Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Secrets por alles_was_ich_bin

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Esta malisimo, no es mi mejor invento, lo admito, pero no es importante... no demasiado... oslo qeria ver como escribo

Es difícil entender que tu vida no valió nada ni para los demás ni para vos mismo. Es difícil asimilar que sos un pedazo de nada en un mundo de todo. Donde todo el mundo es algo, todo el mundo sirve para algo… menos alguien, vos mismo. Es horrible sentirte la persona más inútil de éste mundo; ahí entendés que el planeta es un universo de cinismo concentrado, nadie cree en nadie, nadie ayuda a nadie, nada, absolutamente nada, todo es tan triste. Lo más frustrante, es ver como cada músico, cada persona amiga, todos hablan de un mundo mejor, pero nadie mueve un solo dedo para llevar acabo la acción de intentar mejorar el mundo, yo lo ayudaría… solo necesitaría una persona que me acompañe cada vez que me caiga para ayudarme levantarme… de hecho la tengo, amo a esa persona, la amo desde hace muchos años pero…
¡Dios! ¡¿Qué clase de enfermo se enamoraría de su gemelo?! No me respondan, ya lo sé... yo lo haría.
Mientras camino por las calles tranquilas de Argentina pienso en ello, me doy cuenta de lo mal que está el mundo, de lo racista que puede llegar a ser la gente, de que yo estoy tranquilo en medio de aquella tormenta porque lo tengo a él al lado, de no ser por eso, probablemente no tendría ahora el valor para seguir adelante o tampoco los ánimos… no teniendo en cuenta de cómo ésta el mundo.
Entiendo – un poco – el hecho de que las tokias y las jonaticas se peleen. Lo necesitaban en mtv – más específicamente los 10 más pedidos – para conseguir rating, puedo casi entender la poca tolerancia que hay en el mundo, puedo entender varios de los problemas que hay en el mismo, lo que no puedo entender es a mí mismo.
Lo que me gusta de Argentina es que las fans son más tranquilas, es decir, sí, se emocionan al vernos, pero respetan nuestro espacio personal y todo, por eso mismo puedo caminar libre de guardaespaldas por la calle, aún estando deprimido como estoy puedo darme un tiempo para alegrarme el día pensando en ellas, que siempre están ahí. Es cierto que en los comienzos eran todas como hermanas y que todas pensaban que Tokio Hotel las había unido y que en éste momento algunas veces son las propias fans las que se atacan, - y tengo que admitir que eso no me gusta nada – pero me alegra pensar en ellas, a veces hasta imaginarlas a todas juntas, sin pelearse por algo que saben que ya tienen, nuestro amor. Mi depresión también me hace pensar que, si las fans se enteraran de que yo me enamoré de mi hermano hace tantos años probablemente muchas nos dieran la espalda, a mí como a Tokio Hotel. Otras por el contrario, quizá, solo quizá me entenderían y seguirían al grupo. ¡Pero qué idea tan descabellada! En éste mundo nadie prescinde de criticar lo que no entiende, no creo que entendieran que me haya enamorado de mi hermano ¡¡¡Mi hermano!!! Tampoco creo que Georg y Gustav lo entendieran o lo aceptaran tan fácilmente, y Bill, él menos que menos me entendería… ¿Triste, no?
Al entrar al hotel lo ví ahí, sentado en el sofá de la recepción, con cara de preocupación, esperándome. Es extraño cómo una persona puede sacarte una sonrisa con solo verla, o con solo verla estando preocupada por vos, el estar con Bill me había alegrado el día de una manera indescriptible – supongo que esa es la palabra – que tan rápido podía hacer que mi humor cambiara, solo él…
Bill se paró al instante en que me vio entrar por la puerta.
— Hola — saludé

— ¡¿En donde mierda te habías metido?! — gritó su hermano, iracundo.
— Fui a dar vueltas por ahí – dije todavía sonriendo.
— ¿No tenés hambre? ¡Te fuiste a las 8:00 a.m. y ni siquiera te dichaste a volver para almorzar! ¿O fuiste a un restaurante? – preguntó
— No comí, pero no tengo hambre… - respondí intentando rehuir de su mirada y escaparme a mi habitación. Estoy seguro de que con eso Bill va a darse cuenta de mi estado de ánimo (el cual él mismo cambió) y va a intentar hacerme hablar.
Es lo que más necesito decirle “Bill Kaulitz, te amo” pero no es tan fácil, y si no puedo decirle eso, mejor ni entablar una conversación con respecto a mis sentimientos.
Bill hablo antes de que pudiera irme – después de que pidiera las llaves de mi habitación.
— Tom, ¿Estas bien? Sabes que podes confiar en mí. – preguntó su fina voz. Ahí lo tienen, no pude evitarlo.
— Si, todo bien… me voy, estoy cansado. – me dispongo a dar media vuelta e irme, pero Bill me agarró por el brazo.
— Tom, a mí no me engañas. ¿Qué te pasa? – está muy serió. No me gusta esa expresión en su rostro, prefiero mil veces verle sonreír o verle feliz porque ganamos un premio o algo por el estilo.
— Enserio Bill, no me pasa nada.
— No te creo. – sentenció.
— Bill, es complicado, es algo que no se puede decir.
— ¿Un secreto? Sabes que yo puedo guardarlo.
— No Bill, éste no, es más, me odiarías por eso… todo el mundo me odiaría por eso.
— ¡Hey! ¿Qué es ese ánimo? – apareciendo de la nada, como siempre.
— Pesimista. – Le respondió Bill – con un toque de tristeza. Enserio Tom, lo decís como si hubieras matado a alguien.
— Con razón Gustav no aparece.
— No, imbecil, no es eso, ¡Gustav no aparece porque ésta buscando un regalo para su novia! Y matar una persona no es tan malo. – sinceramente, se darán cuenta que yo mismo veo muy mal el amar mas que como un hermano a Bill, y que me molesto mucho el comentario de Georg.
Me solté del brazo que me agarraba Bill, di media vuelta y empecé a caminar, entonces Georg habló.
— ¡Bueno tranquilo man! Era un chiste nada más, ¿Qué te pasa? – lo ignoré, lo que menos ganas tenía en ese momento era que empezara un rumor sobre que Georg y yo estábamos tan peleados que tal vez no seguiríamos con la gira o algo así. Subí a mi habitación, cuando entré me limite a tirarme en la cama y evitar pensar, dejar mi mente en blanco.
No se cuanto tiempo pasó, solo se que me quedé dormido y solo me desperté cuando escuche abrirse la puerta. Me di la vuelta, Bill acababa de entrar.
— Perdón, pensé que estabas dormido.
— Estaba dormido.
— No quería despertarte.
— No importa, ¿Qué haces acá? – note como se ponía nervioso buscando una explicación.
— Bueno, la verdad, es que, quería esperar a que te despertaras para ver porque estabas tan mal… - confesó, no se, parecía cierto en parte, algo me decía que había algo que no me había dicho.
— No jodas Bill, ya te dije que no me pasa nada.
— ¿Pero qué es tan malo como para que todo el mundo te odie, o que te sientas tan mal?

Estuve a punto de decírselo… pero no… no quería que se alejara de mí.

—       Nada Bill, te dije que no jodieras… ándate, estoy cansado… - seguí con la misma excusa, pero Bill no se movió, ni siquiera se inmuto cuando le hable de esa forma y le dije todo eso de tan mala manera… la verdad no me gusta tratar mal a Bill, pero a veces no hay otra forma de que no me obligue a hablar.

—        Bill, no pienso repetírtelo.

—        No me voy de acá hasta que no me lo digas.

—       Nada, Bill, me siento un basura, eso es todo.

—       ¡¿Pero por qué?! – casi gritó

—        Bill, - hice una pausa en la que suspiré, una forma disimulada de ganar tiempo pensando - ¿Nunca te deprimiste sin razón?

—        Si – respondió, ya más tranquilo – pero vos no hablas como si te hubieras deprimido sin razón.

—        El único motivo por el que todos me odiarían es porque soy la peor basura que te podes encontrar – comenté, sabiendo a que se refería con “vos no hablas como si te hubieras deprimido sin razón” me sentía mejor diciendo esas cosas de mí mismo (porque así las sentía) que hablándole mal a él que nada me había hecho para que lo amara… supongo.

—        ¿Pero se puede saber por qué te empeñas en decir eso y nada más? – comenzaba a molestarse.

—        No – sé que con eso va a irse, o si no, por más que quiera que se quede, (sin preguntarme nada sobre por qué estoy deprimido) lo voy a sacar a rastras, y él lo sabe muy bien, el me conoce mejor que nadie.

