10 años e inquieto y curioso como nadie; el niño a pesar de ser catalogado por Gunter como un peligro para la mazokidad*, cuando estaba con su madre se comportaba como el mas puro e inocente demonio venido del infierno (en palabras propias del consejero-niñero)
- A pesar de su carácter es un buen hijo… aunque aun asi a veces dan ganas de amararlo- una gotita imaginaria se poso sobre su cabeza.
… Apacible, amable y sensible Sora; aunque no lo parezca es el hermano gemelo pero menor de Yoru, un ángel por naturaleza de cabellos dorados y ojos azules heredados de su tío Gwendal y al parecer Shinou-heika. Con su carácter tímido y su apariencia no hay duda sobre quienes son sus padres, lo que lo hacia ser querido por todos, si hasta Gunter lo estima a pesar de su apariencia, y no es que odie a Yoru. Al pequeño querubín la mayoría de las veces se le podia encontrar en el regazo de su madre o si no, en los brazos o sobre los hombros de su tío mayor y es que conociendo la debilidad que tenia el peligris sobre las cosas lindas y tiernas, se le hacia complicado pedirle que le devolviera a su hijo.
- Creo que ahora da mas miedo que al principio -suspiro- aun asi te entiendo Gwen, a mi también me gusta apapacharlo, abrazarlo y apretarlo por las noches cuando duerme en mi habitación y cuando no también -suspiro- pero casi todo el tiempo esta con Wolf buaaaa por que nuestros hijos lo quieren mas a él?... snif… yo también contribuí en su creación- dramatizo
- Umm? Asi que aquí estabas Yuuri- hablo una voz desde la puerta haciendo que el mencionado levantara la vista del objeto en sus manos- que haces con ese cuadro?
- Wolfram- susurro- eh… no nada, solo recordaba- puso el objeto causante de sus divagaciones en su lugar sobre el escritorio antes de levantarse y caminar hacia la entrada- qué? Ya es hora?
- Sip- mencionaron un par de voces al unisono siendo pertenecientes a los gemelos que se asomaban por la puerta
- Bien. Por cierto te ves hermoso Wolf, todos lo están- menciono luego de reparar en las ropas de su esposo, los gemelos y de Greta que venía acercándose por el pasillo
Un gracias y un “tu tambien” de parte de sus hijos y un beso en los labios de parte de Wolf fue lo que recibió mientras se dirigían a la sala del trono del castillo Pacto de Sangre donde se llevaría a cabo una gran fiesta en honor a sus 11 años de casados
Con una señal entre los sirvientes dieron a entender que los reyes y sus hijos estaban prontos a llegar
- Atención Shin Makoku e invitados de otras naciones- llamo la atención Gunter quien estaba parado a los pies de una gran escalera- ante ustedes… -menciono provocando que las personas reunidas miraran el principio de la escala majestuosamente decorada-
- Yuuri to Wolfram kokuô heika**...
-FIN??-