Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Celos por Aurora

[Reviews - 19]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Disclaimer: YuGiOh no me pertenece.
Faby, gracias por el titulo XD, besos.

 


Celos

Por

Aurora

 

 

 


¿Qué hago aquí?

No puedo creer lo que estoy viendo. Los odio a los dos. May ¿Por qué? Seto.  Siento que estoy soñando, pero sé que no es mentira. May le acaricia la espalda mientras lo besa. ¡en la boca! Casi puedo oír el susurro de sus labios al juntarse y la odio.

¿Qué le viste? ¿Qué tiene el que no tenga yo? Está todo desnutrido, el trasero se le quedó en el otro pantalón. Será rico y todo, pero no es la gran cosa. Te lo digo yo Mai, no lo hagas. No te conviene seducirlo.  

No tengo que estar aquí. Pero no puedo dejar de mirarlos, Kaiba parece tan tieso como si tuviera un palo  atravesado en el trasero. Tal vez lo tiene, eso explicaría su constante mal humor y esa mueca horrorosa que tiene por sonrisa. Torcido bastardo. También te odio Kaiba ¿Lo sabías? Espero que si, ya vas a ver.

Por un segundo miras a mi dirección y sólo después cuando veo que tus labios se mueven para Mai, y tus manos frotan sus brazos en un gesto, al parecer, tranquilizador,  me doy cuenta que no estoy respirando, tengo la boca seca y no puedo tragar mi propia saliva. ¿Qué tanto le dices? Una declaración de amor. Demonios. No te hacía cursi maldito gato.

No debí venir a buscarte, ya decía mi mamá. Mi vida acabaría mal.

La traición duele. Duele  mucho, hasta ahora no lo sabía, no es amarga como dicen, es salada; tienen el sabor de  las lagrimas. Dios mío, soy patético, estoy llorando y no me había dado cuenta. Lloraré como un hombre, a puros mocos. Ninguno de los dos merece mis lagrimas, sólo un escupo.

Mai.

 Seto.

Juntos.

Besándose.

!Voy a tener pesadillas!

¡Mátenme!

 

Quiero correr lejos y ocultar mi cabezota dura dentro de un hoyo y esperar a que la vergüenza y la rabia se pase. ¿Por qué tenías que escogerlo a él, Mai? ¿Por qué no otro? Tenía que  ser Seto Kaiba. Tenias que poner tus manos sobre el.


Creo que perdí el sentido en algún segundo. No sé como, ni cuando. Si ya  lo había dicho antes. Perdí la razón y ni sé qué paso. El hecho es que Kaiba esta en frente mío. Su mano esta blanca y estoy seguro que esta enojado por la manera que aprieta la corteza de la madera. Busco a Mai con la vista, pero no la encuentro por ningún lado. ¿Cuánto tiempo llevo aquí? ¿En qué momento quedamos solos?

No puedo hablar,  ni reclamarle. Nada. Siempre nada. ¿Dónde esta el agujero en la tierra que se traga a las personas? Me siento estafado, exijo una explicación. Sus ojos... son tan fascinantes que parecen tener un mundo dentro de ellos  y brillan tanto que hasta me da un poco de miedo. La humillación toma el color de la sangre y tiñe mis mejillas de rojo. Me arde hasta el pelo, que verguenza, mis orejas estan rojas.

 

Ofendido. Decido que estoy ofendido. Lo miro con todo el desprecio que soy capaz de canalizar en mis ojos. Debería irme antes de hacer el ridículo. Pero me quedo, porque merezco, al menos, una explicación.

El poco espacio que hay entre él y yo se acorta progresivamente. Yo y él ¡mierda! Es tan corto que me parece oler el perfume de May de su ropa. Miss Dior, si de señorita no le queda mucho.

Asco. Perro Traidor. 

-Que sorpresa verte Joey. ¿Qué haces por aquí?- Me encanta tu ironía. ¿Sabes lo que haría con ella? Haría que le hiciera compañía al palo que llevas bajo la espalda, ricachón.

¿Qué, qué hago aqui? Ver como te comías la boca de mi ex amiga.

-Nada.  Kaiba hueles a gallina muerta. ¿No te dan de comer bien tus chefs?

Dios me iré al infierno, Mai es todo menos una gallina con esas piernotas y ese par de... ¡mierda! Ya estoy divagando. Concéntrate Joey. Ofendido ¿Lo recuerdas?