—        ashh! – dijo rindiéndose y saliendo de la habitación.

_-_Cuenta Bill-_-
Sé que hay veces que Tom se deprime y no quiere decirme por qué… sé que no le gusta que me meta en sus asuntos – cuando según él se “deprime sin razón” – y sé que siempre se deprime por lo mismo, pero… ¿Por qué no quiere decírmelo? Soy su hermano, me preocupa, lo quiero… bueno, eso ultimo no es del todo cierto, lo quiero lo adoro, lo amo… a veces me pregunto si no lo quiero más de los limites de amor entre gemelos, pero eso me incomoda, me niego a aceptar que todos ellos que no tienen nada que hacer o que necesitan plata e inventan mucho y dicen que soy gay tengan razón… me niego – en eso soy muy caprichoso -.
Supongo que tengo que conformarme con esa miserable respuesta – por ahora -.
Bajo las escalera y lo veo a Gustav recién llegando, con una cara algo decepcionada.
— Adivino: No conseguiste ningún regalo para Nai (Naiara) (no se nada de nombres en alemán… van a tener que conformarse con esto… a menos claro que quieran que le ponga nombre de hombre en alemán que de eso si sé)
— Nein – puso cara de tristeza. Como quiero hacer cualquier cosa por olvidarme del humor de Tom, respondo de la única forma que se me ocurre para distraerme.
— ¿Queres que volvamos juntos y te ayude a buscarle un regalo?
— Teniendo en cuenta que vos sí que sabes de eso, dale – dijo ya un poco animado, por lo menos también ayudo a Gustav en mi intento de no pensar en Tom.
Fuimos al centro y buscamos, estuvimos en joyerías, negocios de ropa, y todo tipo de tiendas que se encuentren en Buenos Aires. Gustav no se decidía por nada, hasta que vio un anillo, yo le dije que tuviera cuidado cuando se lo diera… no sea cosa que Nani pensara que le estaba pidiendo matrimonio.
Volvimos al hotel con el anillo.
Entre al hotel y me choqué con su mirada. Se ve decidido a hacer algo, espero no sea nada malo.
— Hola.
— Hola… le pregunté a Georg si hoy querían ir a un boliche a pasar el rato y dijo que sí ¿Ustedes vienen?
Gustav: Sí, obvio.
— Seguro…
Otra vez se va a buscar a otra gata más para complacerlo. - Pensé.
Así pasó el día y llego la noche. Ya en el boliche Tom solo mira a la pista de baile, a ver a que chica puede llevarse a la cama, supongo.

_-_Cuenta Tom_-_
Había decidido hacía muchas horas atrás que seguiría con mi método de siempre, para intentar olvidarme de Bill. Conseguir una chica, llevármela a la cama, disfrutar el momento y luego, intentar amarla a ella y no a mi hermano… un método que siempre me había fallado.
Ésta vez, miro a la pista de baile pero ninguna de las chicas lindas que veo ahí me llaman la atención… son nada comparadas con Bill. Con ese rostro angelical del mismo. Ninguna parece suficiente. Ya me sentía deprimido como para tampoco poder intentar nada.
Giré mi rostro y me encontré con el de Bill a unos centímetros del mío, me mira con fijeza, tiene una mirada inescrutable. ¿Qué piensa? ¿Qué quiere?
Ya hacía rato, había notado que Bill no había tocado el vaso de cerveza que había pedido, ¿Qué le pasaría?
— ¿Bill? – mi voz lo hizo reaccionar en el mismo instante que pronuncie la “B”.
— ¿Eh? ¿Qué? – Definitivamente lo saqué de sus pensamientos.
— Nada. – Vuelvo mi mirada a mi baso vacío. En ese momento me sentía igual. Vacío. ¿Cuántas cosas puede representar esa palabra? Cuan pequeño y cuan grande puede ser su significado.
De un momento a otro unas manos agarraron mi baso y ví como volvían a llenarlo, Bill había pedido que lo llenaran. Lo supe porque cuando giré mi mirada hacia él, me sonrió.
Me devolvieron mi baso, agradecí y seguí tomando, Bill me imitó.
— Que tranquilo estas hoy, Tom… Bill, ni siquiera te esforzas por hablar ¿Qué les pasa? Se deprime uno y se deprime el otro. – comentó Georg llegando con una chica al lado suyo.
— Eso parece. — respondio Gustav por ellos.

—        No estoy deprimido. Pasa que no se puede hablar con Tom cuando esta deprimido, ni mucho menos cuando esta buscando una chica para llevarse a la cama. – Mi hermano puede ser muy directo.

—        ¿Querías decirme algo acaso?

—        No es como que tenga nada para decirte.

—        ¿Se pelearon? — pregunto Gus, el no tenia la culpa de nada, no sabia nada de lo que hubiera podido pasar, o de por donde circulaban nuestros sentimientos… o al menos los mios.

—        Eso parece.

—        No. ¿Por qué? — preguntamos a la vez
— Porque parecen peleados. - Eso era obvio, aunque no estuvieramos peleados.

No voy a describir lo que paso esa noche, solo diré que la pase genial, las mujeres son mi debilidad... son lo que más me puede hacer feliz, después de Bill.
No se, creí ver alo de tristeza en el rostro de Bill al verme salir por la puerta con una chica a mi lado... de poco sirve hacerse iluciones ¿No? Nunca me las había hecho... yo se que Bill jamás formaría parte de un incesto... lo conosco... lo conosco muy bien.
No sentí mi gran depresión cuando me levante. Dejé a la chica donde estaba, sin siquiera despedirme y volví al hotel donde Bill me miraba con... ¿Rencor? ¿Enojo? ¿Odio? No se interpretar esa mirada... sólo se que no me gusto para nada, mucho menos en Bill.
— ¿La pasaste bien anoche?
— Mucho - fingí ser indiferente a su tono de voz, realmente parecía enojado, ¿Con migo? era triste no saber por qué se había enojado si era con migo o por qué se la hagarraba con migo...
— Que bien - se levantó de donde estaba sentado, se noto lo furioso que le puso esa respuesta. Se fue sin más y Gustav y Georg empezaron a preguntar.
— ¿Por qué esta enojado?
— ¿Se enojo con vos?
— ¿Siguen peleados?
— ¿Se van a disculpar de una buena vez?
— ¡No sé chicos, no sé! ¡Acabo de llegar! ¡Si se enojo con migo no sé por qué carajo fue! ¡Y si lo qué tengo que hacer es disculparme lo voy a hacer cuando él esté más tranquilo! - convengamos que son preguntas muy tontas las que me hicieron.
No suelo ser así de "suceptible" (no se como se escribe y no lo estoy haciendo en word es puro improvisar) pero ultimamente todo lo que me dijeran me parecía tan tonto, tan molesto... tan... tan... supongo que como siempre, las palabras no son buenas expresando un sentimiento.
Unas horas después decidí ir a la habitación de Bill... creo que ya va a estar más calmado.
Subo, entro sin siquiera tocar y lo encuentro tirado en su cama boca abajo con los brazon cruzados bajo la almohada.
Podría quedarme horas mirando esa imagen hipnotica, lo admito, lo desearía, pero el hecho de que Bill despierte - si es que está dormido - y el que esté enojado con migo, pueden más a mi necesidad o deseo de aunque sea mirarlo (no podía dejarlo en deseo xDD hay algunas personas muy mal pensadas (me incluyo) ii pensarian otra cosa de deseo).
Puse mi mano en su espalda... definitivamente estaba dormido. Lo dí vuelta... tenía todo el maquillaje corrido ii gran parte estaba en la almohada... en otras palabras, se había dormido llorando.
— Bill, Bill, ¡Bill despertate! - comenzé susurrando y termine gritandole.
— ¿Eh? ¿Qué? - definitivamente había estado llorando, se le notó en los ojos ni bien los abrió. Dirigio su mirada hacia mí. Un gemido de esos de cuendo tenes sueño salió de su garganta - Tom... dejamee... quiero dormir! - se quejo dandose la vuelta y escondiendo el rostro en la almohada.
Lo agarré de un hombro, lo di vuelta y lo sujete de ambos hombros para que no volviera a girarse.
— Si vine, es sólo porque quiero saber qué pasa... ¡¿Por qué estas enojado con migo?!
—....
-_-Cuenta Bill-_-
— Si vine, es sólo porque quiero saber qué pasa... ¡¿Por qué estas enojado con migo?!
—....
No estaba enojado con él, por supuesto que no... es sólo que no pude contener mi "ira" en ese momento.
No se por qué siempre que se llevaba una chica a la cama yo entristecía, lloraba o me enojaba. Sólo se que no podía evitarlo. Eso era así.
— No estaba enojado con vos. - mi voz sonó más cortante de lo que yo quería.
— ¿Ah, no? - dijo molesto, no lo creía aunque fuera verdad. - ¿Entonces que te pasa Bill? ¿Entonces por qué te la agarraste con migo?
— Porque sí Tom, qué se yo, dejame dormir.
De un momento a otro pareció como si Tom hubiera rectificado... apoyó su cabeza en mi pecho y me rodeo con los brazos. No sé, tal vez estaba llorando... lo importante era que yo no quería deshacer ese abrazo. Yo sentía una necesidad de aquel abrazo que sólo había notado ahora...........

