Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Happy Halloween Sweet Babies por sasukexnaruto

[Reviews - 14]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

qUiErO reviS =d

 

 

Basado en Naruto

Naruto y todos sus personajes son propiedad de Masashi Kishimoto

 

***************

 

Happy Halloween Sweet Babies

 

***************

 

-¿Por qué tengo que hacerlo yo?- lloriqueó Hinata ante la puerta, poniendo su más encantadora voz de muchacha desvalida

-Por que lo echamos a suertes y te tocó a ti- le recordó Kiba, recostado tranquilamente en el lomo de Akamaru, que coreó su respuesta con un ronco ladrido, y luego dio un lametón en la cara de Hinata, que no tuvo tiempo de apartarse del enorme animal.

-Hinata-chan, tú puedes convencerlo más que nadie con esa vocecita adorable y esos ojitos de no haber roto un plato en su vida- la apoyó Lee, y por si su mini-discurso no había sido suficiente, adoptó su pose más melodramática mientras clamaba- Deja que el vigor y el fuego que recorre tus venas con toda la energía y vitalidad de la juventud te de fuerzas- a lo que Kiba le dio un coscorrón para que dejase de hacer estupideces.

-Parece que no le conocieseis- refunfuñó la chica-, le va a dar absolutamente igual lo que yo le diga.

-Para eso estamos nosotros aquí- dijo Gaara, el último miembro del grupito, uniéndose a la conversación por primera vez desde que se habían separado del resto.

Hinata suspiró y anduvo los pocos metros que la separaban de la puerta con resignación. Llamó al timbre y esperó tan expectante como el resto. No tardó en abrirle la puerta un Sasuke vestido solo con unos pantalones y que se estaba comiendo tranquilamente una manzana.

-Konnichiwa Hina-chan- saludó con bastante entusiasmo para ser él-y compañía- añadió con menos efusividad al ver a los tres chicos. La curiosa combinación que formaba el grupo no le daba muy buena impresión- ¿Qué quieres?- preguntó dirigiéndose amablemente a la chica e ignorando al resto.

Hinata juntó sus dos dedos índices y los retorció con aspecto nervioso, mientras estudiaba, al parecer muy interesada, la alfombra que había en la entrada con el símbolo Uchiha en ella. Kiba le dio un codazo.

-Verás, Sasuke-kun... hemos de... decidido organizar una pequeña fiesta... en el cementerio para celebrar Halloween... y... y... nos gustaría que vinieses- explicó con una mirada angelical capaz de derretir al más grande iceberg del Polo.

El moreno dio tranquilamente otro mordisco a la manzana.

-No me gustan las fiestas- se limitó a decir una vez hubo tragado.

-Pe... pero vendrá mucha gente- añadió la chica, con vececita suplicante.

-No me gusta la gente- puntualizó Sasuke.

-Y habrá un montón de dulces- dijo con efusividad, sonriendo al pensar en la montaña de caramelos y chucherías varias que habían comprado.

-Eh... no me gustan los dulces...- le recordó el Uchiha, y hasta se sintió un poco mal al ver la decepción en el rostro de la kunoichi.

-Lo que pasa es que no te atreves- saltó de pronto Kiba, y esbozó una sonrisa de burla que dejó al descubierto sus puntiagudos colmillos de perro.

-Quien lo hubiese dicho... el gran Uchiha Sasuke tiene miedo de ir al cementerio por la noche... ¿crees acaso en los cuentos de brujas?- se mofó Gaara, y su rostro adoptó una sonrisa socarrona que hizo que a Sasuke se le marcase una enorme vena en la frente.

-Yo no...- empezó a protestar con irritación, pero allí estaba Lee para interrumpirlo al acto.

-Vamos Sasuke-kun, si buscas fuerzas en la primavera de tu fogosa juventud, encontrarás la valentía para...

-¿Si voy dejareis de molestarme?- inquirió, viendo que habían venido preparados para cualquier clase de negativa que pudiese dar.

Las cuatro cabezas se movieron afirmativamente.

-¿A que hora?- preguntó resignado.

