Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Una taza de Café sin Azúcar por Black_Angel_93

[Reviews - 17]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: Actualizo! :3 capi nuevo, también narrado por Mikami, esta vez en su vida como fiscal, en su trabajo. Disfrútenlo!
Capítulo 3: A pasos del Infierno


La Fiscalía es el sinónimo de estar a tan solo pasos del infierno, y desgraciadamente, el lugar donde me veo obligado a encerrarme muchas horas a la semana. No diré que no es un lugar interesante, pero preferiría no estar allí…

Mejor dicho, preferiría no estar ASÍ…

Encerrado en una oficina mediana, silenciosa, aislado del resto de mis colegas por el simple desprecio que, sin motivos de mi conocimiento, parecieran tenerme. Solo me entretiene la poca visión que tengo por la ventana, a mi lado, y de vez en cuando escuchar las conversaciones de los demás a través de la pared…aunque a veces no es tan agradable…

-¿Cerraste bien su oficina?-
-Por supuesto. Mikami no podrá salir hasta que, con mi llave, abra su puerta. Pero eso no será hasta el descanso…-
Los odio…

Me siento frente al ordenador y lo enciendo. El Sistema tarda en iniciar, y mientras tanto, me recuesto hacia atrás en la silla, mirando hacia el techo. Las risas en el exterior no cesan de escucharse con indiscutible sorna. Estar encerrado así, me recuerda cuando era más niño, salvo que no es mi madre la que tiene la llave de mi celda…
-¿Ya ha llegado Teru?-
-Si, si, hace un momento lo encerramos- distingo la voz del conserje
-¿Ha llegado normal?-
-Pues venía riéndose solo-…¿Es que uno no puede llegar feliz al trabajo?
-¿Y de qué? ¿No le preguntaron?-
-Nos da miedo-
-Niñas…- reprime mi jefe –¿Sacaron cualquier objeto corto punzante de su lugar?-
-Eh…creo que lo olvidamos-

Cerca de mí, hay una perforadora. La tomo en mis manos, y la arrojo hacia la puerta ¡Ahí la tienen…! Y de paso, una cartonera también…esta alcanza a pasar bajo la puerta, dado que la he hecho resbalar por el suelo.
-Qué bestia es este tío…- murmura con su voz de…pito, el secretario
-¡Ya te oí!- grité. Todo quedó en absoluto silencio, salvo mi ordenador, que ya me daba la “Bienvenida” y pedía mi contraseña…es fácil…(empieza con “S”, termina con “akujo”…)

La hora pasa. El reloj es tan mudo que llego a odiarlo (¿Por qué mierda un reloj digital? Los de manecillas al menos me hablan) aunque no me queda otro consuelo empezar a contar con él, como todo un ocioso, los segundos que faltan para el nuevo minuto. De vez en cuando, tecleo para terminar el informe que me han pedido de un caso hace poco resuelto, y para mi sorpresa, hay dos minutos menos para pronto poder salir y cobijarme bajo mi árbol preferido, en el patio del edificio…
-(Teclear, teclear…espacio, no…suprimir, suprimir, suprimir, teclear…)- vean mi capacidad de concentración…
-Mikami…estás un poco callado…¿Aún vives?- Qué pregunta más idiota
-Si- contesto de mala gana, no dejando de teclear
-¿Se te ofrece algo?-
-Aire-
-¿Ya olvidaste que tu ventana no se abre?-
-No-
-¿Aparte de eso, quieres algo?-
-Libertad-
-No puedes, no tienes la llave…- esa mujer que me habla, es tan…irritante -¿Qué más?-
-Morirme-
-No tienes con qué, sigue soñando- la odio…-¿Algo más?-
-¡Vete! Me desconcentras-
-Eso sí puedo hacerlo- ¡Aleluya!