 

-_-_Cuenta Tom_-_-
Supongo que había sido solo un simple abrazo. Bill actúa como si no hubiera pasado nada, como si ni siquiera me hubiera hablado mal… sinceramente, eh de admitir que no entiendo nada.
Realmente es normal – o al menos para mí – que unos hermanos se abrasen a no ser claro que se lleven mal. En todo caso, había sido un simple abrazo.
Esa noche hicimos un concierto, ahí, sobre el escenario, con todas las fans, todas mis dudas y toda mi confusión desapareció y me permitió disfrutar del concierto casi tal vez como ningún otro.
Festejamos.
Entiendan que un 90% de las noches estoy borracho (xD) está vez Bill me acompañaba… creo… ¿Era Bill? No se, no me importe, solo me importa que por fin me estoy riendo aunque no tengo ningún motivo.
Me caigo, me caigo, ¡¡¡¡¡¡Me Caigo!!!!!! Jajajajajajajajajaja…. Es tarde para intentar ayudarme, ya me caí, jajajajajajajajajajajajajajajajajaja.
¿Dónde estoy? ¿Quién es el/la que se re ríe con migo? ¿Quién me acompaña? La vida le da tanta gracia como a mí. Eso se le nota, pero no me molesta, ¿Por qué iba a importarme? Yo también me estoy riendo de la vida.
Entiendo que estoy subiendo a la parte del acompañante de un auto y fingiendo que lo manejo, pero, ¿Quién esta manejando el auto?
— Ruum… Burrum Burrum – (intento de fingir ruidos de motor, imagínense a tom fingiendo tener un volante en frente y hacer esos ruidos xD)
Xxx: ¡¡¡¡Jajajajajajajajajajajajajajajajaja!!!!!

¿Qué paso?
¿Qué hago acá?
¿Dónde estoy?
¿Por qué está a mi lado?
Que tier… no, no, no… eso no importa… sólo quiero saber que fue lo que paso anoche, ¡ay! Ahora que lo pienso… ¡Que resaca! ¡Como me duele la cabeza!
Me levanto, me visto y salgo de allí, salgo de aquel hotel.
Me niego a pensar que realmente paso… Dios ¡No! ¡Soy un… soy un…! Me Odio Con Toda Mi Alma…. Discúlpame, Bill, estaba borracho, no fue apropósito.
Dios… aún cuando no fue premeditado soy un asco de persona… Como me odio.
— Tom, ¿Qué te pasa? ¿Por qué esa cara de susto? ¿Tan fea es la chica que te llevaste a la cama anoche? Y yo que pensaba que te la habías estado pasando bien.
— Hola Geo, no, ojala, no importa… no quiero pensar en eso… ¡Ay! ¡Mi cabeza!
— ¿Resaca? Veni, te acompaño al hotel – a esas alturas la compañía de cualquier persona me daba miedo, sea hombre o mujer… supongo que quede algo traumado… tengo que ir a un psicólogo…
— ¡Tom! ¿Y? ¿Cómo la pasaste anoche? No te vimos salir, ni a vos ni a Bill… pero como ninguno de los dos volvió anoche la pasaron de maravilla… y al parecer Bill debió haber perdido su virginidad.

— Ni me lo recuerdes... chicos, me voy a acostar, la resaca me está matando.
— Ahora yo pido que te lleven un poco de café a tu habitación...
— Por favor.
— Pero no te olvides de que hoy hay entrega de autografos, concierto y ya pasado mañana nos estamos llendo a Alemania de vuelta, tenes que estar bien de la cabeza para hoy.
— Mejor dolorido que loco
— Tiene razón. -afirmó Gustav.
Subo a mi habitación, me tiro en la cama y al poco rato tocan la puerta... yo, bien creido que era el servicio llevandome el café no me interese mucho hasta que tocaron por segunda vez.
— Pase.
— Tom...
Gire la cabeza hasta encontrar sus ojos... Bill.
— Sí, ¿Qué pasa Bill? - su presencia me incomodaba... no podía verlo a la cara en ese momento. Bajé la mirada, recién ahora prestaba atención a las baldosas de ceramica que había en el suelo... que curiosas.
— Tom... emmm... los chicos me dijeron que tenes una resaca infernal, te traje algo de café... mmm, y ¿La pasaste bien anoche? - ¿¡Por qué tenía que hacer esa pregunta?!
— No sé, no me acuerdo de nada, ¿Y vos? Vos tampoco volviste en toda la noche por lo que me dijo Gustav - Agarré la taza de café, que Bill me ofrecía, sin mirarle a los ojos... no sé por qué hice esa pregunta, en realidad quiero olvidarme por completo lo de anoche.
— Sip - sonrió - de maravilla - me miró a los ojos, una mirada que yo no respondí - est... nada. - pareció triste al intentar decir eso ultimo y no poder.
— Bill, estoy cansado, con resaca y hoy va a haber mucho trabajo... - la misma excusa de siempre "estoy cansado" lo debimos aprender o heredar de alguno de nuestros papás.
— Sí, tenes razón, yo también - se fue. En su voz había podido detectar un poco de tristeza. Intenté no pensar... era dificíl.
Me terminé el café y eso pareció calmar bastante el dolor de cabeza.

Tocaron la puerta.
— ¿Si?
— Tom, ya hay que ir a la entrega de autografos - ¿David sabría algo sobre mi resaca?
— Voy
— Apurate.
— Ok.

No tarde mucho en salir de mi habitación... solo tuve que revisar si estaba mas o menos bien.
Jamás me hubiera imaginado que podría llegar a los 4.000 autografos, aunque como es de imaginarse tenía un calambre en la mano que es imposible de describir con palabras.
Muchas fans me pidieron besos ese día... qué más podía hacer además de bancarme mi incomodidad.

Ese concierto... a pesar de ser el ultimo, lo sentí como el primero... me sentía emocionado, nervioso, me daba curiosidad si ivan a ir muchas fans, etc. Pero una vez me subí al escenario volvía sentirme bien... con las fans era fácil.
Bill y yo estuvimos distantes en ese concierto y espero que no se haya notado mucho, o al menos que las fans no lo notaran.

— Bueno, en primer lugar, quiero agradecerles por venir a nuestro ultimo concierto... realmente no quiero irme de Argentina y espero tener la oportunidad de volver pronto... ok... ahora si! RETTE MICH!!

Zum ersten Mal alleine
In unserem Versteck
Ich seh´ noch unsre Namen an der Wand
Und wisch´ sie wieder weg
Ich wollt´ dir alles anvertrauen
Warum bist du abgehauen
Komm zurueck
Nimm mich mit

[...]



Empty Streets
I follow every breath
Into the night
The wind so cold
The sun is frozen
The world has lost its light

[...]



n mir wird es langsam kalt
wie lang könn' wir beide hier noch sein
Bleib hier
Die Schatten woll'n mich hol'n
ab heute wird die uhr durch´n countdown ersetzt
Doch wenn wir gehen,
dann gehen wir nur zu zweit
Du bist
alles was ich bin
und alles was durch meine Adern fließt
Immer werden wir uns tragen
Egal wohin wir fahr'n
Egal wie tief

[...]



..gemacht
Die ganze Zeit gedacht
So könnte es weiter gehen
Alles andere werden wir sehen

Geh!
Geh!
Geh!

[...]

Rette Mich... eso era lo que sentía al mirar a Bill a los ojos... esas simples dos palabras son lo único que no puedo expresar, eran justo eso, rette mich en forma de sentimiento... de alguna forma eso es la música ¿no? Un sentimiento expresado con letras y melodías.
1000 Oceans, otra canción definiendo como me sentía...
Estas canciones las tocamos en el concierto entre otras, pero para mí, estas resaltaron, cada una por su forma de expresar una parte de lo que siento...

Esa noche dormí como palo... estaba agotado.