 

***************

 

-¿Estáis seguros de que es una buena idea?- preguntó Sakura. Ella conocía a sus dos compañeros de equipo mejor que nadie, y sabía que con ellos era imposible prever sus reacciones.

-Por una vez, estoy de acuerdo en que es más problemático no hacer nada que intentar hacer algo- respondió Shikamaru, mientras recordaba lo aconteciso hacía poco.

 

Gaara había llegado, el día anterior, a la tetería donde había quedado con el grupo y dejó la calabaza en el suelo, dejándose caer pesadamente sobre una silla en medio de todos. Ser Kazekage era aburrido, con tantas reuniones. No era que Tsunade no fuese enrollada, al contrario, estaba convencido de que esas interminables charlas la agobiaban tanto como a él mismo, pero el consejo de ancianos de Konoha estaba tan amuermado como el de Suna, así que los dos se escapaban en el menor tiempo posible.

-¿Qué tal?- preguntó en un tono que dejaba claro que no le interesaba lo más mínimo la respuesta.

-Pfff... como siempre- resopló Ino, señalando detrás de ella sin molestarse en mirar.

-¡Eres un dobe!- gritaba malhumorado Sasuke.

-¡Y tú un baka!- replicaba todavía más enojado Naruto, mientras se ponía en pie.

-¡Usuratonkachi!- le insultaba el Uchiha, mientras se apartaba para esquivar un kunai con una expresión que dejaba claro que no le había costado el menor esfuerzo.

-Está claro que no pueden vivir en uno sin el otro- suspiró Sakura, que era la que más veces aguantaba ese tipo de escenita, y el resto mostró su acuerdo.

-Si al menos hiciesen algo interesante- se lamentó Temari, sorbiendo su té con limón- No se, quitarse la ropa, hacer escenitas subidas de tono...

-Sería más entretenido- convino Ino, que se agachó para esquivar un shuriken.

-¡Te voy a dar una palizaaaa!- bramaba Naruto.

-¿Tú y cuantos como tú?- se burlaba Sasuke.

-¡Los que haga falta!- replicaba el rubio- ¡Kage Bunshin no Jutsu!- decía, mientras un montón de réplicas aparecían junto a él.

-Nos vuelven a echar del local- sollozó Tenten.

-Apuesto 2.000 yens por Sasuke- decía Kankurou.

-Lo mismo por Naruto- aceptó Kiba.

La pelea no llegó a resolverse porque cinco minutos más tarde, la propietaria de la tetería los sacó a todos de allí entre gritos de histeria.

-Vamos a tener que hacer algo al respecto porque los dos son idiotas- sentenció Gaara, que estaba más que harto de no poder tomar algo tranquilamente en ningún bar de Konoha.

-¿Mañana es Halloween, no?- dijo Shikamaru, mientras Naruto y Sasuke se perdían rodando por los suelos calle abajo- La gente pierde las inhibiciones en situaciones límite... ¿Qué os parece si les asustamos un poco?

 

Todos negaron con la cabeza, dejando de lado lo acontecido el día anterior y volviendo al momento presente.

Sakura llamó al timbre, mientras Shikamaru se metía las manos en los bolsillos con aspecto aburrido y Neji se preguntaba que demonios pintaba él allí. No obtuvieron ninguna respuesta, así que la chica insistió unas cuantas veces, cada vez dejando el botón pulsado durante más rato. Neji le sacó la mano de allí.

-Vas a quemar el timbre- le dijo a la impaciente pelirrosada.

Sakura empezó a pensar que debería tirar la puerta abajo cuando por fin se abrió. En ella apareció Naruto con el pijama y un gracioso gorrito de dormir en la cabeza.

-Ohayo- saludó, alargando en extremo la "o" por culpa de un bostezo. Se restregó los ojos y agitó enérgicamente la cabeza para despejarse un poco- ¿Queréis pasar a desayunar? Tengo ramen para todos- ofreció.

-No, solo veníamos a preguntarte si vendrás a la fiesta de esta noche- dijo Sakura.

-¿Fiesta?

-Sí, lo decidimos ayer... Quizás no te enteraste porque estabas muy ocupado intentando matar a Sasuke- dijo, dedicándole una mirada cargada de segundas intenciones.

