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Tanjobi Ometeto Sebastia-san! por yuukiyuki

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Notas del capitulo: lA LI HO!!

Hola minasaaan!!

Yuukiyuki reportandose una vez mas con una locura!!

No me malinterpreten, amo el SebasxCiel con toda mi alma como cualquier persona que ame kuroshitsuji, demo, desde hace un buen rato traigo las ganas de hacer este diminuto one-shot.

Seh, llegare tarde a la escuela por subir esto, peroes historia, asi que no importa mucho. Sin mas que decir, a leer, y espero que les guste n_n

los personajes no me pertenecen, sino al maestro (y mi dios) Yana Toboso
TANJOBI OMETETO SEBASTIAN-SAN!

Ah! Por fin llegaba.
La hora predilecta de los tres atolondrados sirvientes de la casa Phantomhive: la hora de la comida.
Era la que esperaban durante todo el día, aparte de la del desayuno y la cena, simplemente por el hecho de que después de unas horas de no hacer nada bien, podían relajarse un poco, además de que eran las unicas horas en las que Sebastian, en vez de regañarlos por su ineptitud e incompetencia, los dejaba deleitar sus paladares con uno de sus exquisitos platillos.
Entraron los tres en fila a la cocina, el mayordomo ya estaba ahí, preparandoles algo a sus hambrientos estomagos.
El aroma que desprendia el alimento era exquisito por supuesto, desde antes de entrar a la mansion lo habian olfateado, atravesaba los espesos muros de la cocina y llenaba por completo el ambiente.
Finny, Meirin y Bard se acercaron un poco a la estufa asomando sus cabezas por encima de los hombros de Sebastian con la intencion de alcanzar a ver un poco lo que este preparaba.

-Wow, la comida de hoy se ve exquisita Sebastian-san!!- lo halago Meirin con una pequeña hemorragia nasal que se esforzaba por contener

-La comida de Sebastian siempre luce exquisita- añadio Bard mientras imaginaba que era él el que la habia preparado.

-Sientense por favor, en un momento estara listo- pidio Sebastian sin volver la vista al momento de hablarles

-Hai!!- canturrearon los tres llendo a coger cualquier cosa en la cual tomar lugar. Improvisaron una mesita en la cocina y esperaron su comida.

-Nya, estoy tan cansada, la comida de Sebastian-san seguro me repondra- comento la pelirroja

-Baaakaaa, estas cansada porque estas vieja, ni la comida de Sebastian podria ayudarte!- se burlo Bard, encendiendo un cigarrillo que prontamente fue apagado por la colerica Meirin, apuñalo a Bard con la mirada y tras un leve silencio, los ojos se le llenaron de lagrimas

-No me veo tan grande, verdad Finny?- le pregunto con lagrimitas en los ojos

-Hai- le respondio el jardinero, sin tener en cuenta el enorme daño que acababa de provocar, ella comenzo a llorar al momento, no parecia ser algo tan grave, hasta que el nivel del agua en la cocina comenzo a subir -De...demo, eso no es lo que quise decir Meirin -trato de calmarla el rubio- yo me referia a que, a...solo eres mas grande porque tu cumpleaños viene antes que el de todos nosotros, tu no tienes la culpa de estar vieja, perdon, de verte mayor-

-Enserio?- inquirio ella sorbiendo sus lagrimas, Bard abrio la puerta que daba al jardin y todo el mar de llanto termino sirviendo para regar el pasto

-Bueno si...aunque, no lo se porque, ahora que lo pienso, no sabemos cuando cumple años Sebastian-san- al decir lo último, el ojiverde, y los otros dos también, se voltearon a ver al mayordomo bastante curiosos, Finny con signitos de interrogacion flotandole en la cabeza

-Cierto! cuando es tu cumpleaños Sebastian?- le pregunto Bard, atreviendose a formular la pregunta que nadie queria formular. El invocado permanecio callado y de espaldas por unos interminables segundos

-La comida!- dijo al dar la cara, Sebastian, tenia dos platos de sopa en las manos y uno mas en la cabeza, ninguno se habia percatado de cuando el habia terminado el platillo, o lo habia servido, en el rostro del pelinegro estaba pintada una sonrisa a ojos cerrados meramente forzada que tambien tenia tintes de ser amenazante.
Coloco los platos frente a cada uno dandose entonces a la tarea de lavar los utensilios que habia usado, después, tendria que secar el piso de la cocina.