"Me mantengo despierto
Por ti
No podemos lograrlo los dos
Tu no lo sabes
Ahora me rindo por ti
Mi última voluntad te ayudará a salir
Antes de que el mar se parta debajo de mí
Yo creo en ti"

Que se supone que tengo que entender por algo así en un sueño?
Ya estoy soñando en español, curioso ¿No?

A la mañana siguiente me levanté gracias a los gritos que me dedicaba David al otro lado de mi puerta. Me vestí y baje con el bolso colgado al hombro.
— Buenos días—saludé, todavía dormido
— Buenos días—dijeron todos al unísono.
— Bueno, vamos al aeropuerto, bastante que nos retrasamos por vos, Tom— me retó David
— ¿Quién lo diría? Siempre es Bill el que nos rastraza maquillándose – se burlo Georg.
— ¡Cállate! — le discutió mi hermano. Yo no les dirigí la mínima mirada, no estaba de humor para mirar a Bill a los ojos, era perturbador.
Me aburrí como habichuela sin tierra en todo el viaje, pero al llegar a Estados Unidos empecé a preocuparme: sólo quedaba por tomar un avión a Alemania y lo demás sería un viaje de solamente Bill y yo, eso iba a ser difícil.
Después de lo que había pasado aquella noche cuando estábamos borrachos no me atrevía a estar cerca de él, en la misma habitación, ni mirarle a los ojos.
Llegamos a Alemania y llegamos a casa, la situación fue más llevadera de lo que pensé.
Al entrar a la casa me encerré en mi habitación y encendí el estereo, bajo, por si Bill quería dormir. En la radio estaban pasando “Du schweigst” de Nevada Tan, una canción realmente triste… al acabar esa canción pasaron una de Samy Deluxe, era obvio que estaban pasando un poco de todo, que tipo tan capo.
— Tom… — en ese momento noté que Bill se estaba asomando por la puerta.
— ¿Qué pasa? – me incomodaba mucho su presencia en mi habitación.
— Dos preguntas 1. ¿Estas enojado con migo? Casi ni me miras a los ojos — preguntó preocupado.
— No, Bill, solo que no te diste cuenta de que no le miro a los ojos ni a Georg, ni a Gustav, ni a David, ni a nadie en especial en realidad.
— Me alegro — sonrió
— ¿Y la segunda pregunta? — Bill se acercó a mi cama, se arrodilló sobre ella, al lado mío y se le borro la sonrisa. Miro hacia la manta.
— ¿Puedo quedarme acá con vos? Hay una rata en mi habitación – lo miré, me pareció muy dulce lo que había hecho, a pesar de que había ratas en mi casa. Me eché a reír.
— Sí, quedate, pero vas a ser vos el que llame al exterminador, y ni sueñes que voy a entrar a tu habitación, para Nada. Ni siquiera para acompañarte a buscar algo.
— Está bien — respondió sonriendo nuevamente.
A pesar de que me incomodara la idea de tenerlo a Bill a mi lado lo dejé quedarse conmigo. Tarde o temprano iba a pasar, mejor temprano, no valía la pena retrasar el momento.
Estaba nervioso… Bill se quedó ahí, mirándome, prestando mucha atención a lo que hacía.
En la radio comenzó a sonar “Sex” de Lukas Hilbert, no sé por qué, ni quién había empezado todo eso, pero todas las fans creían que esa canción era de Tokio Hotel, al igual que una llamada “Für Bill” que supuestamente escribí yo. Esa canción, bien que yo se la dedicaría a Bill si pudiera, aunque sería raro.
De pronto, me encontré tarareando la canción con mi hermano apoyando su cabeza sobre mi pecho… mi incomodidad y nerviosismo volvieron, y aumentaron.

— Bill... — susurré, o quise hacerlo, ya que nada salió de mi garganta, estaba demaciado nervioso y eso no era bueno.
Él pasó la mano por mi abdomen, por debajo de mi remera... realmente me asuste en ese momento. Corrí su mano y Bill abrió los ojos y se levanto, avergonzado. Me miró con susto, él no quería que yo lo juzgara ni me alejara de él...
Se levanto y salió corriendo.
— ¡¡Bill!! - me paré rapido y salí corriendo tras él.
Alcanzé a ver su melena bajando por las escaleras. Lo seguí, seguía corriendo. Logré agarrarlo de la muñeca justo a tiempo, ya que con la otra mano, Bill, sujetaba el picaporte de la puerta de entrada.
Lo atraje hacia mí y lo abrazé.
— Tom, yo... perdón... no... - él no sabía que decir, por eso se interrumpía solo, hasta que termine por interrumpirlo yo.
— Shhhhhh... tranquilo... no paso nada — susurré lentamente. Bill me abrazó fuerte y comenzó a llorar.
--- Cuenta Bill ---

Tom no me quería como yo a él. Era doloroso saber eso, pero solo me dejaba algo por hacer...
Antes de hacerlo, quería volver a probar los labios prohibidos del Kaulitz al que jamás debí mirar, no como algo más que un hermano.
Recuerdo la vez que Tom me besó por primera vez, él no lo recuerda, o al menos no creo... pero yo sí, es mi recuerdo más preciado.

Nos habíamos ido de campamento con papá, no mucho antes de que él y mamá se divorciaran. Tom y yo eramos muy chiquitos.
Papá se fue a buscar leña para hacer una fogata, pasaron unas cuantas horas y no volvió. Estaba empezando a oscurecer y todavía no regresaba - Dios sabrá por qué decidió tardar tanto -.
— Se lo comió el hombre del bosque — dijo Tom, intentando asustarme.
— ¿Quién? — pregunté, escondiendo mi miedo como podía. Estabamos en un rincon de la carpa, yo estaba abrazado a mis piernas, mientras que Tom permanecía sentado con las piernas cruzadas a mi lado.
— El hombre del bosque, dicen que es canival... y que su carne favorita es......... la de los chicos chiquitos — me aterré
— ¿Y si nos come a nosotros también? — pregunté, ya no podía esconder mi miedo, estaba realmente asustado.
— Te va a comer a vos, vos sos el nene chiquitom de los dos yo soy el más grande, probablemente mi carne no le guste por estar vieja — me respondió con una sonrisa de oreja a oreja.
— ¡Solo por 10 minutos! — me defendí-
— Pero más grande al fin — continuó muy tranquilo
— ¡¡¡¡¡¡¡Ay Dios; Tom, el hombre del bosque nos va a comer...!!!!!!! — No sé exactamente cuantas cosas mas grité ese día, pero sí recuerdo que chillé unas cuantas cosas más mientras Tom casi no podía aguantarse la risa... Dije cosas muy bobas esa noche, tengo que admitir.
De un momento a otro, los labios de Tom presionaron los míos. Había estado muy ocupado chillando como para notar su acercamiento.
— Sos muy dulce cuando te asustas — dijo[/u] sin el mínimo rastro de arrepentimiento en su hermoso rostro. Yo lo miraba sin poder creermelo — Lo inventé todo, podes dormir tranquilo... papá esta bien — siguió sonriendo


Dudaba sinceramente que Tom recordara eso, eramos muy pequeños, pero ahí había empezado a quererlo. La primera vez que prove sus labios... eran tan dulces...

Me alejé un poco de Tom, lo besé dulcemente. Supongo que fue compación de su parte, pero respondió al beso.
Sentí su frío piercing contra mis labios, era todo tan hermoso como lo recordaba, tal vez hasta mejor. En lo que duró el beso, me dediquéa grabar a fuego en mi memoria cada detalle de aquel momento; como se sentían los brazos de Tom, los musculos, como lo estaba rodeando con los brazos, los suyos rodeandome, como se sentían sus labios contra los míos, todo, simplemente Todo.
Después de lo que iba a hacer iba a necesitar ese recuerdo realmente.
— No te vayas — me rogó al finalizar el beso.
Lo miré a los ojos y me disculpé por el beso y por todo. Luego de eso, fui a la cocina, agarré el telefono y la guía telefonica. Llamé al primer exterminador que encontre y le conté mi problema, - el de la rata en mi habitacion (hay que aclarar xDD) - esa noche iba a tener que dormir en el salon, pues el exterminador no iba a venir si no hasta mañana, y ni muerto dormiría en mi habitación... mucho menos con Tom.
Así paso la tarde... no volví a crusarme con Tom, lo prefería así. Pensé en cada detalle de lo que iba a tener que hacer. Sabía que solo lo estaba retrasando al concentrarme en los detalles de como iba a hacerlo, cuando, etc. pero realmente no quería hacerlo, solo no tenía otra opción, no después de lo que había pasado.
— Perdón, Tom... — dije al aire... sabía que él no me estaba escuchando ni iba a hacerlo, mucho menos quería que lo hiciera....
--- Cuenta Tom ---
[/center]
¿Perdon? ¿Perdon por qué? Bill no sabía que lo miraba atentamente a escondidas, ese beso... ¿Cuanto puede lograr Bill que algo tan simple signifique tanto para mí?
Gracias Bill, ese beso era lo que necesitaba, me diste la seguridad. Me amas ¿No?
Tenía tantas cosas que preguntarle y tan pocas ganas de molestarlo.