Los días de trabajo son todos iguales, y a su vez, las semanas y meses también lo son. Es cosa de llegar, registrarme con la recepcionista, subir escaleras (ODIO los ascensores), pasar sin saludar ni ser saludado, con todos mirándome como…ratas, y luego, ser encerrado en mi oficina. Luego, a la hora del descanso, abren la puerta, y vigilan donde voy, y lo que hago…
Cuando pasa el descanso, de nuevo a la oficina, encerrado, hasta que me voy a casa a eso de media tarde…

De no ser porque mi mente está tan invadida de pensamientos, y mi corazón tan cálido y satisfecho, quizás este sería un día como todos…me siento tan distinto…no puedo evitar sonreírme solo, y encontrarme de mejor humor, incluso. Me asalta una serie de emociones que hace tiempo no experimentaba (Quizás desde que era un niño pequeño…) y todo gracias a algo tan vano y miserable, que hasta me es gracioso pensar en ello.
¿Una persona, puede cambiarle tanto el día a otra? ¿Estaré enloqueciendo? ¿Será…algún enviado, o el destino? Quizás no deba alimentarme de una ilusión tan frágil y pequeña, con el ideal de que esta acabe con mi amarga rutina, o al menos le dé un poco más de sentido…

Yagami Raito…muero por volver a verle…

-¡Mikami!- llaman del otro lado de la puerta, haciendo que me sobresalte
-…- me levanto de mi silla, apago la pantalla del ordenador, y me acerco a la puerta. A los pocos segundos, la abren
-¿Y cómo el trabajo, hombre?- me palotea el hombro. No respondo -¿Cansado?-
-No-
-Ve y toma aire, hombre- me dice el encargado de la llave. Un hombre bajo, corpulento, casi sin cuello…

Camino por el pasillo, y todos se hacen a un lado, simulando estar ocupados en otra cosa, o lo suficientemente distraídos para no notar que estoy ahí. Unos cuantos apenas y me miran, y mueven la cabeza en señal de saludo. De costumbre, no respondo, pero…hoy me siento bien, así que también les asiento con la cabeza y trato de sonreír…

…Dije TRATO, no prometo nada…

A lo lejos, un grupo de 4 se reúne, Cerca del árbol donde suelo quedarme a descansar, apoyando la espalda en él. Me miran con burla, con desprecio, con asco…y ellos me dan asco a mí…
-Teru-CHAN…- me saluda cínicamente uno de ellos, recalcando el sufijo femenino que ha añadido a mi nombre -¿Cómo estás?-
-Bastante bien. No me quejo- ni siquiera los miro, y me apoyo en mi árbol
-¿Duro trabajo?-
-Para nada…-
-Mira la coincidencia que estés por estos lados, Teru…Justo nos estábamos acordando de ti- dice otro de los tipos, rodeándome odiosamente por el hombro con un brazo, y con el otro, sosteniendo una lata de gaseosa –Nuestros tiempos en la escuela…-
-Buenos tiempos ¿No?-
-…- suspiro, y me alejo del tipo que me abraza grotescamente
-No seas tan antipático, Teru-CHAN- recalca de nuevo ese trato de chica…-En la escuela eras más tierno-
-Y más hablador, sobretodo. Ahora ni siquiera nos saludas- fingió lamentarse otro –Siempre nos dabas de tu almuerzo-
-(¿Les daba?...yo bien recuerdo que varias palizas me dieron para quitármelo)- no contesto, solo pienso
-Hey…ahora que lo noto…Me acuerdo que tu madre te enviaba bien arreglado a la escuela. Ahora, con el pelo así, como que pareces vago…- ríen
-Si, si. Y qué decir con esa ropa, que te ves tan GUAPA, Teru-CHAN- me agarra de la cintura -¿Estás a dieta?- me suelto de su brazo, solo soltando un gruñido
-Eh, tío ¿Y qué con ese olor? Tiene olor como a…cigarros, tabaco, y creo que hasta a hierba ¿Aún no la dejas? Solo te engañas a ti mismo- ellos ríen, yo me alejo unos pasos
-Eh, oye, no te vayas, que también nos acordamos de algo tan gracioso que te hicimos en la primaria, Teru…-
-¿Te refieres a esa vez que le dimos de comer pinturas y acuarelas? ¡Dios! Pensamos que ibas a morirte ¡Memorable, hombre, memorable!- mi sangre hierve inevitablemente
-A veces te vemos tan deprimido, que no sabemos si contarte un chiste o darte limosna- me palmotea el hombro, y yo me largo. No pretendo seguir escuchándolos
-¡Eh, Teru! ¡Pero cuenta algo tú también! ¡¿Cómo te ha ido estos días?!-
-Pues…- me miro en el reflejo del vitral –Parece que no tan bien como yo pensaba…- me retiro, solo alcanzando a escuchar sus risas de victoria. La ira me ensordece, y solo iré al baño para desquitarme mojándome la cara con agua fría, contando hasta 10, respirando hondo…quizás luego me vaya a la azotea del edificio…