-Vamos Sebastian, solo dinos cuando es- Bard volvio al ataque

-Yo quiero saber el cumpleaños de Sebastian-san!!- grito Finny alzando los brazos, sin darse cuenta de que en una de sus manos tenia una cuchara con comida y que esa comida ahora adornaba la pared

-Oh, el cumpleaños de Sebastian-san, eso seria algo en efecto interesante- dijo Meirin por lo bajo imaginando yo no se que tipo de cosas extrañas. Sebastian fingio ignorar esos comentarios dedicados a hacerlo hablar.
Su cumpleaños, tenia una memoria excelente por supuesto, no habia olvidado detalle alguno desde que su existencia habia comenzado, excepto ese, el inicio de su existencia, y no era tanto que hubiera
olvidado esa fecha o no les dijera porque no quisiera decir su edad, eso era lo de menos, el hecho era, que cuando su existencia habia comenzado, no habian ni horas ni calendarios, aquella fecha tan importante para los humanos no existia para él, ademas, era un demonio carajo! para que necesitaba él festejar un cumpleaños?!
Se termino el jabón de los trastes, al volverse por mas, encontro a tres sirvientes chibis con ojitos suplicantes de perrito.

-Se les ofrece algo?- inquirio levantando una ceja

-Dinos tu cumpleaños, siiiiiii????-
Sebastian los ignoro, tomo el jabón, y siguio lavando, los ojitos de perrito tenian efecto nulo en el, porque Sebastian amaba los gatos.
Cuando secaba el piso, los chibi sirvientes aparecieron a un lado de la escoba

-Dinos cuando es, andaaa!!!-
Mientras sacudia los libreros, aparecieron en varios de los huecos que dejaba al retirar un libro

-Onegai!! Cuando es tu cumpleaños?!!-
Al salir del estudio de su Bochan, ellos estaban ahi, chibis, con ojitos suplicantes, y con la misma pregunta

-Cuando cumples años Sebastian?!!!- Y el demonio podia hacer muchas cosas, quizas podia hacer la limpieza con las manos atadas a la espalda mientras interpretaba "Fantasie Impromptu" de Chopin* tocando el piano con la lengua, pero, paciencia, no le podian pedir.

-No tienen cosas que hacer, como trabajar...- les dijo a los tres, frotandose las sienes con una mano, estaban a punto de conocer el lado malo de Sebastian

-Solo dinos cuando es y te dejaremos en paz Sebastian-san- hablo Meirin. Y bueno, si era asi de fácil sacarselos de encima, si eso era lo único que querian saber

-Ah, el 06 de junio- suspiro Sebastian, dio media vuelta pasando por alto las caras atonitas del trio, y desaparecio en la esquina de un pasillo, los tres intercambiaron miradillas complices, rieron un poco, y tan rápidos como el viento desaparecieron en direccion contraria, su destino era el cuarto de sirvientes.

**El cuarto de Sirvientes**

Meirin estaba sentada a la mesa, con un cuadernito en manos y escribiendo en numeros enormes 06/06 , Bard, sentado de frente a ella, tenia los pies arriba de la mesa, cigarro en boca y sonrisa triunfal en la cara, finalmente Finny, estaba perdido en lo suyo, mirando a Pluto correr por una ventana, cuando un calendario llamo su atencion, murmurando una alegre tonadilla, se acerco al pedazo de papel que colgaba de la pared (con conejitas play boy, cortesia de Bard) lo examino, y sonriente como estaba hablo a los otros dos