Se lo veía tan tranquilo, ahí en el salon, tirado sobre el sofá meditando. Yo lo observaba desde arriva de la escalera, sentado en el piso y asomando la mitad de mi rostro desde atras de la pared. Era obvio que planeaba quedarme ahí un buen rato. Bill ni siquiera se percataba.
¿Eso... eso de ahí es una lágrima?
Me paré rapido y bajé las escaleras, me acerqué a Bill, sí, era una lágrima negra — por su maquillaje, no lo entiendan como una expresión — una, dos, tres, veinticuatro, setenta, ochenta, ochenta y ocho...
— Bill... ¿Bill, estás bien?¿Qué te pasa? — Me asusté al ver que se tapaba la cara. Me acerqué más y lo abrazé... planeaba hacerlo hasta que se recompusiera.
— No puedo... no puedo hacerlo — dijo llorando mientras se aferraba a mí
— ¿Hacer qué? — pregunté realmente asustado, ¿Estaría pensando en suicidarse? Era una de las pocas cosas que sabía que Bill no era capas de hacer. Pero, ¿Por qué iba a querer suicidarse?
— Ya vas a ver — se secó las lágrimas e intentó recomponerse — Es algo que tengo que hacer, no tengo opción...
— ¿Qué? Para todo hay más de una opción — dije, definitivamente no trataba de suicidarse.
— Pero solo una correcta
— ¿Qué vas a hacer?
— No preguntes — respondió... ¿Qué iba a hacer? Mi orgullo como hermano mayor y gemelo de Bill estaba dañado, por decir lo que sentía en ese momento de alguna forma. Bill no me lo quería decir y a mí me importaba mucho más de lo que él pensaba... yo creía que ese beso había podido significar algo para él... no era así.
Casi lloré ante la idea. Logré contener las lágrimas hasta que llegué a mi habitación, allí solté todo... lloré todo lo malo y lo bueno que tenía adentro.
Bill se quedó en el sofá, tirado. Preguntandose qué entendí con todo lo que me dijo. Era mejor que no lo supiera...
No salí de mi habitación ni siquiera para cenar, no tenía hambre. No importaba. Tenía la sensación de que Bill tampoco cenaría esa noche.
No dormí, tampoco, sólo llore y vagué en una especia de inconciencia... amaba a Bill más que como a un hermano ¿Qué pensaba hacer? Todo, cualquier cosa era mejor que el suicidio.
Para entonces mi cerebro no servía mucho y ya estaba convencido de que eso era lo que Bill haría. En todo caso, me negaba a creer que Bill quería suicidarse, menos después de lo que había pasado. Yo necesitaba a Bill, en ese momento más que nunca antes, supongo.
Al día siguiente, Bill no se encontraba en casa, lo preferí así.
El telefono sonó después de alguna que otra hora que pasé viendo tele. El sillón se mantenía con las mantas y aún tenía impregnado el olor de Bill.

—       Tom… ¿Tienes idea de por qué Bill planea renunciar a Tokio Hotel? — preguntó la voz de David al otro lado del teléfono, luego de saludar.
¿Por eso estaba llorando el día anterior? Abrí los ojos como platos.
— ¡¿Qué cosa?!
— ¿No se pelearon? Bill me pidió que no te dijera nada, pensé que se habían peleado
— ¡¿Y así vas y me lo decís como si nada?! — me desesperé
— Tom… tranquilo
— ¡Las pelotas! ¡¿Bill está allá con vos?! — me malhumoré
— No, se fue hace unas horas, pensé que volvía a su casa y me sorprendió que no me llamaras…
— No volvió —Mi humor empeoraba cada vez más.
— Tranquilo, Tom, voy a ver que puedo hacer, tú quedate tranquilo y en tu casa por si vuelve — Oí la puerta de entrada abrirse
— ¡Alto! — Salí corriendo al pasillo y encontré a Bill y Andreas. Ellos me miraban sorprendidos y Bill hasta preocupado. Se le había corrido el maquillaje, había estado llorando — No es necesario, aquí está y con Andreas de compañía — hablé, furioso aún. Y conteniendo la furia… no sería bueno estallar frente a Andreas y con David al teléfono… no con todo lo que tenía para decirle.
— Tranquilo, Tom, no armes una escena — me pidió
— Adiós — corté sin oír lo que me decía y sujete el teléfono inalámbrico con mucha fuerza, más de la necesaria. — por favor Andreas, ¿Puedes dejarnos solos?
Andreas se me acercó, él sabía perfectamente mis sentimientos hacia Bill. Colocó sus labios cerca de mi oído derecho y habló.
— No lo lastimes, estuvo llorando y piensa todo lo contrario a lo que es, piensa que ni siquiera le quieres y lo del beso… piensa que fue pura compasión, no lo lastimes, él te ama, te necesita — Esa fue la primera vez que Andreas me lo dijo.
— Pues ahora se va a enterar de lo que es que un hermano no te quiera… no parece amarme como tú dices — dije frívolamente, aún conteniendo ira, sólo para no gritarle tantas cosas… Lo miré a los ojos con hostilidad y él supo que era su momento de partir, lo cual hizo.
Bill intento escaparse a su habitación, pero lo cogí del brazo y lo arrastré hasta el sillón del salón, lo lancé contra él sin ningún cuidado ni preocupación, la ira podía más conmigo en ese momento.
— ¡¿Qué mierda es eso de que te vas de la banda?! ¡Es todo por lo que peleamos desde que teníamos 8 años! ¡¡ ¿Vas a dejarlo todo así como así?!! — le grité con todas mis fuerzas…
— ¡¡No!! ¡Entendé que no puedo seguir así! ¡No puedo seguir con Tokio Hotel! ¡No puedo! ¡No quiero seguir! ¡No así!
— ¡¿Así cómo, Bill?! ¡¿Así cómo?! —se quedo mirando el sillón y luego murmuro
— Le pedí que no te lo dijera — sólo eso, no se movió del sillón.
— ¿Por qué? ¿Qué ibas a ganar con eso, con no decirme, eh?

---Cuenta Bill---
Tom no lo sabía, él pensaba que hasta ahí llegaba todo. No quise hablar. Salí corriendo. Fui a mi habitación a pesar de que Tom intentó evitarlo “Déjame en paz” le grité y me deshice de su agarre.
Entré; me tiré en mi cama a llorar, lo pero de todo era que eso aún no terminaba. Me quedaba terminar con mi trabajo, ese era solo el primer paso y necesario para llegar a terminar. Y de a poco Tom se iría enterando de cada paso, eso equivalía a muchas peleas con Tom, casi todo el tiempo.
---Cuenta Tom---
Me senté en el sofá; no entendí el comportamiento de Bill, él siempre había dicho que no quería ni iba a dejar a Tokio Hotel ¿Qué sucedía? ¿Por qué repentinamente cambiaba de opinión?

—       Escuché la puerta cerrarse, Tom se iba, no quería que las cosas fueran tan rápido, así que me quedé.
Llamé a mamá, no sabía por qué
— ¿Hola? — respondió al otro lado del teléfono.
— Hola, ma… ¿Cómo estás? — pregunté fingiendo estar bien
— Bill, hijo, bien, ¿Qué paso que me estas llamando? ¿Tan de pronto necesitas a tu madre? ¿Te peleaste con Tom?
— Sí, pero ya se le va a pasar.
— ¿Qué paso? ¿Por qué pelearon?
— Porque me fui de Tokio Hotel
— ¿Qué? ¿Por qué hiciste eso? Era el sueño de ambos…
— Pues ya no podemos compartir ese sueño
— ¿Por qué lo hiciste?
— Porque no sé, las cosas estaban muy tensas y creo que ya no me interesa cantar — mentí
— ¿Cómo? ¿Estoy escuchando al insoportable hijo que no dejaba de cantar y gritar cuando estaba en la ducha, tanto como si no, decir que no le interesa más la música? — se preocupó, yo reí — ¿Te sentís bien?
— Sí, perfectamente — volví a mentir
— Pero hijo… — la interrumpí
— Enserio mamá, no te preocupes, está todo bien — realmente necesitaba, desde hacía mucho, que alguien se interesara por cómo me sentía.
Sonreí. Mamá me hizo reír por un rato, ella quería levantarme el ánimo a toda costa, aún así, sólo un segundo después de cortar me volví a sentir mal.
Me senté frente al escritorio, un lápiz y una birome sobre un papel. Comencé a escribir una carta. Taché, borré y reescribí hasta que me quedé sin hojas. Decidí lo que escribiría, al final puse dos partes de canciones.