Naruto abrió la boca exageradamente.

-Claro que me enteré- mintió- Sasuke no es nadie para acaparar mi atención- protestó cruzando los brazos frente al pecho- Y por supuesto que iré.

-Muy bien- Sakura sonrió, feliz- Será a las 12 de la noche en el cementerio.

-¿En... en el cementerio?

-Sí, ¿algún problema?- quiso saber la chica.

-No, por supuesto que no, Uzumaki Naruto no le tiene miedo a nada.

-Me alegro, porque ya sabes lo que se rumorea... que de los que hicieron la fiesta allí hace unos años, solo volvieron unos pocos, y completamente desquiciados. Desde entonces nadie se ha atrevido a pasar otro Halloween allí, pero a nosotros no nos asusta, ¿nee, Naruto?

-No, claro que no- dijo adoptando una pose de chulito- Nos vemos luego- dijo en un murmullo.

Se despidieron y quedaron en verse a media noche.

-No habéis dicho nada- protestó Sakura en cuanto Naruto se metió en su casa.

-¿Para que? Si tú no callas...- se defendió Neji.

 

***************

 

-En el cementerio... en el cementerio... ¡claro, como es pequeño!- protestaba Naruto, mientras avanzaba entre las tumbas intentando controlarlo todo a su alrededor, porque tenía la escalofriante sensación de que alguna presencia le perseguía- ¡Podrían haber concretado el lugar!- se enfurruñó. Hablando en voz alta, tenía la impresión de no estar tan solo.

Miró al cielo con enfado. Había luna nueva y prácticamente no se veía nada, solo las tétricas siluetas de las tumbas y los monumentos a los muertos. Palpó su bolsa de armas, y se aseguró de que los kunais estaban a mano. Tropezó con algo en el suelo, mientras le parecía escuchar una risita siniestra a sus espaldas. Se puso en pie en una diminuta fracción de segundo, buscando al propietario de esa risa. No vio nada a su alrededor, solo las ramas de los árboles agitadas tenuemente por el viento. Solamente cuando se convenció de que solo había sido su imaginación se le ocurrió mirar con que había tropezado. Y allí estaba, tranquilamente reposada en el suelo, una raíz del árbol que había junto a él.

-Estúpida raíz- refunfuñó, aunque en verdad el que se sentía estúpido era él. Pero ahora que notaba el frío tacto del metal en su mano se sentía más tranquilo, así que no volvió a enfundar el arma.

Suspiró. Seguro que la fiesta era en el centro, donde estaba el claro con el monumento en reconocimiento a los que habían caído durante la Tercera Guerra Ninja, ya que era la parte más espaciosa. Si seguía avanzando no tardaría en escuchar el bullicio de sus otros compañeros. Pero no se movió. Había escuchado el ruido de pasos. O se estaba volviendo loco por estar en ese lugar, o efectivamente le estaba siguiendo alguien. Se encaramó al mismo árbol que le había hecho tropezar, cansado de hacer el tonto, y decidido a perseguir él al gracioso que estaba intentando asustarle. No tardó en aparecer, en dirección contraria a la que llevaba él, una silueta recortándose contra la escasa luz. Naruto sonrió y saltó sobre el recién llegado, poniéndole el kunai en el cuello.

-¿Se puede saber a que juegas, dobe?- dijo una voz irritada bajo él.

-¿Sa...? ¡Sasuke!- exclamó. Pues si era el Uchiha, descartado que le quisiera gastar una broma, debía ser otra persona.

El moreno se incorporó hasta quedar sentado, haciendo que Naruto resbalase desde su pecho hasta su regazo. Naruto bajó la mano que sostenía el arma, tragando saliva. Estar cerca del Uchiha siempre le aceleraba el corazón. Ninguno de los dos parecía incómodo por encontrarse en esa posición, simplemente se quedaron mirándose un rato, estudiando las facciones de sus rostros aprovechando la cercanía. Estaban tan cerca que el más pequeño movimiento haría que sus labios entrasen en contacto, pero ninguno de ellos se movía. Se limitaban a perderse en la mirada del otro.