-Je, es gracioso, 06 de junio es mañana n_n- Al cocinero se le cayo el cigarrillo de la boca, y a la sirvienta su lapiz de la mano

-Mañana!!- gritaron Meirin y Bard al unisono poniendose en pie de inmediato y comenzando a calcular. Pluto diviso a Finny y se acerco en su forma humana para poder entrar al cuarto, el chico le abrio la ventana y lo dejo pasar

-Tenemos que darle un graaaaaan regalo a Sebastian, pero que?- Meirin empezo a andar de un lado a otro con arrugas de preocupacion en la frente

-Un gato!- exclamo Bard, el perro gruño a la idea

-Creo que eso no le agradaria mucho a Pluto, Bard- dijo Finny, como traduciendo lo que el perro habia querido dar a entender, y que, por cierto, todos habian entendido.

-Ya lo se!- Finny y Meirin le prestaron toda su atención al supuesto cocinero en jefe de la mansión -Es una idea explosiva!-

-Nada que tenga que ver con fuego Bard- pidio Meirin

-Es una expresión...- aclaro Bard, con una gota de anime en la cabeza, se sacudio la gotita y continuo explicando -Sebastian siempre esta encerrado en esta mansion con el bochan y nosotros, propongo que le demos un regalo solo para hombres!-

-Algo asi como un balón de Futbol!- grito Meirin entusiasmada, Bard se le quedo mirando

-No, yo pensaba mas en algo como...- el jardinero lo interrumpio

-Entonces lo llevaremos a un partido!-

-YO ME REFIERO A UNA CHICA!- hubo una cara de sorpresa, y una hemorragia nasal infinita.

-Pero quien?- inquirio Meirin (quien no deberia ser la pregunta!) el cocinero la miro, de arriba a abajo, terminando por mirarle a los ojos y arquear una ceja, intentando aludir a lo obvio, otro chorro de sangre salio de su nariz y su rostro se torno completamente rojo -No, no no y no! yo no lo hare! es tan indecente!!- Bien, no la podia obligar, ella realmente le asustaba cuando se enojaba, llevo una mano a su menton en pose pensativa, pensando cuanto le costaria rentar a una chica por una noche, si no le alcanzaba para una cara, al menos para una decente, se concentraba en sumar todos los ahorros de su vida, pero...

-Maldicion! callate Finny, no me dejas pensar!!- el joven jardinero se habia desentendido practicamente de la situacion desde el principio, y mejor se habia dedicado a hacerle cosquillas a Pluto, se divertia tanto, que no podia evitar reir de una manera un tanto ruidosa.
Como fuera, al grito de Bard, él guardo silenco al instante, con la mirada clavada en el suelo, y las mejillas rosas, apenado por ser molesto. Bard escucho desde atras a Meirin tratar de contener una nueva hemorragia

-Y eso porque fue?- le pregunto alargandole un pañuelo

-Esque Finny se ve tan Kawai!!!- un foco brillo en la cabeza de Bard -Oh, perdon, encendi la luz- se disculpo la pelirroja. Bard no le dio importancia, se acerco hasta Meirin, para poder susurrarle su plan al oido, era tan perfecto, que a la sirvienta le dio una hemorragia mas, tras escucharlo todo, los dos asintieron, y se dispersaron

-Ok! hay que trabajar no Finny?, el jardín no se vera hermoso por si solo!- le dijo Bard amistosamente, demasiado amistoso, dandole unas palmaditas en la espalda y ayudandolo a levantarse del piso. Finny no se pregunto la razón de ese misterioso cambio de humor, solo se alegro de que ya no estuvieran enojados con el, y haciendo caso a lo que el otro rubio decia, se dispuso a ir al jardin

**Al dia siguiente**

Sebastian se habia regañado un poco a si mismo en el momento en el que se habia dado cuentra de que la fecha que habia inventado era precisamente ese dia, aun asi, contrario a lo que esperaba de el trio dinamico, no hubo ningun intento de festejo, ni un pequeño pastel, o si quiera un felicidades, nada en absoluto, los tres se despertaron y comenzaron a estropearlo todo como de costumbre.
Igual daba, habia vivido toda una existencia sin una celebracion de cumpleaños o un regalo, no era que ahora que tenia una fecha, necesitase algo de eso.