“Du bist alles was ich bin, und alles was durch meine Adren fließt”
“Du willst für mich immer heilig sein”

Firmé, y busqué varios bolsos. Guardé toda mi ropa mientras lloraba, ya tenía que enfrentarme a mis acciones… tenía que hacerlo.
Saqué toda mi ropa… no quedó ni una sola remera, ni un solo boxer sucio. Ya llamaría a una empresa de mudanzas para que se llevara el resto. Adiós Tom…
Crucé el umbral y subí al auto aún llorando.
--- Cuenta Tom ---
Llegué a casa, evité ir a la habitación de Bill, no tenía ánimos de hablar con él. Pasé directamente a mi habitación y me lancé a mi cama sin mirar, poco a poco me fui quedando profundamente dormido.
Fue un sueño extraño, tenía que ver con Bill. ¿Qué había con él?
Oí que aplastaba algo al darme la vuelta, eso me despertó más de lo que ya estaba. Ahí me di cuenta que estaba abollando una hoja doblada al medio. La sostuve en mi mano.
(Los derechos de autor de la siguiente carta están todos reservados a Mandy, que escribió esta carta por mí cuando yo me trabé. Le agregué solo una que otra frase.)
“Tom:
Querría no tener que hacer esto, pero ya no puedo más. He de hacerlo, es ahora o nunca.
Desde que nacimos, me une a ti un lazo de lo más especial. Eres la única persona que ha estado junto a mí desde siempre. Me conoces desde que estuvimos en el vientre de nuestra madre. Fuiste siempre mi consuelo. Sabía que podía contar contigo cuando lo necesitara y lo mismo tú sabías que estaría allí para ayudarte.
No sé si puedas perdonarme por esto, no se si entiendas que necesito hacerlo. He aguardado mucho tiempo para decírtelo. Debo admitir que tuve miedo. Miedo de que te enfadaras. Pero ahora he encontrado la solución.
No puedo seguir así Tom. Debo irme. Hay sentimientos y emociones que no puedo controlar cuando estoy a tu lado. Y sobre el beso… perdóname por hacerlo, no volverá a suceder. Verás que esto no puede seguir así, no puedo evitar sentir lo que siento cada vez que me acerco a ti. Sé que esto es lo último que quieres escuchar de mí pero los sentimientos no son algo que uno elige. Te amé, te amo y te amaré siempre. Pero como mucho más de lo que debería amar al hermano que eres. Jamás pude decírtelo por miedo a que dejaras de quererme, ahora ya no es tan importante. Ahora sabes qué es lo que me perturbaba. Ahora conoces mi peor secreto, guardado en lo mas profundo de mi corazón.
No puedo predecir tu reacción cuando leas esto, pero dudo que sea algo bueno. No te preocupes, no tendrás que sentirte incómodo a mi lado. Yo ya no estaré allí.
Me marcho, Tom. Y me iré lejos. No quiero molestarte más con mis problemas. Iré donde mi mente trastornada no pueda interferir en tu vida y tu felicidad. Se acabaron las peleas y las discusiones. No más malos entendidos. No más dolor, para ninguno de los dos.

“Du bist alles was ich bin, und alles was durch meine Adren fließt” ¿Recuerdas esto? Jamás dejarás de ser mi otra mitad, mi hermano, mi mejor amigo, al menos para mí, aún cuando me aborrezcas. Eres sangre de mi sangre y nunca podré dejar de amarte.
“Du willst für mich immer heilig sein” Y nada ni nadie podrá hacer que yo deje de sentirte como una parte sagrada de mi vida. Eres y serás siempre mi único gran amor.

Puedes aborrecerme por todo lo que he dicho en esta carta, pero ahora ya me da igual. Lo hecho, hecho está. Las cartas están echadas.
Adiós, Tom.

Te ama,

Bill.”
Comenzó a llover en ese mismo momento.
“Bill…” fue lo único que llegué a pensar antes de comenzar a llorar. Sabía que cuanto más tiempo permanecía en mi cama tirado llorando, más se alejaba Bill de mi lado pero… ¿Qué podía hacer? No lograba dejar de llorar, tomar un poco de fuerzas e ir a buscarlo donde fuera… no podía moverme. No podía siquiera pensar bien.
¿Aborrecerlo? Jamás, no sería capas de aborrecerlo nunca y mucho menos por aquello. ¿Mente trastornada? Era algo que compartíamos entonces…

—       Bill ya estaba lejos... ya era imposible para mí, él era mi imposible ahora. Mi propio imposible. Eso se volvía cada vez más gris, cada vez mi vida se iba oscureciendo más con cada detalle, cada vez más.
Subí al auto aún llorando y fui a casa de Georg y Gustav, ninguno sabía nada de Bill, lo último que sabían era que se había ido de Tokio Hotel.
Por último fui a casa de mi madre. Ella solo sabía que unas horas antes había hablado con él. Intentó consolarme.
— Tranquilo, Tom, él estará bien... ya verás... dentro de poco volverá él no puede vivir sólo y sin música.
— No mamá, no va a volver... él mismo lo dijo. No piensa volver, cree que yo estoy feliz con eso — en ese momento me daban ganas de volver a ser en nenito de 6 años que siempre que lloraba y tenía un problema, iba corriendo a los brazos de su madre, quien lo abrazaba, lo besaba y lo consolaba como solo ella sabía hacerlo. Además, sentía la necesidad de mostrarle la carta, pero no podía... allí decía algo que temía que la decepcionara o le hiciera daño o algo por el estilo...
— Hijo... — dijo apenada, ella no sabía que decir, de pronto, una idea le cruzo por la cabeza. — ¿Tiene algo que ver con la pelea de esta mañana?
— No, absolutamente nada... peleamos porque Bill dejo Tokio Hotel, pero él se fue por otro motivo— bajé la mirada hacia el piso
— ¿Cómo lo sabes? ¿Conoces su motivo?
— Sí.
— ¿Cual es? — la miré.
— Ojala pudiera decirtelo... pero es un secreto — me miró preocupada.
--- Cuenta el narrador ---
Pasó un año, todos se mantenían con la idea de "Donde sea que esté Bill, en una gira lo vamos a encontrar, si hacemos una por todo el mundo" pero Tom sabía que esa suposición era errada.
Comenzó la gira por América. Tom salió a dar una vuelta por el centro de Guadalajara. Disfrazado, para no tener que ir con los guardaespaldas.
--- Cuenta Bill ---
Había hecho un solo amigo en el edificio donde me estaba quedando, pero solo lo era porque le pagaba la renta del lugar, para que mantuviera en secreto donde estaba y para que me mantuviera lo mas alejado pocible del afuera. Apenas salía a veces para sacar plata del banco y lo hacía sin maquillaje, con el pelo rapado por completo, unas gafas de sol extremadamente grandes y un pañuelo con el que me tapaba la mitad de la cara para que no me reconocieran. De vez en cuando me paraba algun policía, le mostraba bien mi rostro y me reconocía casi enseguida...

Pensé que luego de un año de estar enserrado en un agujero del demonio, sin poder tomar aire tranquilo más que para buscar plata en el banco - donde por alguna razón generalmente Tom me transfería bastante plata - y vivir llorando todo el tiempo, acostado sobre la cama y comiendo solo a veces, no me haría ningún daño salir, a pesar de que Tokio Hotel, con mi reemplazo, estuvieran en Guadalajara ¿Qué pocibilidad había de encontrarme con uno de ellos?

Creo que el mundo ya se había olvidado de mí o mi imagen no resaltaba casi nada, pues salí sin ningún disfraz ni esfuerzo por maquillarme ni absolutamente nada y nadie me veía, ni siquiera me dirigían la mirada, me sentí bien con eso... yo ya no me cuidaba la voz asique fui a un quiosco compré un paquete de cigarrillos y un ensendedor y salí de allí. Ensendí uno... ¿Qué?... Esa voz...
Giré la mirada y...