-¿Qué haces aquí, Sasuke?- preguntó al fin el rubio, después de un largo silencio.

-Supongo que lo mismo que tú, buscar a los otros idiotas del grupo.

-¡No me llames idiota!- protestó el rubio.

-Pues no me ataques sin motivo- reprochó tajante.

Naruto abrió la boca, la volvió a cerrar, se puso de morros y le giró la cara, sin saber que replicar para que no se notase que había estado asustado.

-Por una vez que tengo un gesto amable contigo... Noté tu chakra y vine a buscarte- explicó Sasuke, que no quería que Naruto se enfadara, pero no obtuvo ninguna respuesta- Naruto... - le dio unos suaves toquecitos en el hombro- Naru-chaaan- le susurró al oído, alzando su mano con intención de enredarla en los dorados cabellos como se haría a un niño pequeño. Pero no llegó a hacerlo, por que en ese instante vio lo mismo que estaba contemplando un paralizado Naruto.

De los árboles y las tumbas más altas que les quedaban a la derecha ondeaban, con una lentitud que ponía la piel de gallina, algo que parecían siluetas humanas, sujetas por gruesas sogas. La mano de Naruto que no sostenía el kunai se aferró con fuerza a la camiseta de Sasuke, sin apartar la vista del tétrico balanceo de aquellos cuerpos. Y de repente un fogonazo de luz hizo cerrar los ojos a los dos chicos por la intensidad de la misma. Cuando pudieron abrirlos de nuevo, la escena apareció mucho más clara ante ellos. Efectivamente, se trataba de siluetas humanas. Concretamente, los cuatro cuerpos que ondeaban eran los de Tenten, Chouji, Shino y Kakurou, con las caras petrificadas en expresiones de horror, y chorretones de sangre seca que había brotado de sus ojos, nariz y boca, y había resbalado dejando una mancha reseca en sus ropas. Sasuke contempló la escena mientras un escalofrío le recorría la espalda. Por supuesto que, desde que era niño, había escuchado los rumores, en las noches de Halloween, de que un grupo de incautos había celebrado la fiesta allí y nunca más se supo, pero siempre había estado convencido de que no eran más que historias para dar emoción a la noche de las brujas. Intentó concentrarse y reconocer algún chakra conocido, pero no obtuvo ningún resultado.

Y entonces, una risa melodiosa resonó por el cementerio, al tiempo que una figura femenina aparecía entre los dos cuerpos del centro. Tenía unos largos cabellos ondulados de color oscuro, unos profundos ojos violetas y una tez increíblemente pálida. Se cubría únicamente con un vestido de gasa blanca hasta las rodillas que resaltaba su escultural figura.

-Así que más ilusos mortales se atreven a perturbar mi sueño- dijo con voz firme y melodiosa, aunque por dentro, aquel Henge, que no era otra que Hinata, estaba hecha un mar de nervios, y maldiciendo por la mala suerte que estaba teniendo ese día. Todo lo más complicado le tocaba a ella. Solo esperaba poder cambiar lo suficiente su voz para que no la reconocieran.

Naruto retorció todavía más entre sus dedos la camiseta de Sasuke, casi estrangulando al moreno. Este se deshizo del agarre de Naruto y, tomándolo de las muñecas, se puso en pie, obligando al rubio a hacer lo mismo. Le rodeó el estómago con un brazo y echó al kitsune un poco hacia atrás, en actitud protectora.

-No hagas tonterías dobe- pidió Sasuke, sabiendo la manía que tenía su amigo de atacar sin ni siquiera pararse a analizar a su contrincante.

Naruto se limitó a asentir con la cabeza y agarrarse de nuevo a la camiseta de Sasuke, sin poder apartar la vista de los cuerpos de sus compañeros, que se balanceaban de derecha a izquierda en un vaivén hipnotizante. Aunque estaba asustado, el contacto del moreno le daba cierta seguridad. Además, le había puesto tras él, escudándole con su cuerpo, y Naruto no pasó por alto el detalle.

La criatura que acababa de aparecerse volvió a reír, divertida.