Y a que no adivinan a quién me topo en el pasillo…

-¿Raito?- arqueo una ceja anonadado, y me mantengo serio, aunque por dentro siento gran felicidad
-Ha sido más rápido de lo que esperaba- me dice –Creí que iba a tener que esperar, o quizás pedir una hora especial-
-¿Qué te trae por aquí?-
-Vine a devolverte lo que me has dado de más- me extiende algo de cambio en algunos billetes y monedas –Toma-
-Pero…-
-No podía aceptarlo, Mikami-san- toma mi mano, y coloca el dinero en la palma –Guárdalo. Me sentiré culpable si no lo aceptas-
-Qué sensato…pocos comerciantes son como tú. Es difícil encontrarlos estos días- guardo el dinero, sin darle importancia -¿Sólo a eso has venido?-
-Esperaba que pudiésemos hablar, pero en vista que estás en tu trabajo, mejor me voy al instituto y te espero mañana en el Café ¿Vale?-
-Tengo tiempo, así que un par de vueltas por el patio no serán mucha molestia ¿O no?-
-Ya que insistes- sonríe con ternura…o al menos así lo veo yo –Tengo una hora para llegar al instituto…-

Salimos al patio. Todos nos miran completamente extrañados, comienzan a murmurar entre ellos, nos señalan, se les corta el aliento, algunos incluso se entran al edificio, gritando la “Novedad” a los cuatro vientos…
-¿Este es el ambiente de todos los días?- pregunta el joven a mi lado
-En realidad, no- respondo…

Nos sentamos en una banca cercana a los cerezos del patio, en vista de que Raito estaba muy agotado de tanto caminar (el trayecto del Café hasta la Fiscalía no es poco). Allí, no dejábamos de hablar, compartiendo miradas de complicidad, divertidos por la reacción de mis colegas al verme acompañado. Me preguntó varios detalles de mi trabajo, de mis colegas…tuve que mentirle para evitar causarle lástima, hasta que…
-Dime…¿Tienes muchos amigos aquí?- …La pregunta del mal…
-Eh…- tragué un poco de saliva, y rasqué mi nuca –No muchos…-
-Pero tienes ¿Verdad?-
-No- dije rápidamente
-¿No?-
-No tengo…yo siempre me paseo solo, estoy solo, y todos con lo suyo-
-¿Y por qué?-
-Pregúntales a ellos-
-No creo que lo haga. Si no quieres hablar de eso, cambiemos de tema…-
-Buena idea- suspiro -¿Y tú…eres de muchos amigos?-
-De bastantes, además que tengo bastante suerte con las mujeres-
-¿En serio?-
-Las vuelvo locas- río –Espero no sonar narcisista…¿Y tú, no tienes suerte con las chicas?-
-Adivina…-
-¿Eres casado?-
-No, no…- le muestro mis manos –No hay argollas: ni casado ni comprometido-
-Tienes novia-
-No- replico, sonriéndome
-Le coqueteas a alguien-
-No, yo…-
-Ella te coquetea a ti-
-No, nadie…trato de decirte que no tengo suerte con ellas. Es algo evidente-
-No me convence…eres bien parecido, no veo por qué no te ligas a alguien-
-Es…por una sencilla condición. No le voy a las relaciones sociales-
-¿Alguna clase de fobia al amor?-
-Quizás- cierro los ojos y echo la cabeza hacia atrás –Nunca ha sido lo mío…-
-Una pena- imita mi gesto. Coincidentemente, siento que mis dedos rozan con los suyos, y aparto la mano con disimulo, algo avergonzado… -Bueno, Mikami-san…creo que ya debo irme al instituto. Hay un “compañero” que necesita de mi ayuda-
-Eh…¿Por qué “Compañero”?-
-Pues en realidad, no tengo una explicación certera…creo que no es solo mi “compañero”, por la simple razón que es bastante simpático. Si me disculpa…- se levanta
-Es un muy buen amigo tuyo ¿cierto?- veo que su rostro enrojece
-¿Por qué dices eso?-
-Lo presiento…pero si quieres, ignora lo que he dicho- de cierto modo, ese sonrojo en sus mejillas me llena de angustia. Me levanto del banco, y me pongo frente a él, haciendo que nuestra diferencia de estaturas, que no es mucha, se acentuara como si esta fuera exagerada…
-Disculpe no poder quedarme más tiempo. En serio, siento que disfruto mucho hablando los dos, aunque sea mínimo el tiempo que nos conocemos…- trato de responderle rápidamente
-Lo…lo mismo digo. Te acompaño a la entrada, si gustas…- hice ademán de avanzar
-Tranquilo, no te preocupes- me dice, deteniéndome –Nos veremos mañana en la mañana ¿Cierto?-
-Eh…si, eso espero-
-¿Y eso?-
-Uno nunca sabe si le puede pasar algo. No puedo prometer un “Por siempre”, y ni siquiera sé si puedo prometer un “No hoy”…prefiero dejarlo en un “Veremos” o un “Espero”…- trato de sonreírle
-Un buen pensamiento, aunque algo tétrico a mi parecer…- da media vuelta, y marca algunos pasos que lo distancian de mí –Hasta entonces, Mikami-san…-
-Hasta entonces- hago una seña con la mano, y me alejo hacia mi oficina, aunque se bien que aún queda bastante del descanso. Mis colegas no paran de señalarme, de murmurar, y yo no hago caso de nada…me siento demasiado bien como para tomarlos en cuenta…