—       ¿Bill?
— ¡¡¿Bill?!! — él me vió intentando hacerme paso para acercarme entre la gente y comenzó a correr. Lo perseguí hasta que en algún momento desapareció... lo perdí de vista, estuve a punto de llorar al ver que mi hermano se me había vuelto a escapar de las manos otra vez, pero me contuve hasta llegar al hotel.
---Cuenta Bill---
Esa pocibilidad.
Llegué al edificio, cerré con llabe y me senté en un rincon, comencé a llorar, recordaba el último beso, ¡Qué inconciente había sido al darselo!. Recordaba cada detalle... todo... realmente se había grabado en mi memoria. No había tenido tan en cuenta como me haría sufrir luego. Se acercó a mi puerta el dueño del lugar con un poco de comida, supongo, no recuerdo a qué hora fué, pero ni me movi de mi lugar... estaba muy concentrado en el suelo, llorando sin consuelo, recordando a mi único amor, volviendo a llorar... pero sollozando en silencio, en esa oscuridad que me invadía en aquel sucio, horrible y de mala muerte departamento o agujero en donde se encontraba.... ni el sabía ya en donde estaba parado.
Hundido en mi depresión.
---Cuenta Tom---
Bill... Bill... ¡Bll, Bill, Bill, Bill, Bill, Bill!
A pesar de todo, me había vuelto a "drogar" con su presencia.
Me encerré en mi habitación. No salí de allí si no hasta el día siguiente. Se me había vuelto a escapar ¡Otra vez!

Los siguientes días continué buscandolo por todos lados... pero en ningún momento encontré nada... ni un rastro de él, ni siquiera algo o alguien parecido.

Muy para el contrario de lo que yo quería tuvimos que seguir la gira y luego volvimos a Alemania. Tokio Hotel siempre me alejaba cada vez más de Bill... renuncié yo también. Sabía que ganaría plata de solo aparecer en un lugar, y mucha.

Pasé todo un año de osio, todavía me quedaba mucha plata... generalmente la desperdiciaba bebiendo en algun bar de tersera.

Bill; mi felicidad, mi pena, mi droga, mi sufrimiento... mi amor...

Y mi hermano...
Lo pasaba mal todos los días. Debes en cuando me juntaba con Georg y Gustav, aunque generalmente estaba de demasiado mal humor como para estar con esos dos idiotas (perdon por el insulto) incluso Andreas era la misma historia, él ya no sabía nada de mí ni de Bill, realmente ya casi no eramos amigos.
---Cuenta Bill---
Un año después de volver a ver a Tom, dos años después de escapar de casa. Decidí volver. Solo para volver a ver mi ciudad natal.
Ya tenía el pelo más largo, pero tenía las uñas cortas y no me maquillaba más, usaba ropa barata, vieja y generalmente de segunda mano, vivía difonico por los cigarrillos...
Luego de acomodarme en un hotel y descansar, ya que era de noche, me dirigía un bar. Nada grande ni lujoso, solo un bar de tersera a tomar, ese lugar me traía recuerdos, especialmente de Tom. Cuando nos ibamos de parranda con los chicos y volvíamos a casa o al hotel borrachos y a veces hasta con una chica.
— ¿Qué te sirvo?— preguntó la voz del cantinero, sacandomé de mis pensamientos.
— Una buena cerveza, no importa ni de dónde, ni de qué marca, ni el precio, solo una buena cerveza. — El hombre puso un baso y comenzó a servirme una bebida de una botella sin etiqueta... yo no solía aceptar cosas sin saber de dónde salían ni nada de eso... pero ya nada importaba realmente.
— Aquí tienes. — Me acercó el vaso mientras yo agradecía.
Entre trago y trago miraba para los lados. Entrecerré los ojos. ¿Tom? ¿Por qué rayos el destino siempre nos unía?¿Por qué siempre me lo encontraba a dónde fuera cuando había minimas pocibilidades de encontrarmelo? ¿Por qué rayos el destino y Dios tenían tantas ganas de vernos juntos, de encontrarnos? Nosotros no podríamos tener nada... nunca.
Se balanceo en su silla y calló al suelo.
Sí, era Tom, estaba totalmente ebrio y maloliente, eso lo notaba de lejos, especialmente debía oler a alcohol y tabaco. Además parecía que su aspecto personal ya no le importaba tanto.
Pagué la cerveza y me fui rápidamente oyendolo como reía. Y no podía continuar ahí.


..........¡¡¡¡¡¡Dios, Bill!!!!!!! ¡Corré! ¡Corré rápido! ¡No te quedes ahí parado mirando Bill! ¡¡¡Bill, movete!!! me decía a mi mismo. Viendo como el camion se aproximaba y no frenaba a pesar de tanto que yo me gritara..................

—       Sonaba el teléfono celular. Eso me despertó y me hizo sentir la resaca. A mi lado se encontraba una joven y hermosa muchacha, pero no me importó. Busqué mis pantalones, era obvio lo que habíamos estado haciando. A pesar de ser gay aún así seguía teniendo sexo con mujeres, tal vez la palabra correcta hubiera sido bisexual, más que gay.
Busqué mi celular. La muchacha despertó, pero la ignoré.
— ¿Hola? —Pregunté con vos rasposa.
— ¿Hablo con el sr. Kaulitz? — preguntó una voz, desconocida, del otro lado del teléfono.
— Sí, él habla — respondí desconcertado
— Soy el oficial Tonson — habló. No comprendí nada de lo que estaba sucediendo. — lo llamo para informarle que esta mañana encontraron a su hermano, el sr. Bill Kaulitz, en medio de la calle. Parece que lo atropellaron... el conductor escapó y no tenemos ninguna pista de quién pudo ser. Lo siento mucho — dijo, con esto último entendí que había muerto, pero me quise quitar todas las pocas esperanzas que me quedaban.
— ¿Él está vivo?
— Sí, pero extremadamente grave. Se encuentra en coma profundo...terapia intensiva.
— ¡¿En qué hospital?! — me desesperé. Me dijo el nombre del hospital, me vestí apurado y salí corriendo hacia mi auto, sin siquiera dirigirle una minima mirada o palabra a la muchacha que no entendía nada. Llegué al hospital hablando por teléfono nuevamente, pero esta vez con mi madre. Seguí caminando por los pasillos hasta encontrar al oficial Tonson.
— Ven para aquí, mamá, estoy frente al policía, adiós — le dije a mi desconsolada madre — ¿El oficial Tonson?
— Sí, es usted el sr Kaulitz ¿No?
— Sí, Tom Kaulitz — afirmé y estreché su mano — ¿Dónde está mi hermano?
— Venga por aquí por favor — lo seguí hasta la puerta de una habitación de la que salía un doctor con mirada perdida y destrozada. Eso me desalentó, pero aún así pregunté.
— Doctor, ¿Cómo está mi hermano?
— Grave, muy grave, tal vez no sobreviva la noche — habló, con palabras puntiagudas, sin duda tantos puñales en el alma y el corazón como letras, espacios y comas que había en esa frase.
Esa noticia hizo que lo poco que quedaba en pie dentro de mí, todo lo poco que me quedaba se derrumbo, se deshizo en pedazos, se dio vuelta y calleron los escombros... Me descubrí de rodillas en el suelo, tapandomé el rostro, llorando. Eso mismo le dio una mala señal a mi madre, que acababa de llegar con la poca tranquilidad que podía sostener hasta que supiera como estaba su hijo. Separé las manos del rostro, la miré y hablé.
— Mamá — dije dolorido, como no hacía desde que era un niño, lloraba desconsolado, ella se arrodillo y me abrazó, como solo mi madre sabía hacerlo para consolarme — él... quiza no sobreviva. Puede que no pase de esta noche — mi madre comenzó a llorar y Gordon y Jörg tenían los ojos vidriosos... nadie quería que Bill muriera... nadie... especialmente yo, que amaba a Bill como nadie lo ha amado jamás y jamás lo amara...