Aun asi, se descubrio examinandolos al momento de servirles su comida, platicaron amenamente, de cosas completamente normales, como en un dia cualquiera, sin nada que dijera que estaban tramando algo.
Y ya que estuvo seguro de que no aparecerian de repente con gorritos de fiesta, se encogio de hombros, y se dedico de lleno a lo suyo.

-Vale Meirin!, Sebastian ya no nos esta vigilando, comencemos-

-Yes Sir!!- Ambos corrieron al jardin, donde encontraron a Finny descansando un poco bajo la sombra de un arbol

-Oh Finny...- lo llamaron ellos, casi en un siseo, se acercaron lentamente, mas, y mas...y un poco mas....

-Nani?- era solo el, o las caras que sus amigos tenian no eran las de siempre?

**Fuera del estudio de Ciel**

-Llameme si necesita algo mas Bochan- dijo, haciendole una reverencia al ojiazul y terminando por cerrar la puerta del estudio. No dio un paso cuando ya tenia al cocinero y a la pelirroja a un lado suyo.

-Sebaaaastian-san!- dijeron ambos con cara de : 3, el sonrio imperceptiblemente, solo para si, no se habia equivocado, ellos verdaderamente tramaban algo.

-Sucede algo mina?- pregunto, resistiendo perfectamente el curvear su boca en una sonrisa.

-Feliz cumpleaños!- gritaron ambos, lanzando confeti y brillitos de sus manos, solo entonces el pelinegro se permitio sonreir. Fue un buen demonio y agradecio el detalle aparentando sorpresa

-No debieron molestarse- les dijo, sonriendo de lado.

-No Sebastian, este no es tu regalo, tu presente esta allá afuera- le aclaro Bard, señalando por uno de los enormes ventanales hacia los rosales de la mansion.

-Afuera?- inquirio el ojirojo.

-Hai, siguenos!- hablaron los dos sirvientes, empezando a caminar, Sebastian penso un poco mas en las posibles cosas que ellos le tuvieran de regalo, y despues los siguio.
Salieron de la mansion, la luna todavia no estaba tan alta pero sus rayos plateados alcanzaban con delicadeza los petalos de las blancas rosas regalando un sublime paisaje a la vista.
El regalo estaba escondido tras una delgada cortina de hierba que, Sebastian estaba seguro, antes no estaba en el jardín. Al apartar la cortina, descubrio su pequeño regalo, inmovil y de pie, a pesar de que no muy lejos habia una pequeña banca de madera.

-Que es esto?- no pudo evitar decir mirando a la personita frente a el, una cabellera rubia que caia a la cintura y unicamente con lo que parecia ser un camison de dormir rosa

-Taaaa-chan!!!- entonces, aquella delicada personita se volteo, dejando ver a Finny, con una peluca perfectamente bien colocada, usando la ropa mas sexy que pudieron hallar en el closet de Meirin, y por una razon que Sebastian desconocio, con las manos atadas. El pelinegro se volteo a verlos, algo furioso.
Los complices notaron esa furia latente

-Gomen Sebastian-san, fue lo mejor que pudimos hacer- el mayordomo se cruzo de brazos

-Esque, somos tan conocidos en el pueblo, que ir por alli contratando los servicios de cualquier chica hubiera sido mal visto y...- Sebastian los corto de inmediato

-Y dganme, de quien fue la brillante idea?- Bard miro a Meirin, Meirin miro a Bard, y los dos se señalaron el uno al otro, echandose mutuamente la culpa. -Largo de aqui, ahora...- no los fulmino, los pulverizo con la mirada, ellos tragaron duro, temieron por sus vidas, y huyeron de ahi dejando que la ira recayera sobre el jardinero.
Cuando Sebastian volvio a darle la cara, el tambien trago duro y por supuesto que tambien temio por su vida, la fria mirada del pelinegro casi lo hizo desmayar, ya veia su tumba y su funeral, estaba rezandole a Dios o a quien quisiera escucharlo, lamentandose de no haber escrito nunca un testamento, cuando escucho al mayordomo dejar ir un suspiro y lo vio ablandar la mirada, hasta que se convirtio en una completamente compasiva y de disculpa.

