Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Deep connection por LadyHenry

[Reviews - 10]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

El último capítulo, espero que les guste.

Mi parte del trato está cumplida XP

 

Habían pasado tres meses desde su primera cita y habían perdido la cuenta de las veces que habían quedado. Estaban en la fase aguda del enamoramiento, se pasaban buena parte del día en las nubes, cada uno a su manera, Haruiko era muy receloso con su vida privada, quería proteger a Akira de habladurías, por eso preservaba su relación de su familia, o mejor dicho de su entrometido padre, y de sus empleados. Bajo ningún concepto iba a permitir que interfirieran en la única relación que lo hacía feliz.

Por Su parte Akira estaba radiante, sonreía más de lo habitual, aunque lo que se notaba a la legua era la diferencia que había entre sus sonrisas de antes y las actuales, más sinceras y contagiosas. Mucho le habían preguntado por su relación con el ejecutivo que iba todas  las tardes en su descanso a tomar el té, pero poco sabían, sólo algunos clientes y amigos conocían su relación y le guardaban el "secreto". No es que quisiera esconderse, pero antes de enfrentar todo lo que implicaba salir con Haruiko quería disfrutar de su privacidad sin rendir cuentas a nadie, y por lo que sospechaba eso no iba a durar demasiado, ya que el padre de su adorado novio había aparecido "por casualidad" horas atrás. Lo había reconocido por unas fotografías que había estado viendo cuando le preguntó a Haruiko por su familia, al verlo entrar por la puerta de la cafetería se había disgustado, no le gustaba ese hombre que creía saberlo todo, jugando a meterse en medio de la vida de sus hijos sin importarle lo que éstos quisieran o desearan, imponiéndose con engaños y absurdos enredos.

Akira respiró hondo para calmarse, no pensaba darle la oportunidad de entrometerse en su relación con Haruiko, ya estaba avisado de la manera de actuar de su padre y estaba preparado para afrontar sus intentos para inmiscuirse y poner a prueba su relación, y no pensaba darle tregua. Para su sorpresa el hombre no estaba al tanto de quién era, disimuladamente le preguntó a una de sus compañeras por un tal "Akira", ella alegó ser nueva y se dirigió a la barra contándole lo que pasaba, no le había gustado nada que un hombre estuviera preguntando por alguien que evidentemente no conocía, Akira sonrió contento de que la suerte estuviera de su parte, acordaron mentirle diciéndole que ese chico había dejado el trabajo en la cafetería, poco después se terminó su café y se marchó. Por ahora podía estar tranquilo, mientras tanto, iría preparándose para lo que se avecinaba.

Como siempre Haruiko fue a recogerle a la salida, Akira estaba algo nervioso por tener que contarle lo de su padre, entró en el coche y le dio un fugaz beso a modo de saludo.

-¿Estás bien?-preguntó Haruiko nada más mirar a Akira, no lucía su habitual sonrisa y sus ojos se mostraban esquivos.

-¿Tanto se nota?

-Bueno, sueles mirar fijamente mientras sonríes antes de darme el beso, y hoy has entrado sin mirarme directamente y apenas me has besado...

-Te tengo malacostumbrado-sonrió Akira mirándole a los ojos.

-Eso está bien, pero podría mejorar ¿qué ocurre?-indagó Haruiko en tono preocupado.

-Qué te parece si cenamos en mi apartamento y allá te lo cuento.

-Mejor encargo la cena en el mío, tomas un baño y me lo cuentas.

-Pero mañana madrugo, no puedo quedarme a dormir.

-Ya te dije que puedes coger uno de los coches y si no te llevo yo, así que no me pongas pegas por eso.

-Pero no quiero molestarte...

-Pues entonces acepta, lo que me molesta es no poder dormir contigo, no tenemos mucho tiempo entre nuestros trabajos y tus estudios, hay que aprovechar el rato que podemos pasar juntos

-Está bien, vamos a tener que hablar esto con calma-suspiró Akira dándose por vencido, lo que argumentaba era cierto, y a él también le encantaba quedarse a dormir con Haruiko, de hecho las pocas veces que habían dormido separados esos tres meses se la habían hecho interminables noches de insomnio.