-Bien, más almas para mí- dijo con tono de satisfacción- Permitidme que me presente, soy la Banshee de Konoha- retorció una sonrisa sádica que les hizo estremecer- y nadie escapa de mi presencia. Subió la vista al cielo y abrió la boca. Segundos más tarde, brotó de su garganta un grito, parecido a un graznido estridente y espeluznante. Luego volvió a clavar sus ojos color espliego en los dos chicos, con aspecto complacido.

Los dos shinobis fueron sacudidos por un escalofrío. Conocían bastante de mitología como para saber que las banshees anunciaban la muerte a todo aquel que las veía. Cada grito representaba un día de vida para su víctima, un solo graznido significaba morir esa misma noche.

Sasuke sacudió la cabeza, en un intento de despejarse. Aquello debía ser parte de la fiesta, se dijo. Al fin y al cabo era Halloween, seguro que aquella panda había organizado este pequeño truco para asustarles. Intentando calmarse, y sin dejar de hacer de escudo para Naruto, cerró los ojos y activó el sharingan, convencido de que no era más que un Genjutsu.

Sakura miró a Shikamaru y a Temari. El Nara había previsto que el Uchiha usaría el sharingan y habían encontrado la manera de poder engañarlo durante unos pocos minutos, gracias al genjutsu de la pelirrosa. Aunque era necesaria la ayuda de dos personas más. Sakura comenzó a formar una serie de sellos, que los otros dos imitaron con tres segundos de separación entre ellos. Y lograron mantener la ilusión.

Hinata rió de nuevo, esta vez de forma estridente, como si se hubiese vuelto loca. Agradeció más que nunca las clases de escenificación e infiltración que tanto había insistido en darles Kurenai.

-No intentes luchar contra mí, vulgar mortal, o te condenaré a un sufrimiento del que no podrás librarte en toda la eternidad- dijo con voz de sádica.

-Sasuke...- susurró Naruto, pero el moreno le hizo callar con un "shh". Aquello tenía que tener una explicación racional.

-Bien, hoy me he alimentado ya de suficientes almas- dijo la "banshee" con tono casual- Así que haremos un trato... uno de vosotros se quedará conmigo, y el otro se puede marchar. Ah, pero quiero algo a cambio, una prenda del que se vaya- se llevó una mano a la boca, mordisqueando uno de sus dedos con aspecto distraído- ¿Qué podría ser? ¿la lengua? No, que hago yo con una lengua... ¿la cabeza entera? No, entonces no se podrá marchar...

Sasuke aprovechó el momento de distracción de la criatura para girarse presuroso hacia Naruto. Le cogió de las manos y las apretó con fuerza, en un intento de transmitir una confianza que no sentía en absoluto.

-Vete de aquí, yo la entretendré todo lo que pueda- ordenó el Uchiha, y sabiendo que el rubio no querría hacerle caso, intentó darle un empujón, para que tuviese que correr cuando la banshee pretendiese detenerles.

Pero fue el momento de Ino de entrar en acción, con su nueva derivación del Shintenshin no Jutsu que tanto le había costado perfeccionar. Se hizo con el control del cuerpo del Uchiha, pero sin anular su mente. De allí no se escapaba nadie hasta haber confesado lo que sentía por el otro.

-No pienso irme sin ti, Sasuke-baka, ¿Qué te has creído?

-¡Kusoooo!- gruñó el moreno, al darse cuenta de no se podía mover. Empezó a estar realmente asustado. No podía hacer nada por ayudar a Naruto, la persona más especial en su vida, la persona que más le importaba, la persona a la que amaba.

-Dejad de haced el idiota- gruñó Hinata, como si retener a una persona contra su voluntad no fuese ningún esfuerzo, y prosiguió con su dilema- Veamos... no quiero ninguna parte del cuerpo, no me es útil... ¡Ya se! ¡Los recuerdos! El que se vaya de vosotros tendrá que entre... entregarme sus recuerdos del otro- decidió- ¿Quién de los dos será?