*Desde el punto de vista de Raito…*

¿Qué demonios pasa conmigo? Digo…apenas y conozco al tipo, y he quedado totalmente encantado con él ¿Es acaso alguna sustancia adictiva en su loción? ¿O me ha hipnotizado con esos ojos oscuros y voraces? ¿Alguna hechicería en esa sonrisa tan serena y pasiva? ¡Qué sé yo!...es verdaderamente raro, atrayente…es tan parecido a él…

Digo…L Lawliet (Bendito nombre que acelera mi corazón) es también un tipo misterioso, atrayente, bastante estrafalario, al igual que Mikami. Tiene algunas costumbres raras, típicas de él: la forma de sentarse, llenar su taza de té con azúcar, comer dulces a todas horas, incluso su forma de tomar las cosas es rarísima…no duerme casi nada, hasta sus amigos son tan extraños, como él (y claro, desafortunadamente, no me hallo en su círculo social…)

Amigos suyos son toda una galería…¿Cómo los defino? RAAAAAAAAAAAAAAROS…
Uno de ellos tiene el pelo blanco entero, y se sienta igualito a él, sin mencionar que siempre hay en su mochila juguetes varios, y siempre juega en el piso (a todo esto…rara vez lo he visto de pie)
Otro que es un maniaco adicto al chocolate, en todas sus clases, sabores, orígenes y formas. Y siempre lleva uno en la boca…es rubio y le gusta usar el uniforme de las chicas (exceptuando la falda, por razones bastante obvias, aunque le gustan los pantalones ajustados)
Y cómo olvidar al maniaco de los juegos de video. Si no es la DS en clases, o el tétrix cuando se le acaba a batería, es el panorama de las tardes el ir al salón de juegos a unas cuadras, generalmente con el maniaco del chocolate como compañero…

Y yo solo soy el compañero genial que se sienta en el puesto de al lado, le mira de reojo fingiendo que lee su libro, o que intenta tocarle la mano cuando algo se le cae, y ambos nos agachamos a recogerlo…solo eso…

Me encanta a forma en que mira las cosas con tanto interés y detalle, haciéndome sentir tan único y especial para él, aunque podría estar pensando lo peor sin que yo me diese cuenta…Es una persona tan excéntrica y simpática a la vez, y la manera en que deduce y describe todo, con una fluidez encantadora y certera que me deja boquiabierto, la forma en que se da cuenta de cosas tan minúsculas que luego se vuelven tan obvias…es un tipo increíble…