A llegar al apartamento Haruiko pidió la cena a una casa de comidas caseras a domicilio, mientras tanto Akira disfrutaba de las sales de baño pensando en cómo contarle la visita de su padre a la cafetería.

La cena fue algo tensa por los intentos de arrancar la conversación pendiente, pero no fue hasta que terminaron y limpiaron la cocina que comenzaron a tratar el tema. Mientras Akira secaba los platos Haruiko lo enfrentó directamente.

-¿Qué pasó?

-Verás... esta tarde tu padre entró en la cafetería y preguntó por mí-soltó de sopetón Akira.

Haruiko guardó silencio, inspiró hondo asimilando lo que Akira acababa de contarle.

-Vaya, no ha tardado demasiado. ¿Hablaste con él?

-No, le preguntó a una compañera y me avisó, pensé que era mejor decirle que el chico que buscaba había dejado de trabajar allí.

-Mejor, así entenderá que no debe meterse en tu vida, ya me encargaré de hablar con él y aclarar las cosas, no quiero que ande husmeando y molestándote.

-¿Qué le vas a decir?

-Que estamos saliendo juntos y que no voy  a permitir que se entrometa.

-¿Eso será suficiente?

-Bueno a estas alturas ya te habrá investigado, seguramente fue a la cafetería para pedirte que te alejes de mí, así que lo que queda es dejarle claro que soy serio respecto a lo nuestro y esta vez no voy a ceder a sus exigencias.

-Eso va a darte problemas con tu trabajo ¿verdad?

-Supongo que sí, pero ya es hora de que empiece a hacer lo que quiero y no lo que otros creen que es mejor para mí. Ya he trabajado bastante, si no le gusta lo que hay que me despida, así podré dedicarme a lo que de verdad me gusta, la arquitectura.

-Eso puedes hacerlo sin que te despida, si es lo que quieres sólo tienes que dejar tu trabajo y buscar otro...

-A decir verdad soy socio de un estudio, sólo tendría que volcarme de lleno en ello, pero no puedo dejar así como así la empresa familiar, me temo que será más complicado, pero esta vez no voy a ceder, tendrá que aceptar mis condiciones o dejarme marchar.

-Hagas lo que hagas cuentas con mi apoyo, y no dudes un segundo porque no pienso dejarme amedrentar por nadie, la única persona que puede alejarme de ti eres tú.

-Me alegra escuchar eso, siendo así no hay peligro de que te distancies, pero ten en cuenta que no va desistir fácilmente.

-Estoy preparado para cuando vuelva.

-Creo que sería mejor presentarme contigo en su casa y tomarlo por sorpresa, no quiero que tenga tiempo de tramar nada, jugaremos con ventaja si lo tomamos por sorpresa.

-Por mí estupendo.

-Bien, iremos mañana, te presentaré como mi pareja, prepárate para todas sus preguntas y cuestionamientos, no dejes que te provoque con sus comentarios, probablemente se meta conmigo y te acuse de aprovechado, no le sigas el juego, sólo queremos que se dé por enterado, su opinión no nos interesa, eso también se lo dejaremos claro.

-Muy bien, nada de entrar al trapo.

-Que escuche y se posicione, después de su respuesta nos marcharemos.

Esa noche les costó conciliar el sueño, las horas pasaron largas hasta que llegaron a la mansión. Estaban muy nerviosos pero no lo demostraban, aunque la tensión podía palparse. Como había pronosticado Haruiko su padre le hizo un exhaustivo interrogatorio a Akira, poniendo en duda sus razones, para después atacar a su hijo acusándolo de salir con un estudiante para incordiarlo, tachando su relación de capricho pasajero y vaticinándoles una duración corta y accidentada como pareja.