-Naruto- respondió Sasuke con decisión, y en ese momento sintió como su cuerpo volvía a moverse (recuerdo que Ino no puede mantener más que unos minutos la técnica)- No pienso permitir que te pase nada, Naru-chan- dijo cogiendo al rubio por la barbilla para que le mirase a los ojos- Por favor, vete y no peleemos, ¿sí?- preguntó con tristeza, y acarició con ternura el rostro enfurruñado del kitsune. Era un ninja y estaba preparado para morir. ¿Qué mejor manera que hacerlo por una persona a la que quería?

-¡Ni pensarlo!- gritó el rubio, enfadadísimo- ¿Qué te hace pensar que voy a permitir eso? ¿Acaso crees que...- su voz se volvió un susurro- sería feliz sin ti?- le clavó una mirada desafiante- Si el tozudo Uchiha está dispuesto a tragarse su orgullo y ser él quien se vaya, seré feliz de salvarte, pero si no, pelearemos juntos y... si hace falta... moriremos... juntos.

-Naruto...- Sasuke le besó en la frente, con cariño- Sabes que no voy a dejarte solo. Nunca lo haría. Yo...

El grupito, que miraba emocionado la escena, consideró que la situación empezaba a adquirir un cariz demasiado íntimo. Habían pactado que en ese instante les confesarían que todo era una estratagema, ya que no querían robarles sus primeros momentos. Así que de repente, los que estaban ocultos salieron de sus escondites, los que hacían de muertos revivieron milagrosamente y Hinata deshizo aliviada el Henge, mientras los dos shinobis les miraban con los ojos como platos.

-Vo... ¡vosotros!!- gritó Naruto molesto, cuando empezó a reconocer a sus compañeros- ¡Gaara! ¿Tu también?- se sorprendió.

-Ya sabía... que tenía que ser una broma- refunfuñó Sasuke, al tiempo que la vena de su frente adquiría proporciones descomunales- Pues dejadme decir...

-No era una broma- se apresuró a corregir Sakura, que no quería que se enfadaran con ellos- Solo era una estrategia para que os dieseis cuenta de lo evidente.

-Estoy harto- se quejó Gaara- de que seáis lo únicos que no veis que os queréis con locura. Pero ahora ya sabéis que los dos estáis dispuestos a morir por el otro, así que empezad a salir, a comeros la boca y meteros mano y esas cosas que hacen las parejas normales... ¡y dejad que me pueda tomar un refresco tranquilamente!

Naruto se sorprendió, mientras Sasuke se limitaba a poner los ojos en blanco.

-La... lamento esta situación ta... tan violenta- se excusó Hinata, con las mejillas teñidas de color carmín- Me... mejor vamos a celebrar Halloween y... luego habláis tranquilamente...- dijo, convencida de que tenían motivos para estar enfadados con ellos y para sentirse incómodos.

-¡Hinata eres la mejor actriz que he visto!- exclamó Naruto, abrazando a la Hyouga con una gran sonrisa- ¡Me has asustado mucho!

-Dobe...- refunfuñó Sasuke. El kitsune no se inmutaba por nada, y después de la que habían montado lo único que se ocurría era felicitar a Hina-chan por ser buena actriz... no tenía remedio.

 

***************

 

-Bueno, nosotros nos separamos aquí- se despidió Ino a la salida del cementerio.

-Más os vale hablad entre vosotros y aclarar las cosas- amenazó Kankurou- o tendremos que enviaron de nuevo a la banshee.

Momento de silecio sepulcral.

-Hasta mañana- corearon varias voces, y desaparecieron entre los tejados, dejando solos a Naruto y Sasuke antes de que pudiesen protestar.

-Eeh... ¿Crees que nos van a espiar?- preguntó el rubio.

-Seguro- dijo Sasuke. Los dos chicos se quedaron quietos donde estaban, cada uno perdido en sus pensamientos- ¿quieres venir a mi casa?

-See, no quiero que me líen otra como esta... porque me lo he creído todo.

-Usuratonkachi.

-Tú también te lo has creído, baka, así que ahora no te hagas el duro.

Continuaron discutiendo por el camino hasta la casa del Uchiha. El moreno sacó la llave del bolsillo, y Naruto entró tras él, no sin antes comprobar, con un gran goterón en la cabeza, que efectivamente les habían seguido para asegurarse de que se quedaban juntos. Una vez en el interior de la casa, se quitó las sandalias y clavó por primera vez la mirada en su amigo. Durante toda la fiesta, los dos se habían evitado deliberadamente.