—       Paso un año y medio, ya nadie, excepto yo, creía que Bill fuera a despertar.Yo casi vivía en el hospital, siempre estaba allí, esperando esa vez sí poder ver a Bill abrir los ojos... verlo despertar...
Se lo veía tan fragil ahí... todo enchufado por todos lados. Mi madre no podía creer que lo hicieran vivir a base de maquinas y cable, claro que ella tampoco quería que Bill muriera, pero le parecía insostenible que dieran una vida artificial para que sobreviva.
A pesar de todo, mi amor por Bill no se había apagado.
— Vuelve Bill, te necesito, te amo... — dije acariciando su mano. Y como si esas hubieran sido las palabras magicas, como si hubiera sido siempre esa la medicina a el estado de mi hermano, lo que Bill necesitaba oír, quién dirá si no, en vez de solo mientras estuvo en coma, los últimos 3 años y medio, abrió los ojos, me miró y se sorprendió al iguel que yo... no encontré ningún rastro de miedo en sus ojos.
— ¡Bill!
— ¿Qué paso? — dijo con voz debil y lastimosa
— Tranquilo, no hables y quedate quieto — dije al ver que intentaba levantarse. En el mismo momento en que terminé de hablar él me hizo caso. — yo voy por un medico y a llamar a mamá.
— ¿Mamá no está aquí? — habló con la misma voz, solo que con algún rastro de decepción... el no se esperaba eso y lo agarró desprevenido. Pude ver tristeza en sus ojos.
— Ha pasado un año y medio desde el accidente, Bill, solo yo seguí viniendo con la esperanza de que tu vida dejara de ser artificial. — me miró contrariado, sorprendido.
— ¿Un año y medio? ¿Accidente? ¿Vida artificial? — Se esesperó, me miraba asustado con los ojos como platos.
— Tranquilo, hermano, te lo explicaré todo cuando el médico termine de revisarte — le dije dulcemente, besé su frente y salí de allí, al oír como la maquina que marcaba los latidos de su corazón paro un segundo y luego comenzó rápidamente... tal parece que no era solo un dicho. Conseguí encontrar un médico al acto.
Él entró y me dejó afuera. Pasó un buen rato hasta que salió.
— ¿Mi hermano está...
— Perfectamente — me informó — parece que se ha recuperado totalmente, solo le haremos unos estudios más por si acaso y tendrá el alta asegurada.
— ¿Puedo pasar a verle? Esque le prometí que le explicaría todo cuando terminaran de revisarlo.
— Claro, Tom, pasa. Pero que sea rápido y breve — ya habíamos tenido algunas charlas con ese medico, por lo tanto de vez en cuando nos tratabamos de usted, pero la mayoria del tiempo nos tuteabamos y hablabamos con confianza.
— Si.
Entré apurado a la habitación, sonreía, él al igual que yo.
— Me darán el alta hoy.— dijo feliz.
— Sí
— Ahora recuerdo lo que paso, el camión se acercaba y yo me quedé inmobil de terror.
— Estuviste un año y medio en coma profundo después de eso y mantenían tu vida artificialmente — le dije, noté que ya no tenía casi ningún cable encima. Sonreí aún más.
— ¿Mamá se puso muy mal? — preguntó sacandomé de mis pensamientos.
— ¡No te imaginas! Hasta hiciste llorar a Gordon y a papá
— ¿Enserio?
— Sí, pero ahora lloraran de la alegría. Gustav y Georg también vinieron muy seguido entre gira y gira — le informé — y Andreas y su familia te vino a ver y llorar un monton de gente, hasta David y algunas personas del equipo.. y algunas de las personas que conocimos en USA. Todos te daban por muerto menos yo. Por eso vine aquí todos los días y por eso estoy aquí. — Bill me abrazó feliz, como no lo había visto en mucho tiempo.
— Gracias por quedarte conmigo, Tom, a pesar de todo te quedaste conmigo.
— Es obvio, Bill, yo te amo — pude sentir como se quedaba duro en mis brazos y supuse tenía los ojos abiertos a más no poder. Me propuse ponerselo peor, solo para ver como se sentía y sacarlo de su shock. Lo besé, lo besé con pasión y ternura, la misma con la cual respondió. Llegue a sentir ese duro metal pegado a mi lengua, casi para siempre... o así me hubiera gustado.
Nos separamos, Bill sonrió con mucha alegría. Tan hermoso como siempre, me dio tanta ternura que no noté que me daba un fugaz beso en la mejilla y acurrucaba su cabeza en mi hombro... tuve la oportunidad de acariciarlo obsenamente, pero no fue esa idea la que me atrajo, si no otra...
— "No sé si puedas perdonarme por esto, no se si entiendas que necesito hacerlo. He aguardado mucho tiempo para decírtelo. Debo admitir que tuve miedo. Miedo de que te enfadaras. Pero ahora he encontrado la solución.
No puedo seguir así Tom. Debo irme. Hay sentimientos y emociones que no puedo controlar cuando estoy a tu lado. Y sobre el beso… perdóname por hacerlo, no volverá a suceder. Verás que esto no puede seguir así, no puedo evitar sentir lo que siento cada vez que me acerco a ti. Sé que esto es lo último que quieres escuchar de mí pero los sentimientos no son algo que uno elige. Te amé, te amo y te amaré siempre. Pero como mucho más de lo que debería amar al hermano que eres. Jamás pude decírtelo por miedo a que dejaras de quererme, ahora ya no es tan importante. Ahora sabes qué es lo que me perturbaba. Ahora conoces mi peor secreto, guardado en lo mas profundo de mi corazón." — había leído aquella carta hasta memorisar cada palabra, de hecho, Bill casi ni las recordaba, creo qe decir Tom en vez de Bill le dio la pista. — "Iré donde mi mente trastornada no pueda interferir en tu vida y tu felicidad. Se acabaron las peleas y las discusiones. No más malos entendidos. No más dolor, para ninguno de los dos.
“Du bist alles was ich bin, und alles was durch meine Adren fließt” ¿Recuerdas esto? Jamás dejarás de ser mi otra mitad, mi hermano, mi mejor amigo, al menos para mí, aún cuando me aborrezcas. Eres sangre de mi sangre y nunca podré dejar de amarte.
“Du willst für mich immer heilig sein” Y nada ni nadie podrá hacer que yo deje de sentirte como una parte sagrada de mi vida. Eres y serás siempre mi único gran amor." — cité, susurrando cada palabra con dolor en su oído, Bill comenzó a llorar. — No te das una idea de como me hizo sentir eso, esa odiosa carta en la que me cortabas al medio cada pedazo del corazón hasta que solo quedaran particulas. Solo para poder creer que era enserio y no querer volver a pensar en ti grabé cada palabra en mi mente mientras lloraba. Te amo, Bill, y me lástimaste como nadie jamás lo ha hecho. — dije tristemente.
Llegó el médico unos momentos después, y me sacó de allí, pero no importaba, pronto lo tendría para el resto de mi vida conmigo. Y esa noche, eso sería oficial, esa noche, Bill Kaulitz Trümper sería mío física, mental y emocionalmente, como yo también sería suyo... por siempre. Cuando desperté de mis pensamientos, traían a Bill, ya vestido, en una silla de ruedas gritando "Tomy" con los brazos extendidos y los puños abiertos. Me acerqué y lo abracé, él se paró, no estaba tan debil como los médicos pensaban, aún podía mantenerse parado solo, lo llevé a casa. por el camino le expliqué que los dueños del hotel donde él se había quedado me habían dado sus balijas y estaba todo en mi casa y le rogué que volviera a vivir conmigo. Él aceptó gustoso.
Efectivamente, esa noche Bill fue totalmente mío. Se dejo tomar y que me apoderara de él.
La mañana siguiente amanecí con alguien sobre mi pecho, por primera vez, alguien a quien amaba. Mi hermano. Esa era la prueba que necesitaba para mi mismo de que no había sido solo un hermoso sueño. Todavía tenía que contarseló a todo el mundo.
Dejé con cuidado a Bill sobre la cama y me encaminé hacia el baño. Me metí en la bañera y comencé a pensar. Muchas cosas habían pasado desde esa tarde en Argentina... había cometido muchos errores, como irme de Tokio Hotel, entre otros. Pero estaba seguro de que Bill no era ni sería nunca mi error.
Oí la puerta del baño abrirse y cerrarse, pude sentir el aire frio del exterior de la habitación en la que me encontraba. El aire externo a mi burbuja, la nuestra. Con Bill. ¿Quién diría que tendría mi propia burbuja en un baño? Burbuja con inodoro y bañera incluidos, hasta lavamanos y espejo. Curiosa burbuja.
¿Qué mas daban los errores ahora? Ya podríamos solucionarlo luego. Estaba con Bill ahora... Lo demás simplemente no importaba. Bill se metió a la bañera conmigo, y se recostó todo sobre mi pecho y entre mis piernas abiertas. Supongo que le había gustado dormir allí, ya que al instante cerró los ojos y permaneció quieto. Insisto, ¿Qué más daba lo demás?
Bill es mi hermano, mi droga, mi adicción y mi primer amor y ese sería nuestro amor secreto

—       Fin

Notas finales:

comenten asi me entero.

 

gracias por haber leido.

 

perdon por las faltas de ortografia


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).