Ninguno de los dos dijo nada, escuchaban pacientemente todo lo que les decía, sin ni siquiera pestañear, ya estaban preparados para los posibles ataques, no les afectaban. Cuando terminó le dijo a Haruiko que se marchara, que ya volvería cuando se cansara de andar con el mocoso, confiaba en que se aburriría pronto y en que no lo dejaría aprovecharse de su posición social.

Al salir Haruiko sonreía mientras Akira lucía una expresión enojada.

-¿Por qué estás tan contento? Ese hombre nos ha dicho cosas horribles...

-Porque es estupendo que no crea que duraremos, no se va a molestar en entrometerse porque no cree que vayamos a durar un asalto, así que tendremos un tiempo de calma hasta que vuelva al ataque y para ese entonces ya podremos tenerlo todo organizado, con suerte habrás acabado de estudiar y podremos marcharnos de aquí si queremos.

-Lo tienes todo planeado...

-Algo así, pero no haré nada sin consultarte antes, soy consciente de que ya no puedo decidir solo.

-Me parece genial que pienses en nosotros a largo plazo, aunque sólo llevemos tres meses juntos.

-Nunca he intimado tanto con nadie, conectamos desde que nos vimos por primera vez, junto  a ti he hecho cosas que nunca pensé hacer y quiero seguir haciéndolas, y seguir probando cosas nuevas, no pienso dejar que nadie lo estropee.

-Me alegra saberlo, pondré todo mi empeño en acabar lo antes posible para no complicar las cosas.

Akira, sé que no te gusta depender de nadie, y que trabajas para costearte tus estudios, pero si tuviéramos que marcharnos  a otro lugar no podrías mantener la beca...

-Puedo buscar un trabajo y ahorrar, no pienso dejar que me mantengas.

-Está bien, pero podrías trabajar para mí...

-Es una opción, aunque preferiría no mezclar lo personal con lo profesional.

-Pero sería responsabilidad mía por apartarte de tu lugar de estudios, sería justo que me dejaras arreglarlo.

-Está bien, pero me tratarías como a un trabajador más.

-No hay problema, como jefe tengo fama de implacable.

-Puede que no me convenga trabajar para ti de todas maneras.

-Muy gracioso, de momento sólo es una posibilidad, pero mejor tener cubiertas todas las opciones.

-Qué precavido eres...

-Estoy acostumbrado a tener que serlo, la única persona que me descoloca eres tú.

-Habrá que hacer más uso de ese privilegio-afirmó Akira en tono sugerente mientras se sentaba encima de Haruiko y le desabrochaba el cinturón de seguridad.

-Ni se te ocurra hacer nada, en el garaje hay cámaras-le advirtió Haruiko.

-Pues entonces tendrás que llevarme corriendo a tu apartamento porque no pienso detenerme-rió Akira al sentir como echaba la silla hacia atrás para abrir la puerta e impulsarlo a salir.

Haruiko pasó un mal rato al tener a un inquieto Akira toqueteándole y llamando su atención mientras subían en el ascensor, cada vez que cambiaban de planta se le aceleraba el pulso ante la posibilidad de que las puertas se abrieran y los pillaran de esa guisa, por mucho que le pedía que parase Akira sólo redoblaba sus esfuerzos por hacerlo caer, cosa que consiguió en cuanto traspasaron la puerta del apartamento, y Haruiko dio rienda suelta a sus ganas acumuladas, desvistiendo a su particular acosador a toda prisa y tendiéndolo en la alfombra donde se encontraban esparcidos todo tipo de cojines que Akira había ido trayendo, porque le gustaba ver la tele echado sobre ellos y Haruiko, mientras se abrigaba con una manta, que en esa ocasión les sirvió de improvisado colchón junto a los cojines. Con el juego se les había ido pasando la tensión por el encuentro con el "suegro", o mejor dicho, la habían transformado en algo sexual y placentero. La ansiedad y la pasión se mezclaron intensificando su deseo, los besos eran voraces, las caricias urgentes volaban por la piel receptiva y sudorosa por el esfuerzo, las respiraciones se tornaban entrecortadas y jadeantes, y en pocos minutos los cuerpos fusionados en un ritmo vertiginoso se acoplaban con más ímpetu hasta desbordarse en un placer que rozaba lo violento.

