Lo siento…
Esas palabras. No podía dejar de escucharlas, retumbaban en mi cabeza, como si aquel que las pronunció siguiera diciéndolas, una y otra vez, haciéndolas cada vez más dolorosas para mí. Esas simples palabras, ¿Quien diría que me descolocarían de esa manera, aun después de lo que acababa de hacerle?
- Idiota… - Mi voz, se escuchaba totalmente quebrada y dolida.
¿Tanto me había afectado?
Lo siento…
Esas palabras, las seguía escuchando.
- ¿Por qué lo dijiste…? Usurotonkashi -
Naruto, mi antiguo compañero del equipo siete, justo en este momento, se encontraba tirado en el suelo junto a mí. Después de haber tenido el más duro enfrentamiento de nuestras vidas, por un intento desesperado para que regresara a la Aldea con él, y pasadas las horas, nuestra pelea había llegado a su fin, junto con su vida…
Lo siento…
Ahora, su cuerpo inerte reposaba a mi lado, con sus ropas rasgadas y heridas por todo su cuerpo. Al igual que él, estaba totalmente herido, y con tan tremendos golpes que me había dado ese idiota con ayuda del Zorro, no dudaba que pronto daría mi ultimo aliento también.
Aun así, era lo que menos me importaba. Lo único que hacía desde que caí junto a él fue mirarlo con detenimiento. Mirar como su rostro estaba tan sereno, tan tranquilo, tan lleno de paz. Mirar su cabello rubio que relucía a pesar de estar lleno de sangre y tierra y como sus ojos azules se encontraban cerrados…para no abrirse jamás.
- Naruto… - Aquél susurro sonó amargo.
Lo siento…
- ¿Por qué… lo has hecho…? – Mi voz, cada vez se escuchaba más apagada.
Mi mano, con las pocas fuerzas que tenía la aproxime a su rostro, en un vano intento de tocarlo, pero estaba tan débil, que mi propio brazo me resultaba increíblemente pesado. Logrando llegar únicamente a escasos centímetros de su mejilla. Al detenerme allí, la luz de los relámpagos alumbro nuestros rostros. Para colmo lloverá, pensé.
- Si no hubieses dicho eso, todo me resultaría más fácil. Usurotonkashi… -
Entrecerré mis ojos, haciendo un esfuerzo sobre humano por llegar hasta él, hasta conseguirlo. Comenzando a abrazarlo, con las limitadas fuerzas que tenía, ocultando mi rostro en su cuello.
Lo siento…
- Naruto, enserio querías que…volviera contigo a la Aldea, ¿Verdad…? –
Más relámpagos iluminaron el oscuro cielo al terminar esa frase. Debo decir, que nunca me había sentido tan dolido desde aquel día. Ciertamente, creo que el dolor era peor. Es algo horroroso, sentir como tu alma llora por otros.
Pero, a pesar de lo que estaba sintiendo, ninguna lágrima se asomaba por mis orbes. Acaso, ¿Había derramado tantas lágrimas en el pasado que me e quedado seco?
- Ni siquiera…puedo llorar por ti ahora… -
Me mordí el labio impotente, ni siquiera eso podía hacer. Pero justo en ese momento, otro relámpago ilumino el cielo, dando rienda suelta a la lluvia.
Miré las gotas por el rabillo de mi ojo, no tenía las fuerzas suficientes para voltear el rostro siquiera. Podía sentir, como las finas y cristalinas gotas de lluvia caían en mi rostro…simulando lágrimas.
- Al menos… - Susurre a tu oído – La lluvia serán mis lágrimas para ti…Naruto –
Lo siento…
Una sonrisa se formó en mis labios en ese instante, totalmente diferente a las demás, demostrando el dolor que sentía por lo que hice, por lo que dijiste.
- Naruto… -
Mi voz suena más quebrada cada vez. Te abrase con fuerza, aferrándome a tu cuerpo ya sin vida, sabiendo que no tardaría en pasarme lo mismo. La lluvia parecía intensificarse con mi dolor, borrando los rasgos de tierra y sangre seca de tu rostro y cabello. Esa imagen…
- Ahora…pareces estar durmiendo… -
Esa imagen, sería la última que verían mis ojos de ti, el último recuerdo. Junto aquellas últimas palabras que me dedicaste. Así, aferradome a ti, observando tu rostro sereno y bajo la lluvia, te acompañe, en tu profundo y eterno sueño.
Lo siento…Por no poder llevar de regreso a mi mejor amigo, a aquella aldea en donde nuestra amistad comenzó. Lo siento…Sasuke.