Sasuke apoyó la cabeza en la pared y suspiró, con aspecto distraído.

-Sasukeee- canturreó Naruto, acercándose al moreno y poniéndose de puntillas para quedar a su altura. Le dio un beso fugaz, mientras sus manos bajaban en busca de los pantalones del Uchiha- Así que estás dispuesto a morir para salvarme- dijo, burlándose de ello. Desabrochó el botón con lentitud.

-Ya lo sabías.

-Nee... ¿No deberíamos haberles dicho que hace casi un año que somos pareja?- preguntó Naruto, mientras que con movimientos cuidadosos bajaba la cremallera de los pantalones de su koi- Aunque pensaba que era evidente ¬¬U

-Déjalos, pobres. Creen que han hecho una buena acción, no les quites la ilusión- se quedó pensativo un rato- Sin embargo, he de preguntarles como han hecho para engañar al sharingan- dijo, haciendo el gesto de salir a preguntárselo.

-Deja el sharingan ahora- exigió el rubio, poniendo las manos sobre el pecho del moreno y empujándolo otra vez contra la pared. Por si acaso tenía alguna intención de no hacerle caso, le besó con pasión, dejando claro que él tenía otras cosas en mente.

-Creo que últimamente nos peleamos demasi... ah...- se interrumpió Sasuke cuando Naruto coló una de sus manos bajo su boxer- Naru-chan... nos están espiando.

-Pero no nos pueden ver... aunque seguro que les gustaría ¬¬- el rubio empezó a deslizar su mano por el miembro de Sasuke, consiguiendo que reaccionara a su contacto y destruyera las defensas de su koi. Últimamente tenían muy poco tiempo para estar a solas, y no iba a desperdiciarlo. Claro que a partir de ahora, posiblemente sería diferente. Sonrió. Era bonito pensar que podría estar en público con él, y actuar como una pareja normal. No es que lo hubiesen querido mantener en secreto expresamente, simplemente no lo habían comentado con nadie. Las manos de Sasuke deshaciéndose con impaciencia de su camiseta le devolvieron al momento presente. Naruto volvió a sonreír. Sabía que Sasuke siempre era un impaciente cuando se trataba de estar con él, y eso le gustaba. Le hacía sentirse deseado. Volvió a besarle de manera ardiente, acariciándole y tocándole cada parte del cuerpo.

En algún momento, sin decirse nada, los dos se encaminaron hacia el interior de la casa, mientras su ropa iba quedando desperdigada por el camino, des del recibidor hasta el sofá. Cayeron sobre él hechos un revoltijo de besos, caricias y suspiros entrecortados. Se pasaron la noche haciendo el amor, como siempre que encontraban un rato para ellos, con la misma necesidad desesperada de siempre, susurrándose sus nombres, recordándose lo mucho que se querían, hasta que sus cuerpos quedaron exhaustos, uno sobre el otro.

 

-¿Tanto nos peleamos últimamente?- preguntó el rubio, revolviéndose para encontrar una postura que fuese cómoda en el estrecho sofá.

-Sí. Y deberíamos dejar de hacerlo antes de que organicen otra tontería como la de hoy. Así que deja de ser tan dobe.

-Cuando tu dejes de ser tan prepotente- protestó Naruto, y se dio cuenta de que, efectivamente, siempre estaban así, y aunque no estuviesen enfadados entre ellos, podía dar esa impresión- ¿Puedo quedarme a dormir hoy aquí?- preguntó, mientras reseguía con sus dedos el pectoral desnudo del moreno.

-Nunca te he pedido que te vayas.

-Lo se- respondió Naruto, y se recostó sobre el torso que instantes antes acariciaba- Ya lo se...- buscó con su mano la de Sasuke, para entrelazar sus dedos. Tenía a su lado a la persona que amaba, y el apoyo, más que sobrado, de sus amigos. No necesitaba nada más para ser feliz, y era plenamente consciente de ello.

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).