Permanecieron abrazados largo rato, mirándose a los ojos sin decir nada, disfrutando del silencio y  la compañía.

-Haru.

-Mmm

-Me está dando frío, llévame a la cama-pidió Akira en tono meloso, apegándose más al cuerpo de Haruiko.

-Te estás volviendo un consentido-rió Haruiko.

-La culpa es tuya, así que hazte cargo-le reprochó Akira, feliz de que lo tomara en sus brazos y lo cargara como a una damisela.

-¿Contento?

-Bueno, si te pones justo aquí-dijo Akira señalando el colchón-y me sirves de almohada estaría mucho mejor.

-Voy  a por agua y en seguida regreso ¿quieres algo?

-Sólo a ti.

Esa noche recuperaron el sueño de la pasada, Haruiko se tomó la mañana libre por primera vez en años, llevó a Akira a la facultad y contrató los servicios de un investigador, que vigilara los pasos de su padre, quería saber hasta qué punto tenía controlados sus movimientos, no iba a permitir que violase su privacidad y mucho menos la de Akira. Además quería estar al tanto de los posibles imprevistos.

Pasaron cuatro meses en los que su relación con Akira se consolidó, prácticamente vivía en su apartamento, tenía cepillo de dientes, ropa, libros... sus pertenencias estaban desperdigadas en cajones y estanterías junto a las de Haruiko, incluso tenía una copia de las llaves y había accedido alguna que otra vez a llevarse uno de los coches. Ambos habían ido aprendiendo a convivir con las manías del otro, Haruiko cargaba el móvil que siempre tenía un tono especial para identificar a Akira, y el chico había aceptado con algo de recelo al principio las comodidades de tener un novio que ganaba mucho, aunque nada de cosas extravagantes como comer en restaurantes de lujo o colarse en la fila para comprar entradas, hacían una vida bastante común, no querían contaminarse con los snobs que Haruiko tenía que aguantar por trabajo. Akira era muy sencillo para esas cosas y Haruiko se había adaptado con total naturalidad a ese estilo de vida, más discreta y llevadera, con menos complicaciones, lejos de absurdos excesos. Era más divertido vivir así, se sentía mucho más libre.

Todo iba bien, hasta que un día el investigador de Haruiko le informó de ciertos movimientos en la empresa familiar que se estaban llevando a cabo a sus espaldas. Su padre viendo que no se cansaba del mocoso y que cada vez se los veía más apegados decidió preparar las cosas para mandarlo a trabajar fuera, con un proyecto que incluía la arquitectura, cosa que bajo el punto de vista de su padre lo hacía irresistible. Y era cierto, Haruiko adoraba los edificios que iban a restaurar, sería un reto apasionante dirigir la obra, pero antes de aceptar debía consultarle a Akira.

Encargó comida italiana, y durante la cena le contó las nuevas noticias.

-Mi padre quiere distanciarnos enviándome a trabajar fuera del país por dos años.

-¿Cuándo lo has visto?

-No lo he visto, me lo ha comunicado el investigador infiltrado, supongo que lo dirá en la próxima junta, aprovechará a estar delante de los accionistas para ponerme entre la espada y la pared. Es un proyecto que he querido hacer desde hace años, y él ha conseguido las licencias.

-¿Te gustaría hacerlo?

-Sí, sería todo un reto.

-Bueno, me falta un año para acabar, puede que tomando más asignaturas termine en la mitad de tiempo-calculaba Akira intentando acortar el tiempo de separación.

-No hace falta, puedo esperar, y si no renunciaré al proyecto-le cortó Haruiko.

-¿Qué? No hace falta llegar a esos extremos, un año con vacaciones no es tanto.

-No lo entiendes, en ese año el hará todo lo que esté en su mano para importunarte, no pienso dejarte solo con mi padre merodeando.

-No soy un niño, sé cuidarme solo.