Podré tener puntajes altos, buenas calificaciones, reconocimientos, admiradores…pero si no puedo tener su atención y su admiración, todo lo demás me vale…
Lawliet es un tipo del cual no puedo escapar, pues de una forma u otra siento que me “persigue” (y está comprobado que no soy paranoico), y mi mente no logra concentrarse en ninguna otra cosa que no sea él, o cosas que me lo recuerden. Es un tipo tan raro, la forma que mira las cosas, o como me da a entender que extrañamente, y aunque no es mi más cercano amigo, soy alguien muy especial para él…

Para un joven enamorado, aseveraciones de ese tipo solo significan una infinidad de noches de insomnio, pensamientos cursis (y uno que otro que pasa de indecoroso), babosadas que me avergüenza admitir que son parte de mí. Y es que no puedo renunciar a mi maldito orgullo solo por un tío que ni siquiera sé que pueda corresponderme…

Sólo puedo conformarme con mantener competencias amistosas en gimnasia, o tal vez en las mismas clases, de vez en cuando compartir el almuerzo, y quizás hasta ir a algunos lugares juntos (¿Vale llamar una “Cita” a acompañarlo a la biblioteca después de clases? Ojalá que si…)

Entro por la Puerta principal del instituto, y en poco tiempo llego a mi salón de clases. Ahí, los 4 amigos reunidos en las mesas de al fondo, él sobre su silla sentado a su peculiar manera y con una chupeta en la boca, a su lado, su mayor admirador, también sentado de esa extraña manera, y con un oso de peluche en brazos. Sentado sobre el tablón de la mesa, el chico maniaco del cacao no deja de atragantarse con barras completas del tan amado caramelo. Algo más distante, se encuentra el video maniaco tan metido en su DS, que hasta se pone turnio de tan cerca que la maneja…
-Buenas tardes- saludo con aires de altanería, sentándome en la mesa de en frente de la de Lawliet
-Buenas tardes, Raito-kun- me encanta la forma que dice mi nombre…
-Buenas tardes- me responde también el pequeño del osito a su lado
También el choco-maniaco me intenta saludar, pero no logro entenderle bien, a causa de que tiene la boca llena. Y qué decir del gamer…ni siquiera ha subido la vista
-¿Te fue bien en el trabajo?- me pregunta Lawliet, sacando la chupeta de su boca, acomodándola sobre su labio inferior de una forma encantadora
-Bastante bien. Bastantes clientes, y uno en particular bastante simpático conmigo-
-¿Y los otros no, acaso?-
-Uno que me recibió de malas ganas el helado porque las frutas con semillas le daba problemas…- relato, tomando asiento de medio lado, para así poder seguir hablando con mi peli-negro favorito…
-Sin semillas o no, la fruta es fruta, el helado es delicioso: Frutas + Helado delicioso = Droga- pone su cara de maniaco azucarado, rozando la punta de su lengua con la chupeta
-Díselo a esa…mujer- apoyo mi barbilla en la palma de mi mano
-Si hubiese estado ahí, lo más probable es que, conociéndola o no, me hubiese apoderado de su helado- empieza a jugar con los dedos, haciéndolos tronar en secuencia –Me abriste el apetito, Raito-kun…-
-Si quieres, pasamos a la cafetería luego de clases… yo invito, por supuesto-
-¿Sólo a él?- lamenta el pequeño de pelo blanco, haciendo pucheros
-Puedes venir si quieres…- me acaba de cagar el plan…
-Si N va, yo igual- añade ya con su boca vacía el choco-maniaco -¿Bañan los helados en chocolate?-
-Por un pequeño costo, claro- digo, sintiendo que con el correr de los pocos segundos que llevo en clase, todos quieren arruinarme la vida…
-Excelente…Matt ¿Vienes?- pregunta Mello (así le gusta que lo llamen, es el choco-maniaco)
-Eh…si, creo- articula apenas el poseedor de la DS –Quiero primero ir a jugar al Mortal Kombat…-
-Pues yo te espero entonces- agrega Mello, abriendo otro chocolate más, y dándole un mordisco –Mientras, N y L podrán ir por su helado-
-Y de paso, me compraré alguna figurita de Pokémon que encuentre en las maquinitas a moneda que hay en la calle- dice Near (N para los amigos, aunque “Near” tampoco es su nombre real…cosas de él)
-Pero esas no son originales, N- le dice Matt (el video maniaco)
-Pero es un desperdicio que nadie los saque de la maquinita, digo…originales o no, también son divertidas-
-Pero tienen olor a plástico usado, y se les descascara la pintura rápido- dice Mello
-No importa- Near se acomoda con el osito sobre sus rodillas –Pokémon y Helado son dos cosas a las que no me resisto-
-Está bien- me enderezo en mi asiento, en vista que el maestro acaba de llegar al salón…