-Te vi. No sabías que te gustaba el voyerismo. Haberlo dicho antes. Te habría montado un espectáculo.

Montado.

Si.

Digo,  no.

 

Ahora lo sé, la rabia es una montaña rusa. Sube despacio y luego baja de un jalón. Cuando crees que lo peor ha pasado;  vuelve a subir. De paso te araña las entrañas. Vomitaría si tuviera algo en el estomago. 

Lo insulto. Grito lo primero que se me viene a la mente  y podría patearle el culo porque se lo merece.  Saludo a su madre, a la madre de su madre y le digo de lo que morirá. Como pude decirle que sabría quien es Joey Wheeler si el bastardo me ha contado con la lengua las pecas de mi espalda. Cuarenta y tres, comprobado empíricamente.  El muy maldito se ríe con su sonrisa tan Kaiba que creo que lo quiero un poco más. Quiero llorar. Me humillo, mis palabras parecen no afectarle porque se acerca y se acerca más y más. Le grito más fuerte, por si acaso es sordo, porque está claro que tiene algo de ciego tiene al confundirme con una rubia. A Kaiba le gustan los limones, ¡mis limones! No los melones de May.

 

No me hace callar y una señora me mira como si Kaiba me estuviera maltratando. Olvide que es un lugar público. Que vergüenza. Le tengo que decir que ensayo para una obra de teatro y que Kaiba hace de princesa.

 

¿les había dicho que no me gusta el silencio? Ahora ya lo saben, emm, Kaiba me pone nervioso cuando se queda callado y me mira de pies a cabeza como ahora.



-¡Muérete maldito bastardo traidor! Si querías besuquearte con una chica no tenía que ser con ella. Ella fue importante para mí.

Te diviertes, lo último que me faltaba. Que te rías de mí, como si fuera poca la humillación. Una traición doble. ¿Quién sigue, Yugi? Ahí de ti si le haces algo. Te dejo hablando finito.

-Lo que pasa es que estas celoso, Wheeler. No soportas verme con otra persona. El que me haya besado con otra persona atenta contra tus deseos de ser único.

 

Creo que de todos los insultos ese es el peor. Kaiba sabe como herir. De Joey ya vamos en Wheeler. Ya sé que sigue; algún apelativo canino con cero cariño.

-¿Celoso? Si como no, ¿de tu y cuantos más?- Tu pelo castaño se ha despeinado un poco. No quiero verte a la cara y ver algún rastro de ella en ti. Juraría que aún llevas en la boca su sabor. La humedad de tus labios es su cochina saliva.

Ok, somos jóvenes y comprendo que quieras experimentar. Las hormonas y el cuento de la semilla, pero ¿Por qué Mai? Tu lo sabías...sabías que ella fue mi primera ilusión. La deje por ti. Pero claro, el gran Seto Kaiba también quería probar. Te picaba algo y ella estaba ahí para rascarte. Intento no parecer celoso, aunque me come por dentro como un gusano carnívoro. Reconocerlo sería darte la razón. Me esta saliendo fatal.

Para colmo de males ahora te beso! Mi cerebro de desconecta de todo mi cuerpo, menos de mi boca. Dios, sabes tan dulce. Tu lengua parece jugar y me encanta que lo hagas de esta forma tan ¿Caliente? Mmm, ¡mierda! Me mordiste la boca. ¡cabrón desconsiderado! No te di permiso... me dolió, pero pasa cuando pasas tu lengua por ahí, ah,, si.. sigue así y tal vez te perdone antes de lo pensado.

Me convierto en una extensión de tu piel cuando me tocas la espalda y el beso se vuelve tan furioso que me tenso como dos eslabones a punto de separarse.

¿Desde cuando soy tan jodidamente flexible?

-No te perdono.

Para mentir hace falta imaginación y la mía esta fija en Kaiba. En sus manos y sus labios rojos. El bastardo me saco sangre.

-No pedí tu perdón. Tranquilo cachorro.- Lo sabía, el apodo canino- Yo no la besé- Me lame los dedos como si la sangre que los mancha fuera algo delicioso.

-Es cierto, le hacías respiración boca a boca, lastima que no se estaba ahogando.

-Ella me besó a mi.

Ahora comprendo. ¡malditas tus explicaciones!


Me vuelve a besar... siento una leve punción en mi cadera, estoy seguro. Mi entrepierna es un imán y se pega a la de Kaiba como si fueran parte de un todo. . No estoy seguro de querer sentirla ahora. No aquí. Cierro los ojos y respiro. Cuanto hasta diez. Uno, dos, tres, cinco, cuatro, tres. ¡Dios!