-No me malinterpretes, tú no lo conoces, aunque sepas arreglártelas sin mí, cosa que no dudo, no parará hasta que estemos tan hartos, saturados...

-Llevamos más de medio año juntos, no va a conseguir que nos rindamos, lo nuestro es algo serio.

-No nos rendiremos, pero tampoco tenernos que sufrir gratuitamente.

-Y dejar a un lado un proyecto que de verdad te apetece hacer ¿no es renunciar sin luchar?

-Sabes que mi trabajo es algo secundario, lo que me hace feliz son otras cosas como despertarme junto a ti, y tengo el privilegio de poder hacerlo a diario.

-Creo que te estás precipitando...

-No lo conoces, es muy perseverante y acabará haciéndonos daño. No quiero tener que exponer lo nuestro por él, si no lo mantengo al margen me hará la vida imposible, nuestra ventaja es que no tiene recursos para entrometerse, pero si me marcho podrá acercarse a ti y los obtendrá. No pienso pasar por eso, ni siquiera podría disfrutar del trabajo pensando en lo que podría estar haciendo, es un hombre muy influyente podría hacerte la vida imposible, en tu trabajo, en la facultad...

-¿No hay alguna otra opción?

-Bueno, implicaría que hicieras algunos sacrificios, no quiero presionarte y que acabes haciendo algo que no deseas porque te sientas culpable.

-Dime entonces...

-Antes de nada quiero que tengas claro que si renuncio al proyecto es porque quiero, porque es más importante para mí permanecer  a tu lado, y eso es decisión mía, no es ningún chantaje ni algo de lo que vaya a arrepentirme, nunca he estado tan feliz como ahora y no quiero perder eso, nada me llenará tanto como estar contigo.

-Entiendo, ahora dime qué opción queda.

-Que vengas conmigo y acabes tus estudios fuera.

-Pero perdería la beca y tendría que buscar otro trabajo.

-Lo sé, por eso dije que tendrías que hacer sacrificios.

-Tardaría más de un año en acabar, y tendría que reunir para la matrícula.

-Podrías trabajar para mí y lo que ganaras cubriría los gastos del adelanto que te daría para matricularte.

-¿En qué trabajaría?

-Arreglando papeleo en una oficina. Vivirías conmigo, y no pienso cobrarte alquiler...

-Así que me mantendrías hasta que acabase de estudiar.

-Bueno eso hacen muchas parejas, cuando trabajes ya podrás hacerte cargo, sólo es cuestión de tiempo.

-Me lo pensaré, ¿cuánto tiempo tienes hasta esa junta?

-Una semana.

-Ok, déjame un par de días para poner en orden mis ideas.

-Muy bien, avísame cuando tengas una respuesta.

Dos meses después Akira y Haruiko se mudaban juntos a Bélgica. Akira había decidido marcharse para que no renunciara al proyecto, además empezar a vivir con Haruiko y conocer otra cultura eran dos alicientes muy atractivos. El trabajo era sencillo, lo que más le costaba era aprender el idioma, pero el resto de secretarias lo ayudaban bastante, y podía practicar en casa con su ahora pareja oficial.

Nunca olvidaría la cara del padre al verlos partir en el aeropuerto, Haruiko había guardado el secreto de que iría con él, habían despistado a su padre con una supuesta pelea ficticia, sobornando a su investigador para que le entregase algunos informes falsos. Así que el día en que se marcharon fue cuando se enteró de que se iban juntos y no podría llevar a cabo sus tretas para entrometerse.

Les había ido bien, arriesgaron mucho pero habían tenido inmejorables resultados, la convivencia era buena, estaban atareados pero se organizaban para pasar tiempo juntos, ninguno de los dos dejaba que su familia metiera las narices, por ahora no tenían tiempo para más. Cuando Akira acabara sus estudios y Haruiko el proyecto, ya se plantearían hacerse respetar oficialmente como pareja, de momento les bastaba con estar juntos sin obstáculos de más.

 

 

 

 

 

 

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).