-Siento que te hallan hecho esto Finnian- le dijo dulcemente Sebastian mientras le quitaba las sogas de las manos para despues quitarle la peluca de la cabeza -Puedes quitarte el camison tambien- el rubio miro hacia abajo, recordando lo que traia puesto.

-Esque, tengo Frio Sebastian-san...- musito con un fuerte sonrojo en las mejillas, el pelinegro le sonrio amablemente y de un momento a otro el ojiverde sintio el Frac negro de Sebastian sobre sus hombros, con el aroma y la calidez de su dueño impregnada en cada fibra de la prenda, el gesto sobresalto al muchacho -N...no puedo Sebastian-san, es suya!-

-Te dara un resfriado, y por mi culpa te obligaron a esto, esta bien- lo calmo el mayordomo

-Tampoco es que me hubieran obligado!- le dijo Finny, quitandose el Frac y extendiendoselo a Sebastian, el lo miro arqueando una ceja, y Finny recapacito lo que acababa de decir, sus manos soltaron la prenda y corrieron a taparle la boca, el pelinegro capturo su ropa antes de que tocara el suelo -Si bueno...esque yo...me refiero a que...no queria decir...y yo...yo- tartamudeo.
Y que lo partiera un camion de helados volador si Finnian no se veia endemoniadamente lindo cuando estaba asi de nervioso!
Solo otro vistazo le basto para que sus complejos pensamientos se vieran suplantados por una unica frase en su mente "Y porque no?" Sonrio lascivamente, se inclino hasta quedar a la altura del rubio, demasiado cerca de el, el Frac que tenia en manos despues de todo si se reunio con el piso, alargo su recientemente libre extremidad al cabello del jardinero, quitando los dos adorables pasadores que adornaban sus mechones

-Seguro de lo que dijiste?- inquirio seductoramente deslizando sus dedos por las finas hebras que ahora le caian en la frente.
Aquel adictivo olor, que apenas y habia podido percibir en el Frac, ahora le inundaba los sentidos
-Hai- susurro, acercando aun mas el rostro al de aquel que tenia frente, se sintio repentina y locamente enamorado, aquellos ojos profundamente escarlata lo dejaron encerrado y rompieron en un monton de trocitos toda su cordura, creyo que seria capaz de recibir un tiro de escopeta por el, si con eso pudiera obtener un roce de esos labios -Sebastian-san me salvo de ese horrible lugar...- cada vez, su voz iba bajando de volumen, ladeo el rostro para poder hundirlo en los hombros del pelinegro y dejo que su cuerpo fuera suavemente acogido por los brazos del demonio -Es lo menos...que puedo hacer...- el demonio sonrio ante las dulces palabras