Me separó de él, como si quemara. No puede meterme mano en público como si yo fuera un cualquiera.


Definitivamente Kaiba piensa que lo soy, me levanta mi camisa y toca mi vientre suavemente con la punta de los dedos. Su lengua es una especie de serpiente venenosa que me adormece completamente y suspiro sin control intentando, no muy efectivamente, separarlo de mi.

-Quédate quieto.- Susurra y creo que le hago caso cuando una caricia inesperada roza mi costado. Es dulce cuando quiere serlo.

Las manos de Seto son grandes y sus dedos son tan delgados y largos que parecen el hilo de un pensamiento. 

Kaiba coquetea con la piel de mi espalda, mi pecho, mi vientre. Me estremezco y no tengo frío. Hace calor. Me arde el cuerpo por dentro.

Cuando la primera ola de placer azota mi espalda le perdono todo, que haya besado a Mai y me dejara  autohumillar con mis berrinches para su diversión y que me haga perde el control por n-enesima vez.

 

-Kaiba, nos verán juntos. Estamos en un lugar público.- Susurro contra sus labios como si fuera un secreto. Estoy  espantado y excitado, tanto que mis pantalones se hacen pequeños en la zona sur. Valga la modestia.

-No me importa lo que piensen, te quiero a ti.

Creo que acabo de fallecer. "te quiero a ti" ¿Qué significa?"te quiero a ti, Joey Wheeler" " te quiero a ti, para tener sexo" "te quiero  a ti, como padre de nuestros hijos"

Sus manos se pasean entre mis glúteos presionando mi ropa entre mis nalgas. Me quiere, aunque sea un polvo o una metida de mano o un intercambio de fluidos salivales. Me quiere, estoy volando un poquito. Sus palabras son siempre duras y su tono no deja de ser seco, pero sus ojos brillan mientras se cuela más y más entre mi ropa. Sigue así, sisisi. Me quiere.

 

Otra vez olvide respirar, un dedo intruso me despierta de golpe. Su mano entre mis piernas es dura y no hace falta más que él y  yo para seguir... sólo quiero sentirlo adentro, tanto que lo quemaré y la marca será tan profunda que no buscará a nadie más que a mí porque es mío.

Cuando los movimientos se hacen rápidos que creo que me desmayo del placer y un dejo de dolor. Es brusco y desesperado, pierde el control aunque lo niegue. Quisiera ver sus ojos mientras toma mis caderas con una mano y la otra... y la otra reconoce el camino, pero no me atrevo a quitar mi boca de su cuello por miedo a gritar.. Lo muerdo fuerte y se queja un poco, pero mi mano le devuelve placer y tal vez un poco del mismo dolor. Esta caliente y sudoroso. Tan real que sus jadeos ahogados se gravan como tatuajes en mis oídos y ahí permanecerán. No quiero que termine este momento.


Me  besa el cuello y se apodera de mi oreja. Violento y húmedo. Succiona con besos hambrientos mi piel, siento la saliva deslizarse como un bálsamo hasta la clavícula. Kaiba me da golpecitos en la garganta y lo beso tan fuerte que su mano se detiene en el instante justo para evitar que  me derrame de placer entre sus dedos. Me muero, su lengua en mi paladar es tan suave. Repito su nombre en mi cabeza, y estoy seguro que el hace lo mismo porque lloriquea tímidamente cuando mi mano lo acaricia en insoportable fricción.

No dejo de mirarlo, él no despega sus ojos de los míos, mi nariz, mi boca, me recorre completo. No quiero que acabe jamás. Mi mano viaja a su miembro orgulloso y siento como la suya me aprieta delicadamente, su frente se pega a la mía y nuestros cabellos se confunden en una marea mojada  de colores únicos. Increíble... irreal, su mano en la mía, nuestras bocas jugando a la guerra.

 

Siento llegar el orgasmo y me sumerjo en él  sin dejar de mirar sus ojos a través de mi pelo. Me gustas tanto Kaiba cuando me miras inquieto y atrapas mis labios en un mordisco. Mis dedos se derriten en la blancura de su orgasmo, y sólo entonces te veo sonreír indefenso.

Estoy en sus manos, literalmente, y él se ha puesto en las mías con abandono ardiente. Sé que May lo pudo haber besado, pero yo definitivamente lo he atrapado.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).