No tengo mente para pensar en chicos ni helado ahora…


*Desde el punto de vista de Mikami*

-Eh, Teru…¿Quién era ese chico?-
-Un amigo- contesté
-¿De dónde?-
-De algún lugar…- me siento en las nubes, y camino hacia mi oficina sin detenerme a responder las preguntas de mis colegas tranquilamente…
-Es de instituto, llevaba su uniforme. ¿Cuánto tiene?-
-17- abro la puerta de mi celda, entrando en ella nuevamente
-¡Espera, Teru…! Eh…¿Y por qué vino a verte?-
-No les incumbe- cerré la puerta, apoyando mi espalda en ella una vez adentro
-¡Mikami, abre esa puerta, tenemos muchas cosas que preguntarte!- me regaña la secretaria del jefe, mientras golpea mi puerta como una salvaje
-No responderé a nada más- enciendo la pantalla del ordenador -¿Entendido?-
-¡Teru…!-
-Quiero estar solo ahora- digo con una sonrisa que solo comparto conmigo mismo
-¡Pero, Mikami-kun…!-
-Sigue molestando y me arrojaré por la ventana. Pesará sobre tu conciencia-
-No puedes, porque no se abre-
-¿Pero quién dice que el cristal es irrompible?- hay silencio, pánico, tensión, y una carcajada de mi parte. Escucho que el cerrojo de la puerta se ajusta al mandado de la llave que maneja el conserje, y luego los comentarios de mis otros colegas…

-Bien parecido el jovencito ¿No?-
-Si fuera unos años mayor nada más…-
-¿Y si le decimos a Mikami-kun que nos lo presente?- las secretarias suspiran exaltadas, y yo sonrío ante el gesto que solo alcanzo a distinguir tras la pared que nos separa
-No sería correcto. Tal vez mi hija tenga edad para el muchacho, pero nosotras no…-
-¡Dios! ¿Pero viste cómo estaban de cerca esos dos?-
-¿Qué significa eso?-
-Teru jamás ha tenido un amigo en lo que lleva vivo ¿Por qué ahora aparece este chico?-
-Quizás…quiere estudiar derecho, y le pregunta cosas-
-O está tan desequilibrado como él…- golpeo el teclado del ordenador con las manos tiesas
-¡Ya te escuché!- grito molesto, comenzando a los pocos segundos a corregir mi mal escrito con la tecla de “Suprimir”
-Baja la voz, tonta- susurra una de ellas –Loco será, pero no sordo…-
-¡Te escuché a ti también!- vocifero nuevamente. Ellas se retiran a sus puestos, solo dejando la estela de sonido que sus molestos tacones producen al golpear la cerámica del piso, no solo acentuando mi desesperación laboral y acercándome al infierno que esto representa, sino también dando paso a otra jornada enmudecida y perezosa que me ata a mi silla hasta la hora en que, milagrosamente, salgo vivo hasta dejarme caer agotado en mi lecho, envuelto en la comodidad de mi casa…

Poético ¿No? El amor nos cambia a todos…incluso a mí.
Notas finales: ¡Ta-chán! ¿Qué tal? ¿Les ha gustado? ¿Está horrible?

Todos los comentarios, alcances, críticas y demases en sus views, por favor ^^

Nos leemos, colegas!

¡Sayo! Nya~

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).