Si es lo que crees- lo separo un poco de si para poder verle el rostro, se acerco a el par de labios semiabiertos que lo incitaban -No te detendre de creerlo- despues de todo, quien era el para dejar de cumplir semejante peticion? nadie, solamente era un demonio de mayordomo.
Con fiereza Sebastian alcanzo una de las piernas del chico obligandolo a subirla hasta la altura de su cintura, acariciando su entrada por encima de un pequeño short que al parecer traia, su otra mano jalo rudamente los cabellos de Finny, quien no tuvo tiempo alguno de quejarse debido a que sus quejas fueron a morir a la boca del otro.
Duramente podia seguir el rapido ritmo que los labios del pelinegro le marcaban, estaba delirando del placer, su virilidad frotandose con la ereccion del otro era una de las razones para delirar, a cortos intervalos, su boca se separaba de la de Sebastian para dejar ir un sonoro gemido, la saliva del rubio habia adquirido un toque dulzon al empezar a amar, y apenas Finny le daba oportunidad, el volvia a atacar su boca con sumo placer.
Sin decir ni una palabra, el mayordomo presumio su fuerza excepcional cargando al jardinero, llevandolo a la oportuna banca y sentandolo a horcajadas sobre el.
Finny lo miro y paso una de sus manos por el cabello de Sebastian, revolviendoselo con tal de darle una apariencia completamente salvaje que iba mas de acuerdo con la ocasion, satisfecho con el resultado, sonrio.
Sebastian le devoldio esa sonisa, divertido con el mar de diferencia que habia entre sus personalidades, toda la calidez y dulzura que el chico derramaba casi lo hacian serntirse mal por poseerlo sin demostrar lo mismo, casi, dije yo.

-Ese camison te hace ver muy sexy, lastima que sea tan estorboso- hablo el pelinegro, su sonrisa se ensancho aun mas cuando al chasquear los dedos y para sorpresa del rubio la prenda rosa quedo hecha jirones. Debajo, Finny aun tenia una ligera playerita de tirantes azul y el apretado short negro que le resaltaba su peqeño y perfecto trasero.
Era su turno de jugar, Finny se bajo del regazo de Sebastian sintiendo la mirada del ultim seguirle hasta el mas minimo movimiento que daba, hacia ya varios minutos que habia dejado de sentir el frio y aun asi estaba rojo hasta las orejas debido a lo que tenia planeado hacer, quito el cinturon del mayordomo con sumo cuidado, desabotono el pantalon, bajo el cierre, aparto los boxers y finalmente, sin mas, trago por completo el miembro de Sebastian.
Hizo que su lengua bajara y subiera lentamente, era un total inexperto en hacer cosas como aquella, pero aun asi esas timidas lamidas el pelinegro las sentia bastante bien, no queria creerlo, pero un simple humano lo estaba haciendo gemir.
Finny interpreto los gemidos como una señal de que lo estaba haciendo bien, aumento el ritmo, sabiendose exitado el mismo.
Llego un momento en que Sebastian lo detuvo, le hizo apartar la cabeza de su sexo y le abrio los brazos.

-Ven mi querido niño...- le siseo sicalipticamente, el rubio, que tenia una apariencia medio ida, solo obedecio, volvio a las piernas de Sebastian, el pelinegro le quito la playera, Dios sabe como le quito el short, una diminutoa rafaga de viento acaricio la espalda desnuda del ojiverde, logrando sacarlo del paraiso erotico de su mente en el que estaba.

-Va a doler?- pregunto con la voz temblorosa

-Va a doler- afirmo el pelinegro con seguridad algo escalofriante, sabia que era algo salvaje penetrarlo sin haberlo dilatado antes, pero no habia sido Finny el que habia dicho que era lo menos que podia hacer?
Sebastian lo tomo de las perfectas caderas, el hecho de que el rubio se mordiera el labio le alento aun mas, realmente queria oirlo gritar, no le advirtio ni mucho menos, lo sostuvo con mas firmeza y empojo toda su virilidad dentro del chico.
Todo el cuerpo del menor se retorcio de dolor, sus manos buscaron apoyo en la espalda de Sebastian clavando sus uñas en ella y arrugando el chaleco negro preferido del mayordomo, su labio sangro de ambos lados y esa sangre se mezclo con las lagrimas que caian incontrolables de sus ojos cerrados con fuerza.
Los sollozos del menor hacian cosquillas en su oreja

-Finnian, mirame- fue una orden mezclada con peticion, al rubio aun le parecia uncreible que la voz del pelinegro no se viera afectada como la suya

-Lo...siento- dijo entrecortadamente limpiandose aquellas lagrmillas con las manos. El pelinegro le sonrio, acaricio su cabeza y dio un rapido movimiento en el interios de Finny, su cara se deformo de dolor una vez mas, Sebastian junto sus labios con los de el, enredando su habil lengua con la del rubio, una de sus manos se dio a la tarea de masturbar al pequeño, cuando lo tuvo bastante distraido volvio a moverse.
El dolor se habia ido, sus labios ya no se movian, solo permanecian semiabiertos, muy juntos, haciendo sus agitadas respiraciones chocar, el ritmo de las embestidas de Sebastian era frenetico, daba estocadas profundas y veloces, queriendo sentirse mas adentro de Finny, y aun mas, tocar todos aquellos puntos que hicieran al rubio llorar de placer.

-Tienes bastante aguante Finnian...- murmuro Sebastian a su oido sin dejar de embestirlo

-Sebastian-san...- era lo unico que podia, y queria decir, el nombre de aquel angel que lo poseia.
Finny se vino en las manos del mayordomo, que con un sexy movimiento lamio el semen que habia quedado en ellas, sabiendose tambien al borde, lo penetro un par de veces ams y finalmente se corrio dentro del estrecho interior del jardinero, permaneciendo dentro suyo solo un poco mas antes de salir por completo
Habia sido demasiado para el rubio, sus ojos se cerraron lentamente, perdio la poca fuerza que restaba en su cuerpo y cayo desmayado a los brazos de Sebastian.
El mayordomo lo recosto en la banca, se vistio correctamente, vistio de igual manera a Finny y lo llevo en brazos de regreso a la mansion.
Entro sigiloso al cuarto que compartia con Bard y Tanaka-san y lo deposito en su cama con mucho cuidado, permaneciendo estatico unos segundos, grabandose su imagen tan apacible cuando dormia, tuvo que hacer el mayor de los esfuerzos para no volver a tomarlo ahi mismo. Salio cerrando silenciosamente la puerta tras de si.

Fue entonces, al cuarto de pequeño Ciel, el yacia en su cama, con la pijama mal puesta, parecia estar dormido, cuando el pelinegro se dispuso a salir, la voz del ojiazul lo detuvo

-Fue divertido?- pregunto, su voz hizo eco en la profunda oscuridad que encerraban esas cuatro paredes

-Perdon bochan?-

-Que si fue divertido hacerlo con Finnian- pregunto seriamente, supo que su mayordomo sonreia

-En efecto- contesto Sebastian tras unos segundos de silencios, luego camino hasta la cama de Ciel, encendio unas velas que descansaban en el buró a un lado de la cama del pequeño, le desvistio y le coloco el largo camison blanco como debia ser, lo volvio a meter en la cama y le arropo en un gesto paternal -Pero no es tan divertido como hacerselo a usted- le dijo con toda intencion de hacerlo sonrojar.

-Callate estupido!!!- le grito arrojandole a la cara una de las multiples almohadas de la cama, Sebastian capturo el disparo y aprovecho esa pequeña distraccion para acercarse hasta su joven amo y robar un beso de sus labios

-Buenas noches, bochan-

****

-AAAAAA!!-
Bard entro corriendo al cuarto de Meirin, con su escopeta en mano. De una patada habia tirado la puerta

-Donde esta el intruso Meirin?- pregunto, ella lo miro con los ojos llenos de lagrimas

-Incluso el cumpleaños de Sebastian-san va despues que el mio, soy tan vieja!!-

-Era solo eso -_-
Notas finales: Si bueno, al final hubo un poquito de Sebastian y Ciel, era inevitable mis niños.

Decir que no me pertenece play boy, Fantasie Impromtu del señor Chopin, tampoco la frase "que me parta un camion de helados volador" esa es de bob esponja, si, veo mucho bob esponja, y que y que y que??!!
Ammm, que mas, la palabra sicaliptico: escabroso, sexualmente malicioso, definicion del diccionario Larousse enciclopedico 2000, que, si, tampoco me